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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del fanfic:

Los personajes de la historia no nos pertenecen. Las personalidades que se muestran en ella no son las reales.

Notas del capitulo:

Este es un fic que Dara y Lord se propusieron a hacer por exigencias de la primera, porque la otra es una vaga y lo suyo son los oneshits.

Hoy actualiza la aburrida de Lord. Espero que les guste tanto como nos ha gustado a nosotras escribirlo.

Capítulo 1

 

El aire hacía que Hoseok no parase de inhalar y exhalar animado, le gustaba la primavera, todo era tan lleno de vida y colorido que le impedía tener días malos. Acomodó bien su bolso y caminó hasta por fin dejar las instalaciones de la Universidad Kyung Hee, el lugar en el que tanto se esforzaba por mantener su beca. Estudiar Biología allí no era fácil y más cuando hacía parte de una minoría, los pobres, los que reciben las sobras de los hijos de grandes empresarios, políticos y familias que habían mantenido su fortuna con el paso del tiempo.

 

A pesar de eso no había tenido ningún problema hasta el momento, en el lugar no contaba con más amigos que Seokjin y Namjoon, el último se había marchado meses antes a visitar a su familia y no tenía planeado regresar. Su círculo reducido de amigos no le afectaba en nada, Hoseok sólo necesitaba mantenerse y tener las notas necesarias para que su beca no fuera retirada.

 

Caminó hasta la estación más cercana del metro, se sorprendió al encontrarlo completamente lleno, algo anormal para un jueves al medio día. Luchó por mantener su lugar y no lo sacaran del vagón en una estación que no le correspondiera bajarse. Al llegar a su punto de destino continuó caminando con rapidez hasta el restaurante, el lugar en donde trabajaba de lunes a jueves de una a tres de la tarde.

 

Su vida era algo complicada, aparte de trabajar en el restaurante debía hacerlo en un bar, sostener sus estudios y mantener a su hermano y hermana menores. Hoseok no se quejaba, al contrario, vivía tranquilamente y con una sonrisa que podría atraer la envidia de cualquiera.

 

Cuando entró al restaurante saludó a todos sus compañeros y cambió su uniforme para saludar a la única persona que le había faltado: su mejor amigo. Se acercó con lentitud y pasos insonoros, pero él le escuchó y sonrió.

 

—Llegas temprano —dijo Yoongi sin dejar de hacer su trabajo, apartando sus cabellos naranjas hacia un lado con un leve movimiento de cabeza.

 

—Lo sé, tengo media hora para ayudarte —explicó Hoseok tomando unos guantes y empujando a su mejor amigo con la cadera.

 

—Deja de hacerlo, Hoseok —luchó porque éste no continuara pero fue ignorado.

 

—Lavas platos todo el día y luego sigues en el bar —frunció el ceño—. Debes descansar un poco, ¿ya almorzaste? Apuesto a que no lo has hecho.

 

—Lo haré contigo a las tres —Yoongi se sentó en una silla de madera diagonal al fregadero.

 

—Es muy tarde, ¿tampoco desayunaste? —El joven de cabellos naranjas se encogió en su asiento fingiendo ignorar a Hoseok—. Min Yoongi —el mencionado se giró y le sonrió.

 

—No lo hice.

 

—Ve por el almuerzo —advirtió.

 

—Está bien —Yoongi arrastró sus pies hasta la puerta siguiente en donde se encontraba la zona de descanso de los trabajadores.

 

Hoseok sonrió satisfecho y continuó haciendo el trabajo que le correspondía a su mejor amigo. Cuando faltaban cinco minutos para la una de la tarde, éste regresó y se paró a su lado con la típica sonrisa a la cual él ya conocía su significado.

 

—Cuando estemos en el bar te enseñaré todo lo nuevo que aprendí —prometió Hoseok.

 

Era su costumbre enseñarle cosas nuevas a Yoongi, pues a éste le encantaba aprender pero su padre no le permitía estudiar. El señor Min siempre le repetía que: “debía trabajar y no perder su tiempo en universidades de mierda”. Por lo que a Yoongi le tocaba trabajar a diario para mantener a su padre y no recibir una reprimenda o los típicos golpes de siempre.

 

—Hey, Hoseok —uno de los meseros llegó con un montón de platos—. Ven rápido, el jefe ha llegado —Hoseok quitó sus guantes ágilmente y se puso el delantal para comenzar con su trabajo de mesero—. Toma, Yoongi —el mismo joven entregó la canasta llena de utensilios—. Recuerda que mañana le harás de mesero y ya no puedes negarte —dijo para luego seguir a Hoseok.

 

Yoongi miró la nueva torre de platos y suspiró, prefería trabajar de mesero.

 

Debido al enorme carisma que poseía Hoseok no le era difícil trabajar como mesero. Los clientes salían satisfechos de aquel famoso restaurante en Gangnam, por supuesto, el joven mesero se veía beneficiado en las propinas que al final terminaba compartiéndolas con Yoongi.

 

Las tres horas laborales de Hoseok terminaron sin ningún percance, tomó su almuerzo como acostumbraba y se despidió para regresar a la Universidad a clase de cuatro de la tarde, tomó notas sin dejar pasar nada y a las siete en punto volvió a atravesar la enorme universidad.

 

Cuando llegó de nuevo al bar sintió un aire diferente, de cierta forma le divertía trabajar allí. Yoongi ya se encontraba sirviendo algunos tragos, el bar a pesar de ser jueves se encontraba lleno. El lugar era bastante grande además de prestar el servicio de compañía para las personas que así lo desearan, la zona VIP se encontraba al fondo y a Yoongi la mayor parte del tiempo le tocaba tomar las ordenes de las personas que pagaban por estar allí. Algunas otras veces le ayudaba a Hoseok, que era el barman más importante del lugar.

 

Aquel día Yoongi trabajaba al lado de Hoseok, ambos reían y molestaban sin dejar de lado a los clientes que iban y venían.

 

—Hey, precioso —habló un joven un tanto borracho tomando la mano de Yoongi desde la barra—. ¿Tienes novia? ¿Novio? —preguntó esperanzado y a punto de caerse al suelo.

 

—Claro que sí —Hoseok empujó la mano del ebrio y tomó a su mejor amigo por la cintura—, así que deja de mirar lo que me pertenece —Yoongi sonrió nervioso y se pegó más a J-Hope.

 

—Así es, por favor tenga un poco más de respeto —Hoseok sonrió al ver cómo le llevaba la corriente.

 

El joven les miró con tristeza pero en ningún momento se fue, por lo que ambos continuaron jugando a ser pareja y a destruir las ilusiones de los chicos o chicas que se les acercaran con la esperanza de lograr algo.

 

 

No muy lejos de ellos, en la entrada del bar, dos chicos miraban el lugar buscando un lugar perfecto en el cual ubicarse, no deseaban estar en VIP o más bien Kim Taehyung no deseaba hacerlo, había llegado allí porque su mejor amigo prácticamente lo había obligado.

 

—Realmente me siento en un cabaret —se quejó Taehyung siendo ignorado por su amigo—. ¡Park Jimin! —el mencionado le miró sonriendo.

 

—Prometo que no estaremos mucho tiempo, me han hablado bastante de este lugar, no sé por qué nunca había venido —Jimin paseaba su mirada de un lugar a otro.

 

—¿Tus padres no te dirán nada si se enteran que estás visitando estos… lugares?

 

—Claro que no, ya deja de quejarte, ¡te prometo diversión! —Taehyung fue jalado dentro de la multitud luchando por ver a duras penas los negros cabellos de Jimin.

 

Jimin se detuvo a mitad de la pista y comenzó a bailar, su mejor amigo sentía que iba a morir allí hasta que luego se fue acostumbrando, le divertía cómo su mejor amigo provocaba a cualquiera, al ver los ojos de las chicas iluminarse al bailar con él. Taehyung dejó de mirarle y comenzó a bailar en su punto, pasó su mirada escaneando el lugar hasta que encontró la barra, dejó a Jimin con su coqueteo a un lado y se sentó en bien una silla fue desocupada.

 

—¿Podrías darme un… mojito? —inquirió mirándolo de arriba a abajo, era lindo, le gustaba el color naranja de su cabello, pero no era su tipo.

 

—Entendido —sonrió y dirigió su mirada a otro joven pelinegro que se encontraba en la barra—. J-Hope, cariño, ¿podrías preparar un Mojito? —dijo al otro mientras le miraba de una forma exageradamente coqueta. Taehyung viró los ojos pero no dejó de mirar a aquel par de jóvenes.

 

—Aquí tiene —el joven de cabellos naranjas le entregó el trago—. Si desea algo más pued… —fue interrumpido por otro joven.

 

—Suga, te necesitan en el VIP —dijo para volver a marcharse, el mencionado asintió y volvió a mirar a Taehyung.

 

—Si desea algo más puedes decírselo a mi compañero —explicó para salir de la barra.

 

—Muchas gracias —respondió sin dejar de seguirlo con la mirada. «No tiene cara de puta», se sorprendió y luego se puso a mirar al pelinegro que al parecer era su pareja, «¿cómo demonios puede tener un novio así? Es asqueroso» continuó fijándose en cada detalle hasta que una idea se cruzó por su cabeza y salió disparado a buscar a su mejor amigo.

 

—Idiota —Taehyung lo golpeó en la cabeza al ver que no se despegaba de los labios de una chica.

 

—Auch, duele —se quejó Jimin frunciendo el ceño.

 

—Me prometiste diversión y la quiero ahora mismo —mandó, echando a la chica con la mirada.

 

—¿Qué tienes en mente? —el pelinegro sonrió intrigado.

 

—Quiero que te acuestes con una puta de este lugar y que no te cobre ni un solo centavo —Taehyung buscaba algo con la mirada.

 

—¿Es todo? —le miró boquiabierto.

 

—Vamos a ver si lo logras —sonrió y jaló su amigo hasta la barra—. Debemos esperar a que regr… ¡Él! Quiero que sea él —Yoongi apareció y le sonrió a su supuesto novio.

 

—¡¿Él?! ¿Acaso estás ciego? ¡Tiene novio! —se quejó Jimin.

 

— ¡Bah! Park Jimin es menos de lo que se espera —Taehyung volvió a tomar asiento al lado de la barra.

 

—Eso es casi un insulto —tomó asiento a su lado y le pidió un par de bebidas a Yoongi mientras planeaba todo.

 

Taehyung le miraba animado, quería saber qué tan fiel podría ser aquel joven, aunque siendo una puta no podría tenerse aquello en cuenta. Yoongi salió de la barra y Jimin no perdió tiempo, lo esperó afuera del baño y en bien éste salió lo encerró entre él y una pared.

 

—Necesito tu ayuda y sé que no dirás que no —Yoongi se encontraba en shock, tenía a aquel joven muy cerca suyo y no le molestaba ni un poco—. Te doy el doble porque te acuestes conmigo, sólo debes dejarte grabar y al final decir que no me vas a cobrar ni un solo centavo —el joven atrapado sintió su cuerpo arder en furia, era una falta de respeto que aquel desconocido saliera con esas cosas, pero intentó manejarlo todo.

 

—No creo conformarme con el doble —si se dejaba llevar por la rabia terminaría estampando su puño en el bello rostro del joven.

 

—Vaya, el triple. ¿Trato hecho? —inquirió Jimin con una sonrisa ladina.

 

—Claro que sí, sígueme —se estaba metiendo en un enorme problema, pero aquel tipo le pagaría el haberle dicho puta sin serlo.

 

Jimin iba tras él con una sonrisa triunfal, el dinero lo podía todo, aunque para él era una lástima tener que pagarle al peli naranja. «Alguien tan lindo no debería permitir esto». Continuó caminando hasta que se detuvieron.

 

—Espérame —Yoongi se acercó al encargado de las habitaciones que le miró entre asustado y alarmado.

 

—¿Qué haces? —preguntó con voz baja a pesar del ruido.

 

—Necesito de tu ayuda, luego te explico, sólo dame una llave —suplicó mientras ponía cara de cachorro.

 

—Dios, Suga yo… —no pudo contenerse a la cara de su compañero y se la entregó—. Sólo espero que no sea lo que pienso.

 

—Claro que no —le quitó la llave y tomó a Jimin de la mano mientras caminaba casi rezando porque todo saliera como lo estaba planeando.

 

Yoongi metió la llave en la cerradura con manos temblorosas, dejó entrar a Jimin y cerró la puerta con ganas de huir para evitar mayores problemas pero decidió llegar hasta el final.

 

—Quiero que me pagues por adelantado —se apresuró a decir y Jimin bufó.

 

—Vale, ¿tienes una cuenta a la que pueda transferirte el dinero? —inquirió sacando su móvil.

 

—Lo quiero en efectivo —Jimin frunció el ceño y sacó su billetera. Su padre siempre le había reprendido por cargar con efectivo, las tarjetas evitaban más robos pero a él le gustaba sentir su billetera llena.

 

—Toma —Suga contó los billetes recordando cuánto cobraba una de sus compañeras a los VIP—. Sobran die… —Jimin tapó sus labios con un dedo y negó.

 

—No hay problema —se fue acercando con cautela hasta que estuvo a pocos centímetros de los labios de Yoongi. Ambos sentían una rara energía, el peli naranja se aferraba al dinero mientras el otro lo iba hipnotizando con su mirada. Era hora de continuar con su plan.

 

—H-he olvidado mis juguetes —fingió recordar y reprenderse —. No tardo, sin juguetes no puedo trabajar bien —empujó a Jimin sobre la cama y éste se levantó con rapidez.

 

—No me importa, no necesito de tales cosas —Yoongi volvió a empujarlo y salió de la habitación echándole llave.

 

— ¡Hey, ábrela! —Jimin pateó y golpeó la puerta.

 

—No soy una puta —dijo por la rendija de la puerta—, tomaré todo el dinero como una disculpa por la ofensa, así que aprende a comportarte, niñato.

 

—Oh no, hicimos un trato, debes cumplir con tu parte no me importa si eres o no alguien de compañía —Jimin continuaba luchando con la puerta.

 

—Ni en tus sueños, niño mimado —Yoongi corrió lejos topándose con su compañero.



—¡Dime ahora qué sucede! —exclamó mirando hacia el pasillo.

 

—Abre la puerta en cinco minutos —jadeó Yoongi sin dejar de mirar atrás.

 

—¿Qué? ¿Y qué demonios le digo a J-Hope?

 

—Faltan treinta minutos para que cierren el bar, lo esperaré en la salida de emergencia —dijo esto para correr hacia su escondite.

 

 

Taehyung se sentía un poco mareado, había bebido mucho alcohol, por lo que no se atrevía a levantarse de su asiento. Por enésima vez miró al pelinegro, sintió ganas de llamar su atención y molestarlo por un momento.

 

—Hey —dijo, clavando su mirada en él.

 

—¿Se le ofrece algo más? —el joven prefería no darle ni un trago más pero ese era su trabajo.

 

—¿Cómo te llamas? —se empinó un poco en el asiento para estar más cerca.

 

—Dime… J-Hope —dijo, algo incómodo.

 

—Muchos gusto, soy Taehyung y he estado algo intrigado —soltó ladeando su cabeza—. ¿No te molesta compartir a tu chico? Eso de que estés trabajando y él esté teniendo sexo con otra persona es algo incómodo, ¿no crees? —Hoseok se le quedó mirando sin entender.

 

—¿Mi chico?

 

—J-Hope, ¿podrías servirnos unos chupitos? —un chico rubio, al parecer extranjero, le interrumpió.

 

—Claro, pero son los últimos porque ya vamos a cerrar —se giró y continuó con su trabajo sin dejar de mirar a Taehyung, eso había sido raro.

 

Jimin llegó de repente, su rostro estaba serio y se le veía bastante enojado, Taehyung soltó una carcajada en bien le vio.

 

—¿Tienes la grabación?

 

—Sólo quiero largarme, Tae —murmuró—. Levántate y vamos.

 

—Espera, aún no he terminado de molestar a J-Hope —se soltó para intentar llamarlo de nuevo.

 

—Vamos Taehyung —Jimin arrastró a su mejor amigo hasta la salida y tomaron un taxi en silencio.

 

 

≡≡≡

 

 

Hoseok estaba algo enfadado, Yoongi no le había explicado por qué había desaparecido y se había escondido tras el bar como si estuviese huyendo de algo o alguien. Era un nuevo día pero no lo estaba disfrutando, por ser viernes debía pasar todo el día en la universidad y esperar hasta las nueve de la noche para encontrarse con Yoongi, necesitaba una aclaración a todo o si no su dolor de cabeza no desaparecería.

 

Se detuvo en frente de la fuente principal de la universidad, Jin había faltado ese día aumentando su desespero. Se sentía como un adulto de mal temperamento, mirando de mala forma a todo el que se le cruzara y maldiciendo cada suceso del día.

 

Se sentó en una banca que había al frente de la fuente y sacó su cuaderno de apuntes, llevaba un buen rato allí hasta que se aburrió y cerró el cuaderno de golpe. Se levantó a punto de irse a clase cuando se topó con Taehyung, que le miraba con una sonrisa burlona en sus labios.

 

—El pequeño ebrio —susurró y éste se acercó.

 

—Al parecer estás algo enojado.

 

—¿Por qué debería? —Hoseok recordó lo dicho la noche anterior y se inquietó.

 

—Por tu novio —Taehyung sabía que Jimin no había logrado nada, sin embargo, quería provocarle—. Debe ser difícil que te deje solo y vaya a revolcarse con el primero que le cali… —J-Hope no lo dejó continuar.

 

—No estoy para juegos —siguió su camino dejando a Taehyung con una amplia sonrisa.

 

Taehyung no estaba hecho para tener amigos, por eso sólo contaba con Jimin, le estorbaba tener más personas fingiendo preocuparse por él. Todo en el mundo se había creado para él y Jimin, nadie más.

 

Continuó su camino hacia su facultad, su día no había podido ser mejor y eso que apenas comenzaba. Agilizó más el paso, los profesores de su pregrado en Gerencia no daban espera.

 

 

Jimin se quejaba en su auto mientras un semáforo cambiaba, Taehyung no había querido faltar a clases y acompañarlo a almorzar. Nunca comía fuera de su casa, pero ese día no estaba de humor y no quería que su madre pagara por eso. Eran contadas las veces que había peleado con sus padres o les había hecho sentirse mal, contaba con una familia perfecta en todo el sentido de la palabra, por lo que ellos no debían pagar sus malos días.

 

Se detuvo en frente de un llamativo restaurante y su estómago rugió. Bajó del auto y un joven recibió sus llaves para llevarlo al estacionamiento. En el momento en el que le fue asignada la mesa sonrió, su estómago sería muy feliz allí. El mismo joven que le asignó la mesa le entregó la carta con mucha amabilidad.

 

—En un momento vendrán a tomar su pedido, así que tómese su tiempo —hizo una reverencia y se marchó.

 

Jimin no tardó mucho buscando lo que deseaba, al parecer la frustración le hacía tener mucha más hambre de la esperada. Miró de reojo a un chico con el uniforme del lugar acercarse, no se giró pero se sintió muy aliviado de que tomaran su orden más rápido de lo esperado.

 

—Buenas tardes, ¿qué desea ordenar? —el joven siempre mantuvo sus ojos en la libreta y Jimin en la carta.

 

—Quiero un… —Jimin se detuvo al mirar al joven que esperaba.

 

—¿Sí? —dijo el mesero alzando su mirada al no escuchar nada más por parte del comensal y palideció más de lo que podía permitirse.

 

—Suga —sonrió Jimin ladinamente. El mencionado no sabía por qué él sabía su sobrenombre y por qué justo el día en el que milagrosamente había podido ser mesero y no lavar los platos aparecía por allí.

 

El buen día que Yoongi se había planteado al despertar en la mañana, se estaba viniendo abajo y el día lleno de dolores de cabeza con el que Jimin estaba luchando mejoraba con el transcurso de las horas.

Notas finales:

¿Qué les pareció? A mí me encantó desde el primer renglón, porque ya conocía la historia, haha, pero leerla es mucho más emocionante. Cuando me llegó el capítulo estaba eufórica, emocionada —porque YoonMin, omg— y lo revisé bastante feliz y satisfecha, yey.

Dara manda a decir lo siguiente: Acosé a Lord para que subiéramos el primer cap, ella debe pensar que soy demasiado cansona y demás que hasta desea golpearme :c no sé cómo me aguanta. Espero que disfruten mucho y perdonen el retraso XD

En serio, no exageramos cuando decimos que Dara me acosó para escribir un fic juntas, hahaha. ♥ Ella es amor. ♥

¡Esperamos muchos comentarios y críticas de su parte, lectoras! Nos harían inmensamente felices.


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