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Otaku por Nothing

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Notas del fanfic:

Disclaimer.

Nope, Naruto no me pertece, es de Masashi Kishimoto. 

Notas del capitulo:

A ver~ explicaciones, explicaciones. 

1. No, esto no es plagio. Si alguna/o de ustedes ya había leído el fanfic dos años atrás debo de decirles que no me estoy robando la idea de Fo Nuinelli porque yo era Fo Nuinelli. La cosa es que durante dos años perdí mi motivación para escribir y para cuando quise regresar a mis fanfics me di cuenta de que ya no reflejaban en absoluto mi personalidad o mi estilo de escritura. 

2. No retome la cuenta de Fo Nuinelli porque no me acuerdo de mi contraseña o el correo que use para ella y me da paja investigar y todo. Así que está muerta. Is dead. Bye bye. Me deslindo de ella.

3. Si vuelvo con esto es porque Katze D. Van me dijo que me acosaría hasta que le diera un final ¿y saben qué? Creo que está bien. Las cosas siempre tienen que concluir. Así que retomaré los proyectos que deje a medias, los editaré y los ajustaré a mis gustos de hoy en día. 

4. Sugerencias, dudas, comentarios, crítica constructiva respecto a la trama, el manejo de personajes y todo eso son más que bienvenidas. No me enojo, al contrario, me enorgullecería que se dieran cuenta de mis errores y me los señalaran para mejorar lo que les ofrezco. 

Es todo.

Advertencias: ¡AU!, posible OoC pero intentaré mantenerlo a raya, mpreg, lemon en capítulos posteriores, y personajes que en algún momento fueron vestidos como niña cofSasukecof.

 

Todo será escrito en honor a mi querido ave-kun. Usted ciertamente es digno de ser una nube ¿eh?, después de todo tiene una tenacidad y terquedad incomparables.

Piño-kun le quiere, Katze D. Van.

Prólogo

El rubio suspiró con mucha, mucha pereza. Sacó de su mochila su celular para entretenerse. Buscó el foro que últimamente frecuentaba. Se unió al chat al ver que varios de sus amigos estaban conectados y sin pensarlo mucho escribió un mensaje.

Naruto: Hola~ ¡Tengo algo que decirles! ¿Recuerdan que les dije que mi madre había insinuado que estaba buscando una pareja para mí? Creí que estaba bromeando pero ahora mismo estoy en una reunión con mi padre y mi futuro suegro, no creo que haya marcha atrás, dicen  todo esto es por nuestro bien, aunque no estoy seguro de ello.

Después de mandar el mensaje levanto la cabeza, vio a su padre y a Fugaku Uchiha en medio de una plática, probablemente cerrando el “trato”. A un lado de ellos estaba un hombre mucho más joven que Fugaku, probablemente era su hijo y su futuro esposo.

Rechistó y regreso su atención a su teléfono al ver que ya le habían respondido.

ROLF: Amigo, pobre de ti, te deseo suerte, espero que la mujer que te haya tocado no sea tan mala :3

Goloso69: ¿En serio? Matrimonio concertado en pleno siglo XXI, ¡WAO! Eres mi ídolo por casarte con una desconocida.

Ayumu: ¡Pero Naru-chan, tú y yo ya estamos casados en el videojuego de citas! Nah~ Mentira te deseo suerte :D

Bajo nuevamente la cabeza y se hundió en miseria, mujer… ¡Sí claro! Si supieran que no se iba a casar con una mujer si no con un hombre y que para empeorar las cosas era un hombre diez años mayor que él. Suspiró y comenzó a escribir una respuesta.

Naruto: Gracias por los ánimos amigos, los necesitaré. Ayumu, lamento la infidelidad, agradezco que me desees suerte. Nos leeremos pronto.

Apagó el celular y después de ello notó que su padre le hacía una seña para que se acercara. Por mucho que no quisiera tenía que hacer caso, así que comenzó a caminar para ir a donde estaba su padre.

Fugaku miró a Naruto con una suave sonrisa y después contempló a su hijo con un deje burlón.

—Naruto, será un placer tenerte en la familia.

El rubio estaba un poco nervioso considerando la ropa y fachas que traía.

—Lo mismo digo, un placer Fugaku-sama, espero que nos llevemos muy bien —dijo Naruto, luego hizo una perfecta reverencia.

Los Uchiha alzaron la ceja al mismo tiempo pensando en lo extraño de la situación. Estaba frente a ellos un rubio con una camisa de la llamada y aclamada Hatsune Miku, un pantalón de mezclilla, unos lentes que hacían ver un poco pequeños sus ojos, tenis desgastados por donde los vieras, el cabello todo revuelto como si no se hubiese bañado en días, ojeras y piel pálida. Sí, señor, un otaku en todo su esplendor.

—Sasuke, saluda a tu futuro esposo —dijo Fugaku.

Sasuke contempló con algo de molestia a Naruto. ¡Genial!, simplemente genial, esto era lo único que le faltaba a su vida para que fuera más extraña: casarse con un doncel friki. La gente a su alrededor le había dicho que no podía ser tan malo pues ellos tenían fama de ser muy bellos. Pero el chico que tenía enfrente parecía haber roto la regla. Oh, el mundo en su contra, de nuevo.

—Un placer, Naruto —dijo Sasuke, intentando parecer calmado.

—Lo mismo digo. —Naruto repitió la reverencia dejando su cabeza abajo por unos minutos más. Sufrimiento, sufrimiento donde sea.

2

Después de que Minato y Fugaku se pusieran de acuerdo sobre donde sería la próxima reunión en la que anunciarían el compromiso, hablaron de cuan grandiosa era la idea de que sus hijos se conocieran más. Por lo que les pasaron a dejar en un restaurante donde a Sasuke le miraron como si de un dios se tratara y a Naruto lo ignoraron o miraron feo. 

Luego de unos minutos en los que esperaron a que se les asignara un lugar, les trajeran la comida y el silencio los asfixiara Sasuke decidió que era momento de hablar.

—Naruto Namikaze, ¿verdad?

—Sí.

—¿Eres uno de esos fanáticos raros que ven anime?

El rubio le miró ofendido y bufó para después seguir con la conversación.

—Si a lo que te refieres es si soy otaku, la respuesta es sí —respondió Naruto entre dientes.

—¿Por eso tu asquerosa presentación?

—No, mi asquerosa presentación es porque estaba en medio de un maratón de videojuegos cuando mi padre entro jalándome sin explicarme nada y me dijo que conocería a mi futuro esposo. Treinta minutos después estuve frente a ustedes —respondió Naruto, meditando que Sasuke no tenía ni una pizca de delicadeza.

Sasuke levanto una ceja. Se mantuvo en silencio, meditado si realmente valía la pena echar su vida por la borda por el bien de las empresas Uchiha. Su padre había sido muy explicito cuando le dijo que la compañía se encontraba en peligro debido a que los Namikaze estaban arrasando en el mercado y la boda era indispensable para que el negocio familiar sobreviviera.

—Bien, Naruto… ¿por qué no me cuentas un poco más sobre ti?

—Uh… bueno, tengo 18 años, últimamente mi piel está amarilla porque paso demasiado tiempo encerrado jugando videojuegos, estoy en la universidad de Konoha estudiando finanzas, mis pasatiempos son leer, ver anime, comprar manga… —Naruto se revolvió el cabello, estaba demasiado nervioso y ansioso—. Soy otaku, hago lo que todo otaku hace, supongo.

Sasuke podía ver como sus sueños se estaban yendo por la basura, el siempre quiso tener una vida normal pero, estaba claro que los Uchiha no aspiran a vidas normales. Qué importaba que Sasuke quisiera ser una persona más del montón, que Sasuke soñara con tener una buena esposa o esposo que todos los días le diera un desayuno hecho a mano y típicamente japonés. Él, a sus 28 años estaba dejando todo por el bien de las empresas y porque deseaba que su hermano cumpliera su estúpido sueño de ser artista a lado de un grupo nómada-extraño.

Adiós vida normal, Sasuke te extrañara mucho, siempre habrá un espacio para ti en su corazón.

—Está bien… Naruto, creo que deberíamos de vernos por lo menos cada semana para poder llevarnos un poco mejor, o morir en el intento, supongo.

—Sí… —respondió en un susurro Naruto. Enseguida se removió incomodo en su asiento—. ¿Cree que ya me pueda ir a mi casa? Me quiero ir a bañar, además de que la gente me está mirando, demasiado.

Sasuke miró a su alrededor: las mujeres cuchicheaban y uno que otro hombre asentía para después mirar un poco más al menor. Regreso su atención a Naruto. Tenía que darle la razón al muchacho.

—Vamos, te llevaré a casa —dijo Sasuke mientras se ponía de pie. Sacó su cartera y busco su tarjeta de crédito, luego llamó con un gesto al mesero para que le trajeran la cuenta.

—Gracias —murmuró el rubio. Permaneció en silencio, esperando al Uchiha. Cuando notó que éste ya había terminado se levanto de un salto.

No tardaron en salir del restaurante. A Naruto le hubiera gustado correr pero luego recordó dónde y con quién estaba así que se conformo con caminar rápido. Los murmullos le estaban sacando de quicio.

Durante todo el camino reino el silencio. La única vez que se dirigieron la palabra fue cuando acordaron tomar un taxi y Naruto le dio su dirección a Sasuke.

El rubio miraba con intensidad por la ventana. Lo único que quería era llegar a su casa y encerrarse.

—¡Wa! —gritó de la nada Naruto.

—¿Qué sucede? —preguntó Sasuke, miró al otro alarmado.

—Nada, nada, es sólo que vibro y me asusto, lo había olvidado.

—¿Vibro?

—Sí, el celular —le respondió Naruto rápidamente, para después sacar el dichoso objeto y contestar—. ¿Hola?...—preguntó Naruto. No tardo en alejar el teléfono con rapidez de su oído. Un gritó oyó al otro lado: “¡Naruto, tu padre ya me ha contado la buena noticia!”—. ¿Mamá? ¡No grites!, en casa hablaremos, te propongo que en cuanto llegue te contaré todo lo que quieras. Sí… ¡No!, no puedes tirarle, deja todo como esta. Sí. Adiós.

Sasuke miró las caras que hacia el otro, eran bastante graciosas, aunque no dijo nada al respecto.

Cuando al fin llegaron a la casa de Naruto, éste no tardo en bajar dándole un breve “adiós” al Uchiha. Sasuke le devolvió la despedida sin interés y luego le indico al taxista a dónde tenía que ir.

Naruto se quedó en su lugar, viendo al auto irse. Después se dio la media vuelta para entrar a la casa, exhaló al saber que tendía que recorrer los jardines antes de llegar a la puerta principal.

—Al mal paso darle prisa —canturreó.

Después de diez minutos de camino llego a las puertas de su hogar. No pudo evitar preguntarse por qué diablos a la gente adinera le gustaba que su casa fuera tan grande. Cuando entró fue recibido por unas cuentas sirvientas que iban pasado por ahí, él simplemente les sonrió.

Tomó fuerzas para ir en busca de sus padres. Luego de que pasaran quince minutos de búsqueda infructuosa, Naruto comenzaba a rendirse.

—¿Por qué diablos existe una sala de té? Puedes tomar té en un lugar común y corriente… —refunfuño mientras abría la décima puerta de aquel pasillo.

Entró con algo de pereza y miró como su madre observaba a su progenitor con un sonrojo y le decía miles de cosas para terminar con un “oh querido”.

—¿Papá? ¿Mamá?

La pelirroja miro a su hijo y sonrió ampliamente. 

—Bienvenido —exclamó Kushina—. Vamos Naruto, siéntate aquí y cuéntame qué tal te fue, quiero todos los detalles —dijo mientras golpeaba ligeramente un lugar a su lado en el sillón.

El rubio hizo caso y tomo lugar, enfrente estaba su padre con una sonrisa.

—Fue bien, creo…  Al menos no pegó el grito en el cielo cuando supo que era otaku…

—Me alegra que se lleven bien —comentó Minato con una expresión de felicidad—. Ah, por cierto, la cena para anunciar su compromiso será dentro de dos semanas, el día 19.

Naruto asintió mientras fruncía el ceño. Día 19… por alguna razón le sonaba… Abrió los ojos al darse cuenta de la razón y comenzó a mover exaltado.

—¡No, posponla!... ¡Mi idol favorita dará un concierto! No me puedo perder su concierto… ¡Papá! ¿Por qué no me preguntaste?

—Lo siento, Naruto. —Minato miraba a su pequeño hijo con una sonrisa apenada—. Ya le ordene a mi secretaria que comenzara a enviar invitaciones…

Naruto hizo un puchero, enojado. ¿Por qué él? ¿Era el karma? ¿Había matado cientos de gatitos y cachorritos en su vida anterior o qué?

—¡Un otaku! ¡Debes de estar bromeando!

—No Sasuke. Lo siento por ti pero hasta donde tengo entendido, él es el único hijo que tienen los Namikaze, digamos que es la única opción. Velo por el lado bueno, Minato me ha dicho que es un genio de la informática y sabe bastante de finanzas. Hazle este favor a las empresas hijo mío. Sabes que no tengo noticias de Itachi y esta es la única manera de que se salve el negocio que por años ha llevado la familia.

Sasuke bufó. Si no fuera porque estaba seguro de que la culpa lo carcomería después le diría a su padre el lugar exacto de donde estaba su hermano.

—Si algo sale mal no será mi problema.

El mayor miro a su hijo con una sonrisa, Sasuke era demasiado amable para su propio bien, aunque no mucha gente fuera consciente de ello debido a su personalidad arisca.

 

Notas finales:

Iré editando, iré editando~


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