BY BILL.
Subí corriendo las escaleras y me oculté en los baños, me senté apoyando la espalda contra la puerta y la cabeza en mis rodillas, comencé a llorar mientras sacudía el polvo de mi pantalón.
-¡Hola! ¿Por qué lloras? –Pegué un brinco y me frote los ojos mirando hacia el espejo en donde un niño de cabello rubio oscuro me miraba con gesto de preocupación -¿Estás bien? –Insistió el chico y yo respondí balbuceando- s..sí, no –el rubio ladeo la cabeza y soltó una sonora carcajada- ¿Sí o no? –Es que yo… -El rubio cambió de posición sentándose a mi lado- Vamos, cuéntame. –Sólo… Me molestan algunos chicos de mi clase. -¡Son estúpidos! –Sonreí al notar que no sólo yo pensaba así.
-No debes permitir que continúen, ¡debes defenderte! –Les tengo miedo –mencioné con la cara agachada mientras jugaba con mis dedos- Ven –mencionó el rubio, en seguida se levantó y me tendió su mano para que hiciera lo mismo- ¿Tú serás mi amigo? –me atreví a preguntar- ¿Quieres que lo sea? –Ajá –afirmé con la cabeza- Entonces ya lo somos –sonrió.
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Aquí es mi casa –mencioné mientras caminaba junto a mi nuevo amigo por la sala- Y… Por allá arriba está mi habit… -Billy, cariño. ¿Con quién hablas? –preguntó mi mamá entrando de pronto- Con mi nuevo amigo –Simone esbozo un amplia sonrisa mientras miraba a los costados -¡Has traído al fin un amigo a casa! ¿En dónde está? –fijó de nuevo la mirada en mí y yo entre abrí la boca incrédulo- ¿Cómo que en dónde? ¡Está justo aquí a mi lado! –Aunque sabía que era de mala educación señalé a Tom- ¡Oh claro amor! Bueno yo… Seguiré con Jörg preparando la comida. Sube a hacer tu tarea, cámbiate el uniforme y baja a comer. -¿Él puede venir también? –Simone sonrió nerviosamente parpadeando rápidamente aunque involuntariamente- Sí Billy, tu amigo también puede venir a comer.
¿Lo ves? ¡Te dije que le gradarías a mamá! –Es muy linda. –Lo sé –planté un sonoro beso en la mejilla de Simone y después reté a Tom- ¡A que llego primero que tú allá arriba! –Y dicho eso corrí escaleras arriba.
BY SIMONE.
Jörg… -¿Qué pasa? –Estoy… Preocupada. -¿Por qué? –Es Bill… -¿Qué pasa con él? –Verás… Hace… Rato que regresó del colegio, venía hablando muy emocionado con… Con un “amigo” –mencioné ésta última palabra haciendo las comillas con mis dedos- ¿Un amigo? Entonces, el problema ¿es..? -¡Que no había nadie! -¿Nadie dónde? –Con él ¡carajo! ¿No me entiendes? Bill venía absolutamente solo, ningún amigo con el que supuestamente hablaba. –Quieres decir… Simone no te entiendo –Yo tampoco lo entiendo, es... No había nadie con él. -¿Te refieres a que tiene un amigo imaginario? –Sí… Eso creo. -¿Qué es lo que te preocupa? -¡Justamente eso! Que invente cosas que no existen, que no conviva con… gente real, ¡que no tenga más que a su amigo imaginario! -¿No te parece que estás magnificando las cosas? No veo nada por lo que debas preocuparte. –Pues yo sí y creo que debemos llevarlo al psicólogo. –Simone, Simone, ¡es sólo un niño! Tiene 10 años, yo me preocuparía si a los 20 continuara viendo cosas imaginarias pero no ahora ¡por Dios! –Vale, en eso tienes razón pero hay algo má.s.. Verás Jörg, cuando él… -¡Listo mamá! –Bill entró prácticamente corriendo y tomó su lugar de siempre en la mesa, una vez sentado echó una mirada a la puerta y mencionó- ¡Ven entra! Ya es hora de comer.
Traté de recobrar la postura ante mi pequeño hijo y ayudé a Jörg a llevar los platos a la mesa. -¡Mamá falta uno! –Pero amor sólo somos 3 –¡Mentira! Falta Tom. –La sangré se me heló al escucharlo- ¿Qué… dijiste? –mi labio inferior comenzó a temblar al igual que mis sudorosas manos- Dije que falta Tom. –me dejé caer pesadamente en la silla con la mirada completamente desorbitada- ¡Simone! –exclamó Jörg acercándose a mí con gesto de preocupación- ¡Bill! ¿De dónde has sacado tales cosas? -¿Qué cosas papá? –preguntó inocentemente nuestro hijo mientras yo movía con rapidez mis manos frente a mi rostro intentando brindarme un poco de aire el cual de pronto parecía ausente- No, ¿saben qué? Olvídenlo, Tom dice que él no come, iremos a jugar al patio. -¡No has comido nada Bill! –Jörg –tomé su brazo- está bien, déjalo pro ésta vez. –cuando Bill abandonó la cocina clavé la mirada en mi esposo- ¿Ahora qué? ¡Descuidaste los papeles! Jörg, te dije muchas veces que era sumamente importante mantener completa discreción… Ahora mira a Bill. –Pero yo no… Simone están escondidos perfectamente y bajo llave, es imposi… Seguro no ha sido más que una simple coincidencia…
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~2 años después ~
¡Bill date prisa que se te hará tarde! –Ya voy mamá.
Apareció finalmente en la estancia y camino con toda calma fuera de la casa.
Ya habían transcurrido 2 años desde que Bill había comenzado a hablar con ese amigo imaginario suyo, sin embargo ahora lo hacía con una frecuencia mucho menor; una parte de mí continuaba intentando hacerme que creer que eso acabaría en poco tiempo pero otro lado me hacía sentir angustia.
Un año completo con terapias y aún no había ningún diagnóstico claro.
¿Ya se fue? –interrogó Jörg- Hace un par de minutos. -¿Algún avance? –No realmente, Bill sigue sosteniendo que todo aquello es cierto, que él no husmeó ni averiguo nada… En general que todo “se lo ha dicho Tom” -¿Sabes algo Simone? Ésta vez… Yo también comienzo a preocuparme.
BY BILL.
…Y entonces después de que me cogió de las manos, miré abajo y ¿Sabe qué vi? –No lo sé Bill. –¡Me vi a mí mismo pero acostado, durmiendo! Fue realmente raro. –Ya lo veo, pudo ser un sueño… ¿Lo habían hecho antes? –No, esa noche fue la primera porque Tom quería que lo acompañara a un lugar, pero como quedaba en otra ciudad me explicó que de esa manera sería como… ¡Una tele transportación! –Ya veo, ¿fueron ambos entonces? –Sí, fue genial. –Muy bien pero ahora, me interesa bastante este asunto de cuando se conocieron. –Pero ya se lo he contado al menos 2 veces, fue en el baño de la escuela y… -Sí, pero ese día dices que llegaste allí porque te perseguían –Así fue –Así que debo suponer que estabas, nervioso… Vamos, asustado. –Sí, eso creo. –Interesante –la psicóloga hizo una anotación y en seguida volvió la mirada a mí- Regresando al presente, me has contado que ya no te visita tan constantemente como antes ¿no? –Bu..Bueno, no las 24 horas del día como al inicio pero aún somos amigos. –Está bien, pero dime, él llega ¿cuándo? –No lo sé, yo no puedo controlar eso ni hay días específicos. -¿Estás seguro? –entrecerré los ojos- ¿Cree que miento? –No Bill, lo que quiero decir es que si tú estás triste quizá, él te visita como buen amigo que es. -¡Ahh! Eso es diferente.
Bueno Bill, ya acabamos nuestra sesión por hoy, pero te veo el miércoles porque me interesa retomar esto ¿de acuerdo? –De acuerdo –me incorporé y salí del cubículo, Jörg ya esperaba por mí así que ambos caminamos de vuelta a casa.
¿Por qué no vino mamá? –Citas del trabajo –Ahh… Bueno, gracias por traerme papá, le mostraré a Tom mi nuevo micrófono. –Está bien, si me necesitas estaré en la sala. –Entendido.
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Tom… -¿Qué? –¿Por qué mamá y papá no pueden verte como yo? –Tom me miró un par de segundos supongo que pensando lo que estaba por responder.