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Rain&Sun por Kyantsu

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Notas del fanfic:

Los personajes no son mios, son de Akira Amano-sama ^^ 

Notas del capitulo:

Bueno este es un One-Shot bien rápido que se me ocurrio en mis extraños momentos de inspiración (osea a las 12 de la noche xD). No me gustaba mucho la idea de Takeshi uke pero~ no lo puse tan pasivo (a no ser...) D:

Y pues ya no tengo nada más que agregar x.x (no se si es por el sueño o...flojera), disfruten de la lectura! ^^

-          ¡No me lo puedo creer Sasagawa Ryohei! – Le reclamaba histérica una mujer de largos cabellos negros ondulados mientras le observaba fijamente – ¡te desapareces por dos meses, DOS MESES y no me llamas, no me dices nada sobre ello! – Golpeo la mesa haciendo temblar el porta retrato que había en ella donde se les podía ver a ella y a su pareja juntos sonriendo para la cámara – ¿acaso crees que soy idiota?

-          No es lo que te estás imaginando Hana. Son cosas del trabajo – Trataba de explicarle el moreno a su esposa, intentando mantener la calma.

Llevaban solo un año de casados pero ya no soportaba los reclamos de Hana cada vez que regresaba de una misión para que cuando finalmente tenía el tiempo para estar juntos ella le rechazaba ¡y ni hablar del sexo! No lo hacían desde hace más de 4 meses con las excusas de que está cansada, está molesta y miles más.

-          ¡Cosas del trabajo, cosas del trabajo! – Contestaba imitando la voz del moreno –  Siempre es lo mismo contigo ¿crees que no se que en esos supuestos viajes de trabajo te acuestas con sabrá Dios cuantas zorras?

-          Yo no me he acostado con nadie más que no seas tú – Se acerco a la pelinegra con intenciones de abrazarla pero esta le miro con odio deteniéndole, se sentía frustrado de que su esposa no le creyese y lo peor es que era cierto él nunca le había sido infiel con nadie ¿pero cómo le hacía entender eso?

-          ¿Y pretendes que te crea Ryohei? – Afilo la mirada para después evadir los sinceros y profundos ojos grises del más alto – vete.

-          ¿Qué? – Pregunto sin podérselo creer con un tono de voz cargado de desilusión.

-          Vete Ryohei.

-          ¿Por qué?

-          ¡Vete maldita sea! – Ordeno la pelinegra lanzando el retrato que finalmente se estrello contra la pared rompiendo el vidrio en mil pedazos.

-          Bien – Dijo y luego soltó un pesado suspiro – pero piénsalo bien antes de hacer una idiotez Hana. Tú no eres tan extrema.

Camino hasta la salida con el seño fruncido y ganas de desquitarse con algo, tomo su saco color negro, estaba preparado para irse sabiendo a la perfección que Hana le pediría el divorcio para el otro día pero inevitablemente giro un poco su rostro encontrándose con la mirada de su esposa quien de inmediato la desvió.

Salió de la casa que compartían sin tener ni la menor idea de a dónde ir, subió hasta su auto y lo encendió empezando a manejar de inmediato, dejando su casa atrás. Se sentía culpable porque él había alimentado esas sospechas, Hana no sabía donde trabajaba ni que hacía y estaba seguro de que si ella lo supiese lo dejaría de inmediato pero finalmente ella no lo sabía e igual estaba a punto de dejarlo.

No quería pensar solo quería descargarse con algo, con lo que sea.

Condujo hasta el gimnasio en el que entrenaba y del cual tenía llaves, parqueo el auto y camino bajo la oscura noche convencido de que golpeando un saco de boxeo se sentiría mucho mejor. Abrió la puerta trasera del lugar entrando inmediatamente para después cerrarla.

Dejo su saco en una de las bancas y se detuvo allí para comenzar a desabotonar con suma tranquilidad su camisa amarilla, cuando finalizo dejo la camisa en el mismo banco donde había dejado el saco, respiro profundo y acomodo las vendas que siempre llevaba en sus manos encaminándose al saco de boxeo.

Y ese pobre saco de boxeo lo sintió. Ryohei descargo en el toda su ira, toda su frustración, la decepción que sentía al saber que su esposa no confiaba en el, quería que todos sus problemas desapareciesen a golpes.

Pronto el sudor empezó a aparecer se deslizaba sagazmente por su marcado abdomen perdiéndose en algún lugar de sus pantalones, se detuvo por unos segundos respirando agitadamente, había golpeado con tanta fuerza y tan rápido al saco que se sentía agotado en tan poco tiempo.

-          Deberías calmarte un poco Ryohei – Le dijo una voz completamente serena que al reconocerla logro sacarle una sonrisa de medio lado – ¿pasa algo?

Volteo su mirada encontrándose con Yamamoto quien le miraba atentamente con su típica sonrisa idiota que de alguna forma siempre lo había hecho sentir reconfortado con solo verla.

-          Takeshi, ¿qué haces aquí? – El de ojos color miel le lanzo una botella de agua que atajo en un movimiento rápido para después destaparla y beber de ella bruscamente haciendo que gracias a esto algunas gotas se escapasen de sus labios deslizándose con sigilo hasta bajar a su pecho delineándolo a la perfección cosa que no paso desapercibida por el pelinegro  quien se relamió los labios al ver tan exquisita escena.

-          Vine a entrenar un poco – Mantuvo su profunda mirada clavada en el cuerpo ajeno con sus rostro completamente sereno.

-          Ya veo – Se limpio un poco los rastros de agua con su mano derecha en un gesto sexy que acompañado de la mirada que tenía el peli plata lo era aun más.

-          A ver, ¿si me vas a decir que te pasa? – Se sentó en la misma banca donde Ryohei había dejado sus cosas sin perder de vista al guardián.

El de ojos grises empezó a golpear el saco una y otra vez ignorando completamente la pregunta de su compañero. No era que no confiara en Takeshi, si no que no se sentía con ganas de hablar de ello…aún.

-          Bien, no quieres hablar, entiendo – Suspiro para después esbozar su típica sonrisa.

Se detuvo, debatiéndose entre sí decirle o no.

-          Takeshi – Dio media vuelta, encontrándose con la sonrisa del pelinegro para luego sentarse a su lado y soltar un pesado suspiro – Hana y yo últimamente hemos discutido extremadamente.

-          Lo imagine, luces muy desanimado – Dejo salir una risita al terminar de decir aquello y luego observo al peli plata - ¿qué tipo de problemas?

-          Ella cree que la estoy engañando – Hubo silencio durante unos segundos hasta que decidió continuar – lo cual no es cierto, jamás he estado con otra persona durante nuestro matrimonio que no sea ella.

-          Ya veo… ¿y ustedes han tenido sexo últimamente? – Observaba disimuladamente lo más que podía el abdomen descubierto de Ryohei con unos inmensos deseos de que este lo hiciera suyo ahí mismo.

-          Desde hace 4 meses si no me equivoco, y ahora cada vez que intento acercármele se excusa con alguna cosa – Confeso con un tono de voz como de niño regañado que enterneció al guardián de la lluvia.

-          ¡¿4 meses sin nada de nada?! – Alzo un poco la voz sorprendido – vaya.

-          Y mi esposa cree que me ando cogiendo a la primera que encuentro – Río con tristeza.

-          Hm – Hizo una pausa pensativo – Ryohei, ¿puedo preguntarte algo?

-          Claro al extremo – Respondió un poco más animado el ojigris mientras bebía de la botella de agua.

-          ¿No tienes erecciones de vez en cuando? – Al escuchar aquella pregunta el peli plata termino por escupir toda el agua que tenía en su boca de la sorpresa ya que casi se ahogaba con ella.

-          ¡Claro que sí!

-          ¿Y cómo haces para bajártelas? – Pregunto sin pudor alguno el guardián de la lluvia.

-          A-ah pues yo…

-          ¿Te masturbas? – La vergüenza al parecer era una palabra desconocida para Takeshi, aquellas preguntas estaban descolocando completamente al de ojos grises.

-          ¿Por qué lo preguntas? – Alzo una ceja observando cuidadosamente al ojimiel.

-          Curiosidad. Es decir, si tu esposa no lo hace contigo y no te has acostado con nadie más ¿debes masturbarte no?

-          Si lo hago pero…

-          ¿Pero?

-          Cambiemos de tema mejor al extremo – Miro a todas partes en busca de ideas – ¿y tu Takeshi?, nunca he conocido a ninguna novia tuya o algo parecido.

-          Ah~ si ¿tú no lo sabes verdad? – Pregunto cantarín dedicándole otra sonrisa al peli plata.

-          ¿Qué cosa?

-          A mí no me gustan las mujeres – Dijo sonriente.

-          ¿A-ah? ¿Entonces qué te gusta? – Ya sabía la respuesta pero no quería creérselo, no debía ser cierto, de seguro su retorcida mente estaba haciéndose ideas que no eran, Takeshi no podía ser gay.

El guardián de la lluvia empezó a reír a carcajadas ante la cara que mantenía Ryohei, era como de horror con sorpresa y curiosidad, todo eso junto en el rostro de alguien.

-          Me gustan los hombres Ryohei, HOM-BRES – Logro decir entre carcajadas.

-          Ya veo… ¿y cómo es? – Pregunto curioso deteniendo en seco la risa del ojimiel.

-          ¿Qué cosa? ¿Estar con un hombre?

-          Sí ¿cómo es? – Pregunto de nuevo aún más curioso que antes.

-          Es difícil de explicar – Contesto nervioso el moreno.

-          ¿Por qué?

-          Porque…eh… - La mirada que tenía Ryohei había logrado desconcentrar por completo al pelinegro, era tan profunda como si quisiera descifrarlo hizo que los pelos se le pusiesen de punta y se estremeciese por completo – es complicado.

-           Muéstrame – Exigió con decisión en su voz.

Estaba confundido, no sabía qué era lo que el ojigris quería ¿quería que se lo cogiera? ¿quería que le explicara detalladamente como tienen sexo dos hombres? Ante esa duda decidió quedarse inmóvil con temor a equivocarse.

Como Takeshi no reaccionaba decidió que lo averiguaría por sí mismo y para ello lo usaría. Se acerco a los labios ajenos en un movimiento rápido pero se detuvo al momento de sentir un roce con los ajenos sintiendo la textura de estos, la cual logro sorprenderle pues eran suaves, más suaves que los que había probado antes.

Rozo sus labios con los ajenos unos instantes más hasta que el ojimiel sin poder esperar un segundo más acorto aquella escasa distancia uniéndolos completamente y para sorpresa de Ryohei aquello le había gustado más de lo que espero, no sintió asco en ningún momento, en cambio la necesidad de tener el cuerpo ajeno junto al suyo aumento.

Pronto ambos iniciaron una batalla con sus lenguas, saboreando la saliva ajena mezclándose con la propia los dos luchando por tener el control, el pelinegro rodeo con ambos brazos el cuello ajeno obteniendo más profundidad en aquel beso buscando más contacto con el ojigris.

-          Ryohei…yo n-no – Trataba de hablar correctamente pero el guardián de sol no tenía intenciones de detener aquel húmedo beso – no…no-no voy a...ngggh… bajo.

-          Solo esta vez Takeshi – Susurro en el oído del ojimiel con una voz ronca que al antes mencionado le pareció extremadamente sexy al punto de sonrojarle.

-          E-está bien pero…pero – La respiración ajena rosaba sutilmente en su cuello haciéndole perder la compostura – debes lubricarme antes.

Ryohei lanzo bruscamente al guardián de la lluvia al suelo sacándole un quejido de dolor, disculpándose se posicionaba entre las piernas del moreno para luego besarlo con posesividad deleitándose nuevamente con la boca ajena explorando sin pudor alguno su cavidad bucal mientras deslizaba ambas manos por debajo de la camisa ajena sintiendo como el moreno se estremecía ante su tacto.

Las frías manos ajenas exploraron cada parte de su abdomen hasta que finalmente sintió una corriente eléctrica cuando el ojigris empezó a atender minuciosamente sus pezones haciendo círculos con sus dedos y jalándolos de vez en cuando poniéndolos duros casi de inmediato.

El guardián del sol empezó a mover su pelvis de arriba abajo provocando un roce entre los miembros de ambos por encima de la ropa empezando a sacarle suspiros y algún que otro gemido al pelinegro. Takeshi deslizo una de sus manos al cinturón de Ryohei quien reacciono de inmediato y le ayudo a deshacerse de la ropa que llevaba este.

Hasta que finalmente despojo de todas sus prendas al de cabellos negros dándole una hermosa vista de su cuerpo desnudo y casi inmediatamente después se dispuso a realizar un recorrido iniciando en las rodillas ajenas implantándole besos e ir avanzando hasta sus muslos el ojimiel arqueo la espalda al sentir la lengua ajena en aquella zona y al notar aquello Ryohei decidió jugar un poco más con aquella zona sacándole suspiros y cada vez más gemidos al pelinegro para luego continuar con su recorrido dirigiéndose a la cintura lugar que mordió con fiereza logrando escuchar un quejido por parte de Takeshi.

Y así siguió hasta llegar a los labios ajenos lugar que se encargo de devorar como si fuese un animal. El pelinegro llevo una de sus manos al miembro erecto del ojigris para empezar a masturbarlo.

-          Ryohei estas muy duro – Empezó a mover su mano de base a punta lentamente desesperando al antes mencionado.

-          Ahgg, 4 meses ngg Takeshi – Articulaba entre suspiros y gemidos roncos para luego empezar a masturbar al ojimiel estremeciéndole.

Pronto ambas manos empezaron a moverse al mismo tiempo más y más rápido, pero el que claramente estaba más deseoso era Takeshi, se sentía como una perra en celo sentía que necesitaba con urgencias del cuerpo ajeno.

Desde antes el pelinegro había deseado al guardián del sol pero el siempre se veía tan feliz con su esposa, jamás creyó que Hana lo desatendiese por tanto tiempo y por fortuna ahí estaba el para ayudarle.

-          Aaahgnn…Ryo...aaahh…hei mgghh mete – Trataba de decir palabras entendibles pero dado al placer que estaba sintiendo le era bastante difícil – metemeghaaa.

-          ¿Qué, qué quieres Takeshi? – El lo había entendido perfectamente, pero quería escuchar que este se lo pidiese.

-          ¡¡Métemelo!! – Pidió en un gemido que logro excitar aun más al guardián del sol.

-          ¿Qué quieres mmgh que te meta?

-          Deja de ah-aahm tortu…aaahh rarme Ahgg – Trataba de decir cosas lo más coherentes que podía – meteme…aaah meteme t-t-tu…mggh tu ahhmm, tu pe…aaah…ne. ¡Méteme tu pene completo, párteme en dos maldita sea!

Ryohei sonrío complacido para luego de sin preparación alguna meter de una estocada su exageradamente proporcionado miembro en el interior de Takeshi.

-          ¡Aaaag! – Grito en algo que parecía más bien un gemido para después morderse el labio – te dije que mghh…me-me…agg me lubricaras.

-          Lo olvide, lo siento ¿te duele mucho? – Llevo una de sus manos a la mejilla ajena para acariciarla con preocupación.

-          He sentido mggg d-dolores peores – Sonrió tratando de contener las lagrimas para no preocupar más al peli plata.

-          Por otra parte, Takeshi estas demasiado bueno – Murmuro entre suspiros con una voz ronca y sexy.

-          Ya-ya calla-... ¡mghaaa! – Gimió al sentir como aquel miembro empezaba a moverse en su interior le dolía como el demonio pero había algo placentero que le hacía querer sentir más de aquello.

Ryohei empezó a penetrar al pelinegro con más rapidez y más fuerza haciendo que este gimiera a todo pulmón mientras se masturbaba, el sonido de su pelvis chocando contra las nalgas ajenas acompañado de aquellos sucios gemidos y los suyos no podía ser más celestial para suerte de ambos era de noche y no habría nadie que los interrumpiese.

Mientras tanto el peli plata buscaba aquel punto que sabía haría delirar al ojimiel, hasta que por fin lo encontró y ¿cómo lo supo? Pues eso gracias a Takeshi-.-

-          Aaaaah Ryo mghhhh hei más, más aaaahgg más fuerte ahí aaah – Gemía el pelinegro sintiendo una corriente eléctrica cada vez que el ojigris daba con aquel punto. Se sentía como una puta barata gimiendo de tal manera, sentía que su garganta ardía pero quería más.

-          Takeshi, Takeshi mgh Takeshi – Murmuraba entre suspiros y gemidos en el oído ajeno, penetrando más fuertemente en aquel punto que descontrolaba al de hermosos ojos miel.

-           AAAH mierd…aaaaaahgg Ryo-…mmghh Ryo…aahh hei – Sentía como se le erizaba la piel y sabría que pronto acabaría – Me vengo aahgg mgg ¡¡Me vengo!! Ahh.

Al escuchar aquello el de cabellos plateados empezó a penetrar más rápidamente a Takeshi en busca de que se viniera más rápido y placenteramente. A los pocos segundos el moreno se había venido liberando su esencia que fue a parar a los abdómenes de ambos.

Ryohei continúo embistiendo cada vez más y más fuertemente al pelinegro.

-          ¡¡Ahgg me vengo mgh Takeshi!! – Aviso al moreno.

-          ¡Hazlo dentro mmghh, hazlo dentro! – Suplico con la voz entrecortada y la respiración aun agitada.

Finalmente el guardián del sol acabo en el interior del pelinegro, con su respiración desnivelada se acerco a los labios ajenos y le implanto un demandante beso en el cual sus lenguas batallaron de nuevo al acabar el beso ambos se miraron como si estuviesen conectados.

El guardián de la lluvia abrazo el cuello ajeno mientras sonreía, Ryohei aun seguía dentro de él y no daba señales de querer salir.

-          Y cuéntame ¿cómo estuvo tu primera vez con un hombre? – Pregunto divertido sin sacar aquella sonrisa típica suya de sus labios.

-          Estuvo extremadamente increíble – Beso la frente del ojimiel con ternura para después sonreírle – Takeshi…cuando Hana me pida el divorcio... – Se quedo hipnotizado con los hermosos ojos color miel ajenos que le miraban con atención.

-          ¿Qué vas a hacer cuando te pida el divorcio? – Sonrió de nuevo.

-          Nada… ¡lo sabrás más tarde al extremo! – Contesto con una sonrisa el guardián del sol.

 

Notas finales:

¿Qué les parecio? :3

Cuentenme en los reviews~ n.n

Sólo una duda ¿Qué paso con la semeidad de Takeshi? ¿A dónde fué, a dónde!? Bueno ya dejo el drama xD

Probablemente suba puros one-shots así de parejas bien raras que se me ocurran porque no he tenido ideas para continuar actualizando los fics. Perdonen mi inspiración es selectiva T_T

Sin nada más que decir, muchos besos con babas y hasta la proxima!!~ <3 ^^


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