No sé como comenzar a contar una historia que ha tenido tantas versiones y que ya conocemos muy bien todos. Pero he de ser sincero, no todo ha sido como en los cuentos, y mucho menos de color de rosa. A que me refiero se preguntaran, o quien se está dirigiendo a ustedes… Como decirlo si ni yo mismo se quien soy en estos momentos de desesperación. Acaso se puede llegar a estar en este punto, en esta situación en la vida… podrían creerme que aun no me creo verme en esta situación.
Viéndote así, ahora, no puedo creer que una persona pueda crear un daño como este en otra, no así, con esa magnitud de destrucción. Conocía muy bien lo que podría pasar… pero nunca esto, tú un ser tan fuerte que ha vivido de todo y tan débil ahora.
Si tan solo nada de eso hubiera pasado, si nuestro pasado tan solo no afectara mi presente ni el tuyo así de esta forma.
Me gustaría preguntarte, y saber en qué punto de nuestra historia te has perdido o en qué punto yo provoque tu muerte emocional. Si, de que otro modo puede llamarse a lo que estoy más que seguro yo provoque.
Viajar en el tiempo de nuestra historia a la que uno le llamaba amor y el otro la consideraba una confusión tal vez sirva para intentar encontrar el momento de quiebre de esa misma historia pero con un doble significado, para dos mentes confundidas, perdidas y porque no, enamoradas tal vez. Cuanto tiempo pasó un año, tal vez dos. Tanto tiempo de entrega, tanto tiempo de pasión y mucho mas de aceptación; si, aceptarme y el saber esperar.
No sabía… es mas no comprendía hasta que sentí esa necesidad de sentirte. Creo que ahora comprendo lo que intentabas despertar. Lo más increíble de todo es que mi piel recuerda perfectamente lo que en mi mente por más que intente… no logro olvidar.
Mi piel me reclama, pero que puedo hacer, no puedo hacer más que recordar. Y como castigo esa misma piel que tanto extraña tus caricias me atormenta con la sensación de tu desprecio. Aunque no puedo estar seguro, si estés pasando por lo mismo.
Si, aun te recuerda pudo asegurarlo, tu delicadeza, ese tacto tan provocador e inocente de tus dedos. Aun siento que me mi cuerpo se estremece como la primera vez cada vez que mis sueños se escapan a mi realidad… pero mi realidad es tan traumática, que me envuelve en un velo de dolor, un dolor… ¿acaso el dolor puede llegar a ser frágil?
Tu tacto, esa pasión ese amor, era un mundo dentro de otro mundo al que alguna vez llegue, pero que tú me hiciste llegar con más intensidad. Pero también ese mismo tacto me rompe, quema, duele… ¿el dolor es frágil? Puede que tal vez sí lo sea. Porque aun después de vivido, me quiebro igual que la primera vez.
Las marcas se han ido pero las imágenes gobiernan en mi mente, la calidez de tu boca no es más que un recuerdo de intensas palabras, mi recuerdo en tu oído no debe ser diferente. Una lluvia de sentimientos entrando y saliendo de nuestro ser. Cada uno de nosotros lastima y el otro recibe.
Nuestras caricias arden, esto ya no es pasión, no es deseo. No logramos entender la intensidad de nuestra piel, tan deseosa que nos exigía demasiado. No encuentro forma alguna de apaciguar este dolor, ese ardor de mi piel, y no hay forma de salir ileso de esa corriente de aguas saladas que en ocasiones me liberan de las llamas que dejaron en mi el rose de tus carisias de dolor.
En estos momentos el pensar en ti no me hace más que creer que el error fue de ambos. Uno por su exceso por esa intensidad y el otro por el miedo a su propia capacidad de amar con tal intensidad.
Tal vez muchos no lo vemos, o tal vez algunos si se den cuenta pero hay algunos lugares que suelen cambiar con el tiempo mientras que en otros el tiempo pasa sobre ellos y las acciones vividas perduran por siempre. Tal como las de nuestro par de enamorados.
Ahora sabemos que el tiempo ha pasado, es algo que tal vez ya abras notado desde el comienzo. Quisiera correr en el tiempo y no revivir lo vivido. Pero si he de sacar esto de mi corazón más vale comenzar a partir de ahora.