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Carry on! por Kiu-chan_001

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Notas del capitulo:

Hola!...Queridos amigos es mi primera vez haiendo una fanfic de este tipo...o al menos publicando mis ideas. Estoy abierta a cualquier comentario en busca de mejorar (U 3U).

-¡Les pido que disfruten! Gracias!

Sábado al medio día, Centro de Seúl. Corea del Sur.

Un chico de baja estatura, ojos verdes y cabellos castaños, se hallaba en la mesa de un café cerca del centro de la ciudad. Completamente sumido en sus tortuosos pensamientos, devoraba la segunda tarta de chocolate que había ordenado en el día.

El lugar estaba inundado con un delicioso olor a café recién molido, adornado con unos cuantos cuadros de pinturas y un estilo vintage que le daba algo de elegancia.

Pero en ese momento, no era que al bajito le importara las decoraciones del lugar, que el lugar fuera elegante, o las estúpidas miradas ajenas sobre él, porque sobre todo, se sentía asqueado del horrendo olor a café que le daba nauseas.

El castaño era un mar de pensamientos preocupantes, y el aura que emanaba no era muy sutil. Apoyaba los codos en la mesa y cubría su cabeza entre sus brazos, en veces deslizaba sus manos por su cabeza despeinando sus castaños cabellos.

 

“Mierda. ¡Mierda!”

 

El pequeño chico no hacía otra cosa que en sus adentros, incluso había dejado su tarta a medio comer a un lado. Nervios, preocupación, enojo, pero sobre todo unas inmensas ganas de soltar el llanto, todas esas emociones invadían su pequeño cuerpo. Un montón de imagenes y pensamientos llenaron su cabeza, todas y cada una lo aterrorizaban y lo llenaban de un miedo profundo, provocándole ligeros temblores por todo el cuerpo.

Por un momento miró sus manos temblorosas agitarse involuntariamente y luego soltó un jadeo al darse cuenta de lo asustado que estaba, del horror que esa situación le estaba provocando. Su rostro pálido de un color amarillento y las oscuras ojeras bajo sus ojos lo cercioraban.

Así es, a pesar de haber estado comiendo como un loco durante toda la semana estaba incluso más delgado de la cara, ni siquiera se había molestado en arreglar su cabello esa mañana, por lo que lo llevaba revuelto y alborotado, su aspecto era horrible, su mirada perdida en algún punto y sus ojos aguados que denotaban preocupación.

Fue la entrada de un chico alto de cabello castaño oscuro entró al café, la que sacó al bajito de piel nívea de sus pensamientos.

Tardó un par de segundos para procesar la estadía del castaño ahí. En cuanto terminó analizar la situación, se puso de pie bruscamente y corrió a los brazos el más alto. El castaño sintió el fuerte golpe del cuerpo del más pequeño en su pecho, quien lo rodeo con sus brazos cortitos. No lo pudo evitar, lás lágrimas comenzaron a salir al sentir aquel aroma tan familar. Se aferró fuertemente a su camisa, arrugándola con sus manos y humedeciéndola con sus gruesas lágrimas. El mayor sintió un golpe bajo al verlo llorar tan desconsoladamente, ahogaba fuertes sollozos en su camisa, llamando la atención de más de uno dentro del café. Le dolía verlo así, y a pesar de que hasta ese momento no había formulado palabra alguna, sabía que debía ser algo malo para que el menor llorara de esa manera.

-Nick ¿Qué pasa?- interrogó al pequeño entre sus brazos.

-L-lo arruiné…¡lo arruine todo!- el menor se ahogaba en sollozos dentro de la camiseta.

-¿De qué hablas? Nick, vamos.... para, no entiendo ¿Qué esta pasando?- hablo calmadamente el alto para no alterarlo más- ven, hay que sentarnos.-Se dirigieron a la mesa de donde había salido corriendo el menor bajo la atenta mirada de los que radicaban el lugar.

Nick se reusaba a soltar la camisa del mayor, por lo que el alto lo arrastró hasta uno de los asientos dobles y lo hiso sentarse a su lado.

Hasta el momento el momento Nick no había dejado de aferrarse a su espalda. El castaño oscuro tuvo que separarlo un poco de su cuerpo, levantándole el rostro por su barbilla, viendo como todo su  rostro se había puesto rojo de llorar tan intensamente, gruesas lágrimas inundaban sus ojos y no paraba de hipear.

-¿Qué está pasando?- le dijo con preocupación denotada en sus ojos.

-Me…hic*, me van a matar…¡¡Peor aún me van a dejar s-so-so…-El menor perdió la poca calma que había logrado y comenzó a alterarse de nuevo.

-¡Nick! Si no te calmas y me dices que está pasando no puedo ayudarte, mucho menos entender de lo que estas hablando.

-Y-yo…hic*…yo… y-yo estoy….estoy embarazado…-dijo en un hilo de voz, ocultándose nuevamente en el pecho del mayor.

-¡¿Qué?! …¿Y-y tus padres saben sobre esto?

-N-no…-dijo sorbiendo su nariz- en cuanto lo supe…hic*, le dije a mis padres que tomaría un viaje de estudios por un tiempo…hic*…n-no hubo... mucho problema con eso…-el pequeño castaño intentaba apartar las lágrimas de sus ojos, pero a medida que hablaba el llanto se hacía más intenso-…p-pero ahora no sé qué hacer…hic*… ¡lo siento!, lo primero que se me ocurrió fue venir aquí…

-Tranquilo, está bien, me alegro de que hallas venido- dijo tomándolo entre sus brazos para calmarlo un poco- Pero ¿Dónde carajos está el padre?

-Yo..n-no lo sé…

-¿¡Qué!? que rayos... ¡¿Te refieres a que te dejaron así nada más?! Ese maldito bastardo me las va a pagar.

-¡No! Espera Sehung…-el menor se iba calmando de a poco- lo que quiero decir es que… no sé quién es el padre.

 

-¿Ah?-el alto estaba sorprendido, Nick no era de los que se revolcaba con cualquiera y hacía cosas de solo una noche, ni siquiera era de los que se acostaba con alguien. Por un momento Sehung sintió rabia al pensar que algún maldito se había aprovechado y le había quitado la inocencia a su pequeño amigo. Había estado protegiéndole todos esos años y en un descuido un bastardo lo deja embarazado- ¿Pero cómo?-

-Bueno..Pasó hace tres meses…- comenzó el pequeño a explicar- cuando fui de viaje a Okinawa…estaba en un bar del lugar, había bebido demasiado y…- el menor tenía el rostro pintado de rojo, pero esta vez de pura vergüenza-…tu sabes, solo pasó…sin embargo, ese lugar esta tan lejos, ni siquiera recuerdo su rostro, no creo encontrarlo ni en cien años- El mayor suspiró pesadamente al oír la historia del castaño, sabía que ese no era un problema para nada fácil de resolver.

-Ah...-El mayor soltó un gran suspiro- Nick ¿Y qué vas a hacer?

-No lo sé…-el menor se estaba alterando de nuevo soltando sollozos ahogados- si mis padres….si  mis padres se enteraran siquiera que me acosté con un hombre… me echarán a la calle y me dejarán solo y no tendré a nadie…y-yo…- se podía notar como el castaño había comenzado a temblar, estaba demasiado asustado de lo que sus padres hicieran con él o peor aún, con el bebé.

-No tienes de que preocuparte siempre me tendrás a mí.

-P-pero ellos son mi familia…hic*…s-son todo lo que tengo…

-Si…-el mayor estaba igual de preocupado- tu familia es muy… no puedo creer que no toleren algo así, no entiendo lo que les pasa, porqué no pueden simplemente aceptarlo y ya, no es raro que un hombre pueda tener hijos.

-Claro que lo es…y ellos piensan lo mismo, mírame, ¡¿Cómo rayos voy a dar a luz a un bebe?! Ni siquiera he terminado mis estudios…si mi familia se entera pensará que soy un raro…-sus ojitos estaban rojos e hinchados, intentaba secar las lágrimas gruesas que bajaban por sus mejillas. El mayor volvió a suspirar.

- Creo que, si no se te ocurre otra cosa, deberías esperar un tiempo, tratar de no comunicarte con ellos para que no sospechen, lo único que se me ocurre es buscar otra familia que lo cuide-EL bajito lo miró horrorizado- ¡Quiero decir! Quiero decir que es lo único que puedes hacer si no quieres que tus padres se enteren, no creo que abortar sea una opción- el alto lo vió seriamente a los ojos- puedes esconderte aquí en Seúl mientras tienes al bebé, buscaremos una familia que lo acoja y volverás con tu familia cundo todo esto acabe.

El menor abrió los ojos con sorpresa ante lo dicho, no le había pasado por la cabeza darlo en… adopción. Estaba tan asustado que no sabía si considerarlo como una opción. Si su familia lo enviaba a la calle con todo y su bebé, ni siquiera podría cuidarlo porque no tendría trabajo, seguía siendo un estudiante y de seguro entraría en una depresión tan grande que no podría cuidar de él. La única salida era que una familia cariñosa y amable cuidara de él, más de lo que él podría hacerlo.

Pero la idea de abandonar a su bebé le deprimía, el pequeñito no tenía la culpa de nada, no quería que en un futuro llegara a pensar que lo habían abandonado porque no lo querían, pero…sabía que si se quedaba con él…si se quedaba con él no podría darle lo que una familia cariñosa podría darle, una familia con hermanos, con una mamá y un…papá… eso, eso era lo que no podría darle aunque lo deseara con todo el corazón, él no se merecía eso.

-Y-yo…creo que lo pensaré…

Notas finales:

-Bye Bye!


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