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72 Horas por Yukine Kazuya

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Notas del fanfic:

Ya estoy de vuelta ( jeje tampoco es como si me hubiera ido tanto tiempo hahaha), este es mi nuevo proyecto para Kuroko no Basket y debo decir que todo surgio de una peticion que me hizo una personita llamada Francis 

Dije que tardaria un poco pero aqui esta... 

 

Espero que sea de su agrado y que lo disfruten tanto como yo escribiendola.

Notas del capitulo:

Kuroko no Basket, ni sus personajes me pertencen.

 

La fiesta de algún modo se salió de control. Bueno no podían esperar otra cosa, demasiados adolecentes bajo un mismo techo con música electrónica a todo volumen y una misteriosa dotación de alcohol que nadie supo como apareció o más bien nadie quiso reconocer.  ¿El motivo de la celebración? Seirin era campeón de la Winter Cup. A pesar de todos los tropiezos y de todas las dificultades lo habían logrado y tenían que festejarlo. Sumado a eso, Kuroko había recuperado a sus amigos, que en ese momento cantaban a todo pulmón “We are the champions” aunque ninguno de ellos lo fuera. Kuroko negaba con la cara cuando Kagami se acercó por detrás y le susurró al oído

-vamos por un poco de aire

 

Kuroko lo siguió sin dudar, aquel era un espectáculo que no quería seguir viendo. Afuera hacia frio pero era agradable sobretodo porque el cuerpo de Kagami bloqueaba el aire. Caminaron un rato en silencio y sin un rumbo fijo. Al final fue Tetsuya el que rompió el silencio

-Kagami no puedes evitar sonreír como bobo ¿verdad? No terminas de creer que somos los mejores de todo Japón –Kagami estaba por replicar lo de bobo pero el resto lo hizo sonreír aun mas

-la verdad no ¡somos campeones! No lo sé, ahora que lo pienso se veía tan lejano  

-pero paso, gracias Kagami  -un pequeño sonrojo apareció en el rostro del pelirrojo

-ja, no tienes que darme las gracias, lo hicimos juntos

 

Habían dejado de caminar y se veían fijamente, hacía tiempo se habían dado cuenta que se necesitaban mas allá del basket. Pero no habían dicho nada para no distraerse. Pero en ese momento ya habían cumplido con su objetivo. Kagami acortó la distancia y coloco suavemente una mano sobre la mejilla de Kuroko. Pero no siguió, un destello lo había distraído

-¡Qué demonios! –Kuroko frunció el seño ante el comentario y se giró en la dirección que veía Kagami

-ese es un… ¿kitsune?

-¿un qué?

-un espíritu mágico  -en ese momento Kuroko se dio cuenta que estaban parados justo frente a las escaleras que llevaban a un templo. –vamos. Seguro te da curiosidad –Kagami vacilo por un minuto pero ¿a quién engañaba? Si sentía curiosidad

 

Los dos subieron hasta el templo, el cual estaba iluminado pero no parecía haber nadie allí. Caminaron aun más lento, siempre viendo por encima de sus hombros y atentos ante cualquier sonido. Tetsuya alcanzó a ver la cola del kitsune que desapareció dentro de una de las salas laterales. Jaló a Kagami de la manga y se adentraron en el templo. El lugar estaba bastante polvoriento, algo no parecía muy lógico en todo aquello pero en ese momento no le prestaron atención.

 

Kuroko se dio cuenta que ese templo estaba dedicado a la diosa Amateratsu. Estaba por mencionárselo a Kagami.  Cuando el Kitsune apareció y caminó alrededor de ambos, con una sonrisa traviesa en el rostro antes de volver a salir de la habitación. Kuroko y Kagami creyeron oírle decir

-que se diviertan –pero no podían estar del todo seguros. Estaban muy sorprendidos de que aquella criatura se hubiera mostrado ante ellos sin el menor temor.

 

Los dos tragaron en seco y se voltearon a ver. Al hacer contacto visual un extraño calor los recorrió a ambos. Inmediatamente sintieron la urgencia de estar uno más cerca del otro. Casi con violencia, Kagami acercó a Kuroko para besarlo con urgencia y demasiado deseos. Tetsuya no se quedaba atrás, había llevado sus manos hasta la parte final de la playera de Taiga y metía sus manos para delinear el bien marcado abdomen del más grande. Ninguno de los dos estaba pensando; era como si hubieran apagado su lado lógico y funcionaran solo con sus instintos.

 

La ropa sirvió como un colchón improvisado donde Kagami acomodo a Kuroko. Si antes parecía que pedía permiso para simplemente colocar su mano en la mejilla de Tetsuya, en ese momento toda aquella timidez se había ido a dar una vuelta. Besaba el pálido cuello mientras con su otra mano se hacía cargo de una zona delicada que provocaba que Tetsuya gimieran sin importarle si alguien los oía.

 

Kuroko no podía más con aquella tortura, necesitaba a Kagami dentro. Aun cuando sabia que sería doloroso, eso era lo de menos; llevaba meses deseando secretamente por ese momento. Por ver a Kagami algo sonrojado y con la vista nublada por el deseo. Kagami tenía ambas manos a los lados de la cabeza de Kuroko y estaba acomodado entre sus piernas a punto de terminar completamente con la última barrera que los separaba.

-hazlo…

 

De un solo movimiento, Kagami invadió el cuerpo de Tetsuya. La mezcla de sensaciones hicieron que Kuroko soltara un gemido más intenso, que sus ojos se inundaran de lágrimas. Que arquera la espalda de placer e intentara aferrarse a algo pero solo tenía las playeras de ambos. Kagami paso uno de sus brazos por debajo de Kuroko y lo enderezó para que pudiera enredar sus manos en su cuello al igual que sus piernas  a su cadera.

 

No paso mucho tiempo para que ambos soltaran un último y sonoro gemido mientras se besaban. Exhaustos se dejaron caer sobre su improvisada cama. Aun tenían la respiración entrecortada pero se sonreían. Aun se sentían confundidos pero no se arrepentían de lo que había pasado.

-¿Qué fue “todo” eso?

-yo les diré que fue…

 

Kuroko y Kagami abrieron los ojos de par en par y se giraron en dirección a la voz femenina. Recargada en el marco de la puerta había una bella joven con los brazos cruzados y mirada furiosa, llevaba puesto un hermoso kimono y el pelo sostenido en un moño. Ambos chicos tuvieron un mal presentimiento. La voz de la joven sonaba antigua y fuera de este mundo.

-han profanado mi templo

-ok, en verdad estamos en problemas – Kuroko trago en seco, ¡no era posible! Habían hecho enfurecer a la diosa Amateratsu

-… pagaran por ello. Soy una diosa benévola, así que les daré una oportunidad de revertir la maldición. Tienen 72 horas a partir de mañana para besar a cinco hombres que han tenido un impacto en su vida.  De lo contrario perderán lo que tienen,  se olvidaran el uno del otro, podrán compartir los amigos pero jamás se darán cuenta de su mutua presencia. Podrán estar juntos pero nunca lo suficiente y el sentimiento de que algo les falta no los abandonara…

 

Los dos se quedaron paralizados al ver que la diosa les daba la espalda para alejarse pero en el último momento se detuvo  

-¡aah! ¡Casi lo olvido! Sufrirán un pequeño cambió, no se sorprendan tanto en la mañana…

Notas finales:

¿Qué les parecio? Sigo sonrojandome cada vez que escribo este tipo de escenas pero ya lo dije debo superarlo, no se cuanto tiempo me tome pero lo lograre hahaha 

Pequeños Avisos 

-Este fic se actualizara los miercoles 

-no creo que sea un fic demasiado largo

Y como siempre sus comentarios, sugerencias y dudas son bien recibidas. Si tienen peticiones tambien haganmelas saber, ya vieron que si cumplo, me tardare un poco pero lo hago. Y si solo quieren pasar a saludar tambien se vale. 

Saluditos 


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