Dieciocho meses después de la Batalla de Nueva York.
El amanecer despuntaba cuando Thor llegó a la torre Vengadores. Se sentó pesadamente en el sofá de la sala principal. Había vuelto a Midgard varias veces desde la batalla con los Chitauri, pero nunca con noticias como éstas. Sólo podía esperar que sus amigos estuvieran dispuestos a ayudar.
Durante dos horas se sentó allí hasta que pidió a JARVIS que convocara al resto de los Vengadores. Tony fue el primero en llegar. A juzgar por el estado de sus ropas seguramente se desveló toda la noche.
“Thor, amigo. ¿Qué te trae de vuelta a la Tierra?”, exclamó Tony tirando a Thor en un fuerte abrazo. Se separaron cuando Natasha y Clint entraron a la sala. Ellos no eran tan expresivos pero estaban contentos de verlo.
“Siento llegar tan temprano, pero tengo noticias graves y no pueden esperar”, respondió Thor. “¿En dónde está el buen Capitán?”
“Justo aquí”, se escuchó Steve desde el ascensor. “Tienes suerte, acabo de regresar de una misión”. Dejó caer su bolsa de viaje y el escudo y también abrazó a Thor. El dios del Trueno podía ver que también estaba cansado.
Bruce entró entonces, después de asegurarse de que no habría peligro. Tony fue hacia él y lo echó a su lado en el sofá, sentándose con un brazo alrededor de la cintura de Bruce. Thor tomó nota de ese detalle. Bruce era el único Omega en el grupo y parecía que había sido reclamado por un Alfa: Tony. Eso agradó a Thor. El menudo doctor parecía incómodo en torno a los grupos, con suerte Tony podría ayudarlo a relajarse un poco. Steve tomó el sillón individual con Natasha, y Clint se apoyó en la barra del desayunador.
Con todo el mundo presente, Thor fue al grano.
“Mis amigos, mucho ha sucedido en los últimos días y ahora necesitamos su ayuda. En primer lugar necesito que entiendan que no se los pediría si hubiera otra manera. Necesito que me ayuden a liberar a mi hermano de su prisión.”
Thor miró a todos los Vengadores. Decir que parecían aturdidos sería poco.
“¡De ninguna manera! No después de todo lo que hicimos para ponerlo ahí.”
No fue una sorpresa que Clint hablara primero.
“Por favor, debes entender…”
“No necesito entender. Él se metió con mi mente, mató a Coulson y a toda esa gente en Nueva York.”
“Espera, Ojo de Halcón. Estoy de acuerdo en que esto es extraño, pero vamos a escuchar a Thor. Tiene que haber una razón para ello”, interrumpió Steve, siempre pacificador.
Clint miró al Capitán, pero respiró hondo antes de asentir a Thor.
“Barton, una vez que mi hermano y yo salimos de aquí se hizo claro que el cetro estaba controlando a Loki también. De hecho, fue él quién se aseguró de que Erik Selvig construyera el método para apagar el Teseracto”.
Eso era nuevo para todos en la habitación y Barton se movió nerviosamente. Había ido de repente de odiar al dios de la travesura a tener algo en común con él.
Tony rompió el silencio.
“Está bien, digamos que eso es cierto. ¿Cuál es el problema? ¿Tu padre echará a Cuernitos y volverá a todo mundo feliz?
Thor bajó la cabeza.
“Si fuera así de simple. Loki es un Omega. Los Omegas son raros en Asgard”.
Esa declaración no hizo el problema más claro. Los Omegas tampoco eran comunes en la Tierra. La mayoría eran Alfas como Steve, Tony y Clint, o Betas como Natasha. Los Omegas era reclamados por los Alfas cuyo trabajo era cuidar de ellos; a cambio, los Omegas se dedicaban enteramente a sus Alfas. Durante un celo un Omega necesitaba ser tomado y anudado con el fin de tener niños. Si no había apareamiento podría resultar fatal para el Omega por las hormonas que inundaban su cuerpo. Los Omegas podían ser hombres o mujeres, pero ambos quedarían preñados. Se apareaban de por vida, pero un Alfa podía reclamar más de un Omega. Esta práctica se volvió menos común cuando los derechos de los Omegas fueron cada vez más importantes. Los Alfas también tomaban a los Betas como compañeros, pero no eran tan fértiles y sólo tenían hijos una vez cada pocos años.
Thor tomó nota de las miradas confusas de sus compañeros Vengadores y continuó:
“En Asgard los Omegas son muy preciados y si se les encuentra antes de su primer celo se venden al mejor postor. Esos son los afortunados. Otros son disputados y luego reclamados por la fuerza. Hasta los últimos acontecimientos, Loki había sido protegido por su estatus real, pero ahora que su naturaleza de Gigante de Hielo ha sido revelada mi padre lo quiere fuera de la vista. Planea entregarlo a uno de sus generales como juguete. No voy a permitir que eso suceda”.
Los Omegas en la Tierra eran tratados como todos los demás, y el tomar a alguno en contra de su voluntad era un delito. Bruce estaba lívido e intentaba tomar toda la influencia de Tony para calmarse y evitar irse a verde. Clint apretaba los puños y de repente golpeó una pared. Natasha salió de la habitación para volver con sus cuchillos listos para el viaje. Pero fue Steve al que Thor estaba mirando. Lo tenía de frente, y Thor pudo ver que tomaba una decisión.
“¿Cuánto tiempo tenemos?”, preguntó Steve. No habría discusión. Iban a ir.
“El general no volverá por otros diez días. Loki está esperando su celo muy pronto y Odín quiere entregarlo hasta entonces. He arreglado que todo esté listo en tres días a partir de ahora. Después de eso, Loki será preparado para el Alfa”.
“¿Y qué va a pasar contigo si hacemos esto?”, inquirió Tony ahora que Bruce tenía el control de sí mismo.
“Soy el único heredero de mi Padre. En el peor de los casos me quedaré en Midgard hasta que sea el momento de reclamar mi lugar en el trono. Lady Jane estará satisfecha”, respondió Thor buscando consuelo para sí.
“Está bien. Tenemos tres días para prepararnos. Thor, necesitamos un diseño completo de la prisión y los detalles de cualquier aliado que podamos tener”, dijo Steve en tono Capitán América. “Tony, averigua si alguno de los técnicos actuales serán de utilidad para nosotros”.
“Heimdall nos permitirá escapar. No aprueba la forma en que Loki ha sido tratado; los Tres Guerreros y Lady Sif estarán en la celda esperando con Loki. Sólo tendremos que sacarlo de ahí y llevarlo al Bifrost. Mi madre distraerá a mi padre cuando sea el momento adecuado. Ella casi lo mata cuando se enteró de sus planes. También tiene sentido que usaremos magia en ustedes, como en Midgard, necesitamos el elemento sorpresa”.
“Muy bien, necesitaremos un equipo para llegar a la celda. Iron Man, Thor y yo. Clint y Natasha, ustedes se quedarán en el Bifrost, quiero el camino libre. Bruce, lo último que nos conviene es que te conviertas en Hulk en Asgard, te quedarás aquí pero tendrás la bahía médica preparada. No sabemos en qué estado estará Loki. Bien, vamos”.