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Planetary / kaisoo; exo por LYhobbit

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Notas del capitulo:

Resumen: Jongin odia no poder volar; Kyungsoo sí puede hacerlo.

Kaisoo; psicológico / pedofilia, abuso infantil; NC-17

 

N/A: Este drabble es desagradable, si odias alguna de las advertencias, mejor abandónalo por tu bien:)

*LEER NOTAS FINALES*

23- Gravity

 

Jongin desearía poder volver volar jovialmente con sus 40 años de vida. Antes solía hacerlo —cuando estaba muy enamorado de su esposa, la sensación de tenerla sumisa bajo su cuerpo le daba todo el poder de flotar sobre las nubes, los gritos alocados y las gotas de sudor cayendo sobre la mujer desnuda y largos cabellos fungían como su eterno brebaje—. No obstante, Kyungsoo, su pequeño de rasgos delicados, le corta esa inspiración cada vez que intenta volar con ella.

 

—Papi, ¿me dibujas una estrella?

 

Jongin desvía su mirada hacia el pequeño niño sonriéndole, éste le tiende una hoja con algunas líneas que simulan ser el cielo, las nubes son apenas entendibles, un sol malhecho se encuentra hasta la cima de una casa roja y blanca, y algunos pajarillos juegan en el viento con las alas abiertas. El café que antes bebía lo deposita sobre la mesa y agarra a su hijo para sentarlo sobre sus piernas.

 

—¿Por qué eres así? —le habla con un tono de voz entre enojado y aburrido, como si estuviera reprochándole algo.

 

Espera por alguna respuesta infantil, pero solo un vacío existencial se aloja dentro de la cocina. Jongin le mira a los ojos, y Kyungsoo al sentir el aura molesta de su padre, baja su cara entristecido.

 

—Papi… ¿Estás enojado conmigo? ¿Yo hice algo malo?

 

El silencio continúa por los próximos segundos, y al final el padre baja a su hijo, ignorándolo por completo. Kyungsoo se marcha hipando. Algunos sollozos escapan de su boquita para enseguida lanzarse como misiles a los oídos de Jongin y recriminarle un poco de culpabilidad.

 

La noche llega acompañada de un manto con estrellas. Kyungsoo las copia a su dibujo inmediatamente. No salieron como se lo esperaba, pero sonríe porque no se rindió aun al ver los borrones y manchas sobre el papel.

 

—Kyungsoo —llama Jongin cálidamente entrando a la habitación con adornos de lunas y luceros pegadas a la pared; brillando entre toda la oscuridad. El niño, en cuanto escucha su nombre proveniente de su padre, corre hacia él; con alegría entrega el dibujo. Su papá se muestra asombrado cuando observa detenidamente el dibujo. Un cielo obscuro rodeado de estrellas y otros cuerpos celestes; Jongin está volando.

 

Y entonces, comprende que tal vez, Kyungsoo podría hacerlo volar.

 

—¿Me quieres?

 

Kyungsoo asiente con rapidez, sin dudar ni pestañear.

 

—¿Te sientes triste cuando te regaño?

 

—S-sí…—pronuncia mirando el suelo café de su habitación.

 

—Si me haces volar, prometo ya no enojarme contigo.

 

Kyungsoo no comprende. Hacerlo volar ¿cómo? Sin embargo su mente infantil solo piensa en estar cerca de su padre sin que éste le cause miedo con sus gritos; deseando solo sentir amor, similar al que su madre recibe.

 

Acepta hacerlo volar con la carita sonriente. Al inicio cree que debe hacer otro dibujo, pero Jongin lo detiene y lo sube a la cama. Con sus manos adultas le hace cosquillas y lo empieza a despojar de sus prendas con fragancia a bebé.

 

Jongin ha comenzado a elevarse hacia el edén.

 

Con un impulso desesperado, empieza a sorber la delicada piel de su hijo. Jongin se siente como en el jodido paraíso. Y mientras continúa con la enferma acción, piensa en la poca magia que su esposa tiene; su hijo pese a ser pequeño, es realmente poderoso. Kyungsoo ríe al principio, pero a escasos minutos, un intuitivo miedo escapa de su interior ¿Está bien lo que su padre está haciendo? ¿No se supone que eso lo hace solo con su madre? Kyungsoo los ha oído, e incluso visto.

 

—Papi, mamá se enojará si nos ve.

 

—No lo hará.

 

Con centelleantes ojos, Jongin baja su mirada lasciva hasta el miembro infantil, masturba de manera desvergonzada la íntima parte de su hijo, suave, inocente, pura. Le agrada escuchar los gemidos de Kyungsoo, pero Jongin quiere más. Con una brutalidad desbordante de sus fétidos deseos, muerde los pezones hasta hacerlos llenarse de hematomas con innegable dolor. Kyungsoo siente ese salvajismo de su padre, y le pide con aguda vocecita que pare.

 

No lo hará.

 

Quiere volar más alto.

 

Mete sus dedos dentro del interior de Kyungsoo y los gira como si se tratase de algún juego normal. Y no para aunque los gritos se eleven en sufrimiento —No desea sentir la gravedad del abismo.

 

¡Está volando! ¡Jongin está volando!

 

Pasan segundos, minutos, un tiempo que se hace eterno. Jongin está golpeando a Kyungsoo, sus manos se quedan pegadas sobre el trasero y espalda, mientras su pene hace su propio trabajo, embistiendo con profundidad y sin piedad, aunque sepa la edad de su hijo. Kyungsoo solloza débilmente lo cansado que está y que pare; pero las ganas de volar pueden más que la razón. Jongin le da la vuelta a su hijo con salvajismo, tomándole furioso de los cabellos, regalándole bofetadas, una más, y luego otras; incluso pareciera que la sangre de sus mejillas desea escapar para no vivir tal horror.

 

—Estoy volando, gracias —le susurra con “amor” mostrándole una sonrisa demente y tranquila, para después besar con ternura los sangrados labios.  

 

Kyungsoo tiene miedo.

 

No, su hijo está disfrutando. Las infantiles lágrimas no son de otra cosa más que de felicidad por haberlo hecho feliz, piensa el mayor. No hay más quejas del niño, solo gritos y gruñidos del adulto en aquellos muros, una cama bailando en el suelo, un colchón temblando de miedo ante la danza carnal que vive, y unas estrellas apagando su suave tintineo.

 

Jongin en poco dejará de volar.

 

Ha llegado la hora de aterrizar, Jongin adentra toda su extensión hasta tocar el infinito de su hijo. Nubes blancas y estrellas rojas salen de Kyungsoo, quien ya está adentrándose a la pesadilla de ir con Morfeo. Finalmente, la utópica fiesta de orgasmos se desata con temblores, de un tipo de siniestra y psicótica felicidad.

 

—Gracias. Te amo.

 

Jongin, por desgracia, ha encontrado la más “hermosa” manera de volar; su hijo de 5 años tiene el poder. Pero para continuar volando, necesita deshacerse de su mujer.

Notas finales:

¡Waaa~! Pobre de mi Soo ;;, realmente no sé qué estaba pensando, bueno sí —un poco—. Desde un principio todo fue narrado desde la perspectiva de Jongin, un padre demente y psicópata, o algo así, no sé cómo describirlo u.u

Pd. Jongin NO es un PEDÓFILO, es un pederasta, porque no está enfermo —o mejor dicho, no tiene esa parafilia—, NO siente atracción por su hijo, no lo ama, en ningún momento Jongin es sincero con su “TE AMO”, solo quiere sentirse superior; quizá, después pudiera “amarle”, pero no lo creo (Nunca confundan estos términos: pedofilia, pederastia). Aclarado esto…

Por favor cuiden a los niños chiquitos, hermanitos, primos, sobrinos ;; ¡¡¡NO LOS DEJEN SOLOS!!!!

¡Nos leemos!!, los siguientes ya no son así ;)

No me odien, yo los amo ;;

 


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