Capítulo 1.- Insomnio
No sabía lo que sucedía con él, desde hace ya tres días que no podía conciliar el sueño, sus instintos le mantenían despierto, advirtiéndole sobre algo malo o bueno, realmente no sabía identificar cuál de los dos. No podía hacer nada para lograr dormir, las pastillas para el sueño no hacían ningún efecto en él.
Lo mejor que podía hacer era salir a distraerse, así que dejó a un lado sus esfuerzos, y se paró de la cama para comenzar a cambiarse, poniéndose unos jeans rotos un poco ajustados y una camiseta negra. Consecutivamente pasó a arreglar su obscuro cabello y a lavarse un poco la cara, para ver si el agua lograba disimular un poco las ojeras debajo de sus ojos ámbar.
-Cerbero- llamó, e inmediatamente un Husky siberiano negro con blanco apareció por la puerta de la habitación emitiendo un pequeño bostezo.
-Vamos a pasear amigo- Cerbero se acercó a su amo para salir del departamento y dirigirse al elevador que los llevaría a la salida de aquel edificio.
-No creí que fuera tan tarde- Dijo el joven al ver que ya varias tiendas estaban cerradas, signo de lo tarde que era. Ambos siguieron caminando, sin rumbo fijo, dejando que sus pies le llevasen a alguna parte . A pesar de haberse mudado recientemente, no tenía problemas con saber en dónde estaba.
-Teníamos un trato, debías darnos 5 grandes para que no le hiciéramos nada a tu abuelo- Aquella voz le distrajo en su camino, y con una sonrisa en su rostro por haber encontrado algo de entretenimiento se dirigió al lugar de donde se oían varias voces y risas, pero entre ellas se oían gemidos de dolor.
-Les… dije que les… pagaría, solo necesitaba más tiempo- Por alguna razón aquella voz llamó en demasía su atención, provocando que inconscientemente apretara el paso.
Cuando llegó a la escena, la silueta de alguien tirado en el piso, siendo pateada por otras tres personas que no paraban de reír con cada golpe que le daban a aquella persona. El pelinegro, por alguna razón no estaba disfrutando de esa escena como otras tantas veces lo hacía, esta vez, sentía pena por aquella persona.
Quien se encontraba en el suelo volteó a ver al pelinegro, como si supiese que estaba ahí, sus ojos ambar se toparon con el otro par, y un deseo de proteger a aquella persona apareció en él.
-Oigan déjenlo en paz- El pelinegro salió de donde estaba, logrando una mejor vista de lo que estaba pasando. La persona que se encontraba en el suelo era un hombre, aparte de eso no distinguía nada más de él.
-Metete en tus asuntos- le dijo uno de los agresores con un tono de advertencia, y mostrando un tatuaje en su muñeca, seguramente la marca de que era miembro de una banda importante y peligrosa.
El pelinegro sonrió de medio lado, y comenzando a planear la forma en que disfrutaría de lo que estaba por venir.
-Cerbero- El perro pasó de tranquilo a una pose agresiva, mostrando todos sus dientes y lo filosos que eran, listo para realizar cualquier orden que su amo le diera.
-¿Qué crees que un cachorro pueda hacernos?- los tres comenzaron a reírse, pero callaron al escuchar un rugido aterrador proveniente del “cachorro”
-Cerbero, sabes que hacer- el perro inmediatamente se abalanzó contra los tres agresores mordiéndolos, y eventualmente desgarrando pedazos de piel, el lugar se llenó de gritos de dolor, y eventualmente no se oyó nada. –Gracias amigo, sabes cuánto detesto ensuciarme las manos- Cerbero ladró y disfrutó felizmente de las caricias que su amo le daba.-Bien ahora…- La persona a la que se supone acababa de salvar se encontraba inconsciente. –Aguantaste bastante- sin ningún esfuerzo alzó el cuerpo del joven y se dirigió nuevamente a su departamento.
-Tengo sueño- dijo mostrando un largo bostezo.
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………………..CONTINUARÁ………….