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What the hell por thealmightyk

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Notas del fanfic:

En definitiva mi bias supremo en todo esto del k-pop (y el resto de la música en general) es Key. 

Esto trata sobre él y sus intentos de relaciones no siempre amorosas. 

Los drabbles y one shots serán seriados, quiero decir, pertenecen a  “la misma historia”. Sin embargo en un momento podemos estar hablando de un KiBum de 20 años en su relación con MinHo (ejemplo) y en el siguiente de uno de 26 en su relación con Onew.

En gran parte, esta idea está inspirada por What the hell de Avril Lavigne.

https://www.youtube.com/watch?v=_Z_6KmCYxG0

Gracias por darle una oportunidad. 

Notas del capitulo:

Primera entrega, teniendo como inspiración Applause de Lady Gaga. 

https://www.youtube.com/watch?v=Iwo3a-jw1PA

Espero que les encante. 

 

What the hell
Por: K

 

Porque KiBum solo está buscando al chico ideal. 

 

I.- Applause

 

 

23 de septiembre
27 años

 

 

WooHyun sintió que moriría.

Key, hijo de la gran…

—¿Vendrá o no? Los chicos se están impacientando.

 

Nam estaba seguro (en realidad no) de que en cuanto tuviera a Kim KiBum enfrente le iba a dar un buen golpe.

Era un buen amigo. Lo sabía. Le había organizado una grandiosa fiesta sorpresa y había previsto todo con premeditada elocuencia: la música, las bebidas, la comida; todo estaba como si el mismísimo Key hubiera sido el anfitrión y no otro. Claro, tal vez debió haber previsto que KiBum era todo un caso, y que siempre, por su retorcida mente, algo terminaría haciendo mal. En esta ocasión, faltar a su fiesta.

—Vendrá —aseguró; tiene qué.

 

Pasados otros quince minutos, el motor del costoso carro que conducía el cumpleañero se oyó dentro de la residencia Nam. Todos corrieron a esconderse en los lugares más obvios (para variar) y WooHyun indicó con un gesto que todos guardaran silencio mientras se apresuraba en apagar las luces.

 

—¿Namu? —Unas risitas indiscretas se dejaron oír ante el mote por parte de Key y el aludido los fulminó con la mirada (o lo hubiera hecho de no estar a obscuras).

Un tropezón y un llamado más por parte de Key y entonces encendió las luces.

 

¡Feliz cumpleaños! —Corearon los invitados, saliendo de sus escondites y alzando los brazos lo más que pudieron.

KiBum se mordió el labio con ese gesto de absoluta sorpresa en sus facciones y algunas lágrimas se arremolinaron en sus ojos.

—Chicos, ustedes… —Un par de rebeldes gotas salinas se deslizaron por sus mejillas y tuvo que limpiarlas con la manga de su preciosa chaqueta de cuero “cortesía” de Acme Studio. Todos se acercaron enternecidos a darle un merecido abrazo que fue correspondido y WooHyun no necesito más para saber lo que sucedía.

 

 

 

—Pequeño chantajista —vociferó en su oído.

Los altoparlantes estaban al todo y los invitados bailaban de manera nada decente, justo el tipo de fiestas a las que estaban acostumbrados.

Una carcajada fue escupida sin disimulo por parte de Kim y WooHyun no pudo más que sonreír.

—¿Desde hace cuánto lo sabías? —Preguntó a un volumen alto, pasándole una copa y sentándose a su lado en la barra de la cocina.

—Desde que estabas en el vientre de tu madre, Woo. —KiBum tomó la bebida con gusto y se encargó de desaparecerla en menos de un segundo.

—Pudiste ser menos obvio.

—¿Qué?, ¿crees que llorar fue mucho? —Inquirió divertido, mirándole con una ceja alzada.

—¿Llorar? Lo que te delató fue la chaqueta, cabrón.

—“Es la de ocasiones especiales” —fundamentaron al tiempo, para después reírse de ellos mismos con ganas.

 

La residencia Nam no era lugar para hacer una reunión, o una fiesta común y corriente. Los muchos metros cuadrados eran nada más y nada menos que para convertirla en un club por una noche. Y no cualquier club.

Música electrónica, colores neón y bebidas de cuestionable procedencia y con colores no comunes eran fácilmente, en conjunto con los invitados adecuados, la mejor fiesta del siglo, y sino, al menos del año (porque obvio que ellos tenían al menos una fiesta cada doce o diez meses).

 

 

 

Las luces estroboscópicas encendiéndose, apagándose y girando por todo el lugar no fueron impedimento para que después de un par de horas KiBum encontrara a su próxima víctima.

WooHyun sabía lo que hacía, decidió, porque había invitado a uno de los hombres más calientes que había visto en su vida.

—¿Quién eres y porque aún no he recibido un regalo tuyo? —Directo como siempre, ese era Kim KiBum.

Nadie podía tacharlo de andarse con medias tintas, porque estaría irremediablemente mintiendo.

El hombre alto (más que él), moreno, y con un par de ojos increíblemente profundos y obscuros (o tal vez fuera la falta de una luz fija), le observó con una sonrisa de medio lado que se le antojaba de lo más petulante, cosa que le encantó.

—¿Es que necesito darte un regalo para estar aquí?

Aplausse de Lady Gaga se hizo paso con un sonido entre electro y dubstep y KiBum no pudo pensar en otra cosa más que en que la canción iba perfecta al momento.

—No —respondió con sencillez. Se dio la media vuelta y caminó hacia el grupo con el que WooHyun se encontraba bailando.

Sus pies encontraron cabida entre esa masa de cuerpos y manos que tocaban donde no debían y él no quiso quedarse atrás. Su diestra se coló traviesa en la cinturilla de la falda que su gran amiga Nicole lucía esa noche y sus labios se estrellaron contra los de la misma. Nicole no perdió el tiempo y enredó uno de sus brazos en su cuello y el contoneo de caderas comenzó.

Escuchó algunas carcajadas graciosas y uno que otro comentario que su madre tacharía de impropio, pero sólo dejó que sus labios tuvieran el encuentro tan esperado con la nívea piel del cuello de Jung, que no dejaba que sus manos se mantuvieran quitas sobre su cuerpo.

Las miradas estaban sobre ellos, lo sabía. Los comentarios eran respecto a ellos, lo sabía. Y los fuertes brazos que lo alejaron del placer que sentía eran del chico moreno y alto, también lo sabía.

—Conseguiste lo que querías, partywhore —le murmuró Nicole divertida antes de que el contacto se extinguiera entre ellos.

—Siempre, pretty bitch.

 

 

Sus brazos tuvieran cabida alrededor del cuello contrario y su cintura se vio cobijada por los del desconocido. Sus labios se buscaron con impaciencia y se hicieron uno entre humedad y sonidos excitantes.

KiBum no recordaba haber probado labios más exquisitos en mucho tiempo. KiBum no recordaba que alguien lo hubiera empotrado contra la pared con tanta fuerza y sin miedo de hacerle daño. Tampoco recordaba, a decir verdad, en qué momento su espalda había chocado contra las sábanas azules de la cama de WooHyun, ni por qué simples besos en el cuello le había hecho gemir de aquella manera.

De hecho, si de hacer honor a la verdad se trataba, no podría describir cómo fue que de un momento a otro la ropa había comenzado a estorbar y un nuevo contoneo de caderas había comenzado para él; uno tortuoso y placentero que afortunadamente no se detuvo ahí.

Lenguas se conocieron, manos exploraron y pelvis chocaron.

¿Pero qué maldita sea estaba pasando ahí?

—Ah, KiBum, por Dios.

¿Cómo sabía su nombre el desconocido? No lo supo tampoco, pero es que ¿quién no lo conocía a él después de todo? De igual forma, no es como que importaran mucho asuntos como esos mientras lo embestían de manera tan deliciosa.

Sin embargo, un inexplicable deseo de que esos labios siguieran aclamando su nombre se hizo presente, y directo como era, lo hizo saber.

—“KiBum, KiBum, KiBum… Ah, Dios...”

Y cómo no, fue complacido.

 

Quizá fueron las copas de más (mucho más), o quizá no, pero esos (porque no fue uno), o al menos para Key, habían sido los mejores orgasmos de su vida.

 

 

El ex cumpleañero (mal chiste de WooHyun para al día siguiente) despertó con la peor resaca de su vida… No, pensándolo mejor había tenido peores.

A su lado el musculoso cuerpo de su polvo de cumpleaños insistía cruelmente en cubrir su cuerpo esculpido por los Dioses.

—Supongo que eso cuenta como un regalo —acotó al darse cuenta que KiBum había despertado.

—Serás cabrón…

Una melodiosa carcajada fue la respuesta que recibió y no pudo importarle menos.

El pasante (mal chiste propio) se encaminó hacia la puerta y estando a punto de salir, Kim sintió algo que hace mucho no sentía.

—¿Cuál es tu nombre? —Se apresuró a preguntar contrariando los principios que se había autoimpuesto hace un tiempo.

El moreno le dedicó una nueva y petulante sonrisa al voltear el rostro y él no tuvo otra más que sentarse en la cama.

—Choi MinHo —respondió sereno—; y WooHyun sabe cómo contactarme.

 

Y ahí voy de nuevo, pensó KiBum al verlo desaparecer tras la puerta. 

Notas finales:

¿Qué les pareció? 

Déjenme sus bonitas opiniones.

Respecto a fanfic inconcluso... bueno, ese lo tengo escrito en mi portátil, el portátil que lamentablemente está en reparación desde hace ya un tiempo debido a una pieza faltante que se rehúsa a aparecer. 

Intenté reescribirlo, pero estoy inconforme con el resultado. Así que ya será luego.

De igual forma, pueden pasar a echarle una miradilla. 

Gracias <3


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