Te amaba, en realidad te amaba era tu acosador en la sobras, me había enamorado de ti de esos ojos miel, de ese cabello azabache, de esa blanca piel, estaba perdidamente enamorado de ti, pero el destino es cruel ¿Cómo no serlo? Amabas a alguien más en vez de a mí. Y yo lo odiaba a él
¿Por qué? Razones, él podía tenerte aun si eran primos él podía amarte, eso encendía lo más oscuro de mi ser. Era conocido como una versión oscura, puedo parecerme a quien amas pero soy todo lo opuesto a él ¿Cuántas veces ya he soñado con matarle? Con arrancarles esos rubios cabellos, con sacar esos ojos azules, con contarle la garganta.
Je, te deseo solo para mí ¿Una vil obsesión? No lo creo, no creo que sea. Ojala pudiera arrancarte del corazón a esa miserable alimaña que puede tenerte y que yo no puedo que te sonríe con cariño y yo no puedo sonreírte, ¿Por qué no me acerco a ti? ¿Por qué no intento conocerte? Jamás me he caracterizado por ser alguien tímido ¿Por qué entonces?
-Len –Me llamo Kaito con aquel ceño fruncido de siempre – ¿Es que acaso no me escuchas imbécil?
-Si te escucho pero no quiero responder tus malditas estupideces –Dije molesto –
-Mentira de seguro andabas perdido pensando en ese pelo azabache –Dijo mi hermana –
-Cállate Rin –Dije molesto con ella enviándole una mirada de muerte –
-Ya pequeño Len que si sigues así te podrás viejo antes de tiempo, se te quitara lo bonito –Dijo Miku con una sonrisa arrogante mostrando aquellos colmillos como si de un vampiro se tratara –
-¡No me digas pequeño! ¡Y una mierda de que sea bonito! –Dije molesto para irme de allí –
-Hay está peor que Luka con la menstruación –Dijo Kaito soltando un suspiro –
Me largue de allí estaba molesto no me gustaba que me dijeran pequeño tampoco que era bonito, ¿Por qué? Porque así le decían a ese desgraciado, a él le decían que era pequeño que era bonito que era tierno y adorable ¡Una mierda con eso! ¡Yo no soy así! ¡Yo jamás seré él!
-Len –Me gritaron me voltee para mirar quien era –A…no eres tú –Maldito peli azul como se atreve a confundirme con esa basura simplemente le di un puñetazo en la cara –
-¡No vuelvas a confundirme con la basura de Kagamine! –Le grite hecho una fiera para que me mirara asustado –
-Lo siento, lo siento –Dijo cubriéndose el rostro para que no siguiera golpeándole aterrorizado –
-Imbécil –Dije para seguir mi camino, realmente me molestaba que me confundieran con él, malditos nuestros nombres similares malditas nuestras apariencias iguales pero yo no soy él… y si fuera él ¿Así podría tenerte verdad? –
Saque esos pensamientos malditos de mi cabeza, para seguir mi camino de largo hasta mi hogar. De repente me tropecé con alguien.
-¡Es que no miras por donde caminas! –Le grite molesto –
-¡Es que tú tampoco! –Me dijo de igual manera, observe quién era mis ojos se abrieron de par en par –
-Lo siento – ¿Por qué demonios me disculpaba? ¡Yo no soy así yo no me disculpo con nadie me vale madres!… pero –
-Está bien –Me dijo limpiándose me estiro su mano como ayuda a levantarme cosa que tome, mi corazón comenzó a latir rápidamente –Estoy apurado con permiso –Y con eso se alejó de mí –
Me quede parado en donde estaba mirando mi mano, la mano que había tocado la suya, sonreí momentáneamente, para luego fruncir el cejo ¡Malditos sentimientos de colegiala enamorada! ¡Debería darte una maldita paliza por hacerme sentir de esta maldita manera tu desgraciado imbécil! ¡Cómo te atreves a hacerme sentir así!
¡O como te desprecio! ¡A ti y a ese rubio imbécil! A él porque puede amarte por que puede besarte por que puede estar a tu lado, a ti porque lo amas a él, a ti por hacerme sentir sentimientos mediocres sin sentido ni razón. ¡Ah como me odio a mí mismo en estos momentos!
Éramos desconocidos, aunque yo sabía hasta la más ligera cosa de ti, lo que te gustaba lo que te desagradaba lo que usabas. Hasta te había robado cosas. Que tú dabas por perdidas. ¡Malditos sentimientos que me hacen un acosador patético! No puedo más con esto no puedo seguir con esto.
-Acabare con el estorbo en mi camino –Dije tomando un cuchillo entre mi manos, si lo mataba a él ¿Tú me amarías? Éramos dos caras de una misma moneda éramos parecidos pero totalmente diferentes –Lo acabare, no podemos ser dos Len en este mundo… solo puede haber uno ¿No es así? Lo siento pero solo el mejor quedara
Estaba preparado, mi trampa mi trabajo te atraparía Len Kagamine, te atraparía y te mataría como a una mariposa que le rompen el ala, jamás volverás a volar. Eres un estorbo en mi camino, y de él te voy a apartar.
-¿Tú no eres Magane Len? –Dijo él con una sonrisa en sus labios –
-No te atrevas a pronunciar mi nombre desgraciado –Dije entre dientes –
-Qué carácter parecer perro rabioso salido de la jaula –Me dijo con un puchero ¿Crees que yo caigo en esa adorable cara? Se vale soñar – ¿Qué haces aquí?
-Oh…ya verás –Dije sacando el cuchillo que guardaba entre mis ropas –
-¿Qué estás haciendo? –Dijo mientras sus ojos mostraba el terror y comenzaba a correr, lo perseguí para clavar el cuchillo en su espalda, comenzó a gritar así que lo voltee cortando su garganta veía como la vida se iba de sus ojos mientras, comencé a clavar mi cuchillo una y otra vez en su pecho deleitándome con esos quejidos agónicos hasta que no se escuchó nada, la sangre que empapaba mi cara. Era de lo más exquisita. Ojala vieras la obra de arte que he creado. Con la sangre de quien amabas… Ja… pero no te preocupes no sufrirás mucho mi amado Rei, pronto tu corazón me pertenecerá o estará entre mis manos. Como las de él.
Enterré aquel cuerpo lejos, nadie jamás lo encontraría me había cargado de no dejar evidencias. A mí ninguno de sus amigos me conocía y no trataba ni siquiera con él. Una carta falsa de tu amado y caíste redondito ¿No es así? Estúpido torpe enamorado… pero no te preocupes yo cuidare bien de Rei… él me amara solo a mí. ¡Él me pertenece a mí!
Como repudio la palabra llamada amor, me da tanto asco. Pero intentare que me ames… si…si ámame… tienes que hacerlo…y si no lo haces ódiame y acaba con este grotesco sentimiento. ¡Este maldito sentimiento que odio tener! ¿Sabes lo único que quedo de tu novio verdad? O si yo te lo entregué en un frasco en tu habitación, esos ojos azules que eran tu adoración.
Desespero, desespero y dolor lo que había en tus ojos. O realmente no sabía que tan bonito era ese rostro en ti. Se ve hasta más bonito que esa cara de enamorado que siempre ponías. Pero tenía que fingir preocupación, de observe cabizbajo en el baño de la institución.
-¿Estas bien? –Te pregunte, aunque sabía que no era así –
-Eso no es de tu incumbencia –Dijo con molestia para mirarme –Tu eres el chico de la otra vez, Magane Len
-Ni por que pregunte, realmente que me das igual –Dije para seguir de largo ¿Tan agónico era tu dolor que pediste que no me fuera? ¿Tanto estabas enamorado de él que por mi cara similar pediste que no me marchara? ¡Ha como te repudio como te odio como te desprecio! –
Así que todos se habían enterado de la muerte del rubio, y te mandaban sus condolecías. Ja que vanos sentimientos hipócritas. ¿Por qué sentirlos? Estabas tan metido en tu mundo que ya no te fijabas en mí. Me molestaba… me molestaba porque tú me pertenecías. A Pesar de que él ya no estaba en mi camino armaste esa maldita pared invisible.
-Realmente que estás raro –Me dijo Meiko –
-Me vale madres sigo siendo el mismo –Dije muy serio no necesitaba que pensaran eso, no necesitaba de nadie –
Llego esa vez, que pediste ir a mi casa. Que haríamos un trabajo junto. Te observaba tus ojos parecían vacíos ¿Sabes que tan bellos son esos ojos miel así de vacíos? Son encantadores.
-¿Por qué tardas? –Dije muy molesto con él para voltear a mirarle, sujetaba un cuchillo en su mano –
-¡Esto es por Len! –Me grito yo solo sonreí, si supieras cuanto odio la palabra amor, es tan repúgnate. Cerré mis ojos preparándome para la puñalada, ah morir en tus manos, ódiame, ódiame y acaba con esta insensatez… esta mediocridad que se ahoga en mi pecho –Maldito, maldito, maldito –Una y otra vez ese mismo puñal hasta morir y que todo se volviera oscuro. ¿Sabes que tan bello se vez tu rostro cubierto de carmín? Al fin… este grotesco sentimiento desaparece… –
Fin…