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El canto de las aves. por Park Karoline

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Notas del fanfic:

¡Hey! Quiero aclarar que soy nueva en esto de los fanfics, y también, que es la primera vez que subo algo mío aquí. 

Este es un oneshot kaisoo (Jongin x Kyungsoo), aún no lo termino de escribir, aunque solo es oneshot~. 

Para Jongin, la vida no tenía ni un color rosa, ni uno gris. El canto de las aves no producía tanta emoción como solían decir las personas, para él, la vida no eran más que escenas repetidas de vidas pasadas, de personas que ya habían pisado la tierra anteriormente. Y no es que odiara, ni tampoco se menospreciara, pero, él no solía encontrarle un significado al vivir.

Es un lunes por la mañana cuando decide cambiar un poco su rutina, o bueno, fue cambiando por una hostigosa hermana mayor que no dejaba más que joderle para que saliera a caminar y tomara aire fresco. Camina con pasos sumamente lentos a lo largo del parque y se detiene en una banca de madera que está  disponible solo para él. Si bien o mal, solo puede ver dos infantes jugar en la arena y un perro callejero descansar bajo la sombra de un árbol. “Todo es demasiado aburrido”, es lo que piensa Jongin.

Tal vez lucía un tanto elegante ante la vista de los demás, pues cada que pasaba una mujer o un hombre, este ganaba pequeñas (o muy directas) miradas, ¿qué había de malo en usar un pantalón de vestir negro y una camisa formal de mangas largas? Sabía a la perfección que ese tipo de ropa le hacía lucir bien, como también, le sentaba adecuadamente a sus 25 años de edad.

Jongin suspira y pareciera que la brisa del aire se lo llevase, junto con algunas hojas de árbol secas producidas por el otoño que pronto diría adiós.

 

—Woa~ el aire aquí pega muy bien.

 

Dice un chico que es completamente desconocido para Jongin. Trata de buscar en su memoria si es algún alumno suyo, o si alguna vez le dio una clase en particular de literatura, pero su cabeza no da ninguna señal de algún recuerdo. Lo mira fijamente y el chico le sonríe “hermosa sonrisa”, es lo que piensa al ver los gruesos labios del muchacho curvearse.

 

—Do Kyungsoo—. Se presenta por sí solo. Él mismo se toma la molestia en sentarse a un lado del moreno, y Jongin se percata que el de tez blanca está esperando a que le diga su nombre; tose con algo de incomodidad y desvía la mirada, regresando a ver a los dos niños jugar.

 

—Jongin, sólo…Jongin.

— ¿Usted está esperando a una chica?

—No—. Responde y vuelve a posar sus ojos en el chico pelinegro—. Sólo estoy aquí, sentado para tomar algo de aire fresco.

—Eso suena muy aburrido.

—Tal vez, pero, puede que en mi mente hay un festín de cosas fabulosas.

—No lo creo—. Dice Kyungsoo—. Lo vi suspirar y en su rostro tenía dibujado un “¿por qué carajos estoy aquí?¨

 

Jongin se ríe de las palabras del pequeño chico, tapando un poco su boca con su mano para no dejar ver del todo su risa. No es que tuviese algo en los dientes, o una muela picada que le hiciera apenarse, pero no solía reír con alguien que acababa de ver hace cinco minutos.

Su plática se llena de preguntas triviales, como “¿En dónde vives?” o “¿Qué es lo que sueles hacer?” Jongin le cuenta a Kyungsoo que es maestro de literatura en una universidad, y por primera vez piensa que la cara de asombro de una persona puede llegar a ser bastante adorable. En cambio, Kyungsoo le cuenta que aún es estudiante y que va a la misma escuela que él, pero con la gran diferencia de que él es un simple alumno y Jongin es un maestro, el cual, para su desgracia, no le da ninguna clase.

 

 —Tengo 17—. Es lo que responde Kyungsoo tras la pregunta de Jongin.

—25, y sé que no me has preguntado la edad, pero ¿sabes? Creo que con solo ver esos dos enormes ojos puedo saber lo que estás pensando, como por ejemplo; aún te cuestionas sobre si vendrá alguna chica para una cita porque no dejas de voltear cada que vez que una pasa cercas de aquí; que por alguna razón quieres acariciar al perro que está debajo del árbol y por último, que piensas que soy algo o muy apuesto porque no has desprendido la mirada de mí, o solo lo haces para ver a ese perro, como lo había dicho anteriormente.   

 

Jongin no llega a comprender porque las mejillas de Kyungsoo se tiñen de un color carmesí, ni tampoco entiende porque sus labios se aprietan de una manera bastante curiosa. No comprende nada, pero es normal en él no saber tal significado. Se pone de píe y alborota los cabellos del menor con una pequeña sonrisa.

 

—Debo irme—. Su voz en más baja y provoca que Kyungsoo quiera suspirar, pero solo se limita a sonreír y asentir.

—Nos vemos después…hyung.

 

***

Su mirada ahora yacía perdida en el techo de su habitación, le molestaba no comprender mucho las emociones, tampoco entendía porque las personas se sonrojaban, o porque llegaban a amar. Jongin recuerda la primera vez que beso a una mujer, tenía apenas 15 años cuando probó otros labios, cuando se dio cuenta que su corazón no se aceleraba o sus mejillas ardieran de la emoción y pena.

Pensó que probablemente era gay y que las chicas no eran lo suyo, así que volvió a intentar dos meses después con un hombre de su edad. Ante sus ojos era tierno, pero cuando le beso, no sintió nada de nuevo, ni siquiera una diminuta chispa.

Tal vez Jongin tenía una falla, o estaba defectuoso, pero…no era un robot, era una persona. Su mente llegó a pensar que toda su familia era igual a él, pero se volvió a equivocar.   Su madre amaba a su padre, su padre amaba a su madre. Su hermana mayor lucía alegre con su novio y no le importaba llevarlo a la casa y besarse con él enfrente de todos, inclusive, tener relaciones en su habitación luego de que sus padres los dejaran a cargo de la casa.

Tampoco sentía atracción por otras personas, ni siquiera excitación cuando un hombre o mujer se le insinuaban sin pena alguna. Suspira con cierto fastidio de sí mismo y se acuesta de lado.

“Do Kyungsoo”, una imagen clara del joven viene a su mente luego de pronunciarlo con un pensamiento. Bonita sonrisa, una estatura favorable y…esos enormes ojos. Le da cierta curiosidad saber que se sentiría besar sus labios, morderlos y apretar su delgado cuerpo contra el suyo. Le es imposible no morder su propia boca con cierta fuerza.

 

Cierra sus ojos y trata de dormir, no sin pensar por última vez en las mejillas blancas de Kyungsoo volverse rojas de la probable vergüenza que sentía, o más bien dicho, de la vergüenza que él provocó.

 

***

Cuando la mañana se llega, no es necesario esperar a que su hermana lo mande a caminar, o que tan solo se levante. 8:00 am, un profesor de literatura ya tiene puesto sus tenis deportivos marca Nike, junto con una camisa blanca y unos pantalones flojos color negro.

Abandona su habitación y solo coge algo de dinero (que echo despreocupadamente en uno de sus bolsillos del pantalón)  y por último, su celular junto con unos auriculares. Le sorprende que el parque esté tan solo, ¿acaso la gente ya no sale a distraerse? Bueno, de cierta manera él comprendía, ya que siempre se le encontraba holgazaneando en su habitación, con un libro de ciencia ficción en las manos.

Las hojas dispersas en el suelo le causan cierta molestia, es desordenado y un tanto sucio, además de que el color café no era de su total agrado, sí, Kim Jongin solía ser algo especial. Sin embargo, eso no impide que ponga la música a todo volumen y comience a correr en el parque casi desierto de gente.

No puede evitar sonreír al ver el perro callejero del día anterior, descansado en la misma sombra, en la misma posición.

El sol se cuela entre las nubes y estas dispersas sueltan pequeños rayos de luz. Es hermosa la vista; cómo algo tan simple puede cambiar la perspectiva que tiene el maestro de literatura hacia el parque, porque incluso las hojas que creía feas, son hermosas, al igual que los árboles que poco a poco se quedan desnudos de sus ramas.

Da una vuelta al parque, sintiendo la brisa fresca mañanera golpear su rostro de una manera gentil. Sus cabellos se mueven y por primera vez, Jongin sonríe a la naturaleza que le rodea (o a la poca que hay en el parque), porque le tranquiliza y lo relaja.

Hay algo que llama su atención; detiene su trote  y se acerca a la misma banca con la que habló con Kyungsoo el día anterior. El muchacho de piel blanca y labios gruesos está ahí, observándolo mientras bebé de un termo color celeste.

 

—     ¿No crees que es muy temprano para ti estar aquí, pequeño? —. Pregunta curioso y retirando sus auriculares para dejarlos en sus bolsillos. Rodea la banca y sentándose a un lado del joven. Kyungsoo lo sigue con la mirando, mostrando una pequeña sonrisa.

—     ¿Pequeño?

—     Eres pequeño a mí ver, pero responde a mi pregunta. ¿Qué haces aquí? —. Vuelve a insistir Jongin, ganándose una pequeña risa de su acompañante.

—     Me gustan los días un poco frescos, es todo.

 

Los próximos minutos son de silencio, llenándose solo con sonidos naturales. Un ave canta desde un árbol, y Jongin puede escuchar el chiflido del viento, mientras que Kyungsoo presta atención al sonido de las hojas del suelo al ser arrastradas.

Las palabras en ese instante no importan, porque ambos  están disfrutando de su pequeña compañía. Kyungsoo coge su termo y sorbe un poco, dejando que el vapor se una con el aire. Jongin lo mira, atento a sus gestos, piensa que tal vez lo esté tentando, porque pasa lentamente su rosada lengua por sus labios y segundos después, unos dientes blancos se asoman para morder su labio inferior de manera lenta.

—     ¿Gusta? —. Dice Kyungsoo, ofreciendo su termo. El moreno solo asiente y lo toma con una sola mano.

 

Pensó que habría café, pero no. El chocolate caliente se deslizo por su boca, disgustando el dulce sabor, y probablemente un poco el de Kyungsoo. No había tomado aquella bebida por sed, sino, porque aquel joven había tenido sus labios pegados en estos. Tal vez estaba loco, tal vez ese simple estudiante de universidad le estaba dañando severamente. Un profesor, ¿muriendo por besar a un simple alumno? Se negaba a creerlo, pero muy en el fondo sabía que así era.

 

Es un viernes por la tarde cuando el profesor de literatura llega a la misma banca de ayer, llevándose la sorpresa de que el mismo joven del día anterior, guardaba reposo sentado en el mismo lugar. El moreno sonríe al ver la concentración del menor en el libro, olvidando todo lo que le rodea. 

 

—Bonito viernes, Kyungsoo—. Dice tomando asiento, el de menor estatura da un pequeño brinco del susto.

—Me asustaste—. Murmuró con una pequeña sonrisa, dejando el libro sobre sus piernas—. Hola, hyung.

— ¿Qué es lo que lees?

—Un libro de poemas, ¿le gustan?

—No es lo que más me gusta leer, pero bueno.  

 

Kyungsoo vuelve a tomar el libro entre sus manos, y le muestra la portada a Jongin. Él moreno sonríe al reconocer el autor del libro.

 

—Lee para mí—. Kyungsoo asiente nervioso, buscando una página en especial. Se detiene en una y toce un poco, comenzando a leer en voz tranquila y pausada.

 

¿Habrá flor que florezca sin vacilar?

Hasta las flores más hermosas del mundo,

Vacilando, florecen.

Vacilando yerguen su tallo recto;

 Pues no hay amor que prospere sin vacilar.

 

¿Habrá flor que florezca sin mojarse?

Hasta las flores más relucientes del mundo,

Mojándose, florecen.

Sus tiernas hojas brotan entre lluvia y viento;

Pues no hay vida que prospere sin mojarse.

Do Yong-hwan.

 

—Me gusta mucho este poema—. Dice el menor, cerrando su libro—. Usted debió de leer mucha poesía en su carrera, hyung, ¿tiene un poema favorito?

—No, de hecho, no me gusta mucho la poesía, no le encuentro sentido.

—Pero… es maestro de literatura.

—Que sea maestro de literatura, no define mis gustos. Hay ingenieros que no les gusta su trabajo, pero lo hacen para ganar más plata. Hay prostitutas que no quisieran que las tocaran, pero necesitan dinero para vivir. Y yo, no quería estudiar, pero mi familia me obligó y literatura era fácil,  aunque… —Suelta un pequeño suspiro, para después continuar —siempre finjo entender lo que dicen los autores en sus poemas, y finjo saber lo que digo en mis clases.

 

Kyungsoo callo y no dijo nada, pero no pudo evitar sentir un poco de decepción al escucharle hablar de esa manera. Jongin estaba algo vacío.

 

 

Notas finales:

Ya subiré luego otro capítulo (?). 

Les agradecería mucho si me dejaran un mensaje, quiero mejorar y saber si es grato leer mis escritos. 


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