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Una arriesgada competencia por Melun

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Notas del fanfic:

Primeramente queremos comentar, que este fic es una colaboración entre Meri (?) y Kalun.mata.

Kalun Mata: Amo a mi waifu, y fue una gran idea empezar este proyecto con ella. La amo.

Meri_Kusatsu: Yo amo más a mi waifu, pienso lo mismo, ya que nos hemos divertido mucho escribiendo este primer capítulo.
Esperamos disfruten nuestras otp’s un poco raras x’D
¡Esperamos que les guste este fic!:3

 

Kalun.mata: Una dedicación especial a Kari y Mizuki. (Ni idea si lo leeran lol). Pero para que vean que no las olvidamos <3.  

Meri_Kusatsu: Exacto, nuestras queridas del Team EnAtsu, espero lean sus fics algún día (?)

Kalun.mata/Meri_Kusatsu: esperamos lo disfruten ustedes tambien.

Notas del capitulo:

Kalun.Mata: Nos divertimos mucho en el primer episodio, advierto que probablemente haya bullying contra Yuri. y me divertire mucho haciendolo :>

Meri_Kusatsu: Puedo decir lo mismo x’D esperamos que les guste el primer cap. y ojalá sigan el fic:3
Kalun.Mata: disfruten.

El sol de la mañana iluminaba con sus primeros rayos a Shin Makoku, la brisa golpeteaba con suavidad las ventanas del castillo pacto de sangre, mientras algunos aún se encontraban preparándose para iniciar el día, otros ya estaban en sus labores diarias.

Entre los que estaban holgazaneando aún se encontraba la madre del antes prometido del actual maou.


Su cabeza daba vueltas en un sólo asunto, y este era cómo podía ayudar a su pequeño y adorado hijo. Cheri comprendía bien por lo que su hijo estaba pasando, incluso aunque este no había dicho nada hasta el momento. Ella como madre entendía cuán herido estaba el descendiente Bielefield.

 

Ella no destacaba por tener las ideas más recatadas, así que como era costumbre sus planes se inclinarán por la suerte. ¿Por qué no podía simplemente, realizar una contienda?, y que el mejor hombre ganara a su pequeño…

 

Oh…

 

Fue ahí que tuvo una idea... Sin esperar ni un momento decidió organizar con sumo detalle el evento, que según sus cálculos se realizaría ese mismo día por la tarde. Seguramente a Wolfram le encantaría la idea y sería una oportunidad maravillosa para que él viera más allá del joven maou.


Mientras tanto, sentado a la orilla de una de las fuentes del castillo, el rubio suspiraba con pesadez y soltaba una que otra lágrima por la decisión que había tenido que tomar días atrás. Su corazón se sentía pesado, un sentimiento de desesperanza se anidaba en él.

 

A pesar de lo que todos pensaban, Wolfram realmente tenía confianza en Yuuri. Realmente nunca esperó que pudiera hacerle algo tan vil como… Ni siquiera quería recordar aquel hecho.

Fue entonces cuando una cabecita castaña se apresuraba por el pasillo, estaba buscando a su padre. A su padre que siempre estaba ahí para ella, cuando Yuri se desaparecía, a su padre que aprendió a amarla como si fuera su hija de sangre.

La pequeña no tenía una idea clara de lo que había pasado, ya que sus padres prefirieron evadir el tema, con la intención de que la menos afectada fuera ella. Pero ella quería saber, quería por lo menos entender la razón, por la que sus padres se habían separado. Incluso si eso dolía más.

 

Sus ojos se iluminaron como las estrellas, al ver por fin a quien su corazón pequeño estaba buscando. Ahí lo encontró, sentado, solo, apático. La expresión de su padre era suficiente para que ella notara que algo definitivamente malo estaba pasando entre los dos.


Lo peor del asunto resultó ser que la niña se sentía mal tan sólo por verlos distanciados, por ver como cada uno expresaba su tristeza de diferente forma y, sus pensamientos inocentes le impedían siquiera suponer que algo de tal magnitud estaba ocurriendo.

Llamó a su padre en una voz apagada, pero él no la escucho. Quería volver a llamarlo, pero su voz se quedó en el aire, cuando vio algo  que la lastimó.

 

Su padre lloraba. No a fuego tendido, no, su padre era orgulloso como sólo él. Pero varias lágrimas se deslizaban con suavidad sobre sus mejillas.

 

Ella estaba decidida. Haría lo que estuviera a su alcance para hacerlo feliz. Con eso en mente, se acercó al fin y le dio un abrazo sorpresivo. Enterró su rostro en la espalda del rubio.  Sus pequeños brazos no alcanzaban a rodear todo el cuerpo del joven mazoku.

 

Al sentir la muestra de cariño proveniente de la pequeña, Wolfram sintió  un apretón en el corazón, las ganas de soltarse a llorar eran enormes, sin embargo decidió no empeorar la situación.

r13;Ne Wolframr13;  “¿Pasó algo con Yuri?”, quiso preguntar. Pero decidió no hacerlo, mejor le preguntaría a Yuri. r13; ¿No iras a comer?, estamos esperándoter13; ¿Cómo podría negarse a aquella dulce y tierna súplica? Si era por su hija, aunque quisiera no ver a Yuri, haría lo que fuera. Tomó la delicada mano entre la suya, sus dedos podían rodear con facilidad los de su adorada hija. Haciéndole ver lo pequeña que era aún.

 

Y así se dirigieron juntos rumbo al comedor, apenas se abrieron las puertas del enorme salón, se pudo sentir un aura de incomodidad y tensión en el ambiente.

 

Por esta rara y desafortunada ocasión, todos se encontraban presentes.  Su hermano Conrad sentado al lado de Yuri, a quien el rubio apenas y le dirigió una mirada, Gwendal sentado frente al maou, y Gunter a su derecha. Hasta Anissina y su madre estaban sentadas, disfrutando del “desayuno”. Wolfram maldijo en voz baja, al momento que vio a la rubia cabellera que le dio a luz. El montón de preguntas incómodas no se harían esperar, su madre no tardaría en sacar el rompimiento a la luz ó al menos eso creyó él.


Tomó asiento en el único lugar que quedaba, sus movimientos eran ciertamente bruscos por el nerviosismo y el recelo que sentía al que alguna vez fue dueño de sus pensamientos.

Todo se mantenía en un silencio imperturbable a tal grado que el único sonido que podía oírse era el crujir de las hojas de algunos árboles aledaños al castillo.

 

Las manos de Wolfram le estaban haciendo una jugarreta, podía jurar que la mesa temblaba por culpa de él. Entrecruzó los dedos por debajo de la mesa, en un intento por calmarse. Estaba haciendo el ridículo. Una suave mano se posó sobre su hombro, robando su atención. Miró con algo de credulidad a quien lo había hecho. Cheri le extendía una dulce y comprensiva sonrisa.

 

“Madre” Pensó. Ella tan sólo le guiño el ojo. El joven mazoku se sintió más confundido.

r13;Gwendal, quiero que repartas todos estos volantes para el día de hoy, ¡Hoy vamos a tener una gran fiesta!r13;


r13; ¿Qué?r13; exclamó el hijo mayor de la antigua maou. r13;Siendo franco, no creo que este es el momento correcto para una fiesta, dadas las circunstancias...r13;

 

r13; ¡Vamos, Gwendal!, no hay necesidad de ser tan aburrido.r13; replicó la rubia exuberante, asfixiando a su primogénito en un gran abrazo, sobraba decir que incomodando al mismo.

 

Mientras su madre planeaba todo con tal dedicación, Wolfram no tenía ni la menor idea de lo que el destino y su madre tenían intenciones de jugarle.

 

En el templo, las cosas entre Shinou y la reencarnación de quien alguna vez fue su confidente se tiraron a la suerte cuando ambos decidieron hacer una apuesta, que claramente definiría el sendero que el corazón de Murata debía tomar. Para Murata solo sería un juego, ni siquiera iba en serio para conquistar al príncipe mazoku, sólo quería darle una lección a cierto ojiazul.

 

Gwendal muy a su pesar obedeció a su madre, le extendió los volantes a su asistente para que comenzara la repartición, si tal vez se hubiera interesado un poco y hubiese revisado la hoja antes de solo mandarla, se habría dado cuenta de lo que su madre planeaba.

 

Pasadas algunas horas, por fin, cierta curiosidad nació en él, tomó el volante para leerlo... Y se quedó pasmado.


Su madre estaba completamente loca.

Notas finales:

Kalun.Mata: Esperamos les este gustando, si es así. Porfavor dejen review. Recuerden que los reviews son una remuneración a los escritores.Y nos hacen felices. :> gracias.
Meri_Kusatsu: ¡Nos vemos en el próximo capi!


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