Me era imposible apartar la mirada del reloj en la pared, realmente quería irme… mejor dicho, ¡tenía que irme! ¡Y pronto! Pero en cambio estoy escuchado a mi maestro hablar de Sigmund Freud. Vamos, está bien que estoy en la carrera de psicología y que el psicoanálisis es parte del programa de clases pero… ¡tengo que salir de aquí!
Mi cerebro se hará añicos si sigo escuchando la teoría de Freud, sé que tengo que aprender el tema para pasar los exámenes pero tengo algo más importante que hacer, estoy a punto de mandar al demonio todo si no suena la maldita campana; estrello la cabeza contra el libro que tengo enfrente y de inmediato me regaño. Coño eso dolió mucho. Comienzo a guardar todas mis cosas, no puedo seguir aquí cuando tengo algo que hacer y entonces…
¡La campana!
Termino de guardar mis cosas y me en carrero hacía la puerta, ya para nadie es raro verme salir corriendo cuando las clases se acaban pero no me importa tengo que llegar rápido.
Cuando llego aún la puerta está cerrada y suspiro de alivio, alzo la mirada y veo el nombre “Sunny Day”, ese nombre siempre me resulto lindo cuando comencé a buscar un jardín de niños.
Me acomodo mejor la mochila en el hombro mientras espero junto a más personas a que las puertas se abran y empiecen a salir las pequeñas bestias; tonteo con una rama de un árbol que encontré tirada para soportar la espera, pero me siento más tranquilo sabiendo que él sigue dentro y no tiene que esperarme.
1 hora después…
Alzo la vista hacía la puerta cuando escucho que la abren y me levanto de la banca donde estaba sentado, miles de cabecitas inundan mi visión y empiezo a buscar a mi cabecita, cuando lo veo no hago otra cosa que rodar los ojos cuando lo veo comer algo mientras camina hacia la puerta.
— ¡Omma! — lo veo correr hacía mí, me agacho y extiendo los brazos para recibirlo. Me abraza y yo sonrío tomándolo entre mis brazos. Lo acomodo mejor en mis brazos y me paro. — Omma llegaste temprano hoy.
Lo abrazo un poco más y le beso la mejilla, — han sido muy pocas la veces que llego tarde por ti cariño. Sólo puedo atinar a sonreír cuando me da un beso en la mejilla. Caminamos hacía la parada del autobús, podríamos ir caminando a casa pero estoy cansado y mi nene también. — Omma ¿Qué comeremos hoy? — alzo la ceja mirando su puchero.
—Venias comiendo algo, pequeño delincuente ¿aún tienes hambre? — frunció el ceño y asintió con fuerza la cabeza. — Aigo, hay pescado en cada bebé… ¿te parece un filete de pescado y verduras? . Me miro haciendo cara de asco cuando mencione las verduras pero al final asintió con la cabeza.
La espera del autobús era larga así que saque los auriculares y mi teléfono, me puse un casquillo y el otro se lo puse a él. A mi pequeño piojo le gusta la música de las idols, para su edad tiene una linda voz cuando canta, quiero creer que es por mí, ya que le gusta que le cante mientras lavo su cabello. — Omma ¿sabes hablar inglés? — me pregunto de repente mientras escuchábamos una canción de un cantante americano.
—Si cariño ¿por qué? — deje que recostara la cabeza en mi hombro y recosté mi mejilla contra su cabello.
—Por el chico que canta omma… ¿sabes qué dice? — sonreí con ternura, mi pequeño podía ser muy curioso cuando se lo proponía.
—Si amor, si sé lo que dice… — él oculto su rostro contra mi cuello y lo estreche un poco más hacía mí.
Estuvimos hay unos 20 minutos hasta que llego el autobús, mi pequeño se había quedado dormido, lo cargue con cuidado de no despertarlo. Subí al autobús con mi bebé en brazos y ocupe un lugar en el autobús. Lo bueno de tomar este autobús era que siempre estaba medio vacío.
Acurruque al piojo en mis brazos sentándolo en mis piernas para que siguiera durmiendo, tome de nuevo los auriculares me puse uno yo y uno mi pijo y puse cualquier cosa en mi teléfono, quería dejar de escuchar los molestos murmullos de las personas. Era realmente molesto, tengo 3 años ya viviendo con esto pero la verdad seguía siendo molesto.
Cuando llegamos a casa baje del autobús y camine unas cuantas cuadras para llegar a casa. — Changmin, bebé… despierta hemos llegado a casa — le dije y el abrió los ojos y los tallo con sus pequeñas manos.
—Tengo hambre omma… — reí cuando los escuche decir eso y lo baje sentándolo en el escalón para entrar y le quite los zapatos, tome sus pantuflas y él se las puso.
—Ve a quitarte el uniforme y lava tus manos, comeremos, haremos la tarea y si lo hacemos rápido podremos preparar galletas. Sus ojos brillaron y corrió a su habitación, sonreí a la sombra que dejo mi pequeño y me quite los zapatos dejándolos en el armario y los guarde junto con los de Changmin.
Fui a la cocina, saque el pescado y las verduras para hacerle de comer a mi glotón favorito. Escuche sus pasos hacía la cocina y voltee a verlo — Sería de gran ayuda si pones la mesa cariño.
—Quería asustarte omma, siempre volteas cuando te espantaré ¿acaso tienes poderes? — le sonreí con ternura a mi niño.
—Tengo ojos en la espalda mi amor… — le guiñe el ojo y él abrió como platos los ojos, corrió a poner la mesa con cuidado como siempre le decía que lo hiciera. Les gusta ver el televisor mientras almorzábamos. Veamos caricaturas por él, pero para mí es agradable con solo pasar tiempo con mi bebé.
Le doy su plato y él me sonríe, da las gracias por la comida y comienza a comer, me doy cuenta que ese hábito de dar gracias lo tomo de mi hermana. Cada que ve algo que le resulta extraño pregunta que es o por que lo hacen y si le agrada lo hace y si no, lo deja botado en sus recuerdos.
Como le dije cuando llegamos a casa, termino toda su comida, dejo su plato en el fregadero y fue por su cuaderno; me levanto junto con mi plato y lo dejo en el fregadero. Levanto lo poco que queda en la mesa, apago el televisor y tomo mis cosas de la universidad del sofá para hacer mi tarea. Escucho que él se sienta a mi lado y saca sus cosas para hacer su tarea. Tiene 3 años mi piojito así que lo ponen a mejorar su letra y le enseñan a leer, es divertido verlo leer mis libros de la universidad parece que dice un trabalenguas. Me siento orgulloso de él siempre queriendo saber cosas nuevas.
Lo amo demasiado.
Le ayudo a terminar de leer su pequeño cuento infantil que le ha dado su maestra, me sonríe guardando sus cosas y me toma de la mano llevándome a la cocina — ya es tarde omma, dijiste que haríamos galletas si terminaba mi tarea… — le sonreí y lo cargue.
—Y si tu omma lo dice… tiene que hacerlo ¿verdad cariño? — el asintió sonriéndome.
Le puse su mandil y me puse el mio, haríamos galletas. Hicimos la masa, Changmin hizo formas extrañas con ellas y las puso en la bandeja para luego meterlo en el horno, — A ver mi pequeño apestoso vamos a meterte a bañar, estas todo lleno de harina — lo atrape por la espalda cuando lo vi querer correr hacía la puerta de la cabeza. Odia que lo meta a bañar pero tengo que hacerlo, sería una mala omma si no lo hiciera. Lo llene de besitos en camino al baño a lo cual el me los contestaba.
Puse a llenar la tina y el comenzó a quitarse su ropa, pero como de costumbre la dejo en el suelo en lugar del bote de la lavandería… ¿acaso le costaba tanto ponerla ahí? ¡El bote lo tenía a un paso de distancia! Lo cargue y lo metí en la bañera, comencé a enjabonarle la espalda, los hombros y el pecho. Tome el shampoo y le lave el cabello mientras le cantaba.
(Jaejoong está cantando Love You More de Junsu)
—Junsu hyung canta esa canción también omma. — me dijo Changmin cuando lo termine de lavar y lo saque de la tina envolviéndolo en una toalla llevándolo a su cuarto.
—Junsu te canta muchas cosas ¿verdad? — le pregunte comenzando a secarlo con la toalla cuando se puso en la alfombra.
—Si, pero me gusta más como cantas tú omma — me sonrío y le di un beso en la mejilla, comencé a vestirlo hasta que el horno sonó anunciando que las galletas ya estaban.
—Changminnie quédate aquí sigue secando tu cabello en lo que saco tus galletas a que se enfríen — el asintió tomando la toalla para secar su cabello; fui a la cocina, me puse el guante para poder sacar las galletas de Changmin y ponerlas sobre el mesón de la cocina.
Fui a la habitación de Changmin de nuevo y cuando llegue ya estaba vestido con su pijama, él me sonrío y corrió a abrazarme; lo cargue y lo lleve a la sala.
Las galletas se enfriaron, serví dos vasos de leche y le di uno junto con sus galletas. Vemos una caricatura que le resulta divertida a él pero yo no entiendo de qué se ríe, eran mejor las series animadas que ponían cuando yo tenía su edad.
Una hora después de estar viendo televisión dio la hora de dormir, — Tienes que ir a dormir MinMin~ — él hizo un puchero pero aun así se levantó del sofá y corrió a su habitación, negué con una sonrisa en los labios tomando los vasos y el plato donde estaban las galletas y las puse en el fregadero; fui al cuarto de Changmin y lo ví metiéndose en la cama corriendo, debe de haber estado jugando; me acerque y lo arrope.
—Omma… te amo… — sonreí y le di un beso en la frente.
—Yo también te amo Changmin — me sonrío y se volteo dándome la espalda para dormir, entrecerré la puerta y fui a la cocina para poder lavar los trastes. Veo el marco que tengo en la cocina con una foto mía y de Changmin una vez que fuimos a Jeju de vacaciones y no puedo evitar sonreír cuando veo lo feliz que estaba Changminnie ese día que fuimos a visitar a mi hermana mayor.
No sé qué sería yo hoy si Changmin no hubiera llegado a mi vida.