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Boy Online por DoritoCoupleProductions

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Notas del capitulo:

¡Holis! Pues nada, aquí estoy, por fin, publicando mi primer fic. Bueno, en realidad no puedo decir que es mío ya que verdaderamente es un fic conjunto entre mi grupo de amigas. Cada una ha aportado una pieza que ha ayudado a escribir esta preciosa historia. Así que, disfrutad leyendo, tanto como yo lo he hecho escribiendo. — X

 

¡Buenas a todos! Me gustaría simplemente agradecer a todas las que han hecho posible que podamos empezar la publicación de esta historia, y en especial a X, que estuvo dispuesta a llevar a cabo una de mis disparatadas ideas y convertirla en esta historia que tantos buenos momentos nos a proporcionado. Estoy muy orgullosa, como Beta Reader, como escritora y como lectora de los resultados que está dando este humilde fanfic. Gracias a todos por esta oportunidad. — A

"¡Hola, corazones solitarios!


Al habla Princesk.


Otro día en el que mi agonía continúa y todo por culpa de él. Creí que la mañana comenzaría bien ya que, de camino a clase, me saludó sonriendo. Inmediatamente me puse de buen humor con su contagiosa alegría, sintiendo como una sonrisa se formaba en mi propio rostro. Todo era maravilloso hasta que él me reveló la razón de su felicidad. Alguien se había adueñado de su corazón y ese alguien no era yo. Sentí mi corazón estallar en pedazos como una estrella a la que le llega su hora. Intenté fingir otro sentimiento que no fuera una desolación absoluta pero no fui capaz por lo que solo atiné a sonreír levemente y balbucear que tenía prisa por llegar a tiempo a un examen. En vez de eso, entré en el baño, notando como la ira recorría todo mi cuerpo e intenté tranquilizarme frente al espejo, mirándome atentamente. "¿Por qué no me desea?, ¿por qué no puede reciprocar mis sentimientos?" Mi rabia pudo con mi razón y, sin darme apenas cuenta de lo que hacía, le propiné un fuerte golpe al cristal que, para acentuar aún más mi terrible desgracia, estaba roto. Sentí como la sangre se resbalaba por mi muñeca y metí la mano debajo del grifo antes de poder manchar mi preciosa chaqueta nueva. Al final acabé en el hospital con 5 puntos que, seguramente, me van a dejar una horrible cicatriz, pero no más grande que la que él ha dejado en mi corazón. El dolor que siento, tanto en mi mano como en mi pecho, me obligan a dejar el blog durante una temporada. No me echéis mucho en falta; volveré.


Último consejo, no os enamoréis, bajo ningún concepto. Nunca sale bien.


Lo juro.


                            


               Publicado hace 2 años por Princesk.


 


— ¡Woohyun!—Se escuchó el claxon del coche y Woohyun sonrió, soltando un leve suspiro mientras cerraba el portátil, cogiéndolo al levantarse del suelo de su ya vacía y vieja habitación.


—Ya voy, mamá —Le devolvió el grito a su madre mientras salía de la casa algo apurado, no queriendo hacerla esperar por más tiempo. Entró en el coche, que estaba estacionado delante del camión de mudanzas, aun sonriendo y miró a su madre—. Lo siento, estaba despidiéndome de la casa. —Su madre le devolvió la sonrisa mientras le revolvía el pelo.


—Ya verás como la nueva casa te encantará, todo será nuevo allí.


Woohyun desvió la mirada hacia su casa a través de la ventana, echándole un último vistazo antes de cerrar los ojos, mientras sentía como su madre arrancaba el coche y dejaba que por su mente pasaran imágenes de todo lo vivido en el que había sido su hogar. Sin darse cuenta se quedó dormido, soñando con su padre, el cual había fallecido hacía casi un año, obligándoles a cambiar su vida por completo después de haberse gastado el poco dinero que les había dejado.


—Mejillas de azúcar...cariño... ¡despierta!


Woohyun despertó dando un brincó y dándose contra el techo del coche.


—Joder, mamá —maldijo, mirándola dolido mientras se acariciaba la zona del golpe-. Me has asustado.


Ella solo se rio y salió del coche rápidamente cuando observó la mirada de odio que su hijo le lanzaba. Woohyun la siguió, comenzando a reír también y la atrapó en un abrazo por la espalda cuando llegaban a la puerta de la casa. De repente se fijó en la estructura que tenía delante y se quedó embobado. Desde luego, no era como la que habían dejado atrás, pero era mucho mejor de lo que se esperaba...


—Es genial —Le susurró a su madre mientras le sonreía y esta se lo sacudía de encima, riéndose de nuevo.


—Nam Woohyun, soy tu madre, no tu novia. Que la gente no malinterprete nuestra relación, he oído que por aquí hay muchos hombres —sonrió pícara y se metió corriendo en la casa, sin darle tiempo de reaccionar a su hijo, que la siguió después, quejándose.


—Estás loca, mujer.


Empezó a recorrer la casa, mirando como su madre se entretenía en la cocina, cantando lo bonita que era. Su madre amaba cocinar; de hecho, ese era su trabajo. Woohyun subió al piso de arriba para buscar su habitación, ya que había estado muy ocupado con todo el lío de matricularse en la universidad como para poder haber visitado la casa antes. Llegó al que, según pudo deducir, sería su cuarto.


—Vaya...-sonrió ampliament-.


Era justo como lo deseaba, amplio y con una gran ventana con un asiento acoplado, algo que solo había visto en películas. Se acercó lentamente a la ventana y descorrió las cortinas, mirando como su madre y los hombres que había contratado ya empezaban a vaciar el camión con todas sus cosas. Bajó con paso rápido para cogerle la caja de las manos a su madre justo cuando esta entraba en la casa.


—Ya llevo yo esto, vieja —Woohyun la llevó a la cocina antes de que su madre pudiera decirle nada.


— ¡Eh! —Se quejó cuando su hijo ya se alejaba—. ¿A quién llamas tú vieja, enano? —preguntó divertida y volvió a salir a por más cajas.


 


Pasaron las horas y pasó el día y tras mucho trabajo, descansos y comidas, madre e hijo se dejaron caer en el ya colocado sofá de la sala, cansados, resoplando. Los dos empleados se habían ido después de vaciar el camión y de haber cobrado. Woohyun miró a su alrededor, observando todas las cajas aún por vaciar a su alrededor.


—Mamá, estoy muy cansado, me iré a la cama —El chico se levantó, apoyándose sobre la rodilla de su madre y le mandó un beso con la mano, a lo que ella contestó fingiendo que lo atrapaba y colocándoselo en la mejilla. Él solo rio, alejándose escaleras arriba.


—Buenas noches, mejillas de azúcar —contestó ella, segundos antes de que su hijo despareciera de su vista. Woohyun asomó la cabeza desde el rellano de la escalera, mirándola con fastidio. Odiaba ese mote.


—Vete a dormir, vieja, que mañana toca bingo —Soltó una sonora carcajada ante su propio comentario y escapó con rapidez a su habitación al ver la cara fingida de ofensa de su madre. Cerró la puerta con pestillo tras él y escuchó como segundos después su madre daba golpes contra ella.


— ¡Eso, escóndete, cobarde! Ya te pillaré, ya...


Woohyun escuchó los pasos de su madre alejarse y sorteó las cajas esparcidas por todo el suelo para poder tirarse boca abajo en su nueva amplia cama de matrimonio, que había sido un capricho suyo para su nuevo cuarto. Se dio la vuelta y se quedó mirando al techo unos segundos, perdido en sus pensamientos. Estiró el brazo para coger su portátil del suelo y lo abrió frente a él. Puso algo de música antes de levantarse y empezar a desnudarse para meterse en cama. Estaba algo desanimado porque no tendría internet hasta dentro de unos días y tendría que aguantar sin poder leer su blog favorito. "Aunque ya lo he hecho una vez", pensó al recordar lo que estaba leyendo esa mañana: la última entrada que su blogger favorita había subido antes de haber estado dos meses sin publicar nada más. Sonrió. No sabía por qué, siempre sonreía al pensar en ella. Llevaba años leyéndola y ni sabía cómo era físicamente, ni siquiera sabía su nombre, pero sabía que ella era especial. Por lo menos para él.


Con estos pensamientos, Woohyun se acostó y apagó el ordenador, dejando que el agotamiento lo arrastrase a un sueño profundo y bien merecido.


 


— ¡WOOHYUN! —Su madre aporreaba la puerta por quinta vez ya cuando este despertó, cegado por la luz del sol que entraba por completo a través de la ventana. Había olvidado cerrar las cortinas la noche anterior.


 — ¡YA VOY! —gruñó adormilado, pasándose las manos por la cara y el pelo, intentando acostumbrarse a la luz que le obligaba a mantener los ojos cerrados.


Woohyun se levantó de mala gana, suspirando con fuerza.


—Baja a desayunar cuando estés listo, hoy tenemos mucho trabajo que hacer —Su madre cambió por completo su tono por uno dulce y falso antes de irse. Woohyun no pudo hacer menos que reírse por la voz que ella había puesto, mientras buscaba alguna caja con algo de ropa y se ponía lo primero que encontraba para bajar a la cocina, sin molestarse en arreglarse primero. Su madre dio un salto hacia atrás, colocando una mano en su pecho, mirándolo con horror.


—Azucarito, menudas pintas llevas. Por favor, no salgas así de casa, no quiero que nadie se muera al verte en estas condiciones.


Woohyun la ignoró, cogiendo un bollo del paquete que, imaginó, su madre había ido a comprar no hacía mucho ese mismo día. Se lo metió entero en la boca y se dejó caer en una de las sillas frente a la mesa.


—Por favor, hijo, no dejes que nunca, nadie, te vea así —Su madre se acercó a él y le acarició el pelo con una sonrisa.


Woohyun apartó la cabeza y la miró, extrañándose al verla tan arreglada.


— ¿Vas a algún sitio? ¿No era que teníamos muchas cosas por hacer? —Elevó una ceja.


—Estoy guapa, ¿eh? —Le guiñó un ojo— Como ya te he dicho, aquí hay muchos hombres y necesito estar siempre perfecta por si acaso alguno decide pasarse a saludar a sus nuevos vecinos —explicó, radiante de emoción.


Woohyun simplemente la volvió a ignorar mientras su madre revisaba que todas las cortinas estuvieran abiertas para poder ver a todo aquel que pasaba... tal vez al revés, para que todo el mundo los pudiera ver. O más bien, la pudiera ver.


Terminó de comer y se puso a recoger la cocina y la sala, mientras que su madre había decidido salir a lucirse al pequeño jardín delantero, haciendo como que se preguntaba qué podía plantar.


La miró por la ventana y sacudió la cabeza antes de subir a darse una duchar y a cambiarse, porque aunque no lo admitiera, él también quería lucirse.


Nada que resaltar pasó ese día y lo mismo el resto de esa semana en la que lo único que hacían era ordenar, ordenar y más ordenar. Solo salían de casa para ir a comprar y por fin habían terminado el trabajo. Todo estaba perfecto. Además ya tenían teléfono, televisión y lo más importante... internet. Una noche, hacia finales de semana, Woohyun se sentó con las piernas cruzadas sobre la cama, apoyando la espalda contra el cabecero y colocando el ordenador sobre el hueco entre sus piernas. Emocionado, abrió rápidamente el blog de su ídolo, leyendo las nuevas y siempre interesantes entradas, parándose sobre todo en la última, que había sido publicada hacía apenas 10 minutos.


 


"¡Hola, corazones solitarios!


Al habla Princesk.


¡Y ya solo queda 1 día! Espero que hayáis disfrutado de vuestras vacaciones de verano porque ya casi han llegado a su fin. Siento desanimaros pero os prometo que nadie lo está más que yo, por eso, para empezar este curso de una forma especial, me he teñido el pelo de rojo. ¡Sí! Así es, lo que estáis leyendo. De verdad creo que me favorece...o eso es lo que mi madre me ha dicho. ¡Qué pena que mi querido compañero de piso no piense lo mismo! De hecho, creo que ha considerado la opción de echarme de casa nada más verme así. Desde luego, no tiene gusto. Mucha gente me ha seguido con la mirada al pasar y quiero creer que es porque de verdad les atraigo y no porque doy vergüenza con este rojo tan llamativo.


Es probable que escriba menos ahora que empiezan las clases, pero no os preocupéis, vosotros sabéis que siempre vuelvo y siempre lo haré. Para terminar esta preciosa publicación haré un resumen de mi verano. Dormir, comer, comprar, viajar, leer, escribir, dormir. ¿Os gusta? Es mi ideal de verano perfecto.


Lo juro."


               Publicado hace 11 minutos por Princesk.


 


Woohyun terminó de leer y suspiró. Hacía años que la leía y aún no perdía la esperanza de poder hablar con ella y conocerla en persona. A veces pensaba que estaba loco, pero siempre había sido un chico solitario y leer la vida de esa chica le hacía sentir que tenía a alguien con quien compartir su soledad y que nunca le fallaría. Le había dado ánimos cuando más solo se encontraba, por eso, simplemente, no podía olvidarse de ella sin más. Nunca había estado con ninguna chica, y no porque no pudiera, sino porque no quería; ninguna que hubiera conocido le interesaba. Ninguna era Princesk. Echó una última ojeada a la página antes de cerrar el ordenador, apartarlo a un lado y acostarse.


Se la imaginó como siempre lo hacía, una chica normal, pero ahora con el pelo rojo brillante y no pudo contener las ganas de querer acariciar con sus propios dedos esos mechones que sin duda alguna brillarían como el fuego a la luz del sol. Y otra vez se volvió a dormir pensando en ella, como casi cada día.


 


Se despertó feliz y entusiasmado. Al día siguiente comenzaría las clases en la universidad. Era su primer año y estaba muy ansioso por empezar. Se pasó todo ese día vagueando por la casa, pensando cómo sería asistir a las clases en la universidad y ni siquiera se preocupó en comprobar si Princesk había publicado algo porque conociéndola tanto como lo hacía, sabía que hoy no diría nada nuevo, por mucho que él deseara leer cada detalle, incluso lo más insignificante, que pasara en su vida. Decidió hacer algo de ejercicio y salió a correr por la zona residencial, volviendo más tarde completamente rendido para darse una ducha y acostarse. Al salir del baño, se quedó mirando su cuerpo desnudo y sonrió complacido.


—Soy todo un partidazo —dijo para sí y al momento se arrepintió, agradeciendo que no estuviera nadie a su alrededor en esos instantes para poder escucharlo. Si su madre lo viera…


Se vistió algo para dormir y se acostó. "Mañana es el gran día", pensó y, antes de que pudiera darse cuenta, ya estaba envuelto en los brazos de Morfeo.

Notas finales:

Esperamos que lo hayáis disfrutado. No olvidéis dejar un comentario con vuestra opinión. En los próximos capítulos iremos avisando con qué frecuencia publicaremos cada capítulo. ¡Gracias por todo! — A


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