Eros salió fúrico del recinto al tiempo que maldecía a todos los asistentes, mientras pensaba la manera de llevar a cabo su plan de flechar a los hijos de los dioses, incluído uno de sus hermanos, para demostrarles que su conflicto sin sentido debía terminar.
— ¡Maldita sea! pero ya me la pagarán. Siempre es lo mismo con ellos: Apolo y sus bromas sin sentido, Atenea y Poseidón peleando, Hera discutiendo con Dionisio y Zeus, Deméter reclamando a Hades por secuestrar a Perséfone y la niña nunca dice nada, igual que Hestia; Hermes molestando a Hefesto mientras Afrodita se liga a Ares frente a sus narices, mejor ni menciono a Artemisa. Juro que en esta ocasión no se salvan. — repetía furioso el pequeño dios.
Luego de la salida del dios del amor, el resto de los dioses seguían discutiendo pero ahora sobre la amenaza de Eros.
— ¿Ustedes creen que el niño lindo involucre a nuestros hijos en esto?— preguntó Apolo
— Si te flecho para que te enamoraras de una ninfa y a ella para que te odiara como venganza, si lo creo capaz — contestó Hestia quien se había mantenido en silencio todo ese tiempo.
—Claro, tenías que traer a Dafne a colación — bufó el dios del sol.
— No te ardas hermanito, es una historia que todos sabemos — se burló Artemisa.
Hestia rodó los ojos y sin que nadie se diera cuenta salió del recinto rumbo a la casa del dios menor.
Mientras tanto, Eros llegaba a su casa en donde fue recibido por su esposa e hija.
— Hola amor, ¿ por qué tan temprano? — preguntaba Psiqué con dulzura.
—Ni me lo menciones, te dije que no quería ir. Sólo fue una pérdida de tiempo.
— Pero lo hiciste por tu madre, hace tiempo que no los veías.
—Mucho menos me hables de ellos, enserio, mi madre debería de dejar su aventura con mi padre mientras esté casada con Hefesto. — suspiraba el dios.
— Bueno, hablando de padres, llevaré a la niña a visitar a sus abuelos. Nos vemos — se despidió luego de darle a su esposo un dulce beso.
Eros estaba tan molesto que nunca se dió cuenta que la diosa del hogar venía tras él, cansada por la actitud del resto tocó con desesperación su puerta.
— ¡Eros! ¡Abreme, carajo! — le gritó
— ¿Qué quieres? — le abrió la puerta y contestó cortante
— Uy, que humor… sólo venía a decirte que, si necesitas algo puedes decirme — decía ella con su calma característica.— A mí también me tienen harta, querido sobrino.
— Ya veo… pues planeaba flecharlos, ya sabes, nada odiarían más que también estar emparentados por sus hijos —él soltó una pequeña carcajada.
— Me parece bien, cuenta conmigo — asintió con una sonrisa
— Pero…¿no te molesta que Eunhyuk esté involucrado? — preguntó temeroso
— Para nada, de hecho... hay cierto jovencito que me interesa como yerno y dudo mucho que a mi niño le moleste mi elección — su sonrisa cambió a una pícara tras esas palabras.
— Tía mía, a veces me das más miedo que los tres grandes juntos
— Vamos, mis hermanitos tendrán su carácter pero no son tan malos sólo cabezas huecas y busca pleitos.
— Estoy totalmente de acuerdo — con dicho comentario ambos comienzan a reír —ahora… el problema será que a quien flecho con quien, pero algunos tienen pareja.
— Yo ya te dije que ya tengo a alguien en mente para mi monito — le contestó Hestia mientras tomaba asiento.— El resto lo verás sobre la marcha, pero te pido encarecidamente que pongas juntos al niño de Zeus con el de Hera, a ver si así ya resuelven sus problemas maritales.
— De acuerdo, aunque eso no le quitará lo mujeriego a Zeus.
— Lo sabemos, pero de algo servirá. Por lo menos calmará un poco a Hera, esos celos realmente son enfermizos.
—Sus celos tiene justificación.Además con tu idea nos arriesgamos a agravar el asunto, conoces el carácter de Hera y cómo adora a su hijo, ¡provocaríamos una guerra!
— Nada se pierde con intentar — mientras encogía los hombros
— Insisto que me das miedo…
— Sabes que desde hace siglos estamos en guerra, vamos a verlos para ver qué tan grave sería el asunto.
— Mi hermano me dijo que Leeteuk los invitó a comer, así podemos ir a espiar eso... o... mejor le puedo decir a una ninfa que nos ayude con eso.— postuló el dios
— ¡Nada de ninfas! ¡¿Se te olvida lo que ocurrió la última vez?! — lo regañó Hestia
— Tienes que admitir que Apolo se lo merecía
— Eros…Además te tengo que mostrar a mi futuro yerno — mientras brincaba por toda la sala
— Está bien — suspira
Ambos dioses se transportaron al lugar anteriormente mencionado, para poder observar aquella reunión.
Eros sólo sintió un jalón en su manga y volteó a ver a donde Hestia le señalaba.
— ¡Mira, mira! ¡mira, mira! ¡Ahí está mi monito con el niño que quiero por yerno! — le decía emocionada Hestia.
— ¡¿El hijo del viejo histérico de Poseidón?! ¡¿Es en serio?! — enloqueció el dios.
— ¿Apoco no hacen linda pareja?
— ¿Tienes algo encontra de tu hermano verdad?
— No… ¿cómo crees?... si el me ama
— Pues con esto harás que la Atlántida resurja y se vuelva a hundir. No, me niego
— ¡Por favor!
— ¡Compórtate como alguien de tu edad, mujer!
Mientras tanto Eunhyuk y el hijo de Poseidón estaban jugando cuando el segundo interrumpió el juego.
— Monito… siento que alguien nos observa — dijo temeroso el hijo del dios del mar.
—Donghae… en primera no me digas monito y en segunda nadie nos está mirando, estás loquito — le contestaba el hijo de Hestia.
— Pero tu mamá te dice así… — le dijo hae haciendo un pucherito.
Continuará...