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Hybrid Child por Mystogan Sama

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Notas del fanfic:

Pues recuerdo cuando vi ese hermoso anime, unico anime que me hizo llorar y bueno traia la idea desde hace algun tiempo pero no sabia que historia hacerle hasta que me llene de inspiracion y comence a escribir...espero les guste

Notas del capitulo: Aqui va este fic, espero les guste, dejen reviews por favor q.q ....aunque sea uno solito, quiero saber que tal esta esta historia
-un Hybrid Child es el reflejo de su amo, no es una máquina, ni un muñeco, crece dependiendo del nivel de afecto que le dé su amo….o así debería ser -

estas palabras fueron pronunciadas por un hombre de aproximadamente unos 35 años de edad, su cabello es de un color negro algo sucio y descuidado, su piel es ligeramente morena, vestía una yukata negra y bajo está un camisón blanco, el tirante con el que lo amarraba era también negro, este hombre llevaba una venda en todo el cuello. Al terminar de pronunciar estas palabras llevo a su boca una pipa, está estaba encendida obviamente, inhalo un poco para luego suspirarlo pesadamente, al hacerlo abrió sus ojos, estos eran azules, bastante hermosos, este hombre se encontraba en una habitación, estaba algo desordenada y sucia, pero la excepción a esto era una mesa, tenía varios materiales perfectamente limpios y ordenados, en esa mesa estaba un "muñeco", el cabello de ese muñeco era naranja, este tenía la boca semi-abierta y dos pequeños agujeros en su cuello con pequeños rastros de sangre rodeándolo.

El hombre pelinegro coloco a un lado la pipa y se levantó para luego comenzar a cubrir los agujeros dejando el cuello de ese "muñeco" sin ningún rastro de que hubiese algún agujero antes, esto no le tomo más de 3 minutos. Luego de esto camino a un estante en esa misma habitación y saco un frasco con un líquido transparente y un pequeño papel pegado a este, decía "alcohol", el hombre tomo un pañuelo blanco y mojo una de las puntas con el líquido del frasco para luego pasarlo delicadamente por el cuello del "muñeco" limpiando así los rastros de sangre y cualquier otro rastro de suciedad que hubiese en este, luego de esto volvió a sentarse en la silla y tomo nuevamente la pipa, la cual aún no se apagaba, el hombre llevo nuevamente la pipa a su boca y observo el nuevo "muñeco" que habia creado, aún estaba tirado en esa mesa, en una de las esquinas de la habitación habían otros dos "muñecos", estos estaban ya vestidos y caminaban inclusive, estaban jugando a algo pero el hombre solo comenzó a fumar nuevamente su pipa, en ese momento recordó las palabras que su amigo, seya ichi, le habia dicho años atrás, cuando apenas iniciaba a crear los Hybrid Child.

-"se parece a tsukishima" -

ese nombre resonó en su mente cuando mínimo 10 minutos, unas pequeñas lágrimas en su rostro amenazaron con salir pero el hombre se hacia el fuerte, en ese momento uno de los niños tropezó con la mesa en la que estaba su nueva creación, haciendo que el hombre saliera de sus pensamientos, al salir de su trance se levantó y camino a la mesa

-por dios, niños dejen de jugarse por aquí, vayan a afuera a esperar que vengan a buscarlos -

reclamo el hombre y ambos niños dijeron que si al unísono y salieron, el hombre se acercó a su creación y la observo detenidamente, definitivamente se parecía muchísimo a tsukishima de niño, al igual que su primer prototipo, el hombre no pudo evitar recordar al nombrado y una de sus lágrimas lo traiciono y salió, termino por caer sobre el parpado del "muñeco", al ver esto el hombre seco rápidamente su rostro con su manga y no pudo evitar mirar el reloj, 17 minutos habían pasado desde que lo creo, se suponía que despertaría a los 10 minutos de creado pero aun seguía dormido, habia sido extremadamente cuidadoso que con los otros dos ya que se parecía muchísimo a su amado, pero este no despertaba, el hombre dejo salir un pesado suspiro y acaricio suavemente la mejilla de su creación, como si del verdadero tsukishima se tratara, mientras hacía esto no pudo evitar recordar la veces que él estuvo junto a tsukishima y esto hizo que más lagrimar salieran de sus ojos.

-por qué?...por qué tuviste que ser tú?...por qué te amo tanto tsukishima?...por qué tuviste que dejarme?....mi amado, tsukishima -

dijo esto en un susurro mientras más lagrimas salían de su rostro y caían sobre el rosto de su creación, en ese preciso momento una voz lo hizo salir de sus recuerdos y seco su cara nuevamente con su manga y salió a ver quién era, al irse la pipa que habia quedado sobre la mesa se terminó de apagar y también el dedo índice del muñeco se movió ligeramente. El hombre salió para encontrarse con una mujer y un hombre, estos eran desconocidos para el pero le habían pedido Hybrid Child y de eso el vivía así que no se quiso negar a creárselos, estos eran de una nueva generación, por así decirles.

-kuroda-san…en verdad se lo agradezco -

-sí, yo también, kuroda-san

dijeron aquellas personas y luego entregaron unos sobres al pelinegro este los tomo sabiendo lo que eran, la paga de estos muñecos, aquellos señores se fueron con los Hybrid Child que habían estado jugando en su casa. Al perderlos de vista el hombre pelinegro guardo los sobres dentro de su yukata e iba a entrar pero una voz lo detuvo

-hola, kuroda -

esto fue dicho por un hombre de la misma edad que el pelinegro, su cabello era marrón, también llevaba una yukata azul oscura y un camisón blanco, la cinta era morada, este tenía los ojos cerrados y una cicatriz que iba de un ojo al otro y acompañándole un muchacho que vestía una camisa manga larga blanca un pequeño moño azul y pantalones de vestir negros, su cabello era naranja también, este tenía los ojos azules como el mar, bastante profundos.

-seya, yuzu-chan…que hacen por aquí? -

pregunto en un tono indiferente el hombre pelinegro, su mirada como siempre demostraba profunda tristeza y seya sabía por qué pero no le iba a tocar ese tema, sabia también que era bastante delicado, aunque claro no sabía qué clase de cara tenia ya que estaba ciego, pero debido a su tono de voz podía deducir su expresión.

-vine a ver como estabas…está mal preocuparse por un amigo?-

dijo el castaño con una hermosa sonrisa en su rostro, ante esa respuesta el pelinegro suspiro y bajo su mirada recordando una vez más a su amado tsukishima, al ver ese semblante tan triste yuzu coloco una cara de confusión inmensa, quería preguntar pero quizás estaría mal hacerlo, así que se tragó sus ganas

-ni que estuviera yo enfermo o en bancarrota, sabes que estoy bien, voy a visitarte todos los sábados seya -

recordó el pelinegro mientras sonreía orgullosamente aunque estaba claro que esa sonrisa fue muy forzada, el castaño suspiro también pero luego sonrió tiernamente haciendo que yuzu se sonrojara un poco ante esa muy hermosa sonrisa

-kuroda, hoy es domingo…ayer no fuiste por eso me preocupe-

dijo el castaño y kuroda dejo de sonreír algo confundido, se le habia olvidado que era domingo, bueno no se le olvido solo que no estuvo pendiente de la fecha, aunque lo estaba para ir a visitar la tumba de tsukishima pero eso era cada vez que cumplía un año siguiente de muerto y la fecha no estaba nada cerca, el pelinegro comenzó a titubear buscando una respuesta lo que le causó mucha gracia a su amigo y comenzó a reír.

-eres un caso perdido, kuroda…bueno no te quitare más tiempo, pero ve el sábado siguiente, no quiero volver a preocuparme, se siente muy mal -

kuroda le respondio con un simple si, al escucharlo ambos hombre se fueron dejando solo a kuroda nuevamente, el pelinegro miro al cielo mientras recordaba su pasado, le gustaba recordarlo, ya que jamás quería olvidar a tsukishima, pero le dolía mucho, aunque recordar los "te odio" o "suicídate" de su amado a veces le hacía gracia, aunque el ultimo le dolía, le dolía mucho, se sentía vacío al recordarlo

-será por que ya no te tengo a mi lado?-

se preguntó en voz alta mientras apretaba el lado izquierdo de su yukata en la parte del pecho, mientras con los ojos cerrados inhalo bastante aire fresco, mientras el viento soplo bastante fuerte alborotando aún más su cabello y moviendo su ropa de un lado al otro.

-a que te refieres exactamente, kuroda -

el pelinegro escucho esto de alguien detrás de él, esa voz la reconocía a la perfección, sabía que no era posible pero era esa voz, sin duda alguna era esa voz, al escucharla abrió sus ojos de golpe, su corazón comenzó a latir mucho más rápido, le costaba un poco soltar el aire que habia agarrado, su cuerpo se habia paralizado para completar, debía voltearse, debía hacerlo, debía saber si era verdad, una broma o estaba soñando, lo necesitaba debía saber si esa voz pertenecía a…consiguió voltearse lentamente y sus ojos se abrieron impresionados mientras unas pequeñas lagrimas se formaban.

-tsu…kishima? -

pronuncio difícilmente, era el cuerpo del Hybrid Child que habia creado nuevo, el que nunca habia escuchado su nombre, el que no sabía caminar ni vestirse ni mucho menos hablar, ya que kuroda no le habia enseñado

-pues quien más seria? Idiota! -

le dijo mientras una hermosa sonrisa se dibujó en el rostro del pequeño, los ojos de este eran verdes, hermosos ojos, el pelinegro salió corriendo hacia el mientras las lágrimas caían de sus ojos, no pudo evitarlo, lo abrazo fuertemente, como si fuera a escapar, las lágrimas no se detenían, salían bastantes y caían sobre el hombro de tsukishima, el cual solo correspondió con una sonrisa el abrazo del pelinegro.

-tsukishima…tsukishima….te amo…te amo demasiado…discúlpame por ser un idiota, por favor no te vayas, no me dejes de nuevo -

pidió entre llantos el hombre pelinegro sin soltarlo, cada vez sus lágrimas salían mas y no quería soltarle, lo apretaba bastante pero sin lastimarlo, la sonrisa en el rostro de tsukishima era bastante notable y al igual que kuroda unas lágrimas bajaron por sus mejillas mientras correspondía el abrazo de kuroda, sin alejarse ni un poco, ese abrazo lleno de sentimientos que los unía en ese momento, no querían separarse por nada del mundo, kuroda no quería que ese momento acabara, no quería ni pensar en la idea de que eso fuera por algunos minutos, quería a su tsukishima allí, a su lado, por el resto de su vida.

-kuroda…yo también te amo…discúlpame tu a mí por irme de esa manera -

al pronunciar esas palabras la vista de kuroda se oscureció y no supo que ocurrió luego de eso. Los pequeños rayos del sol comenzaban a entrar por la ventana y quedaban justo en la cara del pelinegro el cual estaba durmiendo plácidamente en su cama, al tener estos rayos en el rostro no pudo evitar abrir lentamente sus ojos, al hacer esto se percató de que estaba en su habitación, intentaba recordar lo que habia pasado antes de llegar allí, y derrepente se sentó de golpe mirando a todos lados.

-tsukishima…-

susurro para que luego sus lágrimas comenzaran a salir, lo que paso por su mente fue que eso que habia pasado era un sueño, su subconsciente jugo de esa manera tan sucia con él, como deseaba que fuera verdad, necesitaba el olor de su amado tsukishima, deseaba abrazarle, besarle y hacerle el amor, deseaba tenerlo a su lado, lo extrañaba demasiado, su amor por él era demasiado enorme, el pelinegro coloco sus manos en su rostro haciendo que su flequillo cubriera sus ojos, se podían notar como las lágrimas bajaban por sus mejillas, luego su boca, para finalmente llegar a su mentón y caer en picada hasta la sabana que cubría sus piernas.

-ah desper…kuroda….por qué lloras? -

pregunto una hermosa voz, esa voz que el pelinegro amaba con toda su alma, levanto lo más rápido que pudo su rostro y lo observo, su largo cabello naranja el cual sostenía con una cola de caballo, sus hermosos ojos verdes, su estatura que para tener 18 años era bastante baja, la misma estatura con la que lo vio por última vez, llevaba puesto una yukata blanca, la cual dejaba visible su pecho, mientras en su cara un semblante de preocupación ya que kuroda estaba llorando. Kuroda no sabía cómo habia hecho para regresar, seguramente el espíritu de tsukishima habia entrado al Hybrid Child que habia hecho, pero no le importaba como ocurrió, lo único que le importaba que tenía al amor de su vida allí, con él. Se levantó corriendo de la cama y volvió a abrazarlo nuevamente mientras lo alzaba ya que él era mucho más alto, sus lágrimas salían pero tenía una sonrisa en su rostro, este abrazo duro pocos segundos, 4 para ser específicos, luego se separó y puso su frente contra la de su amado, el cual se sonrojo de sobre manera.

-tsukishima, tú lo eres todo para mi…te amo -

dichas esas palabras unió sus labios en un tierno beso, las mejillas del menor se tornaron completamente rojas al sentir los labios de kuroda, pero le correspondió el beso con gusto, kuroda lo levanto y este lo rodeo con sus piernas para sostenerse, en ese momento se separaron por falta de aire.

-yo también te amo, kuroda…estaré contigo para siempre, es una promesa -
Notas finales: que tal quedo? les gusto? no? okay *se va al rincon*

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