18 de julio de 2012
Hace ya hace un par de años que la vi y que desde entonces ya no sé nada de ella, ya no he escuchado de nuevo su voz, esa voz que estremecía cada célula de mi piel, ni he podido apreciar esos bellos ojos que se ocultaban detrás de esos anteojos; como extraño sentir su manos jugando con mis mejillas, si… era doloroso que tirara de ellas pero era la única forma en que podía estar cerca, sin riesgo a que se alejara.
Supongo que pensaran que soy masoquista, pero no es el caso, simplemente disfrutaba de su compañía, me enamore de ella con el tiempo desde que nos conocimos en la preparatoria, estando consiente de que mis sentimientos jamás serían correspondidos y aun ahora tengo el deseo de poder verla de nuevo algún día.
Soy una estudiante universitaria de 20 años y cursó la licenciatura en geografía.
Recientemente, más o menos por mediados noviembre del año pasado sentí un fuerte dolor de cabeza, y como cualquier persona irresponsable me auto medique con aspirinas, ignoré el hecho y seguí con mi rutina, puedo decir que ese solo fue el principio.
Recuerdo que en enero los dolores de cabeza eran escasos y podía controlarlos con medicamentos, pero para marzo el malestar se hizo frecuente, las pastillas perdieron el efecto, el dolor era realmente intenso al grado de doblegarme y obligarme ir al médico, el cual no dudo en enviarme a realizar 2 estudios uno por angiografía, ese estudio lo recuerdo bien, tuve que tomar un anticoagulante antes de entrar, y ya una vez dentro me hicieron una pequeña incisión en la que introdujeron un catéter y me inyectaron un líquido que tenía yodo, luego me tomaron fotografías de rayos x, y el segundo fue una tomografía electrónica, la cual no sé cómo describir solo puedo decir que era una maquina enorme, con una mesa movible.
Unas dos semanas después recibí los resultados donde marcaban un par de aneurismas cerebrales, uno a milímetros del tallo cerebral y otro cerca del hipotálamo el cual no puede ser operado debido a que la cirugía sería de un alto riesgo, y en el hospital en el que me atiende no cuenta con los equipos necesarios para la operación, dicen “no debes preocuparte que casi todas las personas desarrollan los aneurismas, si no crecen no representarían ningún riesgo a tu salud”, vaya consuelo más artificial.
Nadie a mi alrededor en la escuela sabe de mi condición, todos creen que solo sufro de migraña, y la verdad tampoco quiero que se enteren, no quiero que me vean con lastima o que me den por muerta.
En cuanto a mi familia, cada día que pasa me resulta más duro el observar como la noticia de mi padecimiento les apago de alguna manera su alegría y aunque sé que tratan de fingir lo más que pueden, no soy tonta me doy cuenta de la tristeza en su ojos, como si esperaran el día en que su hija deje de estar con ellos, no me gusta que solo se enfoquen en la parte negativa de la situación, soy de la idea que no todo es malo, por lo que verlos en ese estado me hace preguntarme ¿adónde se fue su esperanza?, posiblemente salió por la puerta él mismo día en que se enteraron de los resultados.
Durante estos últimos días mi deseo de verla se hace más grande, hasta el punto de preguntarme “¿qué estará Haciendo en estos momentos?” posiblemente trabajando o tal vez durmiendo dependiendo del día y la hora.
También me cuestiono algo muy simple “si me enamore de ella ¿por qué no tuve el valor de decirle que era la mujer que amaba, con la que quería compartir cada minuto de mi vida? Posiblemente todo debido a mi terror de que todo cambiara entre nosotras si me confesaba, la atesore demasiado, le di un valor muy alto a nuestra amistad, y no arriesgue nada por hacer que funcionara la situación.
Baya que desperdicie las miles de oportunidades que se me presentaron en el pasado, y ahora es imposible, como lo será en el futuro, pero no me arrepiento, simplemente solo sueño.