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Dulce Melodía por Karla BBC

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Notas del fanfic:

Fanfic ZiKwon porque lo amo pienso que es demasiado lindo jejejeje. Espero que les guste y lo disfruten :)

Notas del capitulo:

Apenas terminé Inmortal y ya comienzo con uno nuevo, es que una vez que comienzas a escribir no puedes detenerte xD.

 

Aqui esta el primer capitulo, disfrutenlo :)

Era una fría mañana de invierno, muy temprano antes de que todos salieran para ir a sus trabajos y llevar a sus hijos a la escuela, los repartidores del correo iban por cada urbanización dejando en las casas de cada familia las correspondencias que les pertenecían. Kim Yu Kwon era uno de ellos que todos los días madrugaba para llevar a cabo su trabajo, se detenía en cada casa de las zonas que le correspondían y dejaba allí ya fuera un sobre, alguna revista por suscripción o folletos de promoción. Tardaba en eso más o menos hora y media depende de cuánto tenía que entregar, y ese día resultó que todas las casas tenían correspondencia por lo que tardó más.

 

-La última, al fin – dijo para sí y guardó en el buzón la carta.

 

A través de la reja vio al perro guardián de esa casa y se acercó para saludarlo pero como siempre comenzó a ladrar y si no fuera por los barrotes que le impedían salir se le hubiese lanzado encima. A Yu Kwon realmente le gustan esos animales pero al parecer ellos no gustan de él, siempre que lo ven le ladran como si lo odiaran y una vez el perro de una vecina lo atacó mordiéndole la pierna y dejándole una cicatriz que por suerte no fue tan grande.

 

Fue de regreso a la oficina de correos para dejar allí la motocicleta pero justo llegando a ésta un auto se le atravesó en el camino haciéndolo frenar de golpe lo que le hizo caerse y que se rompiera uno de los retrovisores del vehículo.

 

-¡Oiga! – golpeó con fuerza la ventanilla del conductor que de inmediato se bajó - ¿¡Qué acaso no ve por dónde va!?

-No me hables así muchachito, soy tu superior y me debes respeto.

-Eso no quita que es un imprudente.

-¿Qué sucede? – El gerente de la oficina de correos, jefe de Yu Kwon, vio todo lo que sucedió y se acercó – Yo soy el jefe de éste chico ¿Le hizo algo?

-¡Yo no le hice nada! Él fue el que se me atravesó, es un idiota.

-Respeta, niño – el jefe le dio un manotazo en la cabeza – Discúlpelo por favor, tan sólo es un niño aún.

-Pues deberían ver bien a quien contratan – dijo el hombre, se montó en su auto y se fue.

-¡Mira lo que hiciste con la motocicleta, le dañaste el espejo! – Le reclamó – Tendrás que pagarlo.

-Lo sé – hizo una mueca y el jefe volvió a darle un manotazo en la cabeza -¿Y eso por qué? – se sobó.

-Porque eres un tonto.

 

El hombre entró mientras Yu Kwon levantaba de nuevo la moto y la llevaba al edificio donde vivía, tenía que desembolsar dinero de su propio bolsillo para pagar el daño y si acaso le alcanzaba para pagar la renta, tenía suerte que a quien le alquilaba el apartamento era su padrino. Al llegar vio un camión de mudanza sacando unas cuantas cajas y una cama, al parecer ya habían vendido el apartamento que quedaba arriba de el de él.

 

-¿La señora Kang ya vendió el apartamento? – preguntó a la conserje que estaba en la puerta de entrada.

-Sí, se lo vendió a un muchacho más o menos como de tu edad, espero no sea molesto.

-¿Qué acaso yo lo soy?

-Claro que no, tú eres de los más tranquilos en todo el edificio, a veces hasta se me olvida que vives aquí – rió.

 

Yu Kwon dejó la motocicleta estacionada en el puesto de estacionamiento que le correspondía y al llegar a su apartamento se lanzó en la cama para seguir durmiendo un poco más pero sus tripas sonaron y recordó que aún no había desayunado por lo que se preparó algo rápido para comer. El resto de la mañana se quedó viendo la televisión y en cuanto dieron la 1 de la tarde salió, almorzó algo rápido y se dirigió a su otro trabajo en una pastelería muy famosa en esa zona por sus deliciosos dulces por lo que era frecuentada por muchas personas y hacía que tanto Yu Kwon como sus otros compañeros tuvieran mucho trabajo. Él junto con otros 2 se encargaba de la parte delantera de la pastelería en el segundo turno del día despachando lo que los clientes ordenaban, era agotador y tenía que estar de pie todo el tiempo pero era lo que había conseguido y exactamente por una razón, por su aspecto. Tanto él como los otros dos chicos eran muy bien parecidos y eso atraía mucho a las chicas de las universidades y escuelas que habían alrededor. Uno de ellos, Jaehyo, era muy alto con rasgos muy finos casi como de un príncipe de cuentos de hadas, su rostro y personalidad amable hacía que las chicas se encantaran con él. El otro era Kyung, no era tan alto como los otros pero era un chico muy simpático y extrovertido algo que hacía a todos divertir y que el ambiente en la pastelería fuera muy alegre. Y Yu Kwon, de ojos alargados, nariz perfilada y una hermosa sonrisa que iluminaba todo el lugar y derretía los corazones de las jóvenes, definitivamente esos tres eran un buen gancho para que las personas siguieran yendo a la pastelería.

 

-Ya estoy cansado de sonreír – dijo Yu Kwon recostando su espalda del mostrador donde están los dulces y pasteles mientras no había nadie en la tienda.

-Sé que no te gusta éste trabajo pero hay que ser amables con los clientes – le recordó Kyung.

-Lo sé, lo sé, pero es que es lo mismo todos los días y ya estoy cansado pero necesito seguir trabajando aquí para poder ganar dinero y mantenerme.

-Hola bonito – dijo una voz masculina a sus espaldas.

-¿Cómo qué bonito? – Se giró – Ah, eres tú, así estaría de fastidiado que ni reconocí tu voz.

-Me ofendes ¿Y cómo es eso de “Ah, eres tú”? Salúdame como es debido, soy tu mejor amigo.

-Hola Min Hyuk ¿Cómo estás?... ¿Mejor?

 

El chico asintió con la cabeza, sonriente.

 

-¿Qué no deberías estar en el trabajo ahorita?

-Me enviaron a comprar una torta porque un compañero está cumpliendo años.

 

Observó los pasteles que había en la vitrina, había varios con frutas y otros tan solo de chocolates y merengue.

 

-Dame ese de fresa y durazno – lo señaló con el dedo a través del vidrio.

 

Yu Kwon puso la torta en una caja la cual decoró con una cinta de raso azul, pues era para un hombre, y una vela también. La llevó a la caja para que Min Hyuk la pagara y en cuanto terminó se despidió con la mano de su amigo y le hizo una seña de que luego lo llamaría.

 

El día fue igual de atareado que todos, clientes entraban y salían a cada rato y tenían que ser rápidos en despechar los pedidos, algunas chicas hasta les tomaban fotos sin disimular lo que los hacía sentir incómodos como si fueran alguna atracción. Al fin la jornada terminó y cada quien se fue de regreso a casa, los tres chicos tomaron el autobús y Jaehyo y Kyung se despidieron de Yu Kwon al bajarse en sus respectivas paradas. Hacía demasiado frío pues estaban en pleno invierno en los primeros días de diciembre por lo que el chico tuvo que abotonarse bien su saco y meter las manos en el mismo para que no se le congelaran mientras caminaba el tramo que quedaba de la parada hasta el edificio. Se lanzó exhausto en la cama sin siquiera prender las luces o cambiarse y allí se quedó dormido en un instante, tal vez Min Hyuk lo habría llamado pero no lo escuchó. Al rato un sonido lo despertó, provenía del piso de arriba y era como si estuvieran arrimando un mueble. Yu Kwon dormitando se reincorporó en la cama y vio la hora en su reloj de mesa, eran las 10:30 de la noche y quien fuera el nuevo vecino no debería de estar haciendo todo ese ruido. Se tapó con la almohada para no escucharlo hasta que por fin se calló.

 

Al día siguiente antes de su primer trabajo del día, Yu Kwon llevó la moto a un taller para que arreglaran el espejo que se había dañado y por eso tuvo que entregar el correo a pie, terminó más cansado de lo normal y sus piernas dolían mucho de tanto caminar. En la entrada del edificio casi choca con un chico rubio que salió corriendo por ésta y lo vio alejarse, no pudo ver bien su cara pero no se le hacía conocido a nadie que viviera allí por lo que se imaginó seria el nuevo vecino del piso de arriba. Se tendió en la cama al llegar a su apartamento sin siquiera molestarse en desayunar, tan sólo quería dormir hasta que llegara la hora de ir a la pastelería. Le llegó un mensaje de Min Hyuk diciéndole para ir a almorzar juntos ese día antes de que Yu Kwon entrara al trabajo.

 

-Te dije para venir a almorzar no para que te quedaras revolviendo la comida – dijo Min Hyuk.

-Estoy tan cansado y estresado que no me entra bocado – suspiró.

-¿Y ahora qué pasó?

-Ayer casi choco con un auto y al frenar me caí y se rompió el espejo de la moto y tengo que pagarlo de mi propio dinero. Hoy tuve que entregar todo el correo a pie.

-Pobre de mí amiguito, trabajas demasiado y en algo que no te gusta ¿Quién te manda a no haber estudiado algo en la universidad?

-Mira quién habla, él que repitió último año de secundaria y primer año de preparatoria.

-Sabes porque fue, mis padres se habían divorciado.

-¿Y en preparatoria quién se divorció?

-Estaba pasando por una fase de rebeldía pero por suerte te conocí a ti y me llevaste por el buen camino de nuevo – rió – Pero por lo menos yo sí fui a la universidad.

-Te envidio, tú si estás haciendo lo que te gusta pero yo nunca encontré mi vocación y aún no la encuentro ¿Cómo es posible que no me guste nada?

-Aún eres joven, ya encontrarás algo que te apasione – dio un bocado de su comida mientras miraba su reloj - ¡Mierda! Ya debo regresar a la oficina – terminó de tomarse su bebida de golpe y se levantó – Nos vemos luego.

-Adiós – lo despidió con la mano y se dispuso a terminar de comer aunque ya estaba fría pero debía hacerlo pues ni siquiera había desayunado.

 

El día de hoy sorpresivamente no había tantos clientes, llegaban unos de vez en cuando pero no era como el resto de los días que se arremolinaban en el mostrador. Mientras tanto Yu Kwon se sentó para descansar las piernas que le dolían por haber caminado tanto en la mañana.

 

-Qué raro, hoy está flojo – comentó Jaehyo y se sentó al lado de Yu Kwon - ¿Te duelen las piernas?

 

Yu Kwon se las masajeaba con pequeños golpes que se daba con el puño.

 

-Sí, tuve que entregar el correo a pie, estoy exhausto – resopló.

-Deberías dejar ese trabajo y quedarte con éste nada más.

-No me alcanzaría para pagar la renta.

-Dile a tu mamá o a tu hermano que te ayude con eso.

-No, ellos ya han hecho mucho por mí ahora quiero estar por mi cuenta y no darles más preocupaciones –se estiró y sacó su celular del bolsillo al haber recibido un mensaje.

-¿Quién es?

-Hwa Young, tan sólo para saludarme.

-¿Cómo van con eso? Digo ¿Cómo pueden mantener una relación a distancia?

-Al principio pensé que sería buena idea pero casi ya ni hablamos, ella siempre está ocupada, yo también y las diferencias de horario tampoco ayudan ¿Crees que debería terminar con ella?

-Debiste hacerlo antes de que se fuera, no puedes terminar por teléfono.

-Lo sé – suspiró con tristeza – Buenas tardes – se levantó al ver que llegaba un cliente.

-Hola ¿Podrías darme 100 gramos de éstas galletas con chispas de chocolate y un moccacino?

-Sí.

 

Yu Kwon guardaba las galletas en una bolsa y las pesaba en la balanza mientras Jaehyo estaba ocupado con otra clienta y Kyung acababa de llegar del baño para ocuparse de la caja.

 

-¿Estás bien? – preguntó el cliente.

-Sí ¿Por qué?

-Te ves algo decaído. No te gusta trabajar aquí ¿cierto?

-Claro que sí – sonrió forzosamente y llevó las galletas y el café a la caja para que Kyung le cobrara.

-Gracias, adiós – se despidió amablemente de todos.

-Que chico tan agradable – comentó Jaehyo – Nunca había venido por aquí.

-¿Te acuerdas de todas las caras de los clientes? – preguntó Yu Kwon.

-Créeme que de su cara no me olvidaría, no es común y más con ese cabello rubio.

 

Al salir del trabajo Yu Kwon se despidió de Jaehyo y Kyung y antes de regresar a casa pasó por una tienda para comprar unas cosas que le hacía falta y al sacar el dinero de su bolso se dio cuenta que no tenía sus llaves. Las buscó en todos los bolsillos del morral y en los de su saco y pantalón pero no estaban por lo que pensó debió haberlas dejado en la pastelería. Regresó pero ya hasta el gerente se había marchado y no había nadie que le abriera la puerta.

 

-Genial – bufó y se apoyó en la puerta del local y en medio de la calle vio algo que brilló y reconoció - ¡Mis llaves! ¿Cómo llegaron allí? – se preguntó.

 

Miró hacia ambos lados y al ver que ningún carro se aproximaba fue a buscar las llaves. Las tomó y las guardó en su saco pero de pronto sintió a alguien que lo jaló por detrás y vio un carro pasar frente a él el cual no se dio cuenta de dónde o cuando salió.

 

-Ten cuidado ¿Te quieres matar?

 

Yu Kwon se soltó del chico que lo rodeaba con sus brazos.

 

-Oh, eres el de la pastelería, soy quien te pidió las galletas ¿Me recuerdas?

-Sí. Gracias por quitarme del camino, de verdad que no me percaté que venía ese carro.

-Tienes que tener más cuidado.

-Sí – hizo una reverencia para despedirse y se marchó a la parada de autobús para esperarlo.

 

El rubio también se quedó a esperar el autobús sentándose en la otra esquina del banco y revisando su celular. En cuanto llegó ambos subieron al vehículo que estaba solo, Yu Kwon se sentó al fondo que era donde siempre le gustaba ir pues cuando no había nadie podía estirar sus piernas y ahora de verdad lo necesitaba porque lo estaban matando. El autobús llegó a la parada y tanto él como el otro chico se bajaron allí. Yu Kwon caminó el tramo que le faltaba hasta llegar al edificio y el rubio lo iba siguiendo cosa que le pareció extraña.

 

-*¿Será que éste chico me quiere asaltar? Sí, tan sólo con verle la pinta parece un maleante* - pensó Yu Kwon ya paranoico.

 

Ya a pocos pasos del edificio sacó las llaves para tenerlas listas para entrar, miró hacia atrás por sobre sus hombros disimuladamente al rubio que lo seguía y echó a correr hasta la reja de entrada que abrió rápidamente y se metió en el edificio para estar a salvo.

 

-Uff, por poco – dijo para sí y en ese momento el otro chico entró por la puerta haciéndolo sobresaltar - ¿¡Cómo entraste aquí!? ¿¡Por qué me andas siguiendo!?

-Uhmm, yo vivo aquí. Me mudé ayer.

-¿Eres el del 401?

-Sí ¿También vives aquí? Qué casualidad.

 

Yu Kwon se dio la vuelta por la vergüenza, se golpeó la frente varias veces y se repetía en la cabeza lo tonto que fue al haber pensado mal de ese chico creyendo que era un maleante. El otro lo rodeó para quedar frente a él y se le quedó viendo.

 

-¿Estás bien?

-Sí, es que pensé que me seguías porque me querías robar, lo siento mucho – hizo reverencia.

-Oh, no te preocupes, por cierto soy Zico.

-¿Zico? – se extrañó.

-Sí, bueno en realidad mi nombre es Ji Ho pero me dicen Zico ¿Y tú cómo te llamas?

-Soy Yu Kwon, mucho gusto.

 

Los chicos subieron en el ascensor en silencio, Yu Kwon se bajó en su piso despidiéndose de Zico y disculpándose de nuevo por haber pensado mal de él y éste otro hizo un ademán con la mano para que no se preocupara. Estaba súper cansado, más que nunca, pero su único consuelo era que mañana tendría el día libre de ambos trabajos, casualmente le tocó así, por lo que no se molestó en poner la alarma y si fuera posible se quedaría en la cama todo el día.

 

Un ruido proveniente de la cocina lo despertó, escuchaba cubiertos tintinar contra las ollas y sartenes y se levantó de golpe alarmado ya que él vivía allí solo. Salió de su habitación y vio a su hermano preparando el desayuno.

 

-Diablos Yu Shin, me asustaste.

-¿Creías que era un fantasma que entró para hacerte el desayuno? – rió sin apartar la vista de lo que preparaba.

-No- dijo entre dientes y se sentó en la mesa de la cocina - ¿Cómo entraste?

-Le pedí la llave a tu padrino, tenía una extra – sirvió los platos en la mesa y se sentó – Come la sopa antes de que se enfríe, mírate la cara, pareces muerto en vida ¿Por qué no dejas uno de los trabajos? No puedes con los dos, te enfermaras.

-Con uno no me es suficiente para ganar dinero.

-Si ese es el problema dinos.

-No, ya mamá y tú hicieron mucho después de que papá muriera, yo me sentí como una carga para ustedes y ya no quiero molestarlos más, quiero hacer esto por mi cuenta.

-Tú nunca fuiste una carga – colocó una mano en el hombro de su hermano – Nunca más digas eso – se dispuso a comer él también y en cuanto terminó se fue a su trabajo.

 

Yu Kwon quiso limpiar el apartamento aprovechando que era su día libre pero aún seguía muy cansado y no tenía ganas de hacer nada. Se sentó de piernas cruzadas en el centro de su cama mirando hacia la puerta, de pronto sintió unas inmensas ganas de llorar y no pudo evitar hacerlo, cogió su almohada y hundió su cara en ésta empapándola con sus lágrimas. Su celular sonó y atendió.

 

-¿Aló? – dijo con la voz quebrada.

-¿Yu Kwon? ¿Estás bien? – decía preocupada la voz al otro lado de la línea.

-¡Hwa Young!

-¿Qué te pasa? Parece como si estuviste llorando.

-Es que…-se le volvió a hacer el nudo en su garganta – Mi vida es miserable – rompió de nuevo en llanto – Odio mis trabajos, no sé hacer nada, no sirvo para nada. Quise independizarme para no ser una carga para mi familia pero no puedo hacer esto solo.

-Yu Kwon no digas que no sirves para nada, eso no es cierto.

-¡Sí es cierto!... ¿Por qué tuviste que irte? Te necesito aquí.

-Lo siento Yu Kwon pero sabes que la empresa me envió aquí y tenía que hacerlo…Ya debo irme, te llamaré luego cuando pueda, adiós.

 

Yu Kwon trancó y lanzó el teléfono a un lado, se sentía tan triste que ni siquiera su novia estuviera allí para apoyarlo y las pocas veces que podía hablar con ella tan sólo eran unos pocos minutos. Pensó seriamente que debían terminar, esa relación a distancia no estaba funcionando pues era prácticamente como si ya no anduvieran pero como le dijo Jaehyo, no podía hacerlo por teléfono así que tendría que esperar para cuando la viera…si es que la llegaba a ver.

 

No se dio cuenta pero se quedó acostado hasta tarde, miró el reloj y ya eran las 7 de la noche, se sorprendió ante eso, nunca había dormido tanto y en serio pensó que algo mal pasaba con él. Se levantó tambaleándose y fue a la cocina para prepararse una taza de café, hacía mucho frío y prendió la calefacción. Se quedó viendo un programa en la televisión que le levantó un poco los ánimos y en cuanto terminó apagó el aparato y revisó su teléfono. Tenía tres llamadas perdidas de Min Hyuk por lo que lo llamó.

 

-¿Dónde te habías metido? Ya me estaba preocupando.

-Estaba durmiendo – bostezó.

-¿Hasta las 7 de la noche? Mejor ve a un médico.

-Es sólo el cansancio, nada más… ¿Y por qué me llamabas?

-Para preguntarte si querías salir ya que es tu día libre.

-Mejor dejémoslo para el sábado ¿sí?

-Bien.

 

Yu Kwon trancó y se volvió a meter en la cama, tomó un libro que ya estaba a punto de terminar y se dispuso a leer pero de nuevo un ruido en el apartamento de arriba lo molestaba. Ésta vez el nuevo vecino no arrastraba ningún mueble sino más bien parecía que estaba desempacando y dejaba con fuerza las cosas en el piso produciendo el sonido que entraba hasta la habitación de Yu Kwon.

 

-Aish, no puede ser – dejó el libro a un lado y se puso sus audífonos para no escuchar. Si bien no era un maleante, era muy ruidoso y molesto.

Notas finales:

gracias por leer, espero que les haya gustado este primer capitulo :)


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