Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Omega Rubí, batallas musicales. por Kagene_Kagamine_Family

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ni Vocaloid ni Pokemon me perteneces son de sus respectivos creadores. Pokemon de Satoshi Tajiri y Vocaloid de Yamaha Corparation.

Notas del capitulo:

Hola~.

Para los que ya me conocen en el fandom de Vocaloid (nadie) yo escribo de la pareja OliPiko (Oliver x Piko) por lo que esa será la pareja central del fanfic.

Y la historia esta inspirada en la región de Hoenn de ROZA (Omega Rubí específicamente) dado que es el último juego que jugué (valga la redundancia) y el qué más adore de la sexta generación. Por lo que para los que no lo han jugado por eso hay ciertas diferencias con el Pokemon Rubí de GBA.

También quería avisar algo, hace tiempo leí que desde que cumplen los diez años en Pokemon los niños pueden elegir que quieren hacer, y se supone que Piko iba a iniciar su viaje pero algo hizo que se atrasara.

Ah, y para los que leen Lilium (nadie, otra vez) no falta mucho para que suba de eso y bueno, también está el hecho de que tampoco sé cuándo actualizare este, me disculpo de ante mano.

Por favor revisen mis errores y horrores de ortografía, sin más disfruten.

Pd: no se me ocurrió un título mejor, lo siento.

 

Prologo: El inicio de la aventura.

 

El sol ni siquiera había terminado de salir en ciudad Petalia cuando el despertador del cuarto del mayor de los Utatane comenzó a sonar anunciado la hora y que su dueño debía despertar, cosa que ya había hecho desde hace una hora aproximadamente. El Utatane mayor corrió las cortinas de su cuarto y salió hacia el pasillo, camino hacia enfrente y toco la puerta tres veces, nadie contesto, volvió a tocar y sucedió lo mismo, preocupado abrió la puerta y vio todo en su lugar, incluso las cortinas corridas, pero no veía a su hermana menor, Piku. Se dio vuelta y bajo las escaleras corriendo de dos en dos hasta llegar a la sala, al verla vacía fue a la cocina y su desesperación aumento cuando vio que su hermana menor no se encontraba en ninguna parte de la casa, sin meditarlo dos veces salió de la casa y comenzó a recorrer por la ciudad en busca de su hermana.

Fue al centro pokemon y la tienda pero la albina no se encontraba ahí, inclusive fue al gimnasio a sabiendas de que a esa hora estaba cerrado, pensó en preguntarle a sus vecinos pero estos estos ni siquiera estaban despiertos. Fue al lago frente a su casa (de nuevo ya que ese fue al primer lugar que fue) y tampoco estaba ahí, desesperado fue al último lugar que quedaba, el otro lago que se encontraba cerca del gimnasio, al llegar a dicho lago pudo ver a su hermana parada del otro lado del lago pescando tranquilamente. Tranquilo y sonriendo la llamo, la chica volteo a verlo y comenzó a doblar su caña de pescar, la metió a su mochila y saco un pokemon que enseguida entro al agua, la albina se subió a la criatura y cruzo el lago con tranquilidad (más no con rapidez) al llegar al otro lado guardo a su pokemon, un Wailmer, en su pokeball y miro a su hermano alegre.

—¿Qué haces tan temprano pescando Piku? —pregunto el mayor sonriéndole a la menor mientras le revolvía el pelo.

 —Pues ya sabes lo que dicen hermano, “El que madruga atrapa pokemon”. —río un poco al terminar la oración divertida.

—¿El que madruga trapa pokemon?, Piku creo que tú eres la única persona que lo dice.

—Claro que no, lo dicen otros entrenadores hermano. —canturreo la albina divertida. —Dentro de poco lo dirás tú también.

—Como digas.-río levemente divertido y miro hacia al lago. — ¿Y qué buscabas atrapar Piku?

—Parece que te gusta decir mi nombre. —se burló levemente y miro al estanque. —Y esperaba poder encontrar un Maquerain.

El otro albino solo asintió en silencio. —Supongo que te interrumpí, perdón.

—No te preocupes, mi caña no es muy buena que digamos y me salía cualquier pokemon menos el Masquerain, supongo que lo me aparecerá surfeando.

—¿Qué no es igual? — pregunto el albino confundido a lo que su hermana lanzo una fuerte risa.

—Claro que no Piko, pero bueno, son cosas que uno va a aprendiendo con el tiempo no te preocupes dentro de poco tu sabrás de todo eso, por cierto… ¿estás seguro que solo quieres que te acompañe hasta Villa Raíz?, ¿no quieres que te acompañe al resto del viaje?

—Estoy seguro, llevo cuatro años atrasado, debo aprender a valerme por mi mismo Piku, no siempre estarás ahí para ayudarme a enfrentarme a los demás, aparte, se supone que soy el mayor.

—Tú lo has dicho, se supone. —río y el chico la imito. —Pero hablando en serio Piko, me alegro mucho de que decidas hacerlo por tu cuenta, aparte… ¡saliste teniendo más suerte que yo! —exagero la chica haciendo un mohín molesta.

—Ahhh, ¿por qué lo dices Piku? —pregunto confundido al ver la reacción de su hermana.

—Te atrasas cuatro años y por atrasarte te darán una Pokedex, un pokemon de laboratorio y aparte tienes un MultiNapNap con CartoNap, DiverNap, ViodeNap y el profesor Birch seguro te agregara un DexNap para que mejores en la búsqueda de pokemons, ¡no es justo! —hizo una especie de berrinche que le causo gracia al mayor y le revolvió el pelo de nuevo en un gesto cariño. — ¡No hagas eso!, ya me despeinaste suficiente. —el albino rio y le volvió a despeinar el cabello haciendo que la menor empezara a intentar quitarle las manos de su cabello.

—Ya vamos a la casa pequeña berrinchuda, que de todas formas tengo que ir a alistarme bien para poder ir a ver al profesor Birch, aparte, tu prometiste llevarme para que los pokemons salvajes no me atacara así que cumple y acompáñame. —señalo el mayor y la albina asintió mientras murmuraba un “de todas formas si te mando solo te pierdes”. — ¿Dijiste algo?

—Noooo, nada. —río la albina y salió corriendo hacia su casa, Piko solo sonrió y la siguió alegre.

Cuando ambos Utatane llegaron a su casa cada quien subió a su cuarto para terminar de alistarse. Piko se acercó a su armario y lo abrió para sacar de él una mochila de color blanco, se la colgó y enseguida fue a su mesa de escritorio para tomar su credencial de entrenador, su MultiNap y las llaves de su casa, después de todo, ni él ni Piku volverían  hasta nueva cuenta después de que a él le entregaran su primer Pokemon, tenían que cerrarla por seguridad. Se aseguró de que todo estuviera en orden cuando escucho que tocaban la puerta, con leve “pase” la puerta se abrió y entro Piku con una caja en las manos. El albino volteo a ver a su hermana curioso por la caja y esta la abrió revelando unas deportivas, unos zapatos (o tenis, Piko no tenía ni idea que eran exactamente) especiales para correr que había desarrollado la compañía de Devon S. A para los entrenadores. Piko vio sus botas blancas con negro y luego las deportivas enseguida miro a su hermana dudoso y alzo una ceja, la albina sonrió y tomo una de las deportivas, se la mostro a PIko que seguía sin entender cuál era el punto hasta que su hermana  volteo el objeto, las deportivas tenían en la suela una especie de ventilador que aparentemente las hacia más rápidas que las botas.

—Aparte serán más cómodas para andar, después de todo, tendrás que ir a pie casi todo el camino de aquí en adelante. —señalo la albina intentando convencer a su hermano de que se las pusiera.

El albino asintió y se acercó a su hermana que le tendió las deportivas, Piko las tomo y fue a sentarse a su cama para cambiarse las botas por las deportivas, y aunque le costara admitirlo, las deportivas eran bastante cómodas.

—Solo ten cuidado, llegan a ser un tanto difíciles de usar en un inicio, de momento no correremos pero ya verás que al rato querrás correr debido a los caminos largos.

—Mejor explícame todo eso de camino allá, ¿te parece? —sonrió y la chica le devolvió la sonrisa.

Piko acomodo sus botas en su armario y lo cerró. Salió de su cuarto con su hermana y bajaron a la cocina para prepararse algo de desayunar o más bien para que Piko le prepara algo a ambos. Después del desayuno y de que el Altaria de Piku demandara atención por parte de ambos salieron de su casa para partir rumbo a Villa Raíz, al salir Piko se entretuvo cerrando la casa y cuando estaban a punto de salir de la ciudad un chico de cabello verde, y compartía su gusto por el color blanco con Piko, se acercó a ellos corriendo.

—Por poco creí que no los alcanzaría. —sonrió el peliverde alegre de haber alcanzado a los hermanos. —Ah, y hola.

—Hola Blasco, creí que estabas en alguna isla especial para entrenadores. —hablo el albino viendo al otro chico de blanco.

—Sí, pero vine corriendo en cuanto me entere de que al fin aceptaste volverte entrenador. —sonrió el peliverde. —Y quería desearte suerte.

—Muchas gracias Blasco, significa mucho viniendo de un entrenador tan experimentado como tú. —agradeció el albino haciendo sonrojar al otro por sus palabras.

—No… no es para tanto Piko, no son experimentado como tú crees, de… deberías de ver a Brendan o incluso a Aura, ellos dos sí que son buenos.

—Supongo, pero para mí tu eres el mejor Blasco. —sonrió con ternura el albino viendo al otro alegre quien no pudo evitar sonrojarse más.

—Ya, ya, que parecen enamorados. —hablo divertida Piku haciendo que ambos chicos se sonrojaran a más no poder. —Pero igual, gracias por tu apoyo Blasco, significa mucho.

—De nada, te deseo suerte Piko… y, ¿podríamos vernos en mi casa o en la otra salida del pueblo?, tengo algo que darte.

—Ehh, claro Blasco, espero no hacerte esperar mucho. —sonrió alegre.

Los tres se despidieron y los hermanos avanzaron por la ruta 102 hacia Pueblo Escaso que a su vez los llevaría la ruta 101 para finalmente llegar a Villa Raíz. Al empezar a pasar por la ruta 102 Piku comenzó a explicarle a Piko cosas sencillas como que los entrenadores cada vez que se veían se retaban, pero que a ella ya la habían retado y por eso ya no la retaban, que a él en cuanto volvería a pasar con una pokeball lo retarían, o que en la hierba alta se encontraban los pokemons salvajes y le podrían salir en cualquier momento, también reafirmándole para que servían los centros pokemons y que al inicio te verías muy seguido en uno, a ella la conocía bastante bien las enfermeras de Lavacalda de cuando intentaba vencer a la líder del gimnasio de dicha ciudad o cuando entrenaba cerca de ahí,  también de la importancia de cargar pociones o pokeballs, o de que tenía que pagar cada que un entrenador le derrotaba o que le pagarían cuando él los derrotara, que no se asustara por eso o porque le regalaran cosas personas desconocidas, muchas de esas personas habían sido o eran entrenadores que sabían que tan difícil era eso. Inclusive le dijo que había veces que lo dejarían entrar a las casas sin problemas. También le hablo de los concursos y de que los Pokemons le iban teniendo respeto mientras avanzaban, así como cariño, en fin, le hablo de todo lo relacionado con el mundo de los pokemons y el ser entrenador hasta que por fin llegaron a Villa Raíz.

No habían tardado mucho, dos horas y media cuando mucho, pero ese tiempo había sido suficiente para que la albina tocara diversos puntos superficialmente.

Al llegar a la entrada Piko noto enseguida la diferencia entre Pueblo Escaso, Ciudad Petalia y Villa Raíz. Mientras en Ciudad Petalia claramente vivian más personas y tenía más sitios en Pueblo Escaso se notaba que habitaban pocas personas y que era más como un  lugar de paso, un lugar por el los entrenadores novatos solían pasar para a descansar, curar a sus pokemons o comprar pokeballs, mientras que en Villa Raíz había muy pocas casa y se respiraba un aire un poco más fresco que el de pueblo escaso y mucho más fresco que el de Ciudad Petalia (y eso que se suponía que su ciudad era pequeña, no quería saber cómo eran las más grandes). Apenas entro se detuvo a respirar el aire fresco de Villa Raíz, miro el cielo y alzo las manos como si quisiera tocar el cielo, aquel sitio era un lugar hermoso y no dudaba que encontraría más lugares así a lo largo de su viaje. Volvió a mirar hacía enfrente y vio que las casas eran solamente cuatro y un poco más adelante, tal vez para no molestar tanto con el ruido, se encontraba el laboratorio del profesor Birch, quien le daría su primero pokemon.

Miro a su hermana y esta le sonrío dándole paso libre a que siguiera caminado solo por su cuenta, asintió y dio un paso entrando por fin a Villa Raíz. Vio a un niño pequeño jugar frente a una casa y a un hombre adulto acostado en el pasto cerca de donde estaba el laboratorio, vio las flores que crecían alrededor de un cartel y se acercó para leer que el cartel rezaba:

“Villa Raíz. Un pueblo de una tonalidad nada habitual.”

Sin distraerse más siguió su camino y toco la puerta del laboratorio cuando por fin logro posarse frente a ella sin distraerse con el paisaje. Al no recibir respuesta volvió a tocar y la puerta se abrió, inseguro de sus acciones entro al recinto y vio a varios científicos hiendo de un lugar a otro con rapidez o leyendo diversos papeles a la vez, con cierta timidez miro más hacia adentro y logro ver a un pequeño niño de cabello verde con ropa de ese mismo color con toques amarillo hablando con un científico algo menos atareado que el resto, Piko miro detenidamente al científico con el que el niño hablaba dándose cuenta de que no se parecían en nada y por lo tanto no podría ser su hijo, además, aquel científico no era cualquier científico, era el profesor Birch.

Con un poco de timidez el albino entro por completo y cerró la puerta sin llamar mucho la atención. Camino hasta el fondo del laboratorio aún con timidez y al llegar vio como el gran hombre castaño que era el profesor Birch lo notaba y le sonreía, Piko alzo la mano en forma de saludo y sonrió levemente, el pequeño niño lo volteo a ver y también lo saludo sonriendo, el albino pudo notar entonces que el niño tenía ojos verdes y unos dientes bastantes grandes pero que lo hacían lucir algo tierno.

—Oh, al fin llegas Piko. —le hablo el mayor el chico lo vio con algo de pena.

—Espero no haber llegado muy tarde profesor, si es así me disculpo por hacerlo esperar. —hablo apenado el chico.

—Ah, no te preocupes chico, no llegas tarde, llegas a tiempo, es solo que Ryuto vive un poco más cerca, en Pueblo Escaso. —el mayor volvió a sonreír y luego vio a ambos chicos. —Hablando de, Ryuto te presento a Piko Utatane, Piko te presento al pequeño Ryuto Gachapoid.

—Un gusto Ryuto. —Piko se puso a la altura de Ryuto y le sonrió con ternura dándole la mano.

—Igualmente Piko. —sonrió el menor dándole la mano y correspondiendo la sonrisa.

—Profesor. —hablo Piko reincorporándose y viendo al profesor. —¿Esperamos a alguien más, cierto?

—Así es Piko, esperamos ah.

—¡YA LLEGUE! —se escuchó un estruendoso grito desde la puerta en todo el laboratorio que provoco que algunos científicos dejaran su trabajo en paz y los otros tres voltearan a ver a la puerta para ver a quien recién llegaba interrumpiendo al profesor. Piko abrió los ojos sorprendido y se sonrojo al ver a la persona que acaba de entrar al laboratorio.

Notas finales:

¿Qué tal quedo?, ¿que pokemon inicial elegirá (elegiré para) Piko?, ¿quién llego al laboratorio?, ¿Oliver?, ¿Por qué Piko tardo en iniciar su viaje?

Y no se preocupen a Blasco no le gusta Piko, le gusta Bruno/Rubí/Brendan, como ustedes lo llamen, (Raltsshipping <3), ah, también se me olvida decirles, algunas cosas no las explican en los videojuegos o manga y bueno, me las inventare yo (no, el anime no juega, al menos no para mi).

 

Gracias por leer, cuídense y adiós~.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).