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Just One Kiss por Yokukane

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Notas del fanfic:

Mi primera vez escribiendo un BaekYeol y más aún, escribiendo acerca de los chicos de EXO, B.A.P es mi adoración y todos lo saben, pero ésta vez decidí hacer una excepción ya que entre mis preciosos no encontré ninguna combinación de pareja a la que le fuese tan bien ésta historia a como podría irle a un BaekYeol (Como anillo al dedo).

 

Disfruten por favor, espero y las EXO-L no me maten, repito, no conozco muy bien a los chicos de EXO, pero me pareció que la actitud que muestran los chicos (en ocasiones) le iba bien a los personajes principales. Es todo.

 

¡A leer! 

Notas del capitulo:

Durante el capítulo trataremos sólo flashback, y es que estos son de importancia para la breve historia (Porque sí, será breve). 

Entre risas y algunos golpeteos provocados por el impacto contra lo que parecía ser madera, más específicamente, una mesa, el solitario lugar era adornado por las sardónicas risas de un castaño de sonrisa amplia y mirada gatuna, el cual y a parecer de cualquiera, posiblemente estaría disfrutando plenamente de su vida, y así era, disfrutaba de burlarse de su amigo ahí presente, un hombre igual de castaño que éste el cual no dejaba de ocultarse tras su flequillo dado a las atenciones recibidas por el resto de los comensales.

 

—¡JongDae por favor! Estás llamando la atención de todos… —Regañó aquel de delicadas facciones, hastiado de recibir innecesarias burlas por parte de su acompañante.

 

—Pero tu reacción, ¿de verdad? ¿Fue todo lo que le dijiste a SuHo? —Joder, de sólo recordar aquella escena la presión se alojaba nuevamente en su pecho.

 

 

- - -

 

 

Sábado por la noche, un día más en la semana para los amantes de las fiestas los cuales aprovechaban aquellos que acostumbraban a ser sus días libres y salían a festejar por una noche, en caso de BaekHyun, la cosa era diferente. BaekHyun no era de salir los fines de semana, mucho menos a fiestas, él sólo quería pasar un sábado sencillo en casa de su pareja y al saber que esa noche éste tendría su descanso se dijo a sí mismo ¿por qué no? El día de mañana él no tendría que asistir a la oficina, muy por el contrario, le habían dado un respetable fin de semana para descansar de los deberes ¿qué mejor que pasarla bien en compañía de su pareja?

 

BaekHyun se había tomado la libertad de escoger entre un amplio repertorio de múltiples cintas enfocadas en géneros variados, desde horror, drama, suspenso, acción, fantasía, hasta inclusive, sí… romance; todo con la intención de pasar una noche a solas con su pareja, y quizá algo más. El calor subió a sus pómulos al pensar en aprovechar aquella noche para por fin entregarse a su pareja. Después de salir por más de tres años y nunca haber sido tocado por él, ni mucho menos orillado a hacerlo se sentía con la necesidad de premiar a SuHo, él se lo merecía, había esperado por él un amplio tiempo y, por si no fuese poco; dio una corta mirada a la sortija en su anular izquierdo; pronto se casarían. ¿Podría haber un hombre más dichoso en la tierra que él? La respuesta… No.

 

Pero la vida es curiosa, la vida se encarga en ocasiones de darte lecciones, pero ¿cuál sería la lección esa noche para BaekHyun? Él, un novio ejemplar, ¿qué motivo tendría el karma para darle un puñetazo en la cara? Recordaba muy bien rezar todas las noches, inclusive pedir por el bien de sus amigos y hasta cierto punto podrían castigarle de buen samaritano, si es que aquello fuese penado por la ley. Un ciudadano ejemplar el cual quizá de lo único que pecaba era de homosexual, pero eso sólo sus amistades lo sabían, y no era ningún crimen, para nada. Amor era amor y él estaba muy enamorado se SuHo, pero… ¿Y SuHo?

 

Se adentró al departamento del mayor con ayuda de la llave extra que éste mismo le había brindado; claro que tenían copias de sus apartamentos, ¿por qué no vivir juntos? Aguardaban al matrimonio, por supuesto.

 

Caminó a pasos lentos, adentrándose en el hogar de aquel hombre, esperando tomarle por sorpresa; otra de sus muchas particularidades era su habilidad para ser detallista y un tanto soso en el romanticismo, así es, BaekHyun era un hombre criado a la vieja escuela en el amor, y eso no tenía nada de malo… porque él creía que a SuHo eso le había enamorado de su persona.

 

Avanzó paso por paso hasta la sala de estar. Vacía. El lugar estaba a oscuras, como si no hubiese nadie en él, pero no… SuHo le había dicho que estaría en casa, ¿Y sí…?

 

A…¡Ah! SuHo-yah…

 

Un quejido captó su atención, y tras agudizar su oído, más y más se le sumaron a aquel de manera nada silenciosa, cada vez más acelerados, cada vez más repetitivos. El castaño se había cansado ya inclusive del tono en que era murmurado el nombre de su futuro conyugue.

 

SuHo-yah… más rápido, más… ¡Ah! Ahí… de nuevo…

 

“No podía ser cierto… “, susurró su mente.

 

Una de sus manos se había posado en la puerta, intentando palpar el sonido sin necesidad de espiar, detestaba invadir la privacidad, pero… ¿Y si era sólo un malentendido?

¡SuHo-Yah! Aah… ¡Me vengo!

 

“A la mierda los malentendidos…”, respondía su consciencia con ira.

 

Los gritos en éxtasis se hicieron más claros al girar el pomo y dejar a la vista un par de cuerpos desnudos sobre las mullidas, y ahora deshechas, sábanas brillaban bajo la húmeda capa de sudor que les cubría tras el acto. Sus gemidos terminaron por acompasarse (de forma forzada) al escuchar el pestillo ser girado, revelando una sombra colarse debido a la luz de la luna.

 

—¡BaekHyun! —Gritó el castaño, notablemente sorprendido, quizá incluso molesto por verle ahí.

 

“¿Molesto? El molesto debería ser yo”, se dijo a sí mismo con rabia contenida.

 

El castaño se alejó de aquel cuerpo que yacía sobre su cama con tal rapidez que le hizo murmurar un gemido por lo bajo dado al movimiento con el cual había salido su pene, aparentemente, de aquel quien parecía desfallecer bajo el cuerpo de JunMyeon.

 

Zhang YiXing, era el nombre de aquel azabache. Podía recordarlo muchas veces de la oficina con SuHo, solían compartir horarios y desde hace más de un año estos habían comenzado a tratarse más a menudo debido a un proyecto en la compañía de su pareja… o quizá ex pareja.

 

—Siento interrumpir, yo sólo venía…

 

—¡Puedo explicarlo!

 

—…

 

Silencio entre ambos. ¿Qué tan estúpido le creería JunMyeon como para pensar siquiera que BaekHyun se detendría a escuchar sus excusas baratas? Ni siquiera le había dado tiempo a responderse aquella pregunta, abandonó la estancia, tal y como planeaba hacerlo del departamento y ¿por qué no? De la vida de JunMyeon.

 

Estaba encolerizado, molesto, furioso, por segundos inclusive pensó en destruir todo ahí mismo, pero no… no iba a hacer una escena, porque BaekHyun no era así, él quería vivir una vida plena, llena de amor y con calma, tal parece que no podría tener aquello, no al lado del hombre de quien se creyó enamorado y creyó que también le amaba.

 

¡BaekHyun! —Escuchó su nombre ser clamado a mitad de la calle. —¡BaekHyun! —Vaya que era insistente. —¡BaekHyun detente, carajo!

 

—¿Dejarás a Zhang YiXing solo? Eso no es ser un buen anfitrión, Kim JunMyeonnie

 

Kim JunMyeonnie. SuHo temió por su vida, temió por todo lo que involucrase a BaekHyun a su alrededor, incluso por el que sería su futuro, porque BaekHyun siempre le llamaba por múltiples apodos y múltiples maneras; Junnie, Myeon-ssi, Yeobo, incluso SuSu, pero… ¿Kim JunMyeon? Su relación nunca había sido tan formal, y el ser llamado de aquella forma le hizo saber que algo había e iba a continuar cambiando.

 

—Vuelve a tu apartamento, JunMyeon-ssi, —Alegó el castaño y sin más que decir pensó en desaparecer tras darle la espalda para continuar su camino. Una mano fue más rápida que su andar, pues le había detenido en su intento por avanzar.

 

—¡No! ¡No te irás sin escucharme! —Exigió el castaño a mitad de la ya no tan solitaria calle donde no portaba más que una bata de baño, pantuflas para nada masculinas y su dignidad, bueno, ésa ya se encontraba por los suelos al igual que sus calzoncillos.

 

—¿Escuchar qué? —Elevó ligeramente la voz. —¿Qué ibas a prestarle ropa a YiXing-ah y accidentalmente tropezaste hasta que tu pene terminó dentro de su ano… múltiples ocasiones? —Sus fuertes y mordaces palabras habían dejado al hombre sin aliento. ¿Quién era ese hombre y qué había hecho con el dulce BaekHyun?

 

La falta de aliento debido al impacto en SuHo hizo que BaekHyun chasqueara su lengua contra su paladar. No había más qué decir. Por tercera vez se liberó del agarre y continuó, ésta vez nadie le iba a detener.

 

—¡Es tu culpa al no ser un novio ejemplar! —Gritó el hombre, siendo aquello suficiente para detener al más joven, y no sólo eso sino también para regresar a su posición, sólo para dejar su palma perfectamente adherida a la mejilla de quien ahora era un bastardo para sus recuerdos.

 

—¡¿Novio ejemplar?! ¿Y te atreves a hablar de ello? Perdóname, pero no me he revolcado con nadie más, —Vociferó, tan fuerte que los peatones hicieron un círculo a su alrededor tan sólo por presenciar aquella pelea marital, la cual era toda una escena, y eso debieron creer el resto de los vecinos pues incluso se asomaron por sus balcones y ventanales, sólo por aquel par de homosexuales a media calle.

 

—¡Si nos hubiésemos acostado antes, nada de esto estaría pasando! Si tan sólo hubieses satisfecho mis necesidades no hubiese tenido que recurrir a alguien más! —Un segundo golpe se sumó al primero tras aquella barbaridad dicha por el mayor. Joder, las manos comenzaban a dolerle al menor.

 

—¡Eres un hijo de perra! —Murmuró. Esperaba y Dios le perdonase por blasfemar contra la madre del castaño, pero en ese momento la ira le quemaba la poca cordura que había en su sistema. —¿Hablas en serio? Joder, eres increíble, no sé cómo me fije en un tipo tan desagradable como tú… —Se tomó por los cabellos, avergonzado de sus malas decisiones. —Me hiciste perder tres años… ¡Tres! ¿Hace cuánto te revuelcas con YiXing? —Exigió.

 

El castaño, calló.

 

—¡Habla, SuHo!

 

—Hace año y medio… —Joder, saber la verdad nunca había dolido tanto.

 

—Eres un… —Respira, BaekHyun, respira. —¿Sabes? —Sonrió, sonrió con toda la sarna que ahora se alojaba en su pequeño ser. —fui a tu departamento con esto… —Alzó aquella bolsa repleta de cinturas apiladas en sus cajas. —Estaba planeando ver todas ellas contigo, a tu lado… hacer el amor en una pequeña escena que pudiese acercarnos un poco más… abrazarte y dejarme hundir en tus brazos, —Reclamó, sorprendentemente, las lágrimas no salieron de sus ojos. BaekHyun era un hombre fuerte, quizá incluso más hombre que JunMyeon. —Pero no… destruiste el que pudo ser nuestro momento, SuHo.

 

—Tú te encargaste de destruirlo, BaekHyun.

 

“Ése hijo de perra”.

 

Un puñetazo llegó al rostro de JunMyeon tras lo dicho, y con ello BaekHyun se ganó los aplausos de los presentes, el vitoreo por parte de las masas, inclusive le alzaron como todo un ganador.

 

O eso hubiese pasado si tan sólo hubiese hecho aquello. BaekHyun se limitó a dejar que sus hombros cayesen con vergüenza, con dolor, con pena de sí mismo y sus acciones, porque una parte de él le había dado la razón a JunMyeon.

 

¿Y si todo era su culpa?

 

 

- - -

 

 

—No puedo creer que lo que JunMyeon dijo te haya afectado, —Alegó el de prominente barbilla tras dar un sorbo a su capuchino.

 

—No es eso… es sólo que…

 

—¿Sólo qué? —Continuó el ajeno, cruzando sus brazos por sobre su pecho en espera de una convincente respuesta.

 

—Quizá tenga razón… —Un golpe terminó en su cabeza, cortesía de JongDae el cual dejó escuchar una risa al ver su molesta reacción.

 

—No puedes creer en lo que JungMyeon dice, anda. Sólo quería salir bien parado en el asunto y no quedar como el maldito infeliz que es, —Y ahí estaba JongDae, siendo el padre que siempre era con él cuando se encontraba pasando por altibajos. —Salgamos mañana, es viernes por la noche.

 

—JongDae, no estoy de humor…

 

—¡Por Dios! ¡BaekHyun! —Gritó exasperado. Agradecía que el lugar estuviese vacío tras echar al resto de comensales después de los múltiples gritos de su amigo. —¡Es viernes! Es viernes de salir, y alocarte un poco, —Dijo, moviendo sus dedos como si tuviese una guitarra de aire entre manos. —Es día de salir con amigos y, eso sólo significa que veremos a los chicos.

 

La sonrisa apareció en labios del chico Byun. Ver al resto le sentaría bastante bien. Hace tiempo que no sabía nada de ellos, desde el viaje de Kris a Canadá tras terminar con Tao y el regreso del chino a su tierra natal, el grupo se había “disuelto”, así como los Beatles, habían tomado caminos diferentes debido a una pareja. Kris había perdido contacto con el resto una vez se aventuró en el modelaje, pero recientemente y ante las palabras de JongDae, había regresado y en busca de todos, claro que sería incómodo ya que al parecer Tao volvería en una semana y eso nadie se lo había informado al rubio de sonrisa gingival. Nuevas caras se verían, de eso estaba seguro, SeHun había comenzado a salir con un primo político de Tao gracias a que el chino era un total casamentero, LuHan era el nombre de éste chico, y al parecer pronto le conocerían. Por otra parte, JongIn por fin había convencido a KyungSoo de salir con él, y esas citas les habían convertido en una “feliz pareja”, Dios, quien diría que KyungSoo terminaría siendo el primero de todos en comprometerse, siendo que todos le veían siendo el soltero solitario de la cuadra, y hacía énfasis en “soltero solitario” dado a que el azabache de enormes ojos detestaba a los animales y todo aquello que le robase su privacidad. De igual forma JongDae, había comenzado una relación y sumado a su grupo a un chico de nombre MinSeok, por el cual podían hacer de esa cafetería su “Base secreta de reuniones”, es decir ¿qué otro lugar soportaría las risas estridentes de JongDae sin sacarlos a patadas hasta vetarlos del lugar? Ventajas tenía el ser novio del empleado estrella.

 

—¿Algo más? —Cuestionó un pequeño chico de abultadas mejillas y sonrisa semejante a la de un roedor.

 

—Tú en bandeja de plata, bonito, —Aduló el joven JongDae, guiñando uno de sus ojos al ruborizado MinSeok quien, a espaldas de su jefe, dio un golpe con la dicha bandeja sobre la cabeza del chico. —¡Auch!

 

—Estamos por cerrar. Detesto echarlos, chicos. Pero mi jefe en verdad quiere a JongDae fuera… —Y tras ello, las miradas en la mesa terminaron sobre el castaño quien, con una simple sonrisa ofrecía sus disculpas al mayor de los tres.

 

—Prometo compensarte por tu paciencia, bonito… esta noche, —Los colores subieron a las enormes mejillas del barista, el cual regaló un segundo golpe a la cabeza del atrevido JongDae. BaekHyun por otra parte había abandonado el lugar en un descuido, no tenía planeado escuchar a aquellos dos ventilar su privacidad sexual en un lugar tan… público; y siendo sincero, tampoco tenía planeado el ver a una pareja feliz siendo él un herido en el tema del amor.

Había ocasiones en que envidiaba la felicidad de todos aquellos en pareja, y solteros, porque hasta el día de hoy, él no sabía cómo continuar solo con su vida. BaekHyun se había vuelto un dependiente a JunMyeon, tanto así que tras ver cómo éste continuó su vida al lado del chino su corazón se vio roto, joder ¿cómo alguien podía ser tan cruel?

 

—¡BaekHyun! —Llamó la estridente voz de JongDae. —¡No puedes faltar!

 

—No lo sé, Dae… hay cosas que debo hacer.

 

—¡Tienes que venir! Ya le he dicho a un amigo y él se muere por conocerte…

 

¡Lo sabía! Aquello sólo podía tratarse de los múltiples planes con maña del castaño.

 

—¿Eso querías? ¡¿Presentarme extraños?! ¿Qué clase de desesperado creerá que soy sólo por haber terminado con mi pareja? Dios… debe creer que soy presa fácil, —Dramatizó el mayor.

 

—Ya, si es sólo Park ChanYeol ¿recuerdas?

 

—Park… Chan… —Revisó en sus expedientes mentales, Park ChanYeol, pero nada aparecía en su cabeza. —No tengo idea de a quién te refieres.

 

—¡Anda, Baek! Si es sólo ChanYeol… ¿Dumbo?

 

Recordaba haber escuchado de Dumbo en varias ocasiones.

 

—¿La película de Disney? —Fue suficiente para que JongDae se diese un golpe, literal, a mitad de la cara.

 

—Báh, sólo ve a casa y asegúrate de estar listo mañana por la noche, ¿vale? Pasaré a tu casa faltando media hora para las 10:00 p.m. ¿Okay?

 

—Vale…

 

Se despidieron como era costumbre, un abrazo y un ligero frote en sus espaldas así como golpeteos los cuales eran propios de aquella relación amistosa; el castaño menor regresó al establecimiento para esperar la salida de su pareja, por otra parte, BaekHyun se dirigía a su apartamento, no tenía nada que esperar afuera, ni a nadie que le esperase a él en casa.

 

 

 

 

Se adentró hasta su pequeño hogar, como cualquier otra noche solitaria para sí mismo; cerró la puerta tras de sí y, caminando con desgano hasta su sillón, se dejó caer extendiendo sus piernas a lo largo de aquel mueble con suma comodidad. Era de las pocas ocasiones en que la idea de ser bajito no le desagradaba tanto, el entrar perfectamente en un espacio e incluso así sobrase algo de éste para su persona, era hermoso, simplemente hermoso.

 

Park ChanYeol, ese nombre resonaba en su cabeza aún, pero ¿Quién era Park ChanYeol?

 

 

Su cabeza se iluminó por segundos, un flashback le noqueó al punto en que inclusive su rostro, previamente hundido en los cojines de aquel sillón, tuvo que salir de su escondite con tal de mirar mejor la película que en ese entonces se reproducía en su cabeza.

 

 

- - -

 

 

—¡Corre, BaekHyun! ¡Corre! —Gritaban sus pequeños amigos al otro lado de la cancha deportiva en segundo grado de la escuela elemental, BaekHyun contaba con sólo siete años y se veía de cinco aún. Una carrera sencilla la cual le dejaba a él como el único perdedor, sus cortas piernas no podían más, estaba a punto de desfallecer, pero él no quería perder, porque perder significaba dejar que todos hundiesen su cabeza en el inodoro como castigo al perdedor. Todos iban tan rápido, a excepción de él, y un chico el cual iba a su frente, pero, a su paso posiblemente no sería el perdedor, o al menos eso creía.

 

—¿Quieres ganar? —Cuestionó el alto chico de amplias orejas y enormes gafas.

 

—¿De qué estás hablando? —Murmuró el pequeño BaekHyun tras intentar acelerar el paso y rebasar al chico que, con fácilmente dos largas zancadas tocaría la meta.  

 

—Digo que si tú quieres…

 

—¡Sé de qué hablas! ¿Qué no lo entiendes? Meterán tu cabeza en el retrete si gano… —¿qué acaso era idiota ese chico?

 

—Lo sé, pero está bien si tú estás bien, —Murmuró éste, y, sin pedir permiso siquiera del castaño cargó con él hasta la línea de meta, dejándole caer al otro lado de la línea para sorpresa de todos.

 

Ese día Park ChanYeol terminó con sus castaños rizos bañados en agua de inodoro, y BaekHyun haciéndole compañía debido a la sensación de culpa en su pecho.

 

—Eres un tonto, —Regañó el castaño más bajo con una pequeña toalla entre manos, ayudando al más alto a secarse, claramente estando el empapado niño un escalón más bajo que él, sentado, y BaekHyun de pie en el siguiente escalón. —No debiste hacer eso.

 

—¿Estás bien? —Cuestionó el más alto.

 

—¿Ah? Claro que estoy bien, no soy yo quien está empapado en agua sucia… —Y tras hacer una asqueante expresión, dejó escuchar una risa.

 

—Eso me hace feliz, —Alegó el pequeño ChanYeol.

 

El mayor (en estatura) se alzó, sorprendiendo al mayor (en edad). BaekHyun le miró curioso debido a la intensa mirada que Park ChanYeol le dirigía, lo cual comenzaba a asustarlo un poco.

 

—¿S-sucede algo? —Y sin más, Park ChanYeol, con timidez, sujetó las abombadas mejillas del castaño menor, acercando su rostro hasta el del ajeno y así terminar por unir sus labios.

 

—¡Yah! ¡Profesora! ¡ChanYeol me besó! —Gritó un asustado BaekHyun tras correr entre llantos a las piernas de la docente, la cual miró con reproche a un avergonzado ChanYeol.

 

Ese día BaekHyun chilló ya que su infantil mente creía que terminaría teniendo un bebé de ChanYeol tras ese beso, sólo para comprender que los bebés no nacían de besos, y que los hombres no podían concebir bebés. También fue el día en que Park ChanYeol se cambió de curso y nadie volvió a saber de aquel chico, hasta ahora.

 

 

- - -

 

 

“¡Dios, que vergonzoso!” Pensaba el castaño. “Posiblemente me quiera moler a golpes por hacer que lo cambiaran de colegio…”, o al menos, eso creía el chico de marcado delineado.

 

La culpa le invadió, y el temor también, ya no estaba tan seguro de querer volver a ver a Park ChanYeol. 

Notas finales:

Si llegaron hasta aquí espero les haya gustado, aún queda más, así que espero me puedan dar su bonito amor, bebés<3.

 

 


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