Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

1 palabra, 1 drabble por Dashi Schwarzung

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este drabble está dedicado a Hiroshi Hayato, quien dio la primera palabra para iniciar con esta dinámica.  Además de que está pensado como la secuela de su drabble "Acepto" El cual recomiendo ampliamente leer.

Espero que les guste c:

Advertencia: Mucho fluff 

..::Anillos::..

.::.

.

El vuelo hasta Estados Unidos había sido demasiado largo y cansado, habían ido a ese país solo para casarse; y por fin lo estaban, por fin habían dicho ese “acepto” que los uniría por toda la vida.

Los padres de ambos chicos habían estado pensando por mucho tiempo sobre el regalo de bodas de sus hijos; nada se les ocurría, hasta que fue el padre de Taiga el que propuso pagarles un viaje con todo pagado a Hawaii, pues él había visitado tal lugar y había quedado encantado con la majestuosidad de las playas.

Los padres de Daiki no estaban muy felices con la idea, porque… ¿Cómo su hijo iba a irse de luna de miel a un continente lejano, a un país en el que no se hablaba japonés y del que no conocía absolutamente nada? ¡Ni locos!

Pero después de que el padre de Kagami les confesara que su hijo había vivido en Estados Unidos, y que sabía hablar el idioma sin problemas, los padres del chico moreno se quedaron más tranquilos, y resignándose a todos los pensamientos negativos acerca de ese viaje, decidieron  poner de su parte y pagar dicho viaje.

.

Y allí estaban Daiki y Taiga, en la asombrosa suite imperial de un hotel de 5 estrellas; aún seguía siendo un misterio para ellos el cómo sus padres habían pagado semejante viaje, sin embargo, aquel regalo había sido de corazón y por supuesto que no lo desaprovecharían.

—¿Y bien?— Habló Daiki, recostado en la cama, con ambas manos detrás de su cabeza, mostrando sus pecho desnudo con aquellos pectorales bien formados, en una pose muy sexy, claramente tratando de provocar a su, ahora, esposo —¿Qué está esperando Aomine Taiga para venir a la cama?—

 

Taiga sonrió al escuchar su nombre de casado en labios del chico moreno, y antes de unirse a su esposo en la cama, se deshizo de su camiseta, arrojándola en alguna parte del enorme cuarto.

—Estoy admirando la vista.— Mencionó travieso, para luego, sin demora, subirse a la cama y colocarse a horcajadas sobre Daiki, sin recibir ninguna objeción de éste, y de forma demandante se apoderó de sus labios, uniéndolos en un beso tierno, que poco a poco fue cambiando a uno más apasionado.

.::..

.:.

.

Aquella no era la primera vez de ambos. ¡Claro que no! Pero sí era la primera de ambos ahora como una pareja de casados, y los sentimientos abundaban en ese momento.

Taiga suspiraba de placer, sintiendo cómo su cuerpo temblaba con cada embestida del cuerpo de su esposo, con cada toque demandante de las manos morenas sobre su piel, con cada beso sobre su espalda.

Daiki seguía arremetiendo contra él, sin despegar sus orbes de la espalda ancha de Taiga que tenía en frente, tomando las caderas de piel bronceada tiernamente, siguiendo con aquellos movimientos de cadera que los llevaban al cielo a ambos.

Daiki miró la mano izquierda de Taiga… notó ese anillo de oro que se situaba en su dedo anular, ese mismo objeto que le decía que aquel chico de cabellos rojos y piel bronceada era suyo, y solo suyo.

Sintiendo su corazón golpear fuerte en su pecho, pudo alcanzar la mano de Taiga, entrelazando los dedos contrarios con los suyos, mirando aquellos anillos de oro que se unían en solo un toque de su mano.

No era solo el deseo, no era sólo aquella necesidad de sentir el cuerpo contrario, era el sentir aquella conexión física y espiritual al entregarse; era el sentir al otro de su propiedad y aquellos anillos los unían en todos los sentidos.

Ambos se sentían completos, sentían sus corazones latir frenéticos, sus cuerpos temblar de sensaciones fuertes y la felicidad inundar cada rincón de su ser…

—Te amo, Taiga…—Musitó Daiki cerca del oído del pelirrojo, apretando aún más el agarre en sus manos, hasta que sus anillos chocaban.

—Y yo a tí.— Una pequeña sonrisa se mostró en sus labios, girando un poco para encontrar aquellos labios morenos que lo volvían loco, sin que Daiki pudiera despegar su mano de la suya, era un toque cálido y suave que a Taiga le encantaba sentir entre su piel.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).