Capítulo 1: Planes y Preocupaciones
En una esquina de la mesa de Gryffindor se encontraban reunidos un curioso grupo que entre susurros comentaban el próximo suceso que en tan solo unos minutos más se llevaría a cabo en aquel lugar.
-Esto será épico chicos- comento animadamente George a sus compañeros, mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa divertida por la próxima broma a realizarse.
-No lo sé, aun creo que es algo demasiado suave para esa cría de mortífago- dijo la morena Ravenclaw Cho Chang, mientras fruncía el ceño, aun desconforme con el actual plan del grupo.
-Ya te dijimos que esto es lo mejor, algo mas grave como lo que tu propones sería demasiado extremista- apunto calmadamente Colín, pero con un ligero tono de fastidio, ya que sinceramente la chica podía ser desesperantemente repetitiva con sus “ideas”.
-Es cierto, solo queremos divertirnos humillando públicamente al pequeño mortífago, no causarle algún daño físico, eso sería rebajarnos a su nivel- señalo Ginny ya aburrida de la morena y sus estupideces.
-Cierto hermanita- apoyo Fred, para luego dirigirles una gran sonrisa divertida a todos los del grupo- lo cual lograremos con nuestra nueva invención.
-No es por presunción…- comento George junto a su gemelo.
-Pero es uno de nuestros mejores inventos hasta ahora…-le siguió Fred.
-Nada podrá evitar que él solito se humille delante de todos frente al colegio entero…- continúa George.
-En cuanto llegue- termino Fred la oración de su gemelo, mientras dirigía su mirada hacia la puerta, con una expresión ansiosa.
-Aun no comprendo muy bien que hará esa poción- susurro despacito Denis, que si estaba en ese grupo era mayormente por su hermano, pero que realmente no deseaba participar en todo lo planeado.
-En realidad es bastante fácil, y si no fuera porque es Draco Malfoy, hasta podría zafar de todo esto- le explico George.
-Pero como es precisamente Malfoy el que tomara la poción, no hay posibilidad alguna de que salga bien parado de esto- acoto Fred.
-Hasta podrían revelarse algunos crímenes ocultos de Malfoy, y con suerte esta vez sí va a Azkaban-le siguió su gemelo.
-El propósito de la poción es en esencia simple, revelara todo aquello que guarda su corazón-explico Fred.
-Lo que él es en verdad, saldrá a relucir ante todos, no se puede luchar contra esta poción, y nadie…aun si fuera el mismo Dumbledore podría detenerlo desde afuera, las imágenes de lo que oculta su corazón, su verdadero ser, seguirán hasta el final, y solo entonces se detendrá- concluyo George.
-Vaya, es en verdad increíble- dijo impresionado Denis- tengo entendido que el manipular las emociones y demás es algo extremadamente complicado y por demás difícil, sin contar lo peligroso y arriesgado del asunto, es sorprendente que hayan logrado la creación de una poción capaz de mostrar imágenes ocultas en lo más profundo de su ser.
-En verdad no fue nada fácil- comento Fred.
-Pero valdrá la pena cuando veamos los sucios secretos de Malfoy- completo George divertido.
-Es verdad- rio Ginny- será increíble ver la cara del estúpido hurón cuando se dé cuenta de que todos hemos visto sus más sucios secretos.
-Si alguien llego a dudar de que era algo más que un sucio y despreciable mortífago asesino, con esto se despejara toda duda- apunto Cho con una sonrisa maliciosa en los labios.
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Draco Malfoy entro al gran comedor seguido por su grupo de amigos, Blaise Zabini a su izquierda, Pansy Parkinson a su derecha, al lado de esta Theodore Nott, junto a Blaise Astoria Greengrass, junto a ella su hermana Daphne Greengrass y terminando la comitiva flanqueando al grupo Vincent Crabbe a la izquierda y Gregory Goyle a la derecha, este era su sexto curso en Hogwarts (excepto para la pequeña Astoria que comenzaba su 5to año, y Daphne que cruzaba su 7to año) y estaba más que ansioso por que llegaran rápido los 2 años que faltaban para al fin poder salir del colegio e irse de Londres mágico, de preferencia a Francia o Italia, lo importante era alejarse, su madre aun se encontraba débil en San Mungo, después de haber recibido aquella maldición de origen desconocido-suspiro para sus adentros- esa era otra de sus preocupación, su madre, en cada una de las visitas que le hiso durante las vacaciones(si pasarse el día entero en San Mungo hasta que prácticamente lo echaban a patadas para que se fuera a casa, se le podía llamar visita) la veía cada vez más débil y desmejorada, a pesar de todos los tratamientos que empleaban los medimagos, y es que nada parecía funcionar(aunque no era de extrañarse, después de todo la maldición que la había impactado aun seguía siendo desconocida para todos, lo único que sabían a ciencia cierta es que atacaba los tejidos del corazón, destruyéndolo lentamente, debilitando cada vez más a la persona afectada, hasta el punto en el cual estaría tan dañado que simplemente dejaría de latir, uno pensaría que esta muerte era simple e indolora, pero era todo lo contrario, esta maldición atacaba el corazón con fuertes punzadas , al principio leves y hasta tolerables, pero a medida que avanzaba eran cada vez peores, al punto que llegaban a ser extremadamente dolorosas, sin contar la debilidad del cuerpo que poco a poco dejaría de responderle con naturalidad, y le dificultaría hasta la más mínima actividad física).
Draco tomo asiento en la mesa de Slytherin distraídamente, con miles de pensamientos rodando por su cabeza.
-Draco, ¿Te sientes bien?- pregunto Astoria con un tinte de preocupación apenas notorio en sus finas facciones.
-Si Astri- le regalo una tenue sonrisa, más triste que tranquilizadora, lo cual noto por la creciente preocupación en los ojos de su amiga, a la que él veía más como una hermanita menor, aun cuando aveces ella se comportara como una hermana mayor, siempre preocupada por él, la mayoría del tiempo era una niña dulce y tierna a la cual le encantaba cuidar, mimar y aconsejar, ya que el en Slytherin era protegido por todos, se sentía muy bien al tener a su cuidado a Astoria(y no es que en Slytherin no hubieran más pequeños a los que cuidar, porque los había y claro que los ayudaba, aconsejaba y cuidaba, pero Astoria era su niñita, desde los 4 años al conocerla había decidido cuidar de ella, tal y como sus amigos habían decidido cuidar de él)- no te preocupes en verdad, es solo que…no lo sé, aún no han habido avances con respecto a la maldición que tiene mi madre.
-Entiendo- contesto triste, sabia lo mucho que afectaba ese tema a su amigo, no, a su hermano mayor, y para colmo el regreso a clases no parecía venir tranquilo, ya en el tren habían tenido problemas con algunos estúpidos que acusaban a Draco de los crímenes de su padre, aun cuando él y su madre habían peleado del lado de la luz, ¿Es que no podían sencillamente dejarlo en paz?, ya suficiente tenía su amigo con todo lo que había sufrido, como para que ni siquiera ahora pudiera solo pasar un año tranquilo, Potter había matado al Señor Oscuro el año pasado, las muertes, daños y demás estaban aún muy recientes en todos, pero aun así, no tenían por qué desquitar todo aquello en Draco, si tan solo supieran cuanto había sufrido su rubio amigo y como aun sufría…- investigare en la biblioteca, esto es Hogwarts y su colección de libros es basta, tal vez podamos encontrar algo de utilidad.
-No lo sé…- contesto dudoso, dudaba mucho que allí pudieran encontrar algo de utilidad, y no deseaba que su amiga perdiera su tiempo en ello.
-No discutas- le corto seriamente Pansy, odiaba ver triste a su amigo, el era tan dulce y tierno (algo que solo un Slytherin podía saber, pues solo en la seguridad de la sala común de Slytherin el dejaba esa mascara de indiferencia, narcisismo y frialdad a un lado, para mostrar ese ser tan puro e inocente que nadie creería habitaría en el frio y distante Príncipe de Slytherin)- creo que es una buena idea, Blaise, Theo y yo trataremos de conseguir permisos para el área prohibida, ya que es una maldición podríamos encontrar más información allí.
-¡Oye! - levanto la cabeza presuroso Blaise, que hasta entonces había escuchado todo a medias, mientras preparaba a su gusto un café bien cargado para despertar como Merlín manda, ya que él era un dormilón de lo peor y aun cuando sus amigos lograban levantarlo de la cama, con amenazas, insultos y uno de otro hechizo, su cerebro no funcionaba completamente hasta que tomaba su imprescindible café mañanero, pero esas palabras lo habían “milagrosamente” despertado en un santiamén- ¿Por qué debo investigar también?- pregunto asiendo pucheritos, pues no le agradaba en nada estar todo el tiempo pegado a un libro, era listo, pero no un ratón de biblioteca, y las investigaciones eran “tan cansadas”
-Porque yo también lo hare- repuso Pansy, decidida a que si ella sufría entre los libros, Blaise definitivamente también lo haría, pues ella al igual que Blaise era inteligente y bastante astuta, pero no le interesaba pasarse la vida con la cabeza metida entre las páginas de un libro.
-Pero…- quería reponer Blaise.
-Pero nada-le corto de inmediato Pansy, con un tono que definitivamente no admitía escusas -lo harás, aunque también sería bueno que se uniera al grupo Daphne, ella y Theo son los cerebritos del grupo- comento Pansy distraídamente pensando en su proyecto de investigación, ya estaba decidido que Blaise ayudaría en la investigación, a lo que el moreno se cruzo de brazos, con un puchero en los labios y una expresión indignada por la actitud de su amiga.
-Por mi está bien, lo que sea por mi Dragón- acepto sin objeción alguna Daphne, ya que ella al igual que todos veían al rubio Slytherin como un hermano pequeño del cual cuidar, así había sido desde los 5 años, cuando todos se conocieron en aquella fiesta donde comenzaron su cruzada por cuidar del pequeño niño rubio que despertó en ellos un sentimiento de protección tal como ninguno antes sintió y tal vez nunca volverían a sentir, pues por el daban la vida sin dudar un segundo, incluso a la tierna edad de 7 años(Daphne), 5 años(Astoria) y 6 años (Blaise, Theodore y Pansy) cuando había ya pasado 1 año de conocerlo, hicieron un pacto en el cual prometían cuidar y proteger siempre al rubio que conocieron una tarde en la cual fueron espectadores de la difícil vida que llevaba ese pequeño niño, que yacía a sus pies lleno de golpes, sangre, resto de la magia usada en su pequeño cuerpo y que aun en la inconsciencia dejaba oír unos pequeños gimoteos, señal clara de que aun así el sufría por el maltrato al que había sido sometido a sus tiernos 5 años. Sin embargo para Daphne era algo más que un hermano, ya que prácticamente lo trataba como a un hijo a pesar de ser solo un año mayor, para ella era su niño.
-Por mi también no hay problema- acoto Theo, el solo era unos meses mayor que Draco pero por su actitud calmada, seria y extraordinaria inteligencia, era tan respetado entre ellos como Daphne, Theo poseía una mente privilegiada, y si no destacaba tanto como Hermione era porque no lo deseaba así, para él era algo fastidioso tener el título de el más inteligente de Hogwarts, ya que todos querían que los ayudara, y el solo ayudaba a los Slytherin, también debido a eso su tiempo era restringido, sin embargo este año solo por diversión había planeado quitarle el puesto Hermione Granger, para que se le bajaran un poco los humos a los leones, ya que se habían estado pasando en sus acciones para con Draco, y el al igual que Daphne no lo veía solo como un hermano, sino como un hijo, su niño, y si esos estúpidos leones hubieran tenido más cerebro o siquiera un poco de sentido común, sabrían que nadie, absolutamente nadie se metía con su niño.
-Bien, Astoria podría seguir la investigación en la biblioteca con Jack Spencer y algunos otros Slytherin que asignaremos más adelante, solo los mejores en investigación participaran en esto- convino Pansy ya organizando toda una empresa para la investigación del asunto, Draco estaba feliz, se sentía orgulloso de sus amigos, de su casa, debió haber sabido que siempre podía contar con ellos(después de todo también todos y cada unos de ellos, aun a escondidas, lo estuvieron visitando en San Mungo, cuando no se separaba de su madre)
-Bien, ahora desayuna Dragón, que no me gusta lo pálido que te vez, y creo poder ver algunas líneas oscuras alrededor de tus ojos- señalo observándolo detenidamente Daphne frunciendo ligeramente el ceño, en señal de desaprobación, una vez terminada su revisión- hablaremos después de cómo has estado durmiendo.
-Pero…- intento explicarse el rubio, pues ya se temía una reprimenda por lo descuidado que se encontraba, porque a decir verdad con todo lo de su madre, los juicios de responsabilidad por sus acciones en la guerra(aunque él había peleado con el lado de la luz y junto a su padrino Severus Snape había sido un espía doble, los idiotas del Ministerio simplemente querían desestimar aquello, por ser el hijo de Lucius Malfoy la mano derecha de Voldemort) y todo los tramites que había tenido que llevar a cabo para que la fortuna familiar pasara a sus manos, al menos temporalmente hasta la recuperación de su madre, sinceramente no había tenido cabeza para cuidar de su alimentación, aun menos tiempo y tranquilidad para dormir decentemente, con suerte y dormía lo necesario para no terminar dormido en alguna parte.
-Pero nada, anda tomate un jugo de naranja, tiene vitaminas C, te hará bien, ahora te elegiré un desayuno saludable y con las proteínas necesarias para que tengas un día lleno de fuerzas y energía- completo Daphne, mientras le pasaba un vaso de jugo y tomaba un palto, en el cual servía frutas, tostadas, tocino y demás.
Draco no dijo nada y se dispuso a desayunar, sabía que Daphne no lo dejaría ir sin antes haber desayunado más que bien, era en verdad como una pequeña mamá, siempre al pendiente de cada detalle.
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El desayuno paso tranquilo, ante la mirada de unos leones y una Ravenclaw, que no dejaban de observar atenta pero disimuladamente al Príncipe de las serpiente, que a casi unos minutos de terminar, había sacado una chocolatina y la comía alegremente, no podía evitarlo, el chocolate era su debilidad.
-¿De dónde sacaste ese chocolate Draco?- pregunto curiosa Pansy, su amigo en verdad era todo un caso, aun a sus 16 años era tan fan del chocolate y dulce como cuando era un niño de 7 años, y ellos lo llenaban de chocolates y dulces para sacarle sonrisas y verlo aunque sea unos minutos feliz.
-La verdad…no lo sé- contesto el rubio notoriamente confundido, pues en verdad no recordaba de donde había salido ese chocolate- debe ser uno de los tantos que guardo entre la ropa, ya sabes que siempre tengo dulce y chocolates para comer- agrego ya más tranquilo, pues era verdad el siempre cargaba con dulces, y es que todos le regalaban siempre de todos los tipos, pues sabían cuanto adoraba el dulce su Príncipe.
-Draco si no recuerdas quien te lo dio, no es recomendable que lo comas, tal vez tengan algo- comento preocupada Daphne.
-No, ya recordé, son unos que compre por envió de Hogsmeade- se apresuró a responder el rubio, y es que era verdad, lo había olvidado, pero eran unos dulces que le habían dicho eran deliciosos, y él había mandado a pedir una caja de ellos, para probarlos- y en verdad son deliciosos, esta mañana tome algunos de la caja, pero como siempre tengo dulces en los bolsillos y si no alguien de nuestra casa sino es que ustedes mismo me regalan más, pues había olvidado que los compre ayer.
-Bueno, aun así deja de comerlos y termina el desayuno, que aún es muy temprano para tus dulces- le señalo presurosa Daphne, ya que si no lo hacía así, Draco aprovecharía el intermedio para comer otro dulce y ella en verdad quería que terminara el desayuno saludable y sustancioso que le había elegido.
-Bien- cedió a regañadientes el rubio mientras hacia un leve puchero, por no poder comer otro rico chocolate (*-*), de nada servía discutir con Daphne, al final terminaría cediendo, porque era lo más adecuado, además ya le faltaba poco, y cuando terminara comería muchos más dulces y chocolates, sin temor a reprimenda por parte de su castaña amiga.
Ya estaba próximo a terminar cuando de pronto sintió un fuerte dolor en su estómago, eran pequeñas punzadas que poco a poco se iban extendiendo por todo su cuerpo, hasta que empezó a sentir un ardiente dolor en su corazón, si ardiente, esa era la palabras, podía sentir un fuego expandiéndose y rodeando su corazón, rápidamente se levantó una mano en el estómago y otra en su pecho a la altura de su corazón, era una sensación tan extraña y cada vez más dolorosa.
-Draco ¿Qué…- se apresuró a levantarse Pansy, seguida inmediatamente por los demás.
-Yo…Pansy…me…siento mal- apenas podía pronunciar palabra, el aire era escaso en sus pulmones, y los latidos de su corazón le retumbaban en sus oídos.
-Draco…- comenzó Blaise preocupado, el semblante de su amigo era alarmantemente pálido y su expresión denotaba que algo andaba jodidamente mal.
-tengo…que salir… de aquí- pronuncio tenuemente Draco, tanto así que casi no pudieron escucharlo, era alarmante que su voz lo estuviera abandonando tan rápidamente, lentamente se alejo de la mesa, pero a mitad del camino justo en el centro del gran salón, se detuvo, llevo sus manos al pecho y una tenue luz roja empezó a salir de él, para ir envolviendo lentamente al Slytherin en ella, sus amigos que habían comenzado a caminar detrás del rubio, se detuvieron anonadados por lo que veían, ya que la luz había cubierto completamente al Draco y ahora el empezaba a elevarse dejando el suelo atrás, hasta que su cuerpo era solo una ligera y frágil figura suspendida en el aire, al mismo tiempo que la luz empezaba a tornarse blanca, en eso ellos reaccionaron y trataron de acercarse, pero les era difícil, debido a una barrera que parecía comenzar a rodear al rubio, dejándolo sumido en lo profundo de lo que parecía ser una esfera, que aunque permitía ver al rubio en el interior, también eran visibles ligeros tonos blancos que demostraban que aunque aparentemente transparente la esfera seguía allí, no podían tratar de bajarlo con algún hechizo, pues no sabían a qué se debía todo aquello y podían lastimar al rubio si empleaban un hechizo equivoco, además de la obvia dificultad de la altura, la cual no les permitía analizar más a fondo la extraña esfera que rodeaba a su amigo, sin contar con la también luz de color más definido que rodeaba el cuerpo de un rubio que parecía esta inconsciente, pues mantenía los ojos cerrados y la cabeza baja, mientras sus brazos y piernas colgaban laxos en los extremos de su cuerpo.
De pronto un gran grito se dejo oír en el ya callado comedor (pues todos los alumnos de las diferentes casas se habían quedado estupefactos ante lo ocurrido, provocando un silencio general) el sonido fue potente, doloroso, profundo, lleno de un torrente de emociones que eran indescriptibles, en aquel grito se podía sentir tristeza, soledad, dolor, añoranza, etc. el sangrar de un alma que ha sido lastimada sin piedad hasta la extenuación y aun así busca la luz de un nuevo día confiando los retazos de un más que dañado ser, el calor de unas palabras amables, de una caricia sincera sin retazos de maldad, pero sobretodo la esperanza de un ser que ha vivido en el dolor, la oscuridad y odio del mundo, al que han lastimado no solo su cuerpo sino también su alma y aun así conserva una pureza y bondad imposible de creer o imaginar siquiera.
Los brazos de Draco se habían levantado rápidamente a ambos lados de su cuerpo, desplegándose de tal forma que formaba la imagen de una crucifixión, en el momento que soltó el grito, todo su cuerpo se movió instantáneamente para formar esa imagen, llevando su cabeza hacia atrás, Draco abrió la boca y de ella empezaron a brotar primero pequeños y delgados hilos blancos, que a medida que los segundos pasaban iban saliendo en mayor cantidad, entretejiéndose entre ellos, hasta formar lo que parecía ser un circulo, en el que una luz al centro empezó a brillar, al tiempo que las primeras notas de una canción se dejaban oír y las imágenes comenzaban a tomar forma en esa especie de pantalla.