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KAGAMI OBSESIÓN por Hibari_Yoshi

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Notas del fanfic:

QUETAL BUENOS DIAS TARDES O NOCHES n_n QUIERO TRAERLES ESTE ONE-SHOT QUE YA TENIA PENSADO A HACER DESDE HACE MUCHO TIEMPO, Y ESQUE NO ME PUDE RESISTIR, AMO TANTO A KAGAMI TAIGA Y SO MANERA DE SER QUE NO LO PUDE EVITAR HEHE ESPERO QUE LES GUSTE Y NOS LEEREMOS DESPUES EN:

 

EL PEQUEÑO LUZ Y SOMBRA

 

LOS PERSONAJES DE KUROKO NO BASUKE SOLO PERTENECEN A SU LEGITIMO AUTOR Y CREADOR TADATOSHI FUJIMAKI, YO SOLO OCUPO SUS PERSONAJES PARA MIS MAQUIABELICOS PLANES XD!!!

AHORA SI QUE LO DISFRUTEN!!!

Notas del capitulo:

Lo quería todo de ese poderoso y masculino hombre. Quería que llenase una vez más su interior a pesar de sentir su estómago lleno. Quería más de Taiga, toda su masculinidad y fuerza sobre su pequeño cuerpo...


 


KAGAKURO


 

KAGAMI OBSESIÓN


Kuroko Tetsuya siempre había sido una persona muy reservada y tranquila, alguien que por lo regular no gustaba de hacer cosas en excesos a menos de que se tratara del básquet.


“Ka-Kagami-kun~”


Entonces…


‘¿Por qué no podía sentirse satisfecho al hacer…Eso?’


Su cuerpo se sentía caliente, sudoroso, pero principalmente se sentía ansioso, deseoso del rose que solo esas manos duras y callosas tenían el privilegio único de tocarle.


“Ku…Kuroko ya…voy a…”


Su cuerpo se estremeció cuando ese duro, grande y erecto miembro se hundió con más vehemencia en su interior tocando repetidas veces su punto erógeno volviéndolo loco. Sus azules ojos vieron con detalle como el rostro de su luz se contraía en un rictus de placer y como los músculos de los antebrazos y abdomen se tensaban con cada envite que proporcionaba a su cuerpo.


‘Todo en él era tan masculinamente maravilloso y poderoso’


Por ello, sus manos viajaron por sus brazos duros hasta su amplia espalda, enterrando sus uñas en ella.


Lo quería todo de ese poderoso y masculino hombre. Quería que llenase una vez más su interior a pesar de sentir su estómago lleno. Quería más de Taiga, toda su masculinidad y fuerza sobre su pequeño cuerpo...


“¡¡Kuroko~!!”


“¡¡Kagami-kun~!!”


Su cuerpo se estremeció y su cabeza se enterró más sobre la almohada cuando sintió los espasmos del pelirrojo. Sus envites se habían vuelto certeros y rudos golpeando con precisión su próstata. Soltó un gemido cuando su miembro fue tomado por el pelirrojo haciéndole llegar al orgasmo con sus caricias.


Soltó un suspiro y con los ojos empeñados de lágrimas por el placer, viró su mirada para poder contemplar como Kagami llegaba por séptima vez al orgasmo dentro de su cuerpo.


El pelirrojo soltó un gruñido fiero mientras levantaba su cabeza y apretaba con fuerza la cadera del más pequeño. Sus caderas se movieron más despacio pero enterrándose con bastante fuerza en el interior de su sombra.


Sintió una caricia en su vientre y adivinó que se trataba de las pequeñas manos de su novio acariciándole el vello púbico. Bien savia el pequeño peli azul que era uno de sus puntos erógenos.


Se estremeció y soltando un bramido ronco, eyaculó en su interior sin dejar de envestir. Los espasmos recorrieron por completo su cuerpo dejando que poco a poco estos se detuvieran.


Tetsuya gimió lento y prolongado lamiéndose los labios cuando sintió llenar su interior nuevamente junto a los espasmos y pequeños golpeteos que aún sufría el miembro en su interior al terminar de eyacular.


“Maldición Tetsuya…no sé cómo…me dejé convencer” dijo aun con la respiración entrecortada el pelirrojo, tratando de salir de su interior.


“No, Taiga-kun, ahí quédate…quiero sentirte dentro de mi toda la noche” sus pequeñas manos le arrastraron para que se recostara sobre su pecho. Kagami trato de alejarse, por lo que le sujeto también con sus pequeñas piernas.


“Tetsuya~…”


“Por favor, Kagami-kun” rogó el más pequeño. Kagami solo resopló.


“Tu ganas maldita sea…sabes que no te puedo negar nada porque te amo”


Kuroko sonrió ante lo dicho y acaricio con su pequeños dedos la melena roja que tanto amaba y suspirando para que su corazón recuperase su ritmo normal.


Por esa noche más que nunca, poco le importó su condición de portador. Todo por el contrario, nada le haría más feliz que saberse embarazado del hombre que más amaba.


A decir verdad, nunca le interesó cuidarse en ese aspecto, mas siempre Taiga era quien tomaba las debidas precauciones ya sea colocándose el condón o llegando al orgasmo fuera de su cuerpo.


Algo demasiado molesto y fastidioso a su ver.


Él quería sentirse llenado, saber por experiencia propia lo que Kise, Takao, Himuro y hasta el inocentón de Furihata decían sentir cuando sus parejas les hacían el amor sin barreras de por medio.


Y al fin lo había experimentado en carne propia, y tenía que reconocer sin peros de por medio que había sido, la experiencia más maravillosa que había tenido en toda su vida. Había amado sentir esa tibieza en su interior producida por el semen de su novio. Sentir sus espasmos al terminar dentro de sí y con ellos esos pequeños pero notorios golpeteos que sufría su miembro que muy claramente podía sentir en el fondo.


Si tenía que reconocerlo, era muchísimo más placentero y gratificante hacerlo sin ese molesto plástico o látex de por medio.


Pero eso le había costado discusiones con Kagami.


Taiga solía decir que la seguridad era lo primordial para evitar accidentes. Aunque a decir verdad poco o menos le importaba eso.


‘No me importaría tener un hijo tuyo porque para mí, eres el hombre ideal, a quien más amo y con quien quiero formar una familia, Taiga. Además eres mi única pareja sexual, así que dudo mucho que esté enfermo y tú también, siendo que yo también fui tu primero’


Le había dicho con tal seriedad y sinceridad que con ello fue suficiente para acallar toda queja que el pelirrojo fuese a decir.


Pero, ¿Cómo había desembocado todo aquella obsesión hacia su pareja?...


Todo se debía a nada más y nada menos que a la primera vez que tuvieron relaciones sexuales.


Si bien al principio se sintió inseguro ya que era su primera vez, eso no le detuvo para dejarse llevar.


Kagami le había tratado con tal delicadeza que todos los miedos respecto al dolor por la primera vez –dígase experiencias descritas por sus amigos- habían desaparecido tan rápido como habían llegado. Mentiría si dijese que no hubo dolor de por medio, pero su luz le había preparado con parsimonia y por un largo tiempo que le había llevado a su primer orgasmo con solo esas atenciones.


Pero lo mejor llego después…


Cuando lo sintió por primera vez en su interior, tan duro, grande, grueso, y tan vigoroso y caliente, se sintió derretir y delirar de placer.


Le había hecho sentir tan caliente y deseado, que no dudo en dejarse llevar. Aún más motivado al ver todo lo que era en sí su luz.


Por ello…


Kagami Taiga se había vuelto su más grande obsesión además del batido de vainilla.


No había día que no le pidiera hacerle el amor, sin importar la hora, día o lugar si con ello sentía sus caricias. Amaba tanto cuando le tocaba y le hacía sentir tan extasiado, tan amado cuando dejaba ir sus manos por su pequeña anatomía.


‘Y es que como no sentirse de esa manera cuando tenías semejante hombre a tu lado’.


Un hombre tan varonil como Kagami Taiga, despidiendo hormonas y feromonas por todos lados, exhibiendo su suculento, fibroso y musculoso cuerpo cuando sentía calor por los entrenamientos excesivos a los que le sometía Aida-san….


‘¡¡Dios!!, ¡¡que alguien le echase agua fría!!’


Con solo mirarle era suficiente para sentir su temperatura subir, haciendo que su cuerpo se estremeciese con solo saberse el único para su luz.


Porque podían haber miles de chicas –zorras- que trataban de llamar su atención. Pero este únicamente les daba avión aun aunque no estuviesen juntos –según le decían sus sempais-. Con ello era prueba suficiente de que Kagami, le amaba de verdad.


“¿En qué tanto piensas?”


La vos del pelirrojo le trajo súbitamente a la realidad, por lo que viro su vista a esos rubíes ojos que tanto le cautivaban.


“En lo maravilloso que eres” dijo y sonrió un poco cuando las mejillas de su novio se colorearon de un tenue rojo.


“Sigues con eso…soy alguien común y corriente Kuroko, no tengo nada de maravilloso”


“Para mi eres el hombre más maravilloso que he conocido Taiga, nunca nadie me había notado antes y me hecho sentir tan único y amado, hasta que tú llegaste a mi vida” le miro directo a los ojos. “Te amo…” le dijo sin duda alguna en su mirada y voz.


Kagami se sintió complacido y satisfecho por lo que inclinándose un poco hacia arriba beso esos labios que tanto amaba.


“Yo también  te amo, Tetsuya”


Si bien aún eran jóvenes e inexpertos, pero bien podían asegurar que saldrían adelante ante las adversidades solo para mantener su amor por el otro intacto.


Además, la noche era joven y Kuroko tenía a su entera disposición a su única y verdadera luz. Aquel hombre que irradiaba masculinidad y atractivo por todos sus poros y cuyo también despedía ese instinto fiero de un tigre. Aquel que le sometía y le hacía sentir pequeño y protegido.


Aquel que se había vuelto su más grande obsesión. Aún más que su amado batido de vainilla.


~AL DIA SIGUIENTE~


Aida Riko podía jactarse que era una chica muy observadora, ya que con solo enfocar la mirada era capaz de enumerar la cifra exacta en cuanto a habilidades deportivas se trataban.


Pero su observación llegaba más allá al tratarse principalmente a porque era una mujer. Ya saben. Intuición femenina.


Y podía jurar con bastante razón y claridad, el como uno de sus mejores jugadores se encontraba cansado –muy cansado- al parecer.


‘¿Qué por qué lo creía?’


Solo bastaba ver como sus números se encontraban vueltos locos de arriba a abajo sobre todo ese cuerpo hecho de puro musculo.


Kagami Taiga, no poseía el cuerpo para encontrarse como en esos momentos estaba.


‘Ahí había gato encerrado’


Su mirada se dirigió entonces hacia su otro mejor jugador y aquel que era capaz de llevarles a lo más alto con solo pasar desapercibido en la cancha. Quien al jugar junto a Kagami bastaba para volverse imparables al momento de la duela.


Kuroko Tetsuya.


Si bien el chico azul no poseía un cuerpo trabajado como el de su As, le constaba que con solo proponérselo podía salir completamente de cualquier esquema que ella siquiera hubiese pensado.


‘Pero, oh claro, siempre había un pero en cada ocasión’


Aquí había algo que no le cuadraba y eso era:


‘¿Cómo era posible que se viera más que radiante como si no conociera el significado del cansancio, con la piel brillosa y sin rastros de estrés en su cuerpo, siendo que su As es quien debería mostrarse así cuando se acercaba una competencia importante?’


Podía jurar que hasta flores y unos extraños brillitos bailaban a su alrededor…


Perturbador… muy perturbador…


Lo que sí se daba por hecho, era que cuando se venía un enfrentamiento con algún equipo fuerte, Kagami era el primero en saltar a la cancha y dar su máximo esfuerzo y aun así continuar con energías suficientes como para seguir y seguir.


Pero hacía ya un tiempo que eso había cambiado radicalmente al notar como día a día el pelirrojo parecía más cansado y sin fuerzas.


Y bien sabía sin temor a equivocarse, quién podía ser el culpable de ello…


Resoplando, se dijo a si misma que no se quedaría con la duda, así que siendo directa como suele serlo fue donde el principal implicado.


“Nee~ Kuroko-kun, ¿Está todo bien?”


El chico se sobresaltó cuando la voz de la chica llego hasta él. Y es que, estaba tan ensimismado viendo ese trabajado cuerpo correr de esquina a esquina por la cancha que había perdió noción de todo.


Parpadeando, miro a la chica con su típica cara de póker.


“Claro Aida-san, ¿Por qué lo pregunta?” trato de hacerse el desentendido, pero tratándose de Aida Riko, la entrenadora, aquello había sido innecesario.


Ella ya había descubierto el problema al instante.


“Está bien, solo te pediré que para la próxima vez, trates de no exceder demasiado las energías de Bakagami, que de verdad es necesario durante los partidos, ¿quedo claro?”


A juzgar por el sonrojo tan notorio del pequeño peli azul, podía jurar que le había quedado más que claro.


“Yo también estaría igual si tuviese semejante hombre en mis manos, pero recuerda que hay tiempos y momentos para todo” señalo a Kagami y Kuroko viró su mirada hacia él. “Nada más míralo, esta tan cansado que no está dando su mayor rendimiento en el entrenamiento, ¿sabes lo que eso significa verdad?” el chico la miro nuevamente y solo negó con su cabeza. “Significa que si sigue así, le triplicare el entrenamiento solo a él hasta que esos trabajados músculos se hagan papilla, ¿Ahora sí te quedo claro, Kuroko-kun?” y por el tono azulado de su rostro pudo comprobar que si le había quedado claro. “Bien…”.


Se levantó de donde estaba y dando un silbatazo llamó la atención de los demás, deteniendo por completo el juego.


“Muy bien chicos es todo por hoy, vallan a asearse y cambiarse y se van directo a casa, mañana terminaremos el entrenamiento” ordeno y todos le miraron extrañado, ella les ignoró ampliamente guardando su tablilla para finalmente dirigirse al pelirrojo quien ya comenzaba a caminar rumbo a los vestidores. “Kagami” el nombrado respingó antes de mirarla con el nerviosismo bien marcado en su rostro. “Que sea la última vez que vienes en esas condiciones. Espero y aprendas a decir que NO; no quisiera tener que triplicarte el entrenamiento por culpa de sus calenturas, ¿quedo claro?”.


Todos quedaron boquiabiertos ante lo dicho por la chica, Kagami se sintió morir ante la sugerencia –amenaza- y Kuroko tuvo la decencia de avergonzarse.


De ahora en adelante, ese par tenía que aprender a controlarse, sí o sí…

Notas finales:

GRACIAS POR LEER Y POR SUS COMENTARIOS SI ES QUE DESEAN OBSEQUIARMELOS n_n

CUIDENSE Y NOS LEEMOS

BYE BYE CHUU~~


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