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Volviendo a amar por pinkey15

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Notas del capitulo:

IMPORTANTE: boré el fic por que honestamente apartir del capitulo 3 ya no me gustó, siento que por mi afán de querer actualizar rápido perdí el hilo de la historia y estaba demaciado lejos de a donde quería llegar, espero me entiendan. Por ello, voy a volver a subir el fic hasta el capitulo tres, y a partir de ahí muchas cosas en la trama van a cambiar.

Bien, y a las que son nuevas, espero les guste ^^

-Minho, ¿qué estás haciendo?- me decía con su brillante sonrisa mientras que con las sabanas tapaba su delgado, hermoso y blanquecino cuerpo. Su bonito cabello marrón caía por sus hombros.

-¿no puedo mirar, pero su recorrer tu cuerpo todas las noches?

-¡No digas cosas tan penosas!- me decía mientras se enroscaba más en las sabanas y sus mejillas se tornaban de color rojo.

-jajajaja, está bien, pero tengo algo que pedirte:

Me levanté de la cama, me puse mi bóxer y fui a abrir un cajón del tocador que quedaba a un lado de la cama. Me arrodillé en frente de él, él sonrió y se llevó sus manos a la boca por la impresión.

-señorito. Señorito Francesco, ¿Me haría el honor de casar…

-¡SÍ!!!!!

-¡espera, déjame terminar!- le decía con una gran sonrisa, pues ya estaba colgado a mi cuello y me besaba la comisura de los labios.

-¡nada me haría más feliz que casarme contigo! Te amo, te amo como nunca he amado a nadie.

-yo también te amo.

Fijamos la fecha para la boda, sería dentro de seis meses, pues queríamos casarnos cuanto antes.

Sus sonrisas tan cálidas, su inocencia, su ternura, todo me volvía loco de él, sus bellos ojos verdes que contrastaban de manera perfecta con su cabello castaño claro. Ya no podía amarlo más. No porque no quisiera, sino porque me era humanamente imposible. “regálame margaritas” era lo que me había dicho desde que nos hicimos novios hace un año atrás; y ahora, siempre después del trabajo le llevaba un ramo, el más espectacular que le pudiera comprar. Algunas veces más, otras menos, pero así fuera sólo una margarita saltaba de alegría, me besaba y la colocaba en un florero. Y al caer la noche… lo amaba con locura y devoción, no había una sola noche en la cual no le hiciera el amor.

Faltaba una semana para la boda y yo no cabía de felicidad que guardaba mi alma, ¡Dios, mi esposo! Lo besaba cuando despertaba para ir a trabajar al hospital y antes de dormir, le amaba tanto…

-Minho, soy Onew

-Dime, ¿Qué necesitas?

-No te lo puedo decir por teléfono, ocupo que vengas al hospital.

-voy para allá.

Me sentía inquieto. El largo pasillo del hospital, y la gente que salía y entraba me ponía los nervios de punta. La secretaria de Onew me invita a pasar al consultorio de Onew. El me recibe con un semblante serio, y, aunque con una sonrisa intenta aparentar normalidad, no lo logra.

-Minho, ocupo hablar de algo muy delicado contigo.

-Habla-le dije sin rodeos.

-¿sabes qué es la leucemia?

-sí, cáncer en la sangre, ¿eso que tiene que ver conmigo?

-Lo tiene desde hace seis meses, pero él no había querido decírtelo…

Ni siquiera ocupe que me dijera de quién estaba hablando, las lágrimas comenzaron a caer por mis ojos.

-¿Dónde está? ¡Dónde está!

Corrí hasta la habitación que me había dicho Onew. Alcance a escuchar “él me pidió que te llamara” antes de salir de su consultorio. Llegue a la habitación indicada y entré.

Lo vi ahí. Recostado sobre una cama, conectado a un monitor. Sus brazos con pequeños moretones, tanto por la leucemia, como por las inyecciones que de seguro había recibido. Se veía más pálido de lo normal, y tenía ojeras bajo sus dos ojos. Su imagen me hizo volver a derramar lágrimas, pero esta vez mucho más fuertes. ¿Por qué me estaba pasando esto? ¿Poe qué no me pasaba a mí en lugar de a él? Abrió sus ojos verdes, me miró y sonrió.

-Me da gusto verte. –me dijo y con una mano me indicó que me acercara.

Al llegar a su lado, me senté en la cama, lo levante y lo abrace fuertemente contra mi pecho. Quería detener el tiempo, tenerlo conmigo así eternamente.

-¿por qué no me lo habías dicho? - le dije como un susurro

-No hubieras podido con la idea, te conozco demasiado bien. Minho, necesito que me hagas un favor…

-Lo harás cuando estés mejor.

-Minho, no, ocupo hacerlo ahora.

-No Francesco, recibirás la quimio y te repondrás.

-No mi amor, no he tomado la quimio desde que lo supe. Al fin de cuentas mi caso ya no tenía solución y no quería alargar más mi vida; no quería que vieras como sufro, por eso decidí recorrer este camino sólo.

Yo lloraba y el con su pulgar limpiaba mis lágrimas las cuales caían sin detenerse.

-Minho, quiero que seas feliz…

-NO

-Que me olvides y busques a alguien que te amé igual que yo…

-Eso es imposible, yo sólo te amo y te amaré a ti.

No, eso no. Ahora ocupo que me haga ese favor. Prométeme que me vas a olvidar y vas a amar y vivir con todo tu corazón como lo hiciste conmigo; deseo que seas muy feliz

-Yo…-tenía un nudo en la garganta.

-Prométemelo.

-Te lo prometo.

Muy en el fondo de mi alma, sabía que mentía. Lo besé y el correspondió mi beso. Era un beso tan doloroso…se sentía como si estuviera comiendo vidrio.

-Te amo…

Y vi sus ojos cerrarse con sus pestaña tupidas y soltando una única lágrima. Todavía estaba en mis brazos.

-Francesco, ¡Francesco! No, esto no puede ser verdad, ¡Despierta!

Presione el botón de emergencia

-¡ALGUIEN POR FAVOR! –Gritaba desesperado con los ojos llenos de lágrimas.

En ese momento entro Onew, conecto el desfibrilador y comenzó a dar descargas sobre su pecho. Estúpidamente yo estaba mirando todo desde una esquina, pues me había quedado en shock.

-Lo hemos pedido -me dijo Onew con sus ojos apunto de soltar lágrimas también.

-NO, ¡ESO NO! –Me acerqué a él y comencé a practicar la resurrección de manera manual.

-Minho, ya déjalo – Onew intentó detenerme y yo aventé sus manos al intentar bajarme.

Onew me tomó fuertemente y me bajo. Lo miré con odio y después, Onew me tomó fuertemente en sus brazos.

-Tranquilo…

Llore sobre su pecho una vez más. Eso no me podía estar pasando a mí. Era una cruel pesadilla de la cual quería despertar.

……………………………………………………………………..

Estaba destrozado. Llegue de tu entierro y seguía sin podérmelo creer. Cerré la puerta de nuestra casa, entre a nuestra habitación y me derrumbe. ¿Por qué me pasaba esto a mí? Me tire sobre la cama a seguir llorando, y lloré más al oler tu perfume en las almohadas. Yo me morí contigo, ¿qué hago?

Saco de mi bolso una carta que Onew mi había dado, algo que me escribiste antes e irte. La abro cuidadosamente, al sólo ver tu letra, creo que mi depresión aumento más:

Hola mi amor, ¿recuerdas el día que nos conocimos?, fue en la universidad, yo no alcanzaba un libro en la biblioteca, y tú te acercaste a ayudarme, en ese momento yo quede totalmente flechado por ti. Resta decir que siempre me buscabas y hasta hacías que me saltara mis clases de pintura con tal de poder verte, ¿y sabes algo? Jamás me arrepentí de hacerlo, me tienes totalmente loco por ti Choi, no se queme diste que me hacías delirar por ti desde entonces. Cuando me pediste que fura tu novio fue algo increíble, ni siquiera yo creía que iba a ser el novio del popular Choi, y al paso del tiempo comprendí porque todas querían estar contigo: eres un chico tan amable y a tu lado me siento protegido, porque no necesitaba nada más que tu compañía, estar contigo. Y cuando me amabas en nuestra habitación, mi amor, no miento si te digo que jamás me voy a arrepentir de haberte dado mi cuerpo todas las noches, porque yo fui tuyo y seré por siempre tuyo. Cuando me enteré que ya no podía estar más tiempo contigo me entristecí mucho. Perdóname por no habértelo dicho antes, pero como ni yo sabía cuándo me iría, quería que nuestra rutina siguiera siendo la misma: tus bromas acerca de lo pálida que es mi piel y cómo te gustaba llenarla de besos, y cuando me traías margaritas a casa, sólo espero que me sigas llevando margaritas de ahora en adelante.

Bien, quiero pedirte que aunque sé que es muy difícil comiences de cero. Vuelve a amar con locura, demuestra por qué yo estaba y jamás me aleje de tu lado, por favor, si quieres que descanse en paz, me tienes que hacer ese favor. Yo te lo vuelvo a pedir aquí porque estoy seguro que la primera vez que te lo pida, no lo harás. Te estaré vigilando amor, más te vale que cumplas todo lo que te pido, sólo estoy buscando que seas muy feliz.

POR TODA LA ETERNIDAD TUYO.

FRANCESCO.

Había lágrimas secas sobre la carta que fueron remplazadas por las mías, ¿cómo lo iba a olvidar?, yo, había aprendido a sólo amarlo a él y ahora de repente la vida me lo arrebata así, no sé, que hare a partir de hoy, Francesco, mi amor, ayúdame.


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