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A tu lado por AlexDalton

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Notas del fanfic:

Pos surgio de la nada así como asi XP 

Notas del capitulo:

Simplemente se me ocurrio hacerlo y ya nwn espero que les guste :v 

Los personajes le pertenecen a su respectivo creador yo solo los utilizo para esta historia. Descartando a Alcander que es mio 

Ahí estaba, llorando en silencio a más no poder, su corazón se encontraba roto en mil pedazos. Tenía agarrado, con su mano derecha, un uniforme del ejército que apoyaba contra su pecho; mientras que, con su mano izquierda acariciaba el cabello de su pequeño niño de 2 años, que dormía profundamente, totalmente ajeno al dolor de su madre.

-Kardia…- otra vez repetía el nombre del hombre que amo con toda pasión y sentimiento. Sus hermosos ojos violetas estaban hinchados, sus finos labios resecos pero con algunos lugares húmedos debido a las lágrimas que aterrizaban ahí, y sus delicadas mejillas tenían un tono rubí, completamente contrario a su nívea piel.

  No podía creer lo que había en esa carta, simplemente no lo acepta, pero sabía lo que esas letras significaban a la perfección “8º pelotón desaparecido en plena actividad”, esas palabras hacían que se arrepintiera de todas las maneras posibles por no detener a su marido cuando partió a la guerra. Se repetía incesantemente que tuvo que haber combatido él, contra el orgullo de su adorado amor y obligarlo a trabajar en la empresa de su padre Maciel. Aun recordaba ese momento, apenas se lo propuso, su bichito, como a si le decía, lo miro con esos ojos color zafiro y le mostro una enorme sonrisa, para luego abrazarlo y decirle que no necesitaría ayuda de su yerno ya que él se encargaría de obtener por si solo en bienestar para su futura familia.

Ese pequeño recuerdo hizo que sonriera por unos instantes, pero nuevamente volvió a sollozar y a estrujar esa tela verde militar que camuflaba fácilmente en terreno selvático a quien lo portara. De tanto llorar se durmió, abrazado a su pequeño de cabellos azules, los cuales obtuvo de su “papi kada”. En sus sueños, revivió el día que conoció al Antares.

Flash back:

  Dégel Diamant, tenía apenas 17 años cursaba el último nivel escolar, tenía planeado estudiar contabilidad apenas sala del colegio, no era un chico popular, pero si era conocido por su gran belleza; su cabello era verde y sedoso, le llegaba hasta la cintura; poseía unos amatistas, que para los mortales, eran ojos; su piel era blanca como la leche y muy suave a pesar de que nunca se preocupó por cuidarla, de espaldas era fácilmente confundido por una mujer, ya que poseía una cintura pequeña y delineada, una cadera ancha, piernas marcadas y sobretodo un firme trasero.

  Era viernes por la tarde, y como era costumbre (para él) se encontraba en la biblioteca provincial leyendo y estudiando para los próximos exámenes. Fue sacado de sus libros por una mano color perla, al levantar la vista se encontró con sus amigos Asmita y Albafica, el primero cerró el libro que le arrebato y con cuidado colocándolo al lado de una pequeña torre.

- Ya sé que no soy la persona más social del planeta, querido- dijo Albafica, que tenía cabellos igual de largos que el Diamant, pero de tono celeste- pero si este rubiecito que ves aquí-Señalo con el dedo índice al que estaba a su lado- logro convencerme de ir a la cafetería que se inaugurara en una hora, también te convencerá a ti.

-Antes que digas algo Dégel- esta vez hablo jovencito de tez clara y cabellera dorada- déjame decirte que en esta inauguración tendremos pase libre ya que mi tío es el dueño, y nos quiere de invitados de honor, además tocara una banda- El que tenía lentes y estaba sentado dio un suspiro.

-Saben que las pruebas se acercan, no tengo tiempo para salir. Lo lamento Asmita pero tendrán que ir sin mí-

-Oh por dios amigo- el peli celeste corrió una silla y se puso a su lado- ¿Quién estudia la primera semana de clases?-

-No es por ser mala influencia, pero Albafica tiene razón, el año anterior fuiste el promedio más alto, este año seguramente también lo serás pero, solo por hoy te pedimos salir de esta cueva- el de melena rubio imito lo del otro, tomando otra silla. El de ojos violetas dio un último suspiro y los miro con los brazos cruzados.

- ¿Prometen que será la última vez que me hacen esto?- los de sus costados afirmaron- Ya que… vamos-

De esta forma los tres fueron a pie a la cafetería de nombre “HERE AND NOW”, cuando llegaron vieron que el lugar estaba casi lleno, además que tenía sillones rojos a los costados, las paredes eran blancas, había unas 20 mesas con tres o cuatro sillas de color negro, y en medio contra la pared se alzaba un escenario con algunos elementos semis armados encima, como ser una batería o unos parlantes. Tomaron asiento en una mesa cercana a este y esperaron ser atendidos, empezaron a platicar a cerca de cosas triviales hasta que el tío de Asmita subió por las escalerita del teatro y tomo el micrófono.

-Muchas gracias a todos a por asistir a la apertura de este modesto local, espero que disfruten lo que le ofreceremos, desde ahora les informo a los presentes que… ¡Todos los viernes, de todas las semanas tocaran distintos grupos de bandas!- recibió varios aplausos por eso- Algunas más conocidas que otras pero de excelente calidad todas. Sin más que decir ahora los dejos con este fantástico grupo: Scarlet Secret

 La ovación no se hizo esperar y en escenario aparecieron tres jóvenes de cabello azul, obviamente en distinto tono, el primero en ingresar tenía una sonrisa seductora a la que las muchachitas gritaron como locas, llevaba consigo una guitarra eléctrica de color roja, vestía con unos pantalones jeans y una camiseta negra mangas cortas que deja a la vista sus bien formados brazos bronceados que eran semis-cubiertos por su pelo que llegaba hasta un poco más arriba de la cadera. El segundo en entrar tenía el cabello corto y alborotado, en su mano izquierda tenía un bajo de color negro, dirigió su mirada a Albafica y le guiño el ojo lo que provoco que este mirase a otro lado. Por último entro un chico, un poco más alto que los anteriores con piel más bronceada que el primero, se colocó detrás de la batería y miro al público mientras hacia una perfecta percusión.

-Buenas a todos, mi nombre es Kardia- dijo el que había subido primero- este es Manigoldo- señalo con su cabeza al que tenía el bajo- y el grandulón de aquí es Duefteros- el mencionado lo miro serio y dio un bufido, a lo que este dio una risita- somos Scarlet Secret y esperamos gustarles-

La música comenzó y la voz de Kardia también, junto con la guitarra eran sin duda una mezcla perfecta, el de cabellos cortos tocaba con gran profesionalismo el instrumento de color negro seguía con maestría los otros dos instrumentos, pero no olvidando al baterista que tocaba con naturalidad, como si el simple choque de sus platillos fuera como juntar flores en el parque para él. Estuvieron deleitando al público por un largo tiempo, hasta que el guitarrista bajo del escenario y cedió su lugar a otro joven que subió a tocar un teclado, se dirigió con el micrófono para pasearse por las mesas, cantando una que otra suave balada a las personas. Su vista capto una cabellera de hebras verdes y se acercó para ver quién era el dueño o dueña de esta.

Dégel, simplemente se había limitado a escuchar sin ver, su vista estaba perdida en el café, pero eso no significaba que aquella voz tan masculina y suave no le había llamado la atención. Sintió como el rubio le daba un codazo para que levantara la cara, cuando lo hizo se topó con unos ojos zafiros y una sonrisa de por más atractiva, Kardia junto su rostro con el del jovencito de piel nívea y no separaba sus ojos de esos amatistas tan hermosos, le sonrío y siguió cantando, como si las palabras que salían de su boca eran precisamente para el muchachito de anteojos. La gente los miraba divertidos y sorprendidos, cuando la canción llego a su fin el cantante retiro su micrófono y continúo mirando al jovencito.

-Oye nena, dame tu numero ¿sí?-

 Lo que paso después, es que las personas comenzaron a reír a todo volumen, ¿Por qué? Pues porque Dégel tomo su café y le aventó en la cabeza al de pelo azul, se puso de pie y se fue, siendo seguido por sus amigos, pero antes de irse Asmita le pido perdón al “agredido” y miro al escenario para recibir un gesto de Deufteros como diciendo “llámame”. Por suerte habían tocado unas 7 canciones antes de que esto ocurriese, así que la banda pudo detenerse y darse un respiro tomando asiento en unos de los sillones.

-Tengan muchachos, la casa invita, lamento mucho lo de recién, espero que no estén tan enfadados, creo que para enmendar el incidente ¿Qué les parece si les doy pase libre? Pueden venir cuando quieran y todo lo que consuman será gratis- dijo el tío del rubio.

-Muchas gracias viejo, claro que aceptamos eso, pero descuida no fue nada, Kardia tuvo peores momentos ¿no es así?- Manigoldo dio un pequeño golpe en el hombro de su amigo- ¿Lo ves? Asunto arreglado-

-Quisiera saber, quien fue esa mujerzuela que me tiro el café-

-De hecho joven, no era una mujerzuela- el guitarrista levanto la vista- era uno de los amigos de mi sobrino Asmita-

-¿El rubio?- pregunto el baterista- ¿Era tu sobrino?

-Así es, pero es más bien como un hijo para mí-

-¿Cuántos años tiene?- Deufteros lo había visto desde que subió al escenario

-Ti-tiene 18 años no más…- respondió el mayor

- ¿Entonces podrías decirme a que colegio van?- Kardia dio una sonrisa, si ese anciano decía que conocía al jovencito de ojos violetas sería más fácil cobrárselas por la vergüenza que le hizo pasar.

  Ya una vez en su casa, y luego de disculparse con sus amigos, se fue a su habitación y tomo una ducha para dormir, seguía molesto por la forma en la que se dirigió ese patán sin cerebro, seductor de segunda, con pinta de mujeriego, ojos de pervertido, voz encantadora y llamativa…. ¡¿Qué estaba pensando?! Ese sujeto lo confundió con una mujer, mejor dicho con “una nena”, no se arrepentía el haberle tirado café, si hubiera sido por él y tenía más cosas al alcance también se las hubiera aventado. Si bien no era alguien que se dejaba alterar fácilmente, lo único que realmente lo molestaba era ser confundido por una señorita. Se dio la vuelta para dormir mirando contra la pared, pero nuevamente esa voz y esos ojos zafiros con esa sonrisa llegaron a su cabeza /No, no, no Dégel, no seas tonto ese tipo es un imbécil a simple vista, deja de pensar en él y duérmete de una santa vez, que mañana debes repasar para el coloquio del lunes/ suspiro y cerró los ojos /malditos sean Asmita y Albafica por convencerme en ir a ese lugar, y maldito sea yo por dejarme convencer/.

El fin de semana paso, y una nueva semana deba un saludo a un amistoso lunes, que era odiado por la mayoría que quería seguir durmiendo hasta tarde. Obviamente fue una tortura para el que no estudio y ni toco una santa hoja del cuaderno, pero ese no fue el caso del estudioso Diamant. En el recreo se fue a almorzar con sus hermosos amigos, los cuales le tenían distintas noticias.

- ¿Recuerdan al baterista del viernes?- el de cabello celeste y el de pelo verde asintieron- Mi tío tuvo la “fantástica” idea de pasarle mi número, estos dos días estuvo mandándome mensajes de texto-

-Podrías bloquearlo o simplemente no responderle si te molesta- dijo el que tenía las mangas de la camisa arremangada, o sea Albafica

-Es que no me molesta, al contrario es algo…. Interesante- comento el rubio, que llevaba su cabello atado en una coleta alta- Me preguntó si hoy iría a la cafetería, ¿Ustedes quieren ir?-

-Por mi olvídate, no pienso ir por un largo tiempo- esta vez hablo el más pequeño de los tres, que poseía la corbata algo floja- Por cierto espero que tu tío me haya perdonado…-

-No te preocupes, él sabe que eso molestaría a cualquiera- El timbre sonó y volvieron al aula- ¿Y tú Albita, iras conmigo? Deufteros dijo que podría llevar a su amigo, el del bajo-

-Emm… no lo sé, lo pensare-

-Oh vamos, no me dejes solo en esto- el rubio puso su mejor carita de cachorrito con hipotermia bajo la lluvia-

-Está bien- suspiro mientras se baja las mangas- Pero solo por hoy-

El resto de la mañana, paso normal hasta la salida, los tres chicos al salir vieron que el cielo se había nublado y pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer, los dos jovencitos mayores (solo por un año) se despidieron de Dégel y fueron en dirección contraria. Este iba a paso rápido para no empaparse más de lo que estaba, ya que lo que parecía ser una simple llovizna cambio a ser una tormenta con viento fuerte. En el camino, llego hasta una esquina en donde esperaría un taxi bajo un pequeño techo, salía cada tanto de ese pequeño refugio para hacer seña, pero ningún auto se dignaba a parar, se sentó en un pequeño escalón, pero mientras seguía esperando algún móvil,  un hombre más alto que él se le acercó y le pidió la hora, justo cuando sacaba su celular el hombre se lo agarro con intensión de robarle, empezaron a forcejear, y cuando iba a dejarse robar vio como el sujeto lo soltaba y se iba corriendo.

-¡Así es idiota, corre! -cuando giro, levanto la vista y se topó nuevamente con la sonrisa y los ojos de Kardia, el cual llevaba un paraguas.- ¿Estás bien?- recibió una leve afirmación- ¿Qué haces aquí solo?-

-…Yo… esperaba un taxi ya que es imposible caminar con esta lluvia- miro hacia la calle esperando que milagrosamente pareciera uno

-Estarás horas aquí, con este clima vienen todos ocupados- volvió a sonreír cuando vio como el más bajito hacia una mueca de disgusto con un pequeño puchero, ahora que lo veía sin anteojos le parecía más lindo que aquella vez, bueno en realidad el viernes pasado lo vio lindo e inocente, por eso también se le había acercado, se sintió idiota por haberlo confundido con un chica pero bueno lo hecho, hecho esta. – ¿Quieres que te acompañe a tu casa? –

-¿Qué? ¿Por qué?- su mirada se llenó de susto pero al mismo tiempo de asombro-

-Ya te lo dije, estarás horas esperando un vendido taxi, remis, carreta, caballo, da igual no pasa ni un alma- vio como el de piel nívea entrecerraba los ojos con cierta desconfianza- Oye, no muerdo y descuida lo de aquél día ya no importa- se sacó la campera que tenía puesta y la puso sobre los hombros del más pequeño- Vamos o te dejare con esta tormenta, tú elijes-

-Esta…bien… vamos…- sus mejillas se tornaron de color carmesí, tanto por el gesto del más alto y por el perfume que tenía la campera de cuero.

Ambos iban en silencio, siendo cubiertos por el paraguas, y por la campera del de pelo azul. De un momento a otro cuando llegaron a una nueva esquina, Dégel sintió como era apresado por Kardia en un  “abrazo”, ya que un auto pasó y levanto litros de agua que bañaron al de tez bronceada.

-¡Carajo!- lo soltó y se dirigió a la calle gritando- ¡Fíjate imbécil o aprende a conducir!- por supuesto no fue escuchado porque el móvil siguió de largo

-Gracias… Kardia- el mencionado se dio vuelta y lo miro por un largo tiempo- Emm… no te dije mi nombre ¿Cierto?... soy Dégel Diamant-

-¿Dégel Diamant? ¿A caso eres francés?- continuaron la marcha bajo la lluvia.

-Sí, lo soy, bueno nací ahí y vinimos con mis padres a Grecia cuando tenía 7 años-

Luego de eso, pudieron llegar tranquilamente a la casa de los Diamant, en donde el jovencito peli verde le conto a sus padres el incidente con el ladrón y como fue “rescatado” por el heleno. Le dieron un cambio de ropa y lo hicieron pasar al baño para que se vistiera con prendas secas, estuvo hablando con los francés hasta que la lluvia se calmó un poco. Para cuando esto sucedió eran las 6:00 pm, y Dégel despidió a Kardia en el umbral de su hogar.

-Gracias por lo de hoy. Y… siento mucho lo del otro día- bajo la cabeza, apenado, pero fue levantada por una mano del griego

-Ya te dije que no importa, pero…- se le acercó peligrosamente a cara, casi rosándose las narices- Aun no me diste tu número, creo que es lo mínimo que puedes hacer por mí- recibió una sonrisa

- ¿Mínimo? Creo que ya saldamos cuenta, te dimos ropa y comida, no es necesario mi número-

-Cuando lo dices así me haces sentir un mendigo- chisto mirando a otro lado- ¿Si hago algo por ti me lo pasarías?-

-¿Algo como qué?-

-Irte a buscar después de clases, pareces ser alguien que busca problemas por cada lugar que pisa- rio divertido, pero su risa de detuvo cuando escucho un “de acuerdo”.- Bien, te veré mañana hielito- se giró y se fue corriendo

-¡Dime hielito de nuevo y no solo te tirare café! ¡Maldito… Bicho!-

Al otro día Kardia cumplió lo que dijo, fue a buscar a Dégel que lo esperaba temblando, cuando lo vio corrió hacia él y partieron a la casa del francés. Los días pasaron y el griego ponía una nueva excusa para irlo a buscar, al principio todo fue una linda amistad, pero con los meses sus sentimientos fueron saliendo a la luz, el heleno llamaba casi todos los días al de ojos violáceos para sabes simplemente como estaba o si necesitaba ayuda en algo. De esto, los señores Diamant estaban enterados, pero no les importo que su hijo se sintiera atraído a otro chico porque lo veían más feliz.

Por otro lado Asmita había también conocido más a fondo a otro integrante de la banda Scarlet Secret, ya llevaba con Deufteros 9 meses como pareja. Mientras que, Albafica, en un principio se había horrorizado con los modales y la forma de ser de Manigoldo, pero todo cambio cuando un día le cayó con un ramo de rosas pidiéndole salir como pareja, el italiano termino con la mitad de los pétalos en la boca ya que el de cabellos celestes le grito que no era una mujercita para recibir ese tipo de regalos, pero le dijo que más adelante podía compensarlo con otras cosas, porque si acepto ser su novio.

Dos años habían pasado desde que todos se conocieron, Dégel entro a la universidad y comenzó a estudiar lo que tanto quería, por su parte, Kardia había dejado la banda junto con sus amigos que estaban completamente de acuerdo, ahora tenía trabajo como profesor de música, y una vez que obtuvo el dinero suficiente compro una sortija de compromiso y le pidió a su, hasta entonces novio, casamiento, que obviamente acepto, tirando casi todo lo de la mesa en la que cenaban. Otro par de años pasaron, y la relación del griego y francés mejoraba día a día, pero como dicen “tarde o temprano tenemos que despertar”, los salarios de los profesores de arte, fueron disminuyendo dejando sin trabajo a la mayoría, y entre esa mayoría, estuvo el joven de ojos zafiros. Al mismo tiempo que pasaba esto, surgió el servicio militar, el cual tenían que hacer todos los mayores de 18 años, Kardia ya tenía 24 en ese entonces.

Y así es como había comenzado todo, Dégel en un principio le había insistido a su marido que trabajara con su padre para no tener que ir al ejercitó, pero este reusaba diciendo que quería darle más de lo que se merecía, así que partió con la promesa de que volvería. Hubo ocasiones en las que lo hacía, y otras en las que se comunicaban por cartas o pequeñas llamadas que duraban muy poco. Siete años después de estar en otro país, volvió y se juntó con su “hielito”, en esa oportunidad las ganas de querer verse superaron cualquier cosa, se unieron, demostrando cuanto se habían extrañado y cuanto se seguían amando. El soldado paso un año en su hogar, junto con su amado que había quedado embarazado, pudo ver como nació su pequeño Alcander, que recibió ese nombre en honor a su abuelo paterno. Justo cuando ambos creían que estarían nuevamente juntos, se desato una guerra en el sur y tuvo que partir, dejando con el Jesús en la boca a Dégel con su pequeño niño de tan solo 4 meses.

Dos años, dos años que no veía al padre de su hijo, dos años en los que no recibió ni una sola carta de su parte, pero cuando estaba con su pequeño angelito, tocaron a la puerta, al abrirla un hombre uniformado con un paquete en mano, se lo entrego al joven de ojos amatistas y se retiró con una expresión seria. El joven subió con su bebe en brazos a su habitación y lo sentó en la cama, apenas abrió el paquete leyó el sobre que había dentro, y sus lágrimas no tardaron en aparecer

Fin de Flash Back

  Un mes pasó desde que esa noticia cayó en su hogar, su corazón se estrujaba de tan solo pensar que no volvería a ver a su querido guitarrista, pero cuando sus ánimos ya estaban tocando fondo alguien toco el timbre de su casa, él estaba en la cocina tomando café así que escucho como su hijito corría a atender, lo siguió y cuando Alcander giro la perrilla casi se cae de espalda.

-Mi amor como creciste- dijo una voz que conocía a la perfección- Ven mi pequeño- el hombre de cabellos azules alzo al pequeñín y le coloco una gorra de tela militar- ¿Y tú que no me extrañaste a casó?- se acercó al de cabellos verdes y lo tomo por la cintura, cuando estaba por besarlo sintió como algo le bañaba la cabeza- ¡Maldición Dégel ¿otra vez?!-

-¡Es lo mínimo que mereces por no mandar ni una puta carta en todo un mes, idiota!- Creo que está de más decir que vacío su taza de café en el otro

-¿Con esa boquita le enseñaste a decir mamá y papá a nuestro hijo?- Kardia dio un suspiro grueso.

-No, pero con esta boca te besare bicho rastrero- Dégel le cubrió los ojitos a su nene y beso al más alto- Dime… que ya no te iras…- dijo con un hilo de voz y lágrimas en sus ojos, que fueron limpiadas rápidamente.

-No, ya no volveré a irme, ahora puedo ser considerado un veterano de guerra, mi turno termino- abrazo a su pequeño y a su esposo con fuerza, otra vez estaban juntos pero esta vez, seria para siempre. 

Notas finales:

Bueeeno hice esta pequeña historia ya que no se me ocurria nada para la cosa esa llamada "Nadie lo sabra" XD y de tanto pensar(? nacio esto que nada que ver con la que continuo :p  quisiera saber si les gusto o directamente diganme "buuuu das pena buuuu fuera buuuuu" TuT 

GRACIAS POR LEER :v 

PD: voy a editar algunas cosas del capitulo 7 de "Nadie Lo Sabra" e.e 


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