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Play with me por secretlook

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Notas del fanfic:

Tras ver hace mucho tiempo este video

https://www youtube com/watch?v=XP7dMPSqtO0

quedé totalmente inspirada

La verdad es que tenía pensado el ponerle lemon pero tengo mis dudas u_u lo voy a dejar bajo vuestra responsabilidad

 

No recuerdo muy bien qué día empezó, ni siquiera sé que es lo que se supone que tengo, creo que dicen que soy autodestructivo o algo por el estilo. Un día estaba en casa tumbado en el sofá mientras veía arder la cómoda que rompí ayer tras mi borrachera, el papel de las paredes estaba arrancado, algo de sangre manchaba el suelo y un poco de cocaína estaba en la mesa, vale, puede que sea algo violento pero tampoco estoy como para encerrarme en el loquero, ¿o sí? Pues sí, según mis vecinos necesitaba un manicomio urgentemente, el caso es que decidieron llamar después de que causara el onceavo problema en el barrio, creo recordar que ayer le pegué una paliza a alguien, ¿será de eso la sangre?

-Takuya…..Takuya abre-escuché al otro lado del cristal del salón- Takuya soy yo, la señora Kim

-Váyase, no necesito nada…. ¡déjenme en paz!

De verdad, no entiendo a la gente, desde que murió mi madre todos tienen cuatro ojos sobre mí, está bien, tenía 6 años pero ya soy mayorcito, cuando a los 15 murió mi hermana pasaron a ser ocho ojos por persona, eso no se consigue ni con gafas, pero la gota que colmó el vaso fue la muerte de mi padre, entonces tenía 17 años y supuestamente no me había recuperado de mi hermana. Por alguna extraña razón todos suponen que vivo en continua depresión y que voy rajándome las venas por ahí, solo como pasatiempo, pero no, se equivocan del tres al cuarto, después de vivir tantas muertes decidí que viviría mi vida como yo quisiera, sin pararme a pensar si era bueno o malo, saludable o una porquería, pero en esta sociedad eso se llama conducta autodestructiva y estás chota perdido.

La puerta de la casa sonó al caer al suelo, vi la luz entrar por el pasillo y en pocos segundos un grupo de seis hombres estaban en la puerta del salón junto a la señora Kim.

-Ya estaba tardando la guarra en llamar al loquero-reí mientras daba otro trago a… no sé qué mierda estoy bebiendo

-Ignoraré lo que has dicho porque fui una buena amiga de tu madre-contestó seriamente- No puedes seguir así pequeño, algún día tendré que temerme lo peor, acabaras matándote

-Tranquila, no caerá la breva

-Takuya

-¿Qué?-reí- Ya no me queda nada ni nadie, no merece vivir pasito a pasito, cuanto antes me muera mejor, total, tarde o temprano tendré que hacerlo

Los seis hombres se acercaron a mí y con gran habilidad me sujetaron, no me resistí, obviamente no quería ir al manicomio pero estaba demasiado cansado como para liarme a puñetazos con seis gorilas, no soy tan gilipollas.

-Ya nos veremos señora Kim-sonreí algo psicópata, las verdades por delante

-Espero que vuelvas a ser el que un día conocí

-JA, no me haga reír, ese niño hace tiempo que murió

~  ~  ~  ~

El “Hospital Mental” era grande, ocupaba como cuatro mansiones, tenía un campo alrededor pero la hierba estaba seca y gris, el edificio era blanco con la pintura cayendo a cachos y todo estaba rodeado por una verja muy alta de metal, justo como en las casas del terror, igualita. Para cuando mis pies entraron por el portón el efecto del alcohol y las drogas ya habían pasado, estaba plenamente consciente y por primera vez en mi vida, después de tantos años, volvía a sentir pánico, sentía que volvían a vigilarme, a encerrarme y aquello no me gustaba; sorprendí a los brutos resistiéndome por primera vez, sus brazos rodearon los míos con fuerza, intentaba deshacerme de ellos pero el suelo resbalaba y no conseguía ponerme de pie, las paredes blancas, las luces brillantes y los pasillos me desorientaban por completo, continuaron caminando mientras tiraban de mi hasta que entramos en una gran sala, allí había poca gente o a lo mejor era un efecto debido a que la habitación era muy grande, había cinco chicos muy separados y una mujer vestida de enfermera que se paseaba de uno a otro.

-Señorita, ¿qué hacemos con él?

-MMmm ¿Terada Takuya?-preguntó acercándose pero manteniendo las distancias

-Sí señorita, ¿al cubo?

La mujer asintió con una ligera sonrisa en su rostro, no parecía muy amigable, es más, apostaría a que ella es medio psicópata, seguro que maltrata a estos imbéciles de aquí. Los matones estos me pasearon por un par de pasillos y bajamos unas cuantas escaleras, golpeando mis talones con cada escalón ya que seguían arrastrándome, bajamos a un sótano donde los pasillos eran de cemento gris y las lámparas muy antiguas, había varias puertas de metal de las cuales solo un cuadrito con barrotes estaba libre, esto parecía más una cárcel que otra cosa, al final del pasillo, como en las pelis de miedo, había una sala de puerta negra, cuando la abrieron solo conseguí ver una silla en el centro y comprendí porque la llamaban el cubo, no había nada, estaba totalmente cerrada y era cuadrada. Me sentaron en la silla y aprisionaron mis muñecas antes de irse, podía escuchar el eco de las risas de aquellos capullos mezclándose con el punzante golpeteo de los tacones sobre el suelo, la puerta volvió a abrirse y la enfermera entró en la habitación, cerró tras de sí corriendo el pestillo y se acercó con una aguja enorme en la mano.

-Bien, ¿qué tenemos aquí? ¿Típico ricachón, huérfano, que acaba en las drogas?

La sonrisa que se dibujaba en un pintalabios rojo sobre su piel pálida era horrible, no me refiero visualmente, me refiero al sentimiento que te producía.

-¿Y tú? ¿Una puta que mataba a sus clientes ricos, psicópata total que después de la rehabilitación se folló al director y se ganó un trabajo?

Las comisuras de sus labios parecieron elevarse aún más y en poco tiempo su mano quedó grabada en mi mejilla, el golpe había sido limpio, rápido y con la mano abierta, dejando un incómodo picor en la zona, sus manos sujetaron mi cuello y sentí la aguja atravesar mi piel, en cuanto me liberó busqué su mirada ardiendo de rabia, pero casi no pude encontrarla ya que poco tiempo después comencé a ver borroso hasta que mis ojos se cerraron sin mi permiso.

Me había drogado.

~  ~  ~  ~

Desperté con un silencio incordioso en mi cabeza, sentía algo blando a mi alrededor, era casi como espuma, mi cabeza dolía un poco pero cuando intenté masajear mi sien noté que no podía mover los brazos, una brillante pero pequeña luz azul me permitía ver escasamente, volví a escuchar ese punzante golpeteo y una puerta se abrió, la enfermera asomó en el marco y con un simple gesto de cabeza me ordenó que me levantara, no tenía intención de hacerle caso o de quedarme en aquel asqueroso lugar pero no podía escapara sin conocer el terreno, me incorporé lentamente y me puse de pie, llegué a la puerta y aprecié la importante diferencia de altura, miré el pasillo y enseguida comprendí donde estaba, en el sótano-cárcel.

-No me lo hagas difícil, yo no soy la mala aquí, solo hago mi trabajo, si eres bueno conmigo yo seré buena contigo

Asumí que se refería a mi comportamiento anterior pero en cuanto vi la camilla comprendí que hablaba en términos más generales, me senté y apoyé mi espalda contra el cabecero, ella cerró la puerta de mi celda y comenzó a empujar la cama, miré con atención todo el lugar pero absolutamente todo me parecía absolutamente igual, cuando llegamos a las escaleras me pregunté que haríamos ahora, ¿me bajaría y la subiría andando o me llevarían los forzudos?, nada de eso, sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta que estaba a mano izquierda, volvió a empujar la camilla y vi que era una rampa que subía hacia arriba, al ver que tendría que empujarme cuesta arriba un pensamiento me golpeó, “peso demasiado”, pero el sentimiento de egoísmo me prohibió hacerle más fácil el trabajo.

Llegamos a la primera planta y por fin vi la luz del sol, el interior del edificio era muy distinto a los pasillos de la entrada, aquí todo estaba lleno de luz natural que entraba por grandes ventanales, pasamos un par de pasillos hasta llegar al enorme salón en el que la conocí.

-Quiero presentarte a algunas personas, puede que no hagas mucha relación con ellas, son locos al fin y al cabo, pero serán tus compañeros y no está mal que los conozcas

Bajé de la cama con rapidez pero fui frenado, sus manos recorrieron mis brazos y en poco tiempo me encontré libre, mis manos aparecieron por medio de las mangas y entonces comprendí que lo que llevaba era una camisa de fuerza, ¿cómo no pude notarlo antes? Entramos al salón y encontré a los mismos cinco chicos de antes.

-El chico de allí, el pelirrojo con el sombrero de copa, es Yong Seok y… bueno, tiene esquizofrenia-dijo acariciando su barbilla- El que está haciendo sentadillas es Xiao Xiang pero todos le llamamos Casper, y más te vale si no quieres acabar en enfermería, él básicamente necesita hacer ejercicio continuamente porque es dependiente, como los drogadictos pero con el ejercicio

Caminamos por el salón tranquilamente, llegamos a una esquina donde un chico rubio se dedicaba a pintar con una cera en las paredes lo que parecían ser ecuaciones matemáticas, la enfermera acarició su pelo y el chico se giró, llevaba unas gafas de culo de vaso bastante modernas y sonreía con todos los dientes.

-Este cerebrito es Seyoung, es todo un crack de las matemáticas-dijo sonriente pero en cuanto nos alejamos un poco sujetó mi muñeca y tiró de mí para que me agachara- Él es obsesivo-compulsivo

Asentí comprendiendo la situación y continué caminando a su lado hasta que un chico casi nos atropella mientras daba saltos de ballet.

-Él es Sangmin y como supondrás también tiene esquizofrenia-me explicó mientras seguía al chico con la mirada, caminamos hasta una esquina donde un muchacho se sentaba encogido sobre la silla y sujetaba una taza de té en las manos con un pulso pésimo- Y esta monada de aquí es Shin, ay que guapo que estás hoy, ¿de qué es el té?- preguntó sonriente pero el muchacho no contestó, ella se sentó en la silla de enfrente y tomó un poco en otra taza- Ummm delicioso, que suerte tiene nuestro Shin, que té más rico te han dado

Se levantó de la silla y comenzó a andar pero yo me quedé pegado al suelo, no podía dejar de mirarle, sus ojos eran negros y parecían aún más oscuros porque sus pupilas estaban dilatadas, miraba a la nada, se veía vacío, sus manos estaban llenas de tatuajes con los símbolos del póker y temblaban continuamente, su forma de sentarse era extraña y muy recogida, como si se protegiera de algo, el pelo negro como el carbón caía en largos mechones lisos sobre sus ojos, sus labios eran redondeados y grandes, a veces algo de té escapaba por su barbilla y su mano se movía lentamente a limpiarle.

-Él es especial. Los médicos no saben que tiene, es algo muy raro, está todo el día tomando el té como si fuera dependiente, también parece esquizofrenia, no duerme, apenas come, no habla con nadie ni mira a la gente, pero a veces sí aunque sea poco, como si fuera bipolar y muy rara vez es agresivo. Cuando no se sabe que tienen es cuando más peligrosos son, por eso no te acerques mucho….o hazlo con mucho cuidado.


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