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Picture por AikaHayashi

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Pisando las tranquilas pero pobladas calles a plena luz de luna se encontraban un rubio ojiazul seguido de un blanquecino niño de trece años con ojos azabaches. La capital se llenaba de gente que iba y venia, en grupos o solitarios, entraban y salían de las instalaciones de entretenimiento hasta comidas.

 

El menor llamado Near, seguía a su rubio compañero, Mello, mientras este degustaba una barra de chocolate.

 

-Oye... -Rompió el silencio entre ellos dos el muchacho de ojos color cielo -Ya me hiciste venir aquí ¿Qué más quieres?

 

-Solo quería pasar tiempo contigo, pero eres un amargado. No te gusta hacer nada conmigo -Respondió el pequeño albino sin que ninguno dejara de caminar ni hacerse contacto visual

 

El rubio soltó un suspiro luego de terminarse la barra de chocolate

 

-Ese Perro es un traidor. Dijo que nos encontraríamos aquí -El mayor miraba la sección de videojuegos

 

-De seguro se quedó a hacer sus cochinadas con Light. Hasta acá se huelen sus hormonas -El pequeño enrolló un mechón de pelo con el dedo índice

 

-Lo peor es que tengo que quedarme de niñera -Bufó el ojiazul

 

-Si tanto te molesto, vete - El pequeñín bajó la mirada haciendo que su blanquita melena le cubriera los ojos, pronunciando con algo de tristeza las anteriores palabras

 

-... -El mayor miró al blanquito y con algo de pena cargó a este en su espalda con dirección a los juegos

 

El albino sonrió. Si sabías como, era fácil manipular a Mello.

 

Experimentaron más de mil juegos sugeridos por el albino, desde el tejo* hasta autitos chocones. El mayor en varias ocasiones intentaba convencer al menor de volverse a su casa, pero él, con toda la energía que tenía y le sobraba, seguía insistiendo en jugar toda noche

 

-¡Near! -Vociferó el rubio en una de las insistencias -¡Tengo sueño! ¿¡Podemos irnos ya!?

 

-¡Eres un amargado! Por favor, uno solito más -Rogaba el menor flexionando un tanto las rodillas y mirando hacia el mayor

 

-Near...- Pronunció su nombre casi agotado ¿Qué digo casi? ¡El enano lo estaba matando! -...Sólo uno

 

-¡Sii! -Near tomó la mano de su compañero y lo hizo recorrer media instalación.

 

Pasearon por todos los juegos y casi no quedaban ningunos por probar, ninguno llamaba la atención del menor, hasta que divisó una pequeña máquina de fotos instantáneas y con algo de esfuerzo logró que Mello aceptara. Se sacaron varias fotos y en una de ellas el rubio se animó a hacer caras junto a su pequeño amigo.

 

-Mello...-Llamó el pequeño blanquecino mientras miraba las fotos que salieron de debajo del asiento -Gracias

 

-Tsk, no tenía opción, no me dejas irme a mi casa -Volteó la mirada

 

-No... Gracias por venir hoy conmigo, sé que ni tenías muchas ganas y que solo lo hiciste por Matt. Yo -Dijo con un notable tono de tristeza -Yo sé que te gusta aunque esté con...

 

Los pequeños labios fueron acallados por los del rubio, sobresaltando al menor y pintando su cara en mil y un tonos de rojo. Tenía los ojos tan abiertos que parecía que se saldrían de su órbita, las mejillas tan pálidas, tan blanquitas ahora eran rosadas. El mayor se alejó del sorprendido niño con una pequeña sonrisa de lado

 

-¿P-por qué hiciste eso? -Logró pronunciar con las pocas palabras que alcanzaban a salir de su boca

 

-Tenías que recompensarme por aguantarme todo el día estando contigo y sin permitirme tocarte ¿No? -El de ojos de mar volvió a besar a el niño, pero esta vez el más pequeño se acomodó a horcajadas sobre Mello y continuó con el húmedo contacto con los labios de su rival.

 

Mello aprovechó la situación -y lo caliente que se puso ese estrecho lugar- para deslizar sus manos sobre la camisa del contrario para así desabotonarla sin cuidado alguno. Continuó por recostar a Near en el pequeño asiento y acariciar su ya desnudo y pálido torso, bajó sus labios hasta el cuello del menor y con lujuria comenzó a lamer todo rincón de piel que se le cruzara. Bajó hacia el vientre y acto seguido bajó sin titubeos el blanco pantalón del pequeño. Volvió a los labios de este mientras con una mano estimulaba el miembro del ojigris sobre la restante tela, se acercó al oído del albino y con una voz ronca y suave le susurró "Creo que ya encontré algo que me gusta hacer contigo, enano"

 

Bajó hacia los pezones y con la mano que le quedaba libre comenzó a masajear o hasta pellizcar uno de estos, mientras al otro lo delineaba con la lengua.

 

Dejó a un lado los botones rosados del menor y terminó de librarse de la prenda que quedaba en el cuerpecito de Near, bajó hasta su miembro y de una lo introdujo en su cavidad bucal, mientras el albino tapaba su boca en un desesperado intento de no soltar ningún ruido, y el solo hecho de saber que en cualquier momento alguien pudiera abrir la cortina y pillarlos, hacia aumentar la adrenalina de su cuerpo.

 

El ojiazul tomó dos de los dedos de Near y le indicó lamerlos para luego auto dilatarse. Near obediente llevó sus dedos a su boca y comenzó a ensalivarlos, lamiéndolos como si fueran el mejor dulce que probó jamás. Luego de esto los dirigió hacia su entrada y metió dos de golpe y sin compasión por él mismo.

 

Mello al ver tal escena -y con lugar con vista de primera- sintió punzadas recorrer "ese" lugar. Se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse mientras veía como su pequeño rival se preparaba para entregarse en cuerpo y alma al antipático y sarcástico Mihael Keehl.

 

Near sintiendo que ya estaba listo le indicó esto a Mello quien llevó las piernas del menor hacia sus hombros dejando una excelente vista de la entrada de este. Tomó su miembro y con cuidado fue introduciéndolo en el cuerpo del ojigris.

 

-Aaaah, Mello... d-duele, ¡Ahh!

 

El ojiazul con algo de miedo a que lis descubrieran por los quejidos del menor lo calló con un beso, mientras esta vez sacó su miembro y lo volvió a meter de una estocada. Near soltó un fuerte gemido que aunque se ahogara en el beso, fue muy ruidoso

 

-Ya te acostumbraras -Dijo jadeante el de melena dorada

 

Empezó a moverse dentro de Near hasta que su estrecha entrada fue adaptándose a la virilidad de Mello y comenzó con embestidas aún más rápidas

 

El menor mordía una manga de su camisa en el intento de no gritar por el enorme dolor y placer que sentía recorrer de su entrada por toda la espina dorsal.

 

Las embestidas del mayor se intensificaron más hasta llegar al punto clave dentro del albino

 

-¡Ahhg! Mello... ¡Ahí por favor, justo ahí!

 

Uno de los pies del rubio golpeó el botón de inicio

 

El albino sentía como se aproximaba el clímax. Mello continuó por masturbar a su contrario y aumentando el ritmo de las estocadas, hasta que por fin se corrió dentro de Near y este al sentir la semilla de su rival recorrer y calentar aún más su interior lo hizo entre sus cuerpos. Un último beso y ambos se vistieron.

 

-¿Qué es esto? -Preguntó el rubio recogiendo lo que había bajo la máquina -Jeje, ¿Qué te parece Near? -Dijo mostrando la tira de imágenes que recientemente tomó la cámara.

 

-¡! -El albino más rojo que nunca divisó las cinco fotos más íntimas que vio hasta el momento -¡Iniciaste la máquina mientras lo hacíamos

 

-Tal vez, yo me quedaré con estas si tanto te molestan -Besó el cuello del ojigris y ambos salieron de la instalación

 

-Ahh ¡Necesito tomarme un baño urgente! -Dijo estirándose el menor

 

-Ya te vez cansado, eh -Ambos caminaban rumbo a casa

 

-De quién será la culpa...

 

-Pues yo estoy más enérgico que nunca, iremos a casa sí -Se acercó al oído de Near- pero para una segunda ronda en donde pueda escucharte mejor ¿Te parece?

 

-E-eres un pervertido -Dijo sonrojándose

 

-Solo contigo mi pequeño, apura el paso o te lo hago aquí mismo en plena calle. -El menor soltó un suspiro

 

-Hai, hai...


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