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Sí quiero por yuki shindo

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto son de masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Hola! Se suponía que no iba a subir ningún fanfic nuevo hasta resubir los que borré tras arreglar los fallos ortográficos, pero como no tenía ideas, pedí ayuda en Facebook, y una amable lectora, Ereane Uchiha, me dio esta idea.

Espero que se parezca a lo que ella tenía en mente, porque se lo dedico con una sonrisa. Espero que te guste, Ereane ^-^

Sí, quiero

-          Estás muy guapo, Sasuke-kun.- Sakura sonrió ante la imagen que presentaba su amigo. Su inner estaba que reventaba de la ira, porque el hombre que amaba llevaba un traje negro y una preciosa corbata roja para casarse… Con alguien que no era ella.

-          … Gracias. – Después de mirarse en el espejo unos segundos, al fin respondió cortésmente.- Tú también te ves bien.

Solo para esa ocasión, había aceptado a regañadientes ponerse un brazo protésico en el lugar del que perdiera durante la Gran Guerra Ninja, que finalizó dos años antes. La pelirrosa decidió no recordar las múltiples cosas que habían pasado en ese periodo de tiempo, pues entre otras menos relevantes, casi todas tenían que ver con la boda que estaba a punto de celebrarse. Cuando el silencio que se instaló tras ese intercambio de palabras se le hizo insoportable, la mujer se acercó a la puerta.

-          Esperaré con los demás. Recuerda que aún tienes cinco minutos, por si quieres… Recordar los pasos a seguir, o algo.- Dijo, aún esperanzada de que el moreno decidiera en última instancia no casarse.

Al quedarse solo, el moreno se miró de forma aún más crítica en el espejo. Su pelo corto era algo que estaba pensando en dejarse crecer, pues al mirarse a los ojos, se perturbó con su reflejo. El Rinnegan que decoraba el izquierdo no se podía ocultar como su Sharingan, y lo odiaba, pues no era algo que para él representara un orgullo, como la técnica ocular de su familia. Con uno de los mechones que enmarcaban su cara trató de taparlo, pero no vio con buenos ojos el resultado, por lo que suspiró, y dejó su pelo como estaba, metiendo una mano en su bolsillo para asegurarse de que sus votos estaban en él.

-+-+-

Mientras, en la habitación contigua, dos rubios se miraban frente a frente, mientras uno, caracterizado como un demonio con chakra rojo y colmillos, ajustaba la corbata azul en el traje del otro.

-          ¿Y bien? ¿Cómo estoy ‘tebayo?- Preguntó Naruto con una amplia sonrisa aderezada con un emocionado sonrojo.

-          Pues como siempre, con cara de tonto. Espero que el imbécil de Sasuke no salga huyendo al verte sonreír como un psicópata.

-          Te he dejado un cuerpo para que asistas a la boda, Kurama. ¿Qué te cuesta hacerme la pelota, aunque sea mentira?- Dijo el ojiazul, perdiendo momentáneamente la sonrisa, y frunciendo el ceño. Le dio la espalda con molestia y se miró en el espejo, recuperando su buen humor y mirando al reflejo del zorro que habitaba su cuerpo de forma malvada.- ¿O te fastidia que yo haya echado el guante al ninja más guay del mundo después de mí y tú no dattebayo?

-          Naruto, te recuerdo que yo también follo con Sasuke por el simple hecho de que comparto tu cuerpo cuando lo hacéis.

-          ¡¿Qué?!- Gritó el rubio con pánico. El zorro le quitó importancia a su comentario con un vago ademán con una de sus garras de chakra.

-          En fin, que ya estás y es casi la hora. Ve saliendo cuando quieras.- Dejando a su contenedor y amigo hecho una furia y exigiendo explicaciones, cerró la puerta, quedando en el pasillo.

En la zona acordada donde debían juntarse, Sasuke ya esperaba con los brazos cruzados y dando con uno de sus pies en el suelo. Nada más verle, el demonio sonrió, pero el moreno no cambió el gesto. Al pasar a su lado, hizo gala de su oído de ninja experimentado para dejar las cosas claras.

-          Sabes que te sello sin que el dobe se dé cuenta antes de follar. Deja de meterte con él por eso, o acabaremos teniendo un problema.

-          Venga ya, no eres tú el único con derecho de divertirse a su costa.- Sonrió, antes de abrir la puerta de la sala a la que los novios tendrían que entrar.

La puerta se abrió cuando el zorro desapareció por otra, dejando ver a un azorado Naruto. Sasuke suavizó enormemente su gesto, hasta parecer afable cuando el otro llegó hasta él y, sin previo aviso, le dio un leve beso en los labios.

-          Estás genial, teme.

-          Lo sé, dobe. Vamos allá, antes de que la cosa se descontrole.

-          Venga ya, ¿cómo va a descontrolarse nada? Es el día de nuestra boda ‘tebayo.

-+-+-

La boda debía celebrarse en la Torre del Hokage por dos sencillas razones. Una, que eran dos héroes, y no simples ciudadanos los que se casaban, por lo que merecían que se les mostrara respeto. Y la otra, porque Tsunade así lo ordenó, ya que como Naruto quiso que ella oficiara la boda, se le permitió también escoger el lugar de la misma. Por suerte cupieron todos los amigos del rubio, y el equipo del moreno en el salón de reuniones ninja de la Torre. En el fondo de la sala, después del pasillo formado por las sillas en las que ya estaban los invitados, Shizune suspiró con nerviosismo.

Atacada por una repentina e inesperada crisis nerviosa por casar a alguien que consideraba de la familia, la rubia se había bebido doce botellas de Sake casi sin parpadear en su despacho, y ante la cara de sorpresa de su ayudante. Esta no había podido hacer nada para pararla, pensando que así se calmaría, pero en ese momento la Hokage mostraba de todo, menos calma. Aparte de tambalearse, tenía el ceño fruncido; el alcohol había sacado de sus entrañas el odio que sentía por el Uchiha que impediría a su pequeño rubio tener la familia que siempre quiso, por mucho que este último dijera que no importaba, o que ya adoptarían como última instancia.

La puerta doble que daba paso a la sala se abrió, y la típica música de boda empezó a escucharse. Todos miraron hacia los hombres que cruzaron el umbral cogidos de la mano. Naruto sonreía tan ampliamente que mostraba sus dientes, y Sasuke miraba hacia un punto en el infinito delante de él, sin cruzar mirada con nadie por vergüenza. Ninguno llevaba ramo, y sus trajes eran idénticos a excepción de sus corbatas por petición del moreno, que odiaba ese tipo de cursiladas como trajes blancos o flores. Al llegar frente a la rubia, la música paró, y se pusieron frente a frente.

-          Bien… Queridos hermanos ninjas, Hokages, no ninjas, y lo que sea.- La voz de la mujer se oyó distorsionada por el alcohol, y el mismo olor de este llegó a los contrayentes. El rubio perdió un poco la sonrisa, preocupado, y Sasuke mostró un tic en una ceja.- Hoy vamos a casar a Naruto con un capullo que le ha jodido la vida.

-          Obaa-chan…- El Uzumaki miró con severidad a aquella que consideraba de su familia, mientras en la sala se desataban algunos cuchicheos negativos ante su estado de embriaguez. Un apretón de manos le hizo mirar al frente, y su mirada azul se topó con la ahora bicolor de Sasuke, que negó levemente con la cabeza.

No la desconcentres o será peor, parecía decir, de modo que tragó saliva y asintió, tratando de mantenerse contento. Iba a casarse con el hombre de su vida, era un héroe muy querido en el mundo entero, y la boda iba a ser perfecta, porque llevaban meses peleando por ello, así que un poco de alcohol en la Hokage no podría ser tan malo.

-          Eh, por donde iba…- Shizune le susurró algo, por lo que asintió.- ¡Eso era! Vale, antes que nada, si alguien tiene algo que decir, que… Que hable ahora, o calle para siempre. Venga, Sakura, este es tu momento.

-          No, yo no…- La mencionada se escondió en su asiento cuando los presentes la miraron de reojo. La líder de la aldea casi parecía instarle a que hablara, por lo que negó con pánico.- ¡Que no quiero decir nada, yo quiero que se casen!

-          Di que no, que saltaste a la bragueta del Uchiha en su despedida de soltero y te dio calabazas, ¡inténtalo de nuevo, mujer!- Esa confesión de la borracha desató gritos molestos, y Naruto se quedó con la boca abierta.

-          ¡¿Qué?!- Gritó, mirando a su futuro marido. Este frunció el ceño, cada vez más molesto. Él ya sabía que aquello iba a ser un descontrol. En un intento de salvar la situación, Ino, sentada al lado de la pelirrosa, se puso en pie, tratando de calmar los ánimos con un notable sonrojo en las mejillas.

-          No, a ver, eso fue el alcohol, pero no se lanzó a ninguna parte, solo… Bueno, da igual, el caso es que no pasó nada, yo estaba presente, ¡sigan con la ceremonia!- Terminó, mirando duramente a la Hokage.

-          Vale, vale… A ver, parejita.- Hipó la mujer.- Los votos.

Aliviado al ver que, pese a ese susto, la cosa seguía adelante, el rubio suspiró, y separó sus sudorosas manos de las de Sasuke para meterlas en sus bolsillos. Sus ojos azules se abrieron asustados al no notar nada en ellos. Frente a él, el Uchiha ya tenía una tarjeta blanca escrita por ambos lados con sus votos.

-          Un segundo ‘tebayo.- Mirando en su bolsillo interior, después buscó desesperadamente en sus pantalones. Al ver su expresión alterada, Sasuke se inclinó hacia él.

-          Tranquilo, dobe.

-          Es que… No los encuentro, no… No los llevo encima.- Susurró, mirando a su lado. Kurama se miró en los bolsillos de su propio traje, por si los llevaba él por error, pero negó al cabo de unos instantes de búsqueda por sus bolsillos.- Pero si los puse en el bolsillo ‘tebayo…

-          Respira, Naruto. Seguro que te los sabes, ¿no? Pues dilos.- Le recomendó Shizune, que había oído su susurro asustado. Sasuke asintió a sus palabras, pero el ojiazul se mordió los labios.- ¿No te los sabes? ¿Es que no los escribiste tú?

-          Sí, los escribió él.- A lo lejos, Sai se puso en pie, desatando una nueva tanda de susurros curiosos.- Pidió consejo a todo el mundo. ¿Pusiste lo que te dije de la importancia del sexo en el matrimonio?

-          ¡No, Sai, cállate ‘tebayo!

-          ¡A mí también me preguntó!- Saltó Kiba, con su perro gigante Akamaru ladrando en el hueco que había junto a su silla.- ¡Yo le dije que pusiera que un perro es un sustituto perfecto de los hijos, ¿pusiste eso?!

-          ¡No puso nada de eso!- Dijo ahora Iruka, levantándose desde la primera fila. En un intento de hacer a los dos jóvenes sentarse, miró al rubio de forma tranquila.- Pusiste lo de la aldea, empieza con ahí, y seguro que te sale el resto.

-          Eso al final lo quitó porque dijo que Sasuke lo encontraría cursi.- Dijo Kakashi, sentado al lado del otro sensei.

Sin que los contrayentes lograran darse cuenta, de pronto todo se descontroló, como ya predijera uno de ellos. De un momento a otro, más de una veintena de los invitados se habían puesto en pie. Los hermanos de Gaara decían que incluso había mandado una carta al Kazekage pidiendo ideas, y entre ellos, los que decían que habían dicho algo que seguro que el rubio había puesto, y los que trataban de poner paz, había otros que aprovecharon para quejarse, como Sakura.

La pelirrosa rompió a llorar por una mezcla de la tristeza de ver que su amor se casaba, y vergüenza de saber que todo el mundo había oído que había intentado ligarse al ex vengador, fingiendo estar ebria. Sai gritó para ser escuchado, preguntándole a Naruto si había apuntado lo que tenían que hacer en la noche de bodas, según una tradición que había leído en un libro; y Kurama se puso en pie, gritando a todos que los mataría como no cerraran el pico y se sentaran, siendo ignorado entre tanto griterío. En última instancia, la Hokage también participó, gritando que daría una recompensa a aquella que se llevara al moreno lejos de su bebé.

Mirando a todas partes, el rubio cambió su expresión. Sasuke le conocía muy bien, y recordaba todo lo que había pasado su novio para tener la boda que consideraba perfecta. Estaba a punto de explotar, y decir las típicas cosas de las que luego se arrepentiría durante semanas. Trató de ponerle una mano en el hombro para encauzar al menos esa parte de la situación, pero fue tarde. Un potente Basta salió de sus labios, haciendo que toda la sala quedara en un silencio sepulcral, pese a que varios invitados se sujetaban de la ropa a punto de pegarse.

-          ¡Se acabó tanto joderme la puta boda! ¿Es que no veis que quiero casarme con el hombre de mi vida, me ha costado horrores traerle hasta aquí, y vais a hacer que salga huyendo con vuestras chorradas ‘tebayo?- Naruto estaba hiperventilando de pura rabia.- ¡Esto no es lo que queríamos ninguno de los dos, sois nuestros amigos, pero no os estáis comportando como si lo fuerais para nada! ¡Mierda, a tomar por culo, no nos casamos!

Ante la estupefacta expresión de los invitados, y los ojos ampliamente abiertos de su novio, el rubio se acercó a la ventana más próxima, la abrió, y saltó al exterior. La boda iba a ser tan sonada, que estaba siendo retransmitida, por lo que al pasar de tejado en tejado sobre las plazas más concurridas de Konoha, vio por una serie de pantallas gigantes cómo las cámaras enfocaban a Sasuke, solo en el altar, con Kurama a su lado, hablando en voz baja.

Fue entonces cuando la explosión de ira terminó, y fue sustituida por una amarga tristeza que le hizo salir corriendo como un cobarde. Naruto había salido de ahí sin tener en cuenta cómo estaría sintiéndose su novio, pero no encontró fuerzas para volver a disculparse; no cuando había dicho a sus amigos que estaban diciendo chorradas y que no se portaban como lo que eran.

-+-+-

El sol se ocultaba frente a él, sentado en el lugar en el que perdió el brazo y recuperó a la persona más importante de su vida. Se había quitado la corbata azul, que por un golpe de viento había terminado medio hundida en el agua del río que recorría la zona. Sintió sus ojos aguarse cuando oyó pasos, pues conocía ese chakra como si fuera propio. Sasuke se sentó a su lado sin decir palabra, y se quedó mirando al atardecer con él.

-          Soy un imbécil ‘tebayo. Espero que puedas perdonarme.- El moreno no dijo nada durante unos segundos, pero de pronto, hizo a Naruto mirarle fijamente.

-          Sasuke, no te imaginas lo que significa para mí tenerte aquí hoy.- Relató.- Tuve que pedirte cuatro veces que te casaras conmigo, pues siempre me rechazabas con una seriedad tal, que me dejabas mentalmente hundido durante meses, entre intento e intento. Pero saber que dentro de unos minutos serás oficialmente mío, solo quiero sonreír. Porque te quiero, y quiero que sepas que será así hasta el día que me muera, como Hokage o como simple ninja. Te amo, Sasuke, dattebayo. No puedo creerme que pusieras tu coletilla en tus votos.

-          Mis… ¿Cómo es que te sabes mis votos ‘tebayo?- Preguntó, con el corazón acelerado. De un bolsillo, Sasuke sacó las tarjetas en las que esas palabras estaban escritas.

-          Te equivocaste de traje, pero no por el de Kurama, sino el mío. estaban en mi bolsillo, junto a mis propios votos.- Mirando bien las tarjetas, vio una que no tenía su letra, por lo que miró a su lado. Al recibir una afirmación por parte del moreno, leyó en voz alta.

-          Naruto, te tengo mucho asco. Te has pasado media vida gritando mi nombre, corriendo detrás de mí; y perdiste un brazo en el proceso, para traerme de vuelta a una ciudad que odio con todo mi corazón, y con unos habitantes a los que solo deseo matar. No quiero estar aquí por nada del mundo. Y sin embargo, aquí estoy. Porque cuando estás junto a mí, olvido lo que es el odio. Todo se difumina, y solo puedo ver tus ojos.- Al terminar de leer, Naruto se fijó en su prometido.

Acababa de leer lo más raro, y a la vez romántico que le habían dicho nunca. Impactado, apretó la tarjeta contra su pecho, y se puso en pie. Estirando una de sus manos, se la tendió al Uchiha, que la aceptó y se puso también de pie, frente a él. Sin decir nada, de su bolsillo sacó los anillos que Kurama le tendió cuando vio sus intenciones de ir tras su contenedor.

-          Que me lo pidieras cuatro veces no significa que yo no quisiera estar hoy contigo, dispuesto a firmar el papel que nos convertiría en Uchiha-Uzumaki.- Con una sonrisa genuina y casi brillante, Naruto asintió, cogiendo uno de los anillos de la pálida mano.- Puede que al final no hagamos eso hoy, pero me gustaría irme a dormir con uno de estos en mi dedo. Si quieres, claro.

-          Claro que quiero, teme.- Sonrió, colocándole el anillo, y dejando que el otro hiciera lo propio con él.- Te amo, Sasuke.

-          Y yo a ti, Naruto.

Ya con los anillos en sus dedos anulares, los jóvenes cogieron sus manos, entrelazando sus dedos. Cuando el sol casi había desaparecido por el oeste, se dieron un beso superficial, pues tenían que reunir fuerzas si querían volver con la cabeza alta a la aldea. Un aplauso los descuadró un momento, viendo a Kurama aplaudir junto a Kakashi, que portaba una cámara de video.

-          Qué cursi y qué bonito, maldita sea. Bueno, señores espectadores,- Dijo, torciendo la cámara para que le enfocara.-, y resacosa Hokage, espero que esto sirva para que des por válido el enlace, porque como haya que repetirlo, algo saldrá ardiendo.- Soltando la cámara, que el peliplata volvió a enfocar en la pareja, el demonio se acercó a ellos.- Aún estamos a tiempo para la cena de celebración, y creo que estáis casados, así que… ¿vamos, o qué?

-          Sí, Kurama, vamos ‘tebayo. ¿Verdad, teme?- Agradeciendo que la recién estrenada noche ocultara su leve sonrojo, Sasuke asintió, pero mirando a su sensei.

-          ¿Esa mierda es de las que retransmite en directo?

-          Claro, es una de las que estaba en la boda. Así Tsunade…

-          Dame la cámara.- El ninja parpadeó con confusión un instante. De no ser porque una mano tostada aún sujetaba la del Uchiha, ya habría salido corriendo.

-          Teme, tranquilo. Así no habrá que repetir, ¿o quieres volver a vivir lo de hace unas horas?- Desfrunciendo su ceño, el moreno negó secamente.

-          Yo eso no lo repito.

-          Genial.- Suspiró el Hatake, aliviado.- Por cierto, ya que estamos… ¿Quién de los dos ha sido la novia?

Un silencio sepulcral invadió el espacio, al mismo tiempo que un tic acudía a la ceja del moreno. Contrario a la situación anterior, el rubio soltó su mano, y miró culpable a su sensei.

-          Lo siento mucho, Kakashi-sensei, pero esa pregunta estaba de más, y esta vez no pienso pararle ‘tebayo. Sasuke-teme, nos vemos en la fiesta, y trata de no quemar nada.

Como respuesta, una sonrisa demoníaca acudió a los pálidos labios, mientras el aludido asentía, formando sellos. Un dragón de fuego saltó en dirección del ninja, que salió corriendo por su vida, seguido de cerca por Sasuke.

Naruto se quedó solo con Kurama, que parecía igual de divertido que él con la situación. Ambos sabían lo que odiaba su marido que dijeran la palabra mujer dirigiéndose a la ellos. Mirando a las estrellas que ya decoraban el cielo, el rubio sonrió.

Había sido la boda perfecta.

Notas finales:

Y eso es todo. Espero que os haya gustado. Una vez más, dejo en claro que me gusta recibir reviews, y que siempre los respondo.

Gracias por todo! Y si quereis darme ideas de fanfics o saludarme, en mi perfil hay un enlace a mi FB.

Chaito ^^


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