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LA FUENTE DE LOS DESEOS por Hisaki Yue

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Notas del fanfic:

Estaba escribiendo la otra historia XD pero me puse a ver peliculas y se me ocurrio esta jajaja

 

Notas del capitulo:

una disculpa por las faltas de ortografias soy un asco :( 

Aquella noche era perfecta para ambos, una noche que sin duda ninguno de los dos iba a olvidar, la luz en la habitación estaba apagada, nada más que la luna de la noche reflejaba su luz tras la pequeña ventana que se encontraba a un lado de la cama, aquella luz reflejaba el movimiento de los cuerpos de ambos jóvenes, un chico de 25 años de piel blanca, cabellera larga lisa y rojiza con una complexión de cuerpo casi femenina sin duda un manjar exquisito para su acompañante, un joven de 28 años  unos centímetros más alto que el otro, de piel aperlada y cabellera larga, despeinada y azulad, su cuerpo estaba más marcado que el menor por lo que se podía observar aquellos músculos moviéndose en aquel acto sexual que se llevaba a cabo en aquella habitación.

Los gemidos podían escucharse perfectamente en todo el departamento, el menor se encontraba en una posición típica del sexo, se apoyaba en 4 con sus manos y sus rodillas sobre la cama teniendo debajo de el una toalla para no ensuciar la cama, detrás de él se encontraba el mayor arremetiendo con fuerza el trasero del chico, para el menor era la primera vez que se sometía a alguien ante los deseos carnales amaba tanto a ese hombre que simplemente horas antes se había dejado llevar por el, su ano sangraba ligeramente por aquel falo que lo poseía una y otra vez, al principio sentía mucho dolor pero en el transcurso de los minutos ese dolor fue convirtiéndose en placer, al ser su primera vez había muchos sentimientos revueltos dentro de este.

Por otro lado el mayor continuaba con sus movimientos de cadera firmes y lentos los cuales se hacían mas rápidos con el tiempo, tomaba con fuerza la cadera del menor tenía una excelente vista de la espalda de este, con su cabello rojizo echo a un lado, podia disfrutar de ver aquella figura tan femenina pero masculina a la vez, simplemente a sus ojos ese chico era perfecto, era con quien quería estar el resto de su vida y a quien haría suyo las veces que quiera aquella noche.

-          Ahhh! Milo!.. ya no aguanto  mas… ahhh…. –

El pelirrojo se encontraba en un punto en donde todo su cuerpo le hacía sentir un cosquilleo muy placentero su miembro estaba demasiado hinchado y pidiendo a gritos que alguien le diera atención, tomo su propio miembro para masturbarse vigorosamente, aquella será la tercera vez que se correría en la noche, este jamás en su vida había experimentado una sensación como esa por lo que correrse más de una vez era más que común, su pareja sin duda más experimentado aun no dejaba salir ni una gota de semen dentro de el, pero este podía sentir que el miembro de su amante estaba más que hinchado como el suyo, aquello le decía que estaba listo para correrse dentro en cualquier segundo, para ayudarlo a llegar al clímax a su lado comenzó a mover su cadera como instinto, quería que este tocara mas allá de lo que lo hacía, que su miembro tocara aquellos puntos sensibles que aún no conocía de sí mismo hasta que logro que el peliazul entrara a fondo, basto solo con que tocara uno de esos puntos para que este no soportara ni un minuto mas y se corriera en medio de un gemido fuerte, largo y placentero.

El mayor observaba excitado como el su pareja movía su cadera una y otra vez, la delicia de  poseer aquella zona húmeda y estrecha era enorme, su miembro cada vez entraba mas y mas, como ya estaba a punto de llegar al clímax solo le basto para que el pelirrojo se auto penetrara mas profundo para que este sintiera  una presión placentera en la punta de su miembro lo cual le hizo correrse de inmediato, al mismo tiempo que su pareja, llenando completamente de semen aquel vientre que se abultaba por la cantidad de liquido cumulado.

Ambos respiraban aceleradamente mientras esperaban a que los espasmos desaparecieran, una vez que estaban mas calmados se acostaron juntos en la cama haciendo a un lado la toalla que había ensuciado el menor con su ADN y tapando sus cuerpos desnudos con las sabanas, en la cama aun respirando un tanto agitados ambos se miraban a los ojos completamente complacidos el uno con el otro.

-          Te amo Camus… - decía entre jadeos el mayor acariciando el rostro de su amada pareja.

-          También te amo – contesto de la misma forma.

Ambos unieron sus labios en un beso tierno y apasionado al mismo tiempo que sus cuerpos se juntaban en un abrazo bajo las sabanas que ahora no solo tenían el aroma del pelirrojo si no también del peliazul, los besos continuaron por horas, hasta que ya era inevitable para ambos seguir despiertos cayendo en un sueño profundo.

Aquella había sido simplemente la noche perfecta….

---------------------------------------- Escuela Secundaria “ El cosmo” ------------------------------------------------

Era un dia frio en la escuela últimamente el clima estaba muy bipolar por lo que estas últimas semanas había estado haciendo mucho frio, los alumnos se encontraban en sus aulas ya que por el mal tiempo nadie quería estas afuera la campana sonó a las 7 de la mañana, hora en que empezarían las clases, los maestros en estos días batallaban menos con los alumnos pues nadie quería ser castigado e ir a fuera en medio del clima algo violento por las mañanas y por supuesto por el hecho de que no había casi nadie en los pasillos, todos los maestros ya  habían llegado a sus respectivas aulas, todos excepto uno, en aquella aula de primer año aquella de B-3 en donde hace poco se había retirado uno de los profesores.

Los alumnos estaban fuera de sus asientos hablando unos con otros pues tenían que aprovechar que no tenían ninguna autoridad para mandarlos, como en toda escuela había pequeños grupos de chicos y chicas, algunos jóvenes rodeados de mujeres y viceversa, había un poco de ruido por las voces de los 35 alumnos metidos ahí, pero todos se callaron casi al instante cuando vieron como al aula entraba el director de la escuela acompañado de un hombre cuyo nombre no sabían.

-          Muy buenos días alumnos, por favor todos tomen asiento -  pidió amablemente el director y todos obedecieron prestando atención a lo que este decía – gracias, como todos saben, estamos a mitad de año y su profesor de matemáticas y literatura, el profesor Shura Abellán tuvo que retirarse por incapacitación, por lo que e tenido que traer les a un nuevo maestro, quiero que todos le demos la bienvenida al profesor Camus Bastien –

-          Mucho gusto – se presentó el nuevo profesor ante los chicos con un semblante serio y frio.   

-          Bueno, los dejo en buenas manos, mucha suerte en tu primer dia Camus  - extendió su mano para estrecharla con su nuevo compañero.

-          Muchas gracias Aioros – correspondió el apretón de manos.

-          Aquí entre nos, ten cuidado con Seiya le gusta mucho hacer travesuras –  le susurra al oído antes de retirarse del aula. – hasta pronto – se despidió por última vez antes de dejarlos solos. 

Una vez tanto el joven profesor como los alumnos se quedaron a solas, este miro a cada uno de los chicos que se encontraban en el aula, se podía notar que muchos de ellos tenían la boca abierta al ver aquella belleza natural que su nueva autoridad tenia, a pesar de que este estuviera serio sin ninguna expresión de felicidad, todo estaba tranquilo en aquellos segundos hasta que un pequeño peliverde queriendo ser amable trata de darle la bienvenida al profesor. 

-          Bienvenido maestro Cam… -  el pequeño fue interrumpido cuando se asustó al escuchar el sonido de una regla golpear su pupitre que provenía de la mano del profesor.

-          Escúchenme bien y que les quede claro las nuevas reglas que pondré en mi clase.  –

Ante aquello todos los alumnos se sorprendieron y comenzaron a temblar un poco por el miedo que tenían al ver aquella mirada perversa que el nuevo profesor tenia al mirarlos, claro quien se moría de miedo era aquel pequeño peliverde al cual casi se le salía el alma por el susto que le había dado, podría decirse que había quedado traumado por el resto de su vida.

-          1- nada de llamarme Profesor Camus, sean respetuosos, para ustedes es profesor Batien

2-  no quiero escuchar absolutamente ningún ruido en esta clase, cual quiera que esté hablando saldrá del salón castigado y con tarea extra 

3-  si veo a alguien levantado de su pupitre sin importar porque o para que se llevara el doble de tarea extra a casa.

4- más les vale no tener ganas de ir al baño porque no irán hasta que sea el descanso o hasta que yo termine mis clases

5- si tienen alguna duda sobre el tema deberán levantar la mano y responder cuando se les dé la oportunidad, cualquiera que hable sin permiso se queda sin descanso.

6-  cada mañana cuando entren a mi clase deben de estar preparados pues are una serie de preguntas, quien no logre contestar correctamente será castigado, limpiara los pizarrones y los borradores al finalizar la escuela.

 Sigan estas simple reglas y todos nos llevaremos bien.

Luego de dejar en claro sus estrictas reglas le dio la espalda a sus estudiantes para apuntar su nombre en el pizarrón,  todos aun estaban algo sorprendidos por la clase de profesor que tenían ahora, sin duda basto con una mirada para que nadie tuviera deseos de decir nada, el joven luego de escribir su nombre prosiguió en ir a su escritorio para revisar el plan de estudio que los chicos tenían, con algo de dificultad ocultando el dolor se sentó en su asiento, todos los chicos miraban atentamente al profesor pues no querían hacerlo enojar o algo parecido. De su maletín saco unos hojas que contenían la lista del alumnado en el aula B-3 sin decir nada este comenzó a pronunciar los nombres de los estudiantes para pasar lista poniendo un punto en aquellos que habían asistido a clases.

-          Ashikawa Shun –

-          Pre-presente – contesto el peliverde nervioso pues no quería que golpearan su asiento con la regla de nuevo.

-          Bunya Ichi –

-          Presente –

Así continuo con un par de alumnos más antes de llegar aquel chico rubio de ojos azules, a quien volteo a ver cuándo pronuncio su nombre

-          Diamond Hyoga - 

-          Presente -

Sin duda aquel nombre le era muy familiar, Hyoga, aquel extraño nombre que simplemente recordaba de algún lado pero no sabía exactamente de donde, pero a pesar de que el nombre le era conocido su apellido nunca lo había escuchado, quizá se trataba de alguien más con el mismo nombre, solía pasar muy seguido en Atenas pues había mucho extranjeros, dejando a un lado el interés por el nombre del muchacho continuo hasta terminar la lista, una vez echo aquello se levantó de su silla para dedicarse a poner unos cuantos problemas de matemáticas en el pizarrón, quedando algo perdido en sus pensamientos pues tenía que poner algo sencillo pero retador para los chicos, mientras este estaba distraído escribiendo los chicos aprovechaban para charlar un poco entre ellos.

-          Psss! Oye Hyoga… - Seiya el chico problemático de la clase trataba de llamar la atención del rubio quien a la primera vez volteo a verlo.

-          Que quieres? – contesto de una forma un tanto seria.

-          Que te parece el nuevo maestro?  A que es muy guapo no? – pregunta moviendo sus cejas de arriba abajo.

-          Que? Por dios seya es mayor que tú por quien sabe cuántos años -.- * -

-          Ya se ya se, no estoy diciendo que me guste, solo digo que esta guapo, quizás puedas presentárselo a tu papá jajaja -     

-          O sierra la boca seya, lo último que quiero para mi papá es alguien como el, además yo quiero una madre no un padre déjate de tonterías –

-           Jajajaja lo se lo se, además serias el asme reír de todos si tu papá sale con tu profesor de matemáticas, te lo imaginas –

-          Ya lo se, pero de cualquier forma ya tenia pensado presentarle a la enfermera de la escuela –

-          Oie si, es una mujer muy sexy, seguro que a tu papá le encantara y quizás tengas mamá nueva –

-          Lo se eso me emociona mucho, solo espero el momento adecuado para presentarlos jejeje- 

-          Jejeje oie mira adivina quién es – Seiya se habia puesto a dibujar en su cuaderno una caricatura graciosa del profesor nuevo con la cara gruñona la cual hiso reír al rubio –

-          Espera espera te falto ponerle esto – tomo el cuaderno del castaño para ponerle diálogos al dibujo algo como “soy el nuevo profesor  y tiene que obedecerme” o “si llegan a respirar en mi clase serán castigado”  cosas muy tontas que ambos les hacía gracia.

Estos dos se divertían en su mondo de tonterías, que no se dieron cuenta cuando todos los demás se habían callado pues el profesor se había volteado a observar el comportamiento de aquellos dos que se pasaban el cuaderno de pupitre en pupitre, para cuando se percataron de una tercer presencia entre ellos ya era demasiado tarde, Camus con calma les quito la libreta de entre las manos cosa que asusto a ambos haciendo que estos se pusieran nerviosos tragando su propia saliva.

Acto seguido se podía ver a ambos chicos fuera del aula de clases con restricción a la clase de literatura que era la que seguía después de matemáticas  por lo tanto habían perdido dos horas de matemáticas y otras dos horas de literatura, simplemente ya no tenían nada que hacer hasta después del recreo, asi que ambos desanimados se sentaron bajo las ventanas del corredor abrazándose así mismos por el frio que hacía, quizás también por aquella presencia fría que les había asustado del profesor.

-------------------------------------------- 2:00 pm Casa de Hyoga ------------------------------------------------------

Después de un largo día de escuela y sin hacer nada gracias a que lo castigaron junto a su amigo con triple tarea, llego algo cansado a su casa pues ya que su papá últimamente no iba por el a recogerlo a la escuela, al llegar y abrir la puerta se percató de que las cosas de su padre estaban en la entrada la noche anterior no había llegado a casa y este había supuesto que se había quedado dormido en algún departamento con alguna mujer  era muy típico en el, a pesar de todo el chico estaba algo preocupado, cerro la puesta para luego quitarse su abrigo y dejarlo colgado junto con su maletín de la escuela para luego ir a la habitación de su padre.

Al entrar lo observo ahí sentado en la cama poniéndose una camisa limpia pues su cabello estaba mojado, signo de que se había duchado, el chico miro a su padre molesto y se acercó con los brazos cruzados ya era demasiado que llegara tarde a la casa por hacer tonterías como ir a beber y a tener relaciones sexuales con mujeres que ni conocía pero ahora había llegado muy lejos, ya no se  aparecía en todo la noche y eso le molestaba al pequeño.

-          Dónde estabas? – pregunta molesto mirando a los ojos de su padre. – porque no llegaste anoche? -

-          Si hola papá como estas? Yo muy bien, Que ya se te acabaron los modales? –pregunta el mayor sin mucha importancia de que su hijo estuviera molesto.

-          Que gracioso, pero no estoy muy contento contigo, quiero saber dónde estaba, me tenías muy preocupado, porque últimamente ya no llegas a la casa a dormir -  

-          Ya ya hijo, me quede en casa de una amiga a dormir si?  No tienes que ponerte de esa forma – dice tratando de calmar al menor revolviéndole el cabello.

-          En casa de una amiga? – repitió algo impresionado, pues por lo general siempre eran prostitutas. – acaso tuviste una cita? –

-          Que? – pregunta pues estaba algo distraído buscando la secadora de cabello –ah… si si una cita eso –

-          Vaya… en serio? Papá eso es fabuloso, cuéntame de ella, es buena persona?  Le gustan los niños? -  su emoción sale a la luz siguiendo a su papá al baño en donde este comienza a secarse el cabello con el aparato.

-          Eh? Porque estas tan contento por eso? -  lo mira algo confundido.

-          Papá tu sabes que siempre e querido que tengas citas, sabes que quiero que busques una buena mujer que te amé, y bueno, que también me quiera a mi… -

-          Hyoga… aun sigues con eso, hijo ya deja de ilusionarte mucho con eso si? No es que quiera hacerte sentir mal, pero no estoy interesado en buscar una mujer –

-          Pero papá, me hace falta el amor de una madre, además que cuando cumplí 6 años me prometiste que te casarías y me darías un hermanito –  el mayor solo suspira ante la respuesta de su hijo pues aun recordaba aquella promesa.

-          Bien… te prometo que buscare bien alguien que pueda ser tu madre, solo no me presiones si? No estoy para pensar en esas cosas ahora –

-          Está bien, iré a preparar la comida para antes de que te vayas a trabajar –

Luego de aquella charla el pequeño se retiró hacia la cocina, últimamente no habia mucho que comer en la casa y a pesar de que vivía con su papá quien comía mas era el pues el mayor decía comer siempre fuera de casa, abrió el refrigerador y noto que había dos grandes bistecs que prepararía para el y su padre acompañados de unas quesadillas, no tardó mucho en preparar todo para cocinar mientras su padre se hacía cargo de sus asuntos en su habitación.

El rubio era excelente cocinando, claro había aprendido bien de todas aquellas revistas de cocina que tuvo que aprender cuando su tía los dejo solos, gracias a ella el y su padre no morían de hambre porque si eran sinceros el mayor incendiaba la cocina con tan solo poner un pie en ella, se podía decir que el rubio mantenía muy bien a su padre en pie, a pesar de que el mayor era quien traía el dinero a la casa. Luego  de casi una hora la comida estaba lista para comer y el pequeño preparo toda la mesa pata que su padre pudiera sentarse, el mayor al oler la comida salió de su habitación y se sentó en el comedor esperando a que su hijo le sirviera.

-          Mmm… huele muy bien pequeño –alaga a su hijo mientras traía la comida y la serbia en los platos.

-          Bueno hice lo que pude con lo que teníamos en la cocina, por cierto que hay que salir a comprar mas víveres, ya no tenemos casi nada de comida –

-          Ah… si, claro – decía con una voz algo seria y triste – tu, solo déjame en una nota lo que necesitas y lo traeré mañana si? –

-          De acuerdo -    el pequeño no noto el extraño tono con el que su padre hablo por lo que solo sonrió y se sentó a su lado para comenzar a comer. – sabes, hoy llego un nuevo maestro a la escuela – decía mientras cortaba su pedazo se carne en el plato.

-          Asi?, y como te fue con el? -  el mayor como buen padre se interesaba en su hijo.

-          Bueno, es todo un amargado, es de esas personas a la que nadie se le acerca por miedo, no se, es muy extraño,  y muy estricto, odio tanto a ese tipo de personas – se quejaba antes de comer un poco de su comida.

-          Jajaja entiendo, seguramente hiciste algo malo y te a regañado no? -  pregunta pues conocía bien a su hijo.

-          Pues…. No hice nada malo, Seiya y yo solo hicimos una caricatura de el gritando, se molestó y el desgraciado nos saco al frio a los dos, perdí 4 horas de clases, fue una injusticia –

-          Hay que voy hacer contigo cabron  - decía con una sonrisa en el rostro pues simplemente su hijo le recordaba en cierta forma a  el de niño – tu y seiya se meten en muchos problemas –

-          Si pero, de cualquier forma no era para que nos sacara, estamos a  5 grados! –

-          Bueno ustedes se lo buscaron, como sea – dice antes de terminar su comida – estuvo deliciosa la comida hijo pero tengo que irme,  o se me ara tarde, nos veremos en la noche si? – se levanta de su asiento para ir hacia la puerta –

-          Esta vez regresaras a la casa cierto? -  pregunta preocupado mientras se levanta para caminar con su papá.

-          Si tranquilo llegare algo tarde pero llegare si?, no me esperes despierto – se pone el abrigo negro que le gustaba mucho y después le da un beso en la frente a su hijo  antes de retirarse cerrando la puerta.

Una vez solo este suspiro al ver irse a su padre y después se retiró otra vez a la mesa del comedor para terminar su comida, minutos después de terminar recogió los platos, los lavo y se retiró a su habitación a empezar toda aquella tarea que tenía que hacer para mañana o si no sería más trabajo para él.

---------------------------------------- 5:20 pm parque central de Atenas --------------------------------------------

La tarde estaba algo asoleado sin embargo eso no quitaba el frio que hacia ese día, el peliazul bien abrigado se encontraba en el parque  sentado en la orilla de  la fuente de atena, una fuente se decía cumplía tus deseos, este esperaba a su ya novio de unos cuantos meses de conocerse, se suponía que ambos se encontrarían en el parque a las 5 sin embargo su pareja ya se había retrasado 20 minutos, Milo tranquilamente miraba a las parejas pasar por el parque, observaba los juegos para los infantes en donde se encontraban los padres con sus pequeños hijos de cuatro años jugando alegres a pesar del frio, podía evitar sentir algo de celos por aquellas personas, deseaba una familia como esa mas que  nada, sin embargo aun le faltaba mucho que recorrer con su novio antes de que pudieran tener un bebe, sin dejar atrás que la situación del griego no era muy buena. 

Paso alrededor de una hora para que el pelirrojo pareciera igual de abrigado que Milo, Camus algo cansado se acerca a su novio quien al verlo lo invita a sentarse junto a él en la fuente a lo que este acepta y lo hace con sumo cuidado pues aún le dolía su retaguardia por la noche anterior cosa que sabía disimular a la perfección.

-          Perdóname por llegar tarde – dice algo serio pero con una sonrisa en su rostro.

-          No pasa nada, sabía que no me dejarías plantado - dice en broma mientras observa las mejillas sonrojadas de su novio, sabía que era por el frio, pero quería pensar que era por estar a su lado.  

-          Claro que no, no seas tonto, fue solo que, mi hermano me llamo hace un par de horas, y bueno hacia mucho que no hablaba con el, y bueno me entretuve, puedes perdonarme? – pregunta abrazando el brazo del griego.

-          Mmm… a ver, déjame pensarlo – voltea el rostro al cielo haciendo como que piensa mientras el pelirrojo hace un gesto similar a un puchero al verlo  y el griego al verlo no puede evitar reírse – ajajaja está bien, sabes que no puedo enojarme contigo - 

-          Más te vale, porque si lo haces quien sale perdiendo eres tu – dice seguro pues era cierto lo que decía.

-          Si lo se, como sobrevivir son alguien como tu  - con cuidado y de forma romántica toma el rostro del pelirrojo para acercarlo al suyo y darle un tierno beso en los labios, algo que puso el rostro de Camus completamente rojo con aquella expresión de seriedad y vergüenza a la vez  que no podía dejar de poner en público.

-          Porque tienes que hacer eso en público eh? – pregunta volteando su rostro a otro lado para no ver los ojos de su novio.

-          No te gusta que te demuestre mi amor en público? – pregunta con una sonrisa.   

-          Yo.. am… no es que no me guste solo, es algo vergonzoso como nos mira la gente –

-          Jejeje calma, desde hace 10 años la gente ya no discrimina a las parejas homosexuales- 

-          Aun así es vergonzoso… -  

Luego de aquella pequeña charla Milo rodea la cintura de su novio con su brazo acercándolo más a el para que este pudiera recargar su cabeza en el hombro del peliazul, ambos estaban cómodos y  a gusto mirando el paisaje, para Milo el tan solo tener a Camus cerca de el lo relajaba mucho, amaba estar con su novio cada minuto, sin embargo la felicidad de tenerlo se fue poco a poco cuando este comenzó a pensar en todos los problemas que tenía, aquella hermosa sonrisa que tanto le gustaba a Camus que Milo tuviera se había borrado se du rostro y el pelirrojo lo había notado, aquello le pareció sumamente extraño, de un momento a otro el ambiente se había puesto triste  y frio, por lo general cuando esto pasaba era Milo quien rompía el hielo entre ambos y comenzaban a charlar de lo que fuera, pero esta vez era el quien parecía tener problemas, curioso por saber lo que ocurría Camus suspiro separándose un poco de su novio para mirarlo a los ojos y así preguntar lo primero que se le viniera a la mente para romper el hielo.

-          Y, dime como te fue hoy en tu entrevista de trabajo, te contrataron? -  pregunto con aquella sonrisa que solo le mostraba al peliazul cuando lo sentía triste o cuando estaban a solas para hacerlo sonreír también, pero cuando este lo miro a los ojos parecía no  haber funcionado –

-          No… - contesto después de un largo suspiro – me dijeron que ya tenían suficientes empleados, que no requerían de mis servicios, ni siquiera pude hablar con el jefe del lugar –

-          Qué? – se sorprendió ante lo que escuchaba salir de la boca de su pareja – amor… lo siento mucho, se cuánto querías ese empleo –

-          Lo sé, pero ya no hay nada que hacer, tengo que buscar uno lo más pronto posible y eso me preocupa y me estresa demasiado, no puedo dejar de pensar en eso, pronto me quedare sin dinero y no tengo de donde sacar mas – el mayor dejo de abrazar a su  novio para llevar sus manos a su cabeza para sacudir un poco su cabello –

-          Milo…  no te preocupes por eso, sabes que yo puedo prestarte dinero -  trataba de consolar a su pareja quien se veía muy preocupado por su situación.

-          Camus es que no lo entiendes, no solo es por mi si? – a veces el pelirrojo olvidaba que el mayor no solo vivía por el. – no sé qué are cuando ya no tenga con mantener la casa, cuando ya no tenga con que pagar el agua ni el gas, y mucho menos la comida, pero sobre todo, no quiero pensar que pasara con mi vida sin el -

Aquella situación de verdad que estaba poniendo muy mal al peliazul, simplemente Camus no soportaba verlo de esa manera, quería ayudarlo más que en el mundo pero, sabía que este no aceptaría ni un centavo de su parte, tenía que ayudarlo y rápido, pero por ahora necesitaba que este se calmara y olvidara un poco sus problemas, quería hacerlo sentir que tenía a alguien con quien apoyarse.

-          Amor, porque no mejor olvidamos los problemas un rato y  vamos a pasear si?, sabes que todo se arreglara pronto, solo no te pongas asi, por favor, pon esa sonrisa que me gusta ver tanto –

Trataba de animarlo para que ambos salieran a caminar, Milo al ver  el rostro de su novio de dio cuenta que el mismo se estaba hundiendo en sus pensamientos negativos, este día era para disfrutarlo con su novio, y lo estaba arruinando, al verlo a los ojos le dedico una sonrisa, aquella sonrisa que el pelirrojo le pedía poner, al hacerlo se levantó de la fuente para extender su mano al pelirrojo.

-          Tienes razón amor, vamos a disfrutar este dia juntos, perdóname por ponerme de esa manera – Camus al ver la sonrisa de este no puede evitar contagiarse con otra sonrisa tomando la mano de su pareja para que lo ayudara a levantarse.

-          Así me gustas más  - dice con las mejillas levemente sonrojadas antes de que ambos comenzaran a caminar por el parque en dirección a las tiendas, luego de unos minutos en silencio tomados de la mano y de cruzar la gran avenida que los separaba del parque a las tiendas  el griego decide preguntarle a su novio. 

-          Dime amor, como te fue en tu primer dia de maestro? – pregunto con una sonrisa.

-          Eh?, ah si!  - el pelirrojo volvió a su estado serio pues había muchas personas a su alrededor- me fue muy bien, aunque, tuve algunos problemas en algunos grupos de primero, algunos chicos son muy inquietos, piensan que lo que les digo no va enserio. –

-          Conociéndote estoy seguro de que ya media escuela le das miedo –

-          Eso no me importa, estoy ahí para enseñar, para mostrarles a esos chicos lo hermoso de las matemáticas y la literatura -  cada vez que este decía algo así el griego podía sentir su felicidad a pesar de que su rostro no cambiara de estar casi siempre serio.

-          Me alegra que tengas el trabajo que siempre quisiste, estoy seguro que harás un buen trabajo con esos chicos. –

-          Gracias – dijo con una sonrisa y sus mejillas algo sonrojadas que ocultaba detrás de aquella gran bufanda.

Las horas pasaron y ambos habían visitado varias tiendas, algunas de ropa, otras de electrónica y algunas de deportes todo iba muy bien en aquella salida, el griego y su novio se divertían estando juntos y ya casi era hora de irse a casa, dieron las 9:00pm y ambos Vivian lejos por lo que Milo como buen novio iba a dejar al pelirrojo a la parada en donde tomaba el camino, todo estaba bien hasta que pasaron por una tienda que estaba a punto de cerrar, en la vitrina se encontraba algo que llamo la atención del pelirrojo haciendo que este parara en seco evitando que su pareja siguiera caminando pues estaban tomados de la mano.

-          Eh? – Milo volteo a ver a su pareja quien parecía estar distraído por algo en aquella tienda, su mirada era seria como si estuviera perdido en sus pensamientos y asi era. – Camus? … - se acercó hasta el para mirar lo que este.

Al ver lo que se hallaba detrás de la vitrina se confundió un poco pues solo había ropa para bebes  y un porta bebes con un maniquí de aquellos que ahora eran súper realistas, no entendía exactamente porque su novio no podía dejar de mirar aquel maniquí, era muy extraño lo que estaba pasando pero el griego se percató de inmediato aquella mirada triste en su pareja, al no entender lo que pasaba decidió no decir nada y esperar a que este reaccionara por si solo.

Por otro lado, el menor perdido en sus pensamientos, no podía evitar escuchar en su mente aquellas palabras “tuviste una fuerte reacción ante las pastillas, lo lamentamos mucho” “no sirves para nada, siquiera puedes hacerme feliz” “no sé porque continuo contigo” “lo lamento mucho Camus, no podrás hacerlo” “quiero ayudarte, pero ya es demasiado tarde”, luego de unos minutos perdido en su mente logra escuchar la voz de su novio llamándolo, lo cual le hace reaccionar de una vez por todas.

-          Ah?...  – voltea a ver a Milo a los ojos

-          Que te pasa amor? – pregunto preocupado.

-          Eh… no, nada amor, son cosas mías lo siento, ya es tarde debemos irnos –

Continuaron caminando, el griego no podía olvidar lo que acababa de pasar, sin duda su novio le dejo una gran duda, ambos llegaron a la parada del camión y no paso ni 10 minutos cuando este llego, ambos se despidieron con un beso de piquito de forma rápida ya que al menor no le gustaba que la gente los mirara y se subió al camión, dejando al peliazul solo.

---------------------------------------- 11:00pm departamento de Camus --------------------------------------------

Al llegar a su departamento el menor tiro su abrogo al suelo para ir directamente a la cama y recostarse pensando en lo que había ocurrido con su pareja, jamás le había pasado eso, es decir no soportaba la idea de pensar en niños, pero recordar aquel pasado con tan solo mirar un maniquí, quizá el hecho de que había encontrado a alguien quien lo amaba le hacía dudar de sí mismo, como sea luego de un par de horas el pelirrojo se había quedado completamente dormido, no se había levantado para nada, por lo que no se percató de aquella hoja tirada en el suelo que parecía haber salido del fax la cual tenía una pequeña nota.   

“Camus!, me han dado unas pequeñas vacaciones, ire a visitarte en cuanto salga, ya quiero verte, espero que me recibas bien en dos semanas, te veré el jueves en el aeropuerto a las 8 de la mañana “

--------------------------------------------- 12:00 am casa de Milo ------------------------------------------------------

El griego sin duda vivía más lejos que el pelirrojo, por lo que tardo más en llegar a su casa, las luces estaba apagadas y todo estaba muy tranquilo, entro asu casa sin hacer mucho ruido dejando su abrigo negro en el perchero para después ir a la cocina para ver si había algo de comer pues el tiempo con su novio le hiso olvidar que necesitaba alimento, tristemente no había nada en el refrigerador tenía que ir a comprar los víveres, sin nada más que hacer y con el estómago vacío solo tomo un vaso, lo lleno de agua esperando que fuera suficiente para callar un ratito a su estómago,  luego sale de la cocina para ir a su habitación pero una nota en el comedor lo distrae, al tomarla se da cuenta de que era una lista de cosas que faltaban en la casa, entonces recordó que en la tarde le había pedido a su hijo que la hiciera para ir a comprarlos mañana por la mañana, con una sonrisa en su rostro deja la nota en la mesa para ir a la habitación de su hijo.

Al entrar el lugar estaba lleno de libretas y libros, el pequeño estaba completamente dormido en una posición poco inusual rodeado de libretas, como buen padre recogió todo lo que había a su alrededor y lo coloco en su mesa de trabajo para después cargar a su hijo en brazos y acomodarlo en la cama como se debe abrigándolo bien por el frio que hacía.

-          Buenas noches pequeño – le dio un beso en la frente antes de retirarse de la habitación.

Sin haber comido nada este se va a su habitación para poder descansar sin cambiarse se adentra entre las sabanas de su cama para quedarse completamente dormido.  

Notas finales:

gracias por leerlo uwu 


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