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El Empresario Y El Sumiso por Rolplayer

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Notas del fanfic:

Esto lo hago por amor al Hard Y.. BDSM. Se que les encantara la historia. 

Notas del capitulo:

Como empieza todo...

   — El Empresario Y El Sumiso. —   
 
Shon Yanase era un empresario nato. Millonario y conocido internacionalmente por su seriedad y desarrollo al trabajo de su compañía. Era difícil de combatir e tratar con el. Por lo que todos sabían de el. No tenía familiares ni esposa o hijos. La pérdida de su familia fue lo que lo volvió lo que es ahora. Un empresario frío y sin emociones. O eso decían todos.
      — Sobre Los Personajes. —
 
Kay Seinfeld era un joven apenas de 27 años de edad, de baja estatura.. Como unos 1.68 metros, cabello plateado, amable, sincero, caprichoso, directo y tierno. ( Fuera del trabajo claro. Cuando se trataba sobre su compañía. No dejaba que nada lo distrajera. O eso creía el hasta ahora. ). 
 
 
    Shon Yanase era un hombre alto de apenas 34 años de edad, guapo de 1.83 metros, cabello oscuro un poco largo, obstinado, resiste y decidido. No le gustaba discutir mucho. Solo iba al grano. En pocas palabras. Directo. Dominante, impaciente... Amable, considerado ( Aun que muchos piensen lo contrario. ). Reservado. Sencillo, natural, de pocas palabras y.. Lujurioso.
 
     Pocos conocían a este empresario. Pocos compartían con el. Mas bien nadie. O que a una junta de trabajo. Se le llame compartir. 
 
    Eran las 1:30 PM y ya Shon estaba esperando a alguien en la sala de juntas. Tenía bastante tiempo esperando al dicho cliente que con este se iba a juntar. 
 
— ¡Demonios..! - Replicó Shon - No me gusta esperar tanto tiempo a nadie. Si llegarán más tarde que lo apuntado al menos avisen.. Pff no vine para esto. — Al momento en el que decidió irse alguien de le adelanto y abrió la puerta. Era Kay Seinfeld. Su cliente.
 
— Al fin llega. Estaba a punto de irme. - Le dijo Shon con voz algo seria.. No le importaba con quien fuera. El era directo. No le importaría perder un contrato... Había miles más queriendo hacer uno con su compañía. 
 
— Lo siento. El vuelo se retraso un poco y no había señal para avisar que llegaría tarde. - Le respondió Kay con una leve sonrisa. El era tranquilo y calmado. Otro personaje del que pocos sabían. — No importa. Pero como dije estaba por irme así que por que no vamos a comer algo y ahí hablamos? Me dio hambre de esperarlo aquí sentado durante 2 horas. - Solo le respondió y salió hacia el ascensor dándole la espalda a este. - Viene o no?.
 
— Si claro. Pero para la próxima. Baje un poco su voz. Que sea un codiciado millonario no le da derecho a tratarme así. - Kay le respondió seriamente. Al parecer ya estaba perdiendo la paciencia. - Shon le dio una leve sonrisa al ver como este respondía con tanta firmeza. No todos le hablaban así. Pocos lo hacían y se iban así nada más. Tranquilamente este entre detrás del contrario. Aparentaba estar tranquilo y calmado.
 
    A penas el ascensor cerró Shon se lanzó encima del contrario colocando las manos de este por encima de su cabeza. — Vamos hasta donde puedes jugar. Pequeño. — El ritmo cardiaco de Kay se aceleró provocando un rojo carmesí que asentó en las mejillas de este dejándolo sin palabra alguna. No sabía que decir en ese momento. Se quedó mirando los ojos del mayor tratando de ocultar el sonrojo en su rostro, apretaba fuertemente sus puños conteniendo cada uno de sus instintos que lo provocaban a sumesir ante el.
 
    El ascensor al fin había bajado. Se había vuelto eterno para Kay. El calor sobraba ahí dentro. No estaba seguro de que podría pasar ahí. — Vamos. Ven. No tengo todo el día. — Le replico Shon. — A poco quieres volver a subir? - Este le sonrió nuevamente al contrario mientras se burlada irónicamente de el. 
 
— Q-que? N-no. Solo pensaba en algo eso es todo. - El contrario salió ocultando el rubor en su rostro. Estaba avergonzado. No sabía como actuar frente a el. Le había dado en el clavo. 
 
— Iremos a pie. Ay un restaurante bastante cerca de acá.
  - Kay asintió con la cabeza dejándose guiar por este. Estaba perdido en sus pensamientos. En que pensaba? En ese momento en el que su corazón le quiso salir del pecho. En pocas palabras. El momento en el que su cuerpo se derritió por el calor del mayor.
 
— Oye.. Vamos. Te quedaras ahí parado todo el tiempo? Entra. — Shon se canso de insistir y se acerco lentamente a el mientras le regalaba una mirada fría y penetrante. — 
    H-he? Q-que pasa?.. - Este intento alejarse un poco dando un paso hacia atrás. Ya no confiaba en lo que pudiera hacer el. — Shon se lanzó encima de el contrario encerrandolo en un profundo beso. Tal vez solo fue por hacerle una maldad o su instinto lo llevo a eso.
 
    Se alejo lentamente dejando un camino de saliva entre ambas bocas... Dejando al contrario deseoso de más. Kay quedo con los labios hacia arriba necesitando más de esos fríos y soportantes labios. — Pareces un perrito desamparado. — Le dijo Shon burlándose de el. Algo de el le provocaba bastante gracia y no era su cara de peluche sin dueño.
 
— P-p-por que hiciste eso? - Le replico Kay apenado. El rubor en sus mejillas había aumentado más de lo necesario. Eso había sido repentino.  — Pero bajaste de las nubes no? — Claro.. Bajar.. Bajo de las nubes para volver directo al espacio. — Pff.. — Este sin decir nada entró en el restaurante dejando al contrario afuera ignorandolo completamente.
 
    Luego de varios segundos este entro en el restaurante y lo primero que había visto era la hermosa cabellera de Kay. Caminó hacia el pero no parecía darse cuenta que el mayor había entrado. Estaba perdido en ese recuerdo. Sus labios aún saboreaban la lengua de Shon sobre la suya. — Estas pensando en mi no? Lo se.. Soy difícil de olvidar. - El mayor se sentó sin pedir permiso ni nada y luego de pedir el menú solo se burló levemente de el. — Pff.. Ya quisieras. — Este volteó su rostro nuevamente sonrojado a un lado. No podía creer que alguien tan frío y simple provocaba tanto en su cuerpo y su cabeza. 
 
    El mozo había llegado con ambos menú. — Hmm puedes traerme.. 2 rebanadas de pastel con crema y una para llevar por favor?.. Ah y un vino... Tu que quieres pedir?.. — Kay volteó rápidamente su rostro hacia donde el mayor. Le había tratado de "Tu" de alguna forma le parecía excitante y provocador. Siempre lo habían llamado como "Usted". — N-no no quiero nada.
 
    Shon soltó una leve carcajada al momento en el que el mozo se retira. No dejo de mirar al contrario tan callado. — Y tu de que te ríes?.. Acaso soy un payaso?.. — Le dijo Kay casi susurrando. — No. Solo me divierte ver tu rostro. Deseas otro beso mio¿no? Tus labios te delatan. En la forma en la que los mueves y como brillan tus ojos de forma codiciosa. — Lo había desnudado con unas simples palabras. Cualquier cosa que este podría a ver respondido sería una estupidez y lo delataría aun mas. — No te importa.. — Vaya respuesta. Estupido.. Te esta desarmando parte por parte.. - Pensó Kay. -
 
    El mozo había llegado con las órdenes. Era extraño ver a Shon tan servicial y sonriente con alguien de otra compañía. — Hmm gracias. — Este le sirvió una copa de vino al contrario mientras le miraba esos azules ojos que penetraban hasta el más fuerte muro. — El vino es mejor si lo conservas en tu boca mientras está frío. O saborearlo en el cuerpo de alguien. 
 
    Rápidamente Kay dio un leve salto sobre la silla. Las palabras de Shon cada ves lo sorprendían mas. — Q-que? A que te refieres con es... Thzz.. Ni siquiera me importa. — Claro. No te importa y te derrites por que el haga eso contigo.. En que diablos pienso..! - Replicó este en su mente negando con la cabeza. -
 
— Solo disfrutemos el momento y saboriemos el dulce vino...
 
       — Varios minutos luego —
 
Habían terminado de comer. Aún sobraba un poco de vino y el pastel que había pedido para llevar.. — Listo. Salgamos. — Al pagar la cuenta dejo un billete del cual estaba claro quedaba bastante dinero. Pero a el le sobraba que importaba eso?. Al salir afuera el contrario aún no había dicho una palabra. Ya estaba anochesiendo y cada ves estaba más frío el ambiente. — Hablandome así. Quien se cree? Se cree el dueño de todo por que tiene un cuerpo tan marcado y labios firmes. Pero que digo si eso es lo que más mata de el. - Pensaba profundamente Kay. Era inevitable dejar de pensar en esos labios. -
 
— Te espero mañana a penas se oculte el sol. Habitación 193 en el hotel " Logh Fine " no te pierdas. — Al decir eso corto el momento retirandose de tal lugar. — Esta bi.. — A penas miraba hacia arriba ya no estaba ahí. Se lo dijo como si estuviera seguro que no lo rechazaria.. 
 
         — Hasta el próximo. —

Notas finales:

Gracias.


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