Muchas gracias a todos por venir este día, me hubiese gustado que la razón por la que estén aquí fuera otra y no esta que es bastante lamentable, algunos recordarán a Kurotsuki: el temerario, maleducado, altanero y serio, o como algunos pudieron conocerlo: hijo, hermano, mala influencia, amigo y yerno, aunque no lo aceptaran. Hoy no quiero recordarles malos tiempos, no quiero recordarlo de la peor manera, porque desde que lo conocí sabría que su estancia en este lugar sería valiosa, cada día de su vida, así como mi mejor amigo, novio y marido siempre lo fue…
-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-Hace 14 meses -/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-
Tomino era un chico callado y reservado, de no mucha estatura, su cabello era castaño y sus ojos cual almendras, brillantes pero distantes y tristes, con actitud y cuerpo defectuosos, era depresivo y eso se debía a que había pasado por un accidente que le había quitado la capacidad de caminar por un tiempo, cuando al llegar a la escuela con el esfuerzo de girar las ruedas de su silla lo había encontrado, el chico que se acercaba lentamente sin importarle llegar tarde a la escuela o simplemente llegar…
-Oye ¿Podrías ayudarme?
-¿Me hablas a mí?
Era un chico de cabello azabache despeinado y un poco largo, de buena estatura y de espalda ancha, de piel pálida, semblante serio y unos brillantes y serios ojos plateados…
-Sí, quiero llegar a mi clase ¿Podrías ayudarme por favor? Es difícil subir hasta la escuela…
-No necesito explicaciones, está bien, pero solo por esta vez que es casualidad y que necesito una excusa para llegar tarde…
-Sí, gracias, no te molestaré más…
Le ayudó a empujar su silla de ruedas, ya que ese día simplemente no había podido levantarse temprano y sus padres ya se habían ido a sus trabajos. Cuando llegaron a su salón de clases (que era el mismo) pudieron entrar sin ninguna dificultad ni queja por parte del profesor, ya que sabía la situación del chico.
Continuó todo normal y ese mismo día pero a la hora del receso, Kurotsuki se acercó a Tomino ya viéndolo tan solo parecía estar algo deprimido…
-Si aquí no te sientes contento ¿por qué no pides ayuda para salir al patio?
-Porque sería difícil volver a subir ¿No crees?
-Cierto ¿Y siempre estás solo?
-No, solo en los recesos, siempre están todos aquí cuando son clases…
-Bueno, no me refería a eso…
Dicho eso acercó una silla al otro lado de la mesa en donde Tomino comía su almuerzo y sin vergüenza alguna tomó un poco de lo que el chico tenía.
-O-oye, eso era mío…
-Tu madre cocina muy bien…
-No lo ha hecho mi madre, yo tengo que valerme por mí mismo.
-Que irresponsables… dejar a su hijo que no puede tener una vida común para que viva con tantas incomodidades…
-Yo estoy bien con ese caso, no me hacen tan inútil y me ayudan a superarme.
-¿Y no eres molestado aquí?
-Claro que no, todos saben que esto es temporal, pronto volveré a caminar… aunque tu pareces que no lo sabias.
-Realmente no… y con respecto al salón… ¿Puedes cubrirme? Necesito ir a un lugar…
-¿Un lugar? ¿A dónde?
-No puedo decirlo, es mi lugar secreto, pero tardaré mucho en llegar allá así que ya no estaría el resto del día…
-bien, entonces que te vaya bien…
Como era costumbre, Kurotsuki nunca estaba medio día ya hubiese sido por la mañana o por las tardes, tenía malas calificaciones y pésima reputación con los profesores. Pasó el tiempo y cambiaba mucho la situación, permanecía más tiempo en los recesos con Tomino, tomando ilegalmente su almuerzo y platicando hasta que Kurotsuki tenía que irse al misterioso lugar del últimamente le decía…
-Cuando te recuperes tal vez puedas acompañarme…
Se habían vuelto los mejores amigos, pero cada vez que Kurotsuki se despedía del chico comenzaba un sentimiento de pérdida inmenso en él, por lo que había decidido que cada vez que se marchara, regresaría al termino de las clases para ayudar a Tomino con su silla de ruedas y cada parque con hojas amontonadas era alguna pequeña diversión para ambos al pasar rápidamente sobre ellas, haciendo que volaran en varias direcciones, y fue distinto hasta que un día tomó una desviación repentina y se detuvo en un edificio cerrado y le dijo a Tomino…
-Este es mi lugar secreto, es una escuela de arte, quiero ser artista y pintar grandes obras, algún día…
-Estoy seguro de que lo harás y ¿Pasa algo?
-Hay algo que quiero decirte…
-¿Eso te causa tal repentina actitud?
-Si… bueno, yo… tú me gustas…
-jeje, también me gustas, después de todo somos amigos ¿No?
-No en ese modo, me gustas en forma de que quiero que salgas conmigo…
-Kurotsuki, pero yo no podría salir contigo, soy hombre además solo sería un estorbo, a lo que estoy atado es algo muy difícil con lo que cargar además…
-Siempre con la excusa de ser hombre ¿Quieres salir conmigo sí o no?
-…si…
Continuaron su camino en silencio hasta llegar a la casa de Tomino y le ayudó a entrar por las escaleras…
-Gracias, por lo regular mi vecina me ayuda con eso… ¿Quieres quedarte a cenar? Mis padres llegan tarde de su trabajo hoy…
-Bien, después volveré a casa…
Y esas visitas se hicieron más frecuentes y pasaban más tiempo juntos fuera de clases, Kurotsuki acompañaba a Tomino a sus terapias y podía ayudarle con su silla de regreso… eran una pareja muy discreta…hasta que, después de haber llevado una buena relación, Kurotsuki quería algo más profundo, algo más allá de las simples charlas y compañías… estaban en su habitación solitaria, las paredes de color verde pastel resaltaban los muebles de color blanco, su cama les brindaba una asiento confortable y a Tomino sus almohadas un respaldo…
-¿Sabes? No siento como si hubiésemos iniciado una relación amorosa, más bien, digo que no hemos cambiado de una relación amistosa…
-¿Quieres que avancemos más rápido?
-Lamento si no quieres… o si no quieres que continuemos saliendo, la verdad he sido muy feliz a tu lado…
Miró a Kurotsuki con su respectiva mirada triste y este no tomó un recato en acariciar su mejilla y besarlo instintivamente, sentir sus fríos labios y su mano en su rostro le hacía sentirse lo demasiado tibio como para reaccionar, pero al separase del beso podía ver sus ojos mirándolo fijamente con la inocencia perdida de cualquier amigo…
-¿Eso fue demasiado rápido para ti?
No hubo respuesta de Tomino pero la urgencia de volver a sentirlo tomó a Kurotsuki por el cuello de su uniforme y unió sus labios con los de él en un nuevo beso. Después de eso cada visita era un buen momento para sentir la calidez de Tomino en sus manos, aquel momento que era solo de los dos. Y por fin Kurotsuki no podía evitar el sentirse más unido a ese chico…
-Hoy hagamos algo distinto…
Dijo dando a entender a Tomino sus intenciones de querer poseerlo justo en ese momento…
-Pero no sé qué pueda pasar Kuro…
Kurotsuki no lo dejó hablar sino hasta que estuviera totalmente desnudo y decentemente colocado bajo de él, sintiendo su calidez…
-Te amo…Tomino.
-Yo a ti…
Dicho esto pudo introducir su miembro lentamente haciendo que Tomino comenzara a sentir mucho dolor, de aquel que está cargado no de odio, sino de deseo y placer que pronto llegarían, sin embargo sus lágrimas no se hicieron esperar, así que Kurotsuki en su mejor intento de distraerlo comenzó a repartir besos por toda su cara, haciendo que Tomino le regalara una pequeña y cálida sonrisa que le llegó hasta el alma… Tenía que ser suyo para toda la vida…
-¿Puedes sentir que el dolor ha pasado?
Tomino asintió levemente dejando a Kurotsuki enterado de que podía comenzar a moverse lentamente, su palpitante miembro suplicaba por una interacción más rápida ya que el placer no era suficiente. Por su parte, Tomino, en un intento de encontrar el ritmo para que esa situación fuera aún más satisfactoria besó a Kurotsuki, quien continuaba con las embestidas lentas, y justo en ese momento un gemido sonoro salió de la boca de Tomino, Kurotsuki había tocado un punto especial que le hacía llegar al cielo y ver al mismísimo dios del sexo ante él. Las embestidas comenzaron a ser rápidas y profundas, el falo de Kurotsuki salía y volvía a atacar repetidas veces por la entrada de Tomino, quien se encontraba simplemente extasiado, manteniendo una charla mental con ese Dios del sexo y expresando su placer con sonoros gemidos que se escuchaban en todo su esplendor, llevándolos a ambos a un orgasmo cercano en donde ese Dios pudo abrazarlos y llevarlos juntos hasta el paraíso.
-¿Está bien si me quedo a dormir?
-Mis padres no llegarán hasta el domingo, supongo que aun puedes quedarte otro día si quieres.
-Bien, gracias por tu hospitalidad…
-Aunque…
-¿Qué pasa?
-La próxima vez que lo hagamos… prepárame como se debe ¿De acuerdo?
-¿Aún querrás una próxima vez?
Su sonrojo y sorpresa no cabían en su pequeña cabeza así que solo se limitó a esconder su sonrojado rostro en el pecho del ojiplata
-Kurotsuki… te amo…
Dijo desde el interior del pecho de su amado mientras este acariciaba su cabello, y ambos durmieron plácidamente en esa pequeña cama de corte individual, sintiendo el calor del contrario, son una sonrisa pintada en sus rostros. Pasaron cerca de unos tres meses más para que Tomino quisiera que su relación fuera aceptada, esa tarde, Kurotsuki conocería formalmente a los padres de Tomino, pero las hormonas no se hicieron esperar, justo en la sala principal Tomino estaba sentado en las piernas de Kurotsuki, ambos hacían específico su amor con besos y varios roces deseosos de más contacto, las caricias en la espalda de Tomino le hacían desear no querer tener la ropa como barrera…
-hijo, hemos llegado tu madre te… ¡Pero qué se supone que están haciendo en esta casa!
-¡Padres!
Se apartó del pelinegro realmente sorprendido había caído al suelo, sus padres parecían realmente molestos, sorprendidos, y algo decepcionados… y el prepotente padre de Tomino tomó a Kurotsuki del cuello alarmando a la madre del castaño…
-¡Oye! Tranquilo, podemos hablar pacíficamente… ¡No!
Era tarde, el señor lo había arrojado fuera de su casa, haciendo que callera por las escaleras…
-No vuelvas a hablar con mi hijo, suficientes problemas ha tenido como para que vengas a darle más…
Cerró la puerta de un golpe y aun enojado se dirigió a su hijo…
-¿Acaso eres un idiota demente?
-No padre…yo…
-Entonces compórtate como un hombre, los hombres no besan a otros… esto es genial, ahora me falta que encima de haberte quedado inválido también el golpe te haya volteado…
-Chidori… ¡Como te atreves a decir esas cosas a nuestro hijo!
-No me vengas con que aceptas estas anormalidades de nuestro hijo…
-Entonces… soy anormal ¿Verdad? ¡Por fin lo dicen! No he sido más que una molestia todo este tiempo.
-No hijo, tu padre…
-Ya no importa… mañana tengo escuela, así que… me voy a dormir.
Al día siguiente Tomino con la ayuda de su madre bajó las escaleras y ésta aún con culpa decidió tratar de disculparse en lugar de su padre…
-No hagas caso a lo que tu padre te dijo… es solo que se sorprendió y…
-No te disculpes por él, y ya no me importa mucho lo que haya dicho… por cierto ¿Puede venir Kurotsuki a casa después de clases?
-¿Kurotsuki? ¿Quién es él?
-Cierto, no se los pude presentar ayer, ya que mi padre lo sacó de la casa…
-Bien hijo, hoy regresaremos un poco tarde.
-Gracias madre… por aceptarme y aceptar a Kurotsuki, mi pareja…
-No lo acepto oficialmente, pero… Fracasaría como madre al rechazarte como mi hijo, y solo quiero que seas feliz, después de todo es tu turno de vivir y elegir a la persona de tu vida.
-Madre, no me estoy casando, pero gracias almenos por tu comprensión.
De tantas visitas secretas, después de seis meses Kurotsuki hubiera tenido una idea…
-¿Quieres vivir conmigo? Bueno, casémonos…
La respuesta era de esperarse por parte del menor, las campanas sonaron un día y simplemente se casaron sin que nadie lo supiera, solo la madre de Tomino y Dios eran los testigos, y con esa unión comenzaron a vivir en un pequeño apartamento que una amable mujer les había prestado con la condición de que lo mantuvieran limpio ya que esos dos chicos no tenían como pagarlo por el momento, apenas eran jóvenes y sabía que aún eran estudiantes, pero había unas cuantas altas y bajas en su relación, Kurotsuki comenzaba a desaparecer por días, y lo de siempre era “el trabajo” un día mientras regresaba de su terapia, al llegar a su piso y salir del elevador encontró a dos adultos que tocaban la puerta de su apartamento, confundido y un poco desconfiado se acercó a los extraños…
-¿Necesitan algo?
-¿Eres tu Tomino?
-¿Quiénes son ustedes?
La señora le dio una débil sonrisa y el hombre que lo acompañaba también lo miraba sonriendo.
-Sentimos la descortesía y por venir sin avisar, Kurotsuki nos dijo que estarían ocupados, estábamos a punto de irnos, pero que bueno que has llegado, eres mucho más bajito de lo que esperábamos…
-Disculpe ¿Quiénes son ustedes y como me conocen y como es que conocen a Kurotsuki?
-Oh, lo lamento, Kurotsuki es nuestro hijo…
Tomino se quedó viéndolos directamente, ¿Cómo pudo no notarlo? La señora tenía el cabello del mismo color de Kurotsuki, y su padre esa mirada plateada y penetrante que conocía perfectamente de su marido…
-¿No gustan pasar?
-Muchas gracias…
Los señores pasaron y se sentaron en la pequeña mesa que compartía con Kurotsuki.
-¿Y a qué se debe su visita?
-Kurotsuki no nos había dicho que había hecho una vida con un chico hasta hace tres días, queríamos conocerte, ya que gracias a ti se ve bastante contento, nosotros pensábamos que se encontraba sumido en una gran depresión debido a su…
-Querida, no digamos eso…
-Cierto, bueno, ahora que estas con él, cuídalo, es un torpe, pero es muy amable y te valora…
En ese momento llegó Kurotsuki y entró quedándose un poco sorprendido, les había contado que se había casado y ahora estaban ahí, hablando de quien sabe qué con su pequeño.
-Padres, ¿Qué hacen aquí?
-Kurotsuki, tu pareja es una monada, tienes muy buen gusto, te felicito hijo
Dijo su padre, dejando a todos con una gotita en la nuca, Tomino nunca había imaginado que la palabra “monada” entrara en el vocabulario de un ser tan serio como el padre de Kurotsuki.
-¿No están enojados porque esté viviendo con un hombre?
Pregunto confundido Tomino, alegrándose internamente porque estos señores no fueran igual de prejuiciosos que sus padres.
-¿Enojados? Por supuesto que no, todo lo que queremos es la felicidad para nuestro hijo, aunque claro, su hermano no lo acepta mucho, pero lo apoya…
Kurotsuki se arrodilló cerca de su pareja algo alegre de que se estuvieran llevando bien con su esposo y no le tomaran importancia a que el pequeño estuviera en una silla de ruedas, Tomino se sentía aceptado después de todo, los padres de Kurotsuki estaban un poco más tranquilos sobre el asunto de que su hijo se había casado sin siquiera consultarlos, pronto llegó la noche y los padres de Kurotsuki tenían que irse, pero no sin antes dar una calurosa bienvenida a su nuevo yerno, después de la despedida ambos adultos se fueron dejando a la pareja sola, Kurotsuki se fue a la habitación que compartía con el castaño, estaba deprimido, no quería que Tomino se diera cuenta de su problema, por lo que cuando Tomino entró a la habitación lo encontró aún activo a pesar de ser casi media noche, y es que el joven pintor estaba redecorando las paredes.
-¿Por qué pintas la habitación? La casera nos regañará…
-Sólo dile que tu marido es artista y está haciendo de nuestra habitación y tu vida un arte.
-¿Y por qué mariposas?
-Porque cada una es un recuerdo que espero que olvides de mí…
-¿Olvidarte? Yo nunca podría olvidarte… después de todo lo que hemos hecho…
-¿Ah sí? ¿Y qué hemos hecho?
-Ya sabes, iniciar una relación, tener sexo, casarnos, el hecho de haber huido de casa para estar a tu lado, nunca podría olvidarte después de que me has dado todo el valor para hacer lo que nunca habría estado seguro de hacer alguna vez en mi vida.
-Pero no te he dado todo el valor, aun no has tomado la decisión de caminar…
-Entonces ¿Me puedes ayudar a ponerme de pie?
-Serás inocente…
Tan rápido como pudo estar con los pies firmemente en el suelo y tomando de la mano a su joven marido comenzó a dar pequeños pasos dentro de la habitación, y para sorpresa del ojiplata su castaño ya caminaba, lentamente, pero se valía por sí mismo finalmente… no podía estar más orgulloso.
-Gracias Kurotsuki.
-Al contrario, quien debe agradecerte soy yo, ahora te lo debo todo…
Ambos se besaron lentamente mientras Tomino lo abrazaba por el cuello, al separarse Tomino acompañó a Kurotsuki mientras este continuaba con su pintura, pero pasados apenas unos minutos no pudo soportar más y se quedó dormido, pasaron más días y Tomino esperaba pacientemente el regreso de Kurotsuki, quien salía más tarde de la escuela de arte, para ayudarlo con su trabajo de pintura en su habitación, las mariposas que ya cubrían tres cuartas partes de su habitación, y durante las noches, Kurotsuki con lágrimas en los ojos, escribía de la mejor manera que podía la razón de su futura desaparición, después de una semana, se levantó antes de Tomino, y se fue, pero sin antes darle un beso a la persona que más amaba.
<<Nos veremos después, sé que aún es temprano, y no quise despertarte porque sabría que tal vez tu hubieses querido ir conmigo, pero aun tienes cosas que hacer aquí… te amo. Kurotsuki>>
Esa mañana, al leer la nota no podía sentirse más feliz, Kurotsuki nunca había tenido esa clase de detalle al dejarle una nota, era tan inocente que no pudo darse cuenta de que entre líneas estaba su despedida, pero no por esa mañana .Kurotsuki no llegó a la escuela, ni de mañana ni de tarde, ni de tarde ni de mañana, sin ir por más de una semana, sin ver a su esposo y eso le preocupaba, pasó como pudo a la escuela de arte a la que llamaba su lugar secreto para ver si ese día estaría abierta, pero solo había alguien saliendo de esta… pero tampoco sabían nada de él, tampoco se había aparecido por ahí y pasaron más días, las mariposas que llenaban gran parte de su habitación ya no aumentaban en número, y pasaron muchos días más , para solo en un día recibir a los destrozados padres de Kurotsuki…
-Qué bueno, que me visitan, bueno, yo, estoy muy preocupado, Kurotsuki no ha venido en días, lo único que me dejó fue su nota y…
-Lo sabía… ese muchacho
-¿Disculpe señora? ¿Pasa algo?
-Después de todo nunca tuvo el valor para decírtelo ¿verdad? Te tuvo tan preocupado tantos días…
-¿Qué tenía que decirme?
La mujer se puso a llorar y fue abrazada por su marido quien también estaba con una profunda tristeza…
-Kurotsuki… mi pequeño, por fin llegó al final de sus días, esta mañana él…
Tomino no lo creía, acompañó a los señores, con la misma angustia de los días pasados, solo para llegar a esa habitación blanca en donde al parecer esperaban los doctores para poder entregar el cuerpo de su marido, su hijo, de su artista. Tomino se hundió en una gran tristeza, lloró dese mañana hasta tarde, de la tarde hasta la noche al encontrarse con un sueño profundo, de quedarse en la espera de una persona amada, la cual ya nunca regresaría a casa…
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Tuvimos muy poco tiempo juntos, y tan solo hubiese querido que me lastimara a tiempo, me torturó he hizo que esos días en los que yo lo esperaba pacientemente se hicieran más largos…pero… Ahora no quiero recordarlo de manera triste, sino de que ahora puedo tener a un amor que siempre esté conmigo, con sus sueños sin cumplir, el temerario, maleducado, altanero y serio, o como algunos pudieron conocerlo: hijo, hermano, mala influencia, amigo, pareja y yerno, aunque no lo aceptaran. Ahora tiene un gran recuerdo, he aquí la explicación de nuestro gran desorden de paredes incompletas, ya solo tengo que decirles que mi marido es artista y estuvo haciendo de nuestra habitación y mi vida un arte, y que por eso nunca lo olvidaré…