-Me llamo Kim Jonghyun y me rompieron el corazón.
-…
-Y también la cara –Agregué, tomando mas del caliente café, cerrando mis ojos al sentir el vapor emanar de este, necesitaba relajarme y dejar de pensar en ese estúpido niño al cual tanto ame y amo, desgraciadamente.
-¿Quieres conversar sobre eso?
-¿Realmente te importa? –Arquee una ceja, viéndolo fijamente, al instante se puso nervioso, por lo cual bajo la vista.
-Más de lo que crees…
-Pero no me conoces.
-No lo hago, pero te quiero ayudar y nunca es bueno guardarse las cosas, desde que soy un niño, me lo enseñaron.
-Solté un ahogado suspiro mientras revolvía mis cabellos –Hace más de tres años, conocí a un chico, Lee Taemin, me enamoré perdidamente de él, pero como dicen, el amor es ciego, fueron tres años de problemas, idas y vueltas, fue un romance apasionado y prohibido, y eso nos trajo muchos problemas. El amaba las fiestas, el alcohol, la droga y el sexo y yo… soy totalmente opuesto, si, tomo, fumo y he tenido relaciones, pero no excesivamente, en cambio el sí, me engaño muchas veces y yo se lo deje pasar, porque lo amaba demasiado, y aún lo hago…en fin, hace un mes, todo se salió de control, me entere de que me engañaba con un chico por más de seis meses en el ámbito sexual y amoroso, lo aguante todo pero hoy, cuando iba a ir a su casa, dispuesto a olvidarlo todo y comenzar de nuevo, lo encontré con él, estaban pasados a alcohol y claramente desnudos, mi corazón se partió en dos, se rio en mi cara, me grito lo poco que lo satisfacía y que jamás me amo, que solo me utilizo, luego de eso, comencé a llorar y se rieron en la cara de mi, una vez más, con la poca dignidad que me quedaba, salí de la casa y me fui a deambular por allí, estaba algo mejor, sin embargo cuando iba caminando por un callejón, unos tipos se tiraron encima de mí, y me dieron una paliza, intente defenderme, pero eran demasiado fuertes, el los había mandado y había inventado que yo le hice daño y lo obligue a estar conmigo, su padre me dijo que no tomarían cargos legales, ya que yo tengo 20 y el 16, creo que en eso me equivoque… en enamorarme de un crío inmaduro y por eso, ahora estoy aquí, contigo, un completo desconocido al cual le cuento mis penas, soy patético, ¿Cierto? –Solté una amarga risa, volviendo a beber mi café.
-Hey, no eres patético –Negó varias veces –El sí lo era, vamos, es solo un chiquillo, un mocoso, aunque nosotros no seamos tan mayores, el aún vive en un mundo en donde todo es diversión, sexo, drogas, alcohol y putas o putos, da lo mismo. No debes denigrarte, Jonghyun, perdón que te trate de manera informal, pero no suelo ser muy formal y como tenemos casi la misma edad, me parecía respetable. En fin, el no merece tu sufrimiento, mucho menos tus lagrimas.
-Tú no entiendes… me quede solo, no tengo familia, vivo solo desde los 15, mis padres me odian y me dieron la espalda, recompensan el odio mandándome miserables cifras de dinero con las cuales puedo sobrevivir un poco, tengo más de tres trabajos, todos los días debo juntar dinero y intentar no gastar tanto para poder estudiar y ser alguien, tú no me entiendes, nadie lo podría hacer, lo amaba más que a nada, y me equivoque, lo acepto, pero lo necesitaba, me hacía sentir querido, seguro.
-¿Engañándote?, perfecto, Jonghyun.
-A veces el me abrazaba y me decía que me amaba y yo lo creía…
“Enloquecí con esas mentiras cálidas”
-¿Tienes donde pasar la noche?
-Ya no… me botaron del departamento por no pagar –Solté un suspiro mientras me levantaba –Pero no te preocupes, encontrare algún lugar, muchas gracias por escucharme y ayudarme.
Tomo mi mano, provocando que algo se removiera en mi interior, fruncí el ceño viéndolo –Quédate aquí, vivo solo y tengo otra habitación libre –Me dedico una cálida sonrisa.
-No lo sé, no quiero causarte molestias…
-Kim Kibum, o Key, como gustes.
-…Kibum –Completé mi frase.
-Solo quédate aquí hoy y si gustas, mañana luego del desayuno puedes irte.
-Está bien, me quedare, solo por hoy.
-Muchas gracias, ya te iba a amarrar –Rió, contagiándome la risa, este chico era tan… cálido.
-Gracias por todo.
-No agradezcas, te prestare una playera que dejo mi último compañero de piso aquí, ¿Sí?, tenía casi tu misma contextura, porque dudo que quieras ir por allí sin playera, ¿No?
-¿Qué acaso no te gusta la vista? –Hice una pose, provocando que una carcajada saliera de sus labios, lo imite.
-Que tonto eres –Siguió riendo –Te vez más bonito sonriendo –Dijo un poco más calmado para encaminarse hacia el pasillo, sacando una playera blanca sin mangas, se acerco a mí y me la puse de inmediato, notando como las zonas de mis costillas se notaban un poco –No creo que te de frío en la habitación, es bastante calientita.
-Está bien –Dije acomodándome.
-Ven, esta es la habitación –Se acerco, tomando mi mano, la de él era tan delgada y estaba bastante helada, solo lo seguí, mientras miraba nuestra manos juntas, soltando un pequeño suspiro.
Entramos a una habitación, las paredes eran blancas, adornadas con algunos marcos negros, en el centro, se hallaba una cama de dos plazas perfectamente tendida.
-Espero que duermas bien, ¿sí?, cualquier cosa, mi habitación es la de al lado.
-No te preocupes, descansa y nuevamente gracias.
-Deja de agradecer –Me acomodo los cabellos mientras salía de la habitación –Buena noches.
-Buenas noches –Murmure y sentí la puerta cerrarse detrás de mí, de inmediato apagué la luz, necesitaba dormir un poco y olvidarme de toda la mierda de día, exceptuando el haberlo conocido a él.
*
*
Me quede viendo la lluvia chocar contra la ventana, las gotas resbalaban y caían al vacio, solo algunos sobrevivían.
La lluvia era relajante, pero sentía como si esta fuera… una lluvia de intensa tristeza y angustia.
“La lluvia que cae esta empapada con tristeza…”
Y nuevamente comencé a llorar en silencio, ahogándome en mí propia tristeza, era sensible, demasiado, y no me avergonzaba, prefería llorar y llorar, limpiándome con esta que cargar a los demás con mis tonterías…
Y allí vino mi mente Kibum.
Me hacía sentir bien, y no sé porque, ¡Era un completo desconocido!
Un completo desconocido, que no se si quiero que salga de mi vida.