Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Doncel Vendido por chocolatitolove

[Reviews - 77]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aqui comienzo con esta pequeña historia de Sai siendo un doncel. 

Espero que les agrade tanto como a mi

 

Notas del capitulo:

hola aqui comenzamos con esta historia medio rara pero que una vez me pidieron que hiciera con la pareja GaaraxSai

gracias por leer!! espero sea de su agrado.

 

Entre a la habitación donde yacía mi abuela; me acerque a la cama y tome la mano de aquella mujer que había sido toda la familia que tenía en este mundo: Ella era Tsunade la mujer que se hizo cargo de mi después de que mis padres murieran cuando yo tenía solo tres años, ella había trabajado duro para darme todo, ahora había terminado la preparatoria, había aprendido de ella todo lo que un doncel necesita saber; ella apenas apretó mi mano, la mire y sonrió; yo no sabía bien lo de las emociones, mi abuela solía decir que era debido a que me había encerrado en mi mundo donde nadie me pudiera lastimar, tal vez era cierto, ahora ni siquiera tenía ese sentimiento que hacia llorar; yo había hecho todo para poder juntar dinero y pagar los medicamentos de mi abuela pero el doctor dijo que ya no había nada que se pudiera hacer.

-…t-toma…la carta del primer cajón de mi cómoda…has lo que te digo allí…es por tu bien…promete que lo aras…- mi abuela tosió por el esfuerzo de hablar.

Respondí en un susurro, acerque mi cuerpo y pegue mi frente en su mejilla que ahora estaba fría.

-abuela no hables más, yo prometo hacer todo

Mi abuela suspiro y me separe apenas para mirarla sonreír y cerrar sus ojos –siempre estaré contigo…mi…mi pequeño…Sai

Eso fue lo último que la escuche decirme, después ya no despertó, había muerto, sabía bien que hacer en estos momentos; hice todo lo necesario para que mi abuela fuera enterrada en un lugar digno, que importaba si me quedaba sin nada de dinero, podía trabajar después.

Dos días habían pasado desde que mi abuela fuera enterrada; estos días había dormido en la cama de mi abuela, al menos sabía que la extrañaba; las personas vecinas que me habían acompañado me miraban como si fuera un bicho raro, ya que ni una sola vez llore; pero no me afectaba estaba acostumbrado a esas miradas.

Me senté en la orilla de la cama, mire el reloj era medio día, baje un poco la mirada y recordé que tenía que leer una carta; abrí el cajón y saque la carta. Abrí el sobre y comencé a leerla:

“Mi querido Sai, quiero recordarte que lo que hice fue todo para asegurarme de que tu estuvieras bien, que nada te faltaría y que tendrías una vida agradable en la que sé que te acostumbraras lentamente…lo que hice fue…venderte…te vendí con un buen hombre su nombre es Rasa es el hombre más rico de  Sunagakure, si es el hombre del que fui ama de llaves por todo estos años…él es un buen hombre justo; lamentablemente su única esposa murió y desde entonces ha estado solo, yo le dije que tu serias un buen esposo es por eso que te enseñe todo lo que pude para que lo seas. Cuando muera es probable que él aparezca para que se casen tal como el contrato que firmamos lo decía, tienes que casarte…el señor Rasa fue quien pago tus estudios fue quien permitió que asistieras a escuelas de tan alto prestigio, quiso pagar para ver si podían salvarme de esta enfermedad pero yo le pedí que no lo hiciera, sé que no hay cura para mi…mi pequeño Sai te amo y deseo tu felicidad de esta forma, ya que yo no pude hacer mucho por ti.”

Al terminar de leer guarde la carta en su sobre y por alguna razón me sentía raro; no podía creerlo mi abuela, mi única familia, mi todo, me había vendido desde hace tiempo…enarque un ceja y lleve mi mano al corazón, me dolía. Por primera vez en mi vida quería huir; me levante de la cama, en una maleta metí lo poco que tenía, cuando termine mire mi cartera tenía muy poco dinero pero al menos alcanzaría para irme a otro lugar, ya después trabajaría para irme alejando cada vez más. Antes de salir de la casa me gire mire por última vez el lugar donde había crecido, suspire abrí la puerta, la cerré con llave, tal vez algún día volvería o quizás no, de todas formas no tenía motivos para hacerlo.

Al girarme un auto lujoso estaba estacionado frente a mi casa, el chofer abrió la puerta de tal auto y de él bajo un hombre muy bien vestido con un traje negro, de cabello castaño rojizo, de piel morena y con una peculiar mirada muy severa en su rostro.  

Pase saliva y apreté mi maleta que sostenía en mi mano, aquel hombre se acero a mí y después de mirarme bien, con voz ronca dijo –soy tu esposo…vienes conmigo ahora mismo…- dicho esto se dio media vuelta y subió a su auto, el chofer me quito a la fuerza mi maleta y luego me agarro del brazo y me metió al auto junto con aquel hombre.

Lentamente gire mi rostro para mirar al hombre al lado de mí, el me miro y sonrió, volví mi mirada hacia la ventana del auto, tenía la mente en blanco, tal vez esto es a lo que llamaban tener pánico.

El auto arranco y conforme avanzaba yo veía toda mi vida destruirse lentamente.

Tras unas horas el auto se detuvo, el chofer abrió la puerta para que bajara primero mi futuro esposo a quien ya no soportaba y después abrió la puerta para que bajara. Lo hice aunque mis pies no respondían bien. Aquel hombre me agarro del brazo, mire a mi alrededor estábamos en un registro civil, cuando entramos a una de las habitaciones, un juez nos esperaba junto con cuatro personas más, había personal de seguridad por todos lados y al detenernos frente al juez sentía que mi respiración se iba, mire a aquel hombre quien solo sonreía.

No supe que es lo que el juez dijo, solo me quede allí perdido en la nada, ¿por qué tenía que ser así?  Será que al decir que me habían comprado me ayudaran? No seguramente nadie aria nada, yo no tenía dinero y este hombre frente a mi si lo tenía.

Finalmente llegó el momento de firmar, al tomar la pluma mi mano temblaba, por mi mente pasaron las palabras de mi abuela, las que dijo antes de morir y las que dijo en la carta; mi abuela siempre había dicho que en nuestro mundo donde no teníamos mucho dinero para una mujer era difícil la vida pero para un doncel era mucho más difícil, por eso nunca quiso que trabajara y por ello siempre lo hice a escondidas; respire profundo y firme el documento, al menos esperaba que mi nueva vida por así llamarla no fuera más peor que la que hubiera tenido en el mundo del que provenía.

Cuando aquel papeleo termino subimos de nuevo al auto, mí ahora esposo tomo mi mano y coloco un anillo que creo que valía más que toda una ciudad. Lo mire y acaricio mi mejilla.

-mañana partiremos a Sunagakure, por hoy nos quedaremos en la casa que tengo aquí en Konoha.

Yo solo asentí y mire atreves de la ventana, no había nada que hacer más que aceptar este destino que habían decidido por mí.

Al llegar a la mansión donde mi abuela había trabajado mi corazón se aceleró, no sabía bien el motivo, mis manos comenzaron a sudar; baje del auto y nuevamente mi esposo me tomo del brazo, fuimos recibidos por los empleados de una forma muy educada, al mirar lo poco que pude de la casa casi me desmayo, era muy lujosa, sentía que lo único que no encajaba era yo. Subimos unas grandes escaleras, caminamos atreves de un pasillo; entramos a una gran habitación, era enorme y muy lujosa, Rasa me soltó del brazo.

-hoy dormirás aquí…te aseguro que tu habitación en la casa de Sunagakure, va a encantarte, la mande a remodelar más acorde a un joven doncel

Me gire y mire a Rasa –n-no era necesario que lo hiciera- dije en voz baja cosa que a mi esposo le sorprendió.

-ya lo hice y espero que cuando lo veas te agrade…no me trates formal, somos esposos- sonrió y se acercó a besar mi mejilla –tengo que ir a cerrar algunos contratos, volveré tarde, no me esperes despierto, a partir de ahora todo es tuyo- dicho esto se retiró.

Todo me pertenecía…sentí miedo o creo que eso era, me acosté en la cama, me acurruque en ella y cerré mis ojos con fuerza.

Tal vez por el cansancio de todo esto me quede dormido hasta que unos fuertes toquidos en la puerta me hicieron despertar. Me levante rápido y abrí, una empleada con lágrimas en los ojos me miraba hasta que logro hablar.

-m-mi señor…abajo lo esperan

Fruncí el ceño –quien?

-u-unos policías…

Pensé un momento el motivo por el que me buscarían sin embargo baje rápido llevado por la empleada, cuando me pare frente a dos policías estos hicieron una ligera reverencia y uno de ellos fue el que hablo.

-señor lamento informarle que el señor Rasa tuvo un accidente del cual no salió con vida

Retrocedí unos pasos y respire profundo –e-es una broma?- fue lo que dije y a lo que los policías negaron.

-lo siento mucho, el cuerpo está en la morgue y tiene que venir algún familiar para…

No lo deje terminar y en un susurro hable –soy el esposo del señor Rasa…

-oh vaya no sabíamos que se había casado

Asentí y frio como siempre mire a los dos policías –yo haré lo que deba hacerse

Ambos hombres asintieron y así fui con ellos, hice lo necesario al menos lo que sabía hacer, cansado regrese a la mansión a las siete de la mañana del otro día; todavía tenía que esperar en este día a que me dieran el cuerpo. Al entrar en la casa, tenía la intención de subir a la habitación a dormir pero una voz seria y fría que me dio escalofríos me detuvo.

-es un trago amargo saber que mi padre se casó con alguien como tu…

Al voltear a mirar a la persona me encontré con un joven alto vestido de un traje muy fino, de piel pálida, cabello corto y puntiagudo de color rojo ladrillo, de ojos de color turquesa claro y con parpados ennegrecidos.  

-no dirás nada? ¿Te sorprende saber que no serás el único heredero?- dijo aquel hombre mientras me miraba con odio.

Yo solo negué, estaba muy cansado y aquel chico continuo hablando –prepárate que nos vamos a Sunagakure ahora mismo…tenemos que hacer un largo viaje en donde nos iremos deteniendo en algunos pueblos para que le muestren sus respetos a mi padre…por cierto mi nombre es Sabaku Gaara- dicho esto aquel hombre se retiró.

Subí lentamente a la habitación, cerré la puerta y saque mi maleta que aún no había desempacado. Me senté en la orilla de la cama, mientras sentía un gran dolor en el pecho ¿Qué seria esto? tal vez mi abuela se había equivocado, esta vida de cuentos de hadas seria el mismo infierno para mí. 

Notas finales:

Sai la va a pasar mal de una vez se los adelanto.

esta historia no se bien cada cuando va a actualizarse, les dire en la otra actualizacion. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).