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El híbrido por RedParadiseYaoi

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Notas del fanfic:

Comenzamos con la tercera parte de la serie Cambia formas.

 

Libro 1: La venganza del zorro

Libro 2: Un halcón resentido y un cuervo solitario 

 

Portada del libro: 

 

Notas del capitulo:

Bien, comencemos con la tercera parte >D

Capítulo 1: Encargado.

 

                Gaara había decidido hacer algo de caso a su padre, esta mañana le indicaron que le había citado en su despacho para algo que desconocía, seguramente sería alguna misión para enviarlo un tiempo fuera. Alguna vez pensaba si su padre lo apreciaba, desde que hizo su primer cambio le enviaba a misiones y cuando volvía a la aldea de leones le mandaba otra vez lejos. Su madre le decía que tenía que quitarle importancia que sí que le quería y sus hermanos la apoyaban diciéndole que era porque él sería su heredero pues su animal era más fuerte que él de su hermano mayor, Kankuro.

                No hizo mucho por la mañana simplemente alisto su maleta con ropa, después continuaría dependiendo al lugar donde le enviara.

                En las puertas del despacho estaban dos guardias que nada más verlo abrieron la puerta sin preguntar. En el interior su padre estaba viendo una hoja de papel. Aun estando en la habitación su padre no le estaba teniendo en cuenta, no se molestó en sentarse en la silla que había en frente de la mesa, simplemente esperó por la misión de su padre.

                Al fin su padre apartó la mirada de la hoja que posó en la mesa con poca delicadeza.

                — Esta misión es bastante sencilla pero quiero asegurarme de que salga bien —ahí estaba, otra misión.

                — Bien, ¿dónde tengo que ir? —era inútil discutir, al llegar a casa le explicaría a su madre que no podría pasar el fin de semana con ella.

                — Tienes que entregar a la alfa Kushina el hibrido entre león y cuervo. Dejamos entrar a los otros teriántropos a nuestra aldea y ya nos traen engendros. —A medida que hablaba se notaba el asco en sus palabras,  su padre al nacer en una época en la que solo se admitía ser cambia formas felino era, por decirlo de alguna formas, racista con los otros tipos. Por suerte mi madre logró que aceptara que necesitáramos a los otros para tener información y abrir mercado con las otras manadas. Los puntos de ser su pareja.

                — Entendido. ¿Tengo tiempo límite?

                — No, puedes tardar lo que quieras. Estará Naruto, el hijo de la alfa. Creo recordar que eráis amigos, pásatelo bien. —le entrega una hoja con información de Sai. 

                — Sí, alfa. —es lo único que podía decirle.

                Salió del despacho con la hoja en mano, había una imagen del chico, según el documento hace una semana que había cumplido los 25 y estaba cerca del cambio. Un cambia formas no cambia al cumplir los 25 sino al largo de ese año era que cambiaba, aunque lo normal era que surgiera durante los primeros meses.

                El chico sonreía en la foto, era una sonrisa extraña. Él mismo no era quien para decir eso pues no estaba acostumbrado a sonreír. Leyendo los otros datos se dirigió donde se alojaba cuando se encontraba en la aldea.

 

                — ¿Gaara? —Quien le abrió la puerta fue Sasori. Era uno de los estrategas de la aldea, su padre solo le permitía salir si tenía que buscar nueva información, aunque todos sabían que de vez en cuando salía una discoteca cercana, había hecho mucho por la aldea así que nadie decía nada.

                — Vengo a por Sai — fue su seca respuesta.

                — Justo ahora iba a buscarlo, llegaba hoy. Suele quedarse dibujando por los alrededores —contestó Sasori con su habitual tonalidad neutra.

                Gaara olió a perro desde antes de acercarse a la casa y ahora que tenía a Sasori en frente podía ver que era la pareja de él. Nunca lo había visto con alguien como para embriagarse en su aroma por lo que solo podía ser la pareja de Sasori.

                — No hace falta que lo vayas a buscar, ya lo haré yo, si viene hacía tu casa házmelo saber —sin decir mucho más se marcha del portal.

                Gaara fue hacía las murallas que rodeaban la aldea para poder distinguir la melena negra entre los otros, el color de cabellos negro no era habitual en una aldea donde la mayoría tenían el pelo castaño, rubio o pelirrojo. Camino por encima de las murallas, vio tres personas con el cabello negro pero ninguno era Sai. Se puso su capucha para que el sol no le diera de lleno en la cara. Pensó durante un momento. Aquel chico era artista había pocos lugares en la aldea donde se podía sacar una buena imagen.

 

                Sai había llegado por la mañana, solo trajo una mochila con algo de ropa y su cuaderno para sus pinturas. La anterior vez que estuvo no tuvo tiempo de ver cómo era el lugar ya que Sasori se encargaba de que supiera lo necesario. Cuando volvió a su departamento, no notó los cambios que le dijo Sasori. No sentía ganas de correr, ya lo hacía por las mañanas con los mismos kilómetros; su olfato no estaba desarrollado, olía todo como era antes y tampoco sentía ningún instinto depredador hacía ningún animal. Aparte recordaba un documental en el que decía que era las hembras de una manada quienes proporcionaban la comida.  

                Notó como el sol le empezaba a quemar la espalda pero quería acabar la pintura que estaba haciendo. Para muchos solo serían círculos incoherentes de diversos colores pero era lo que le transmitía ese paisaje, la forma en la que todo se movía. Levanto la vista al ver a alguien con la piel tan clara como la de él. El sujeto iba cubierto por la ropa autóctona junto con una especie de pañuelo que le cubría parte de su rostro y cabeza, seguramente protegiéndolo de los rayos del sol. Pero no era solo el aspecto lo que le hizo parar de pintar sino su olor. Su aroma era similar a la vez que fue a la playa por la mañana y comenzó a llover, al contrario de muchas personas aquello le pareció hermoso, las gotas de agua chapoteando contra las olas del mar y la arena de la playa endureciéndose. Cuando paró de llover se puso a caminar encima de la arena, ya medianamente secas y las pisó, era agradable. Medio duró pero se moldeaba si apretabas.

                Aspiró fuertemente, era agradable, muy agradable. El chico se dirigió a él con paso firme.

                — ¿Eres Sai? —el timbre de su voz era potente. Sasori le había hablado sobre esa sensación. Ese tipo era un potencial alfa de manada. Sai lo continuó viendo, intentando encontrar lógica al hecho de que ese tipo le viniera a buscar.

 

                Gaara se quita su pañuelo de la cabeza mostrando su rojiza cabellera y su rostro entero.

                — Soy Gaara Del Desierto, hijo menor del alfa. Me han enviado para que tu cambio se haga sin problemas.

                — ¿Por qué el hijo del alfa tendría que asegurarse de mi cambio? —lo mismo le gustaría saber a Gaara.

                — Simple formalidades —una pequeña mentira que nadie notaría.

                Sai asintió con la cabeza— ¿Me tengo que alojar en algún apartamento o tengo que estar en algún en concreto?

                — No, volveremos a la ciudad dónde tú vives. Cerca de ahí hay una manada de zorros. Su alfa es una de las personas que colaboró con la restauración y unión entre manadas. Ella sabrá cuidarte apropiadamente.

                — Entiendo, el alfa no me quiere dentro de su aldea por ser un hibrido entre cambia formas distintos, ¿No es así? —Sai mostraba la misma sonrisa que tenía en la hoja de información. Ponía esa cara cuando no sabía cuál era la expresión correcta que tenía que utilizar— uno de los tipos que me pidió información la primera vez que llegué me preguntó sobre mis padres cuando les respondí me pusieran una cara extraña.

                Gaara pensó que Sai utilizaba esa cara para ocultar sus verdaderos sentimientos, le pareció una tontería, si no le gustaba que hablaran mal de sus padres solo tenían que decirlo.

                — Algo así —no merecía la pena buscar una excusa— pero es mejor estar entre zorros que entre felinos remilgados y temerosos —pensaba en su padre, era él quien se tendría que hacer cargo de un felino. Si Sasori había afirmado que el chico era un león, por mucho que su madre fuera un cuervo, de ella solo tenía el pigmento de s cabello, seguía perteneciendo a la manada felina.

                — Bien por lo menos pude dibujar el paisaje. Voy a dibujarte a ti también —la sonrisa se mantenía en su rostro.

                Aunque a Gaara le pareció que eso era una afirmación y no una pregunta asintió con la cabeza.

 

 

                Sasuke se encontraba cansado, habían salido por tercera vez en busca del cambiaformas serpiente, aquel sujeto le seguía dando mala espina. Su pareja, Naruto lo estaba agobiando y por eso cuando volvía de la misión de rastreo se echa encima de Naruto hasta que ambos caían agotados, era la única forma de que no le agobiara y a la vez le satisfacía.

                Sabía que pronto se acercaría Naruto, se dio prisa en llegar al despacho de la alfa y decir que terrenos habían visto y en los que no se encontraba la serpiente. Quedaba cada vez menos terreno, cuando lo tuvieran todo el lugar cubierto y no encontraran a la serpiente se clasificaría al archivo a un asunto menor y ya no le darían importancia.

                Sasuke no quería eso, quería capturar a aquel ser.

 

                — Veo que tampoco está en la región del norte. No sabría decir si me alegro de que no se encontrara rastro de esa serpiente. —la alfa estaba con varios papeles en la mesa pero le prestaba atención. Eleva la mirada hacía Sasuke— ¿Ya has visto a Naruto?

                — No, primero tengo que entregar el informe.

                Kushina se apoya en su sillón y suspira— Ten paciencia con mi hijo. Yo misma se cómo se siente, hice lo mismo con Minato y no me arrepiento de eso. Te diría que es cuestión de tiempo pero realmente no sabría decirte cuando.

                Sasuke hizo una breve inclinación como despedida y se dirigió a su dormitorio, necesitaba descansar. Escuchó los pasos de alguien corriendo por el pasillo, giró la cabeza para ver quien venía y poco tardó en darse cuenta de que era Naruto. Cuando el rubial llegó a la misma altura que Sasuke le dio un abrazo. Sasuke estaba que se dormía pero sabía que Naruto se preocuparía.

                — Vamos a la habitación —Sasuke le susurró en el oído a Naruto.

                El muchacho solo le sonreía mientras le daba una par de besos cortos por el rostro.

Sasuke cada vez veía que su libertad se estaba yendo y eso le estaba angustiando, no podía estar pendiente en todo lo que le podría preocupar a Naruto.

Notas finales:

Bien. bien cortito, intentaré actualizar todos los días. Durante 47 días, que son los días que tengo de vacaciones :(

 

así que 1/47 (vamos!)

 

PD: No son 47 capitulos los que vaya a poner, puede que sean 12 o 11 capitulos y después al siguiente libro. Vais a estar hartas y hartos de mí :3


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