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Bendita gorra. por Onny

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— ¿Dónde puñetas habré puesto la gorra? — se preguntaba Jiminnie mientras buscaba en todos los rincones de la habitación que compartía con sus compañeros de grupo — Juraría que la dejé aquí…

 

Rap Monster, Jin y Suga, los tres mayores, se encontraban grabando una de sus canciones pre-debut “Adult Child” y la maknae line acompañados de J-Hope habían pensado ir a hacer unas compras al supermercado mientras los otros estaban fuera.

 

Resignado, Chim Chim se dirigió al salón, murmurando por lo bajo ante la repentina desaparición de su gorra favorita. Se pasó la mano por el pelo mientras atravesaba la puerta y entonces lo vio. A su Hyung con su gorra en la cabeza.

 

— ¡Hyung! — se quejó el chico, provocando que J-Hope se girara extrañado ante la voz molesta de Jimin.

 

— ¿Qué pasa, Chim Chim? — preguntó el mayor.

 

— ¿Se puede saber quién te ha dado permiso para coger MI gorra?

 

— Oh, venga Jimin, no es para tanto ¿no?

 

— No es para tanto, no es para tanto, blah blah blah… ¡Lo es porque me la iba a poner yo!

 

Las cabezas de JungKook y V viajaban de un Hyung a otro, como si estuvieran contemplando un partido de tenis, y estuvieron así unos segundos hasta que se miraron entre ellos y suspiraron. Cuando esos dos empezaban una pelea, solo había una manera de solucionarla, y no era algo apto para menores de edad o personas inocentes, por lo que ambos decidieron desaparecer silenciosamente de la escena. Dejarían el apartamento despejado durante un par de horas.

 

Tras unos infinitos minutos de discusión inútil Jimin resopló y se giró, con la intención de volver hacia la habitación y entonces J-Hope lo cogió de la muñeca y tiró de él, acorralándolo contra la pared con su cuerpo, dejándolos tan cerca que incluso sus respiraciones se habían convertido en una.

 

— Park Jimin, ni se te ocurra dejarme con la palabra en la boca — gruñó el mayor tan cerca de los labios del otro que la respiración de Jimin se trabó por un momento.

 

— Es que la gorra es mía… — se quejó inútilmente el otro.

 

— A ti nunca te ha importado que una chaqueta fuera mía para ponértela — recalcó Hoseok.

 

Rindiéndose ante la derrota Jimin bajó la mirada al suelo, con el ceño fruncido y sintiéndose como un niño una vez más. Últimamente eso le pasaba mucho con J-Hope y ni siquiera sabía por qué. En esos últimos días había estado ansiando continuamente mimos y tratos dulces de parte del mayor, pero tenían muchas cosas que hacer con su pre-debut y apenas habían tenido tiempo para ellos mismos.

 

—Mírame, Jimin — murmuró el mayor.

 

Hoseok levantó la barbilla del menor con dos dedos de su mano derecha y obligó a que sus miradas conectasen y se quedasen fijas la una en la otra. J-Hope le dedicó una sonrisa a Jiminnie, acción que provocó un suave sonrojo en el otro y que este se mordiera el labio en un acto nervioso.

 

En un rápido movimiento el mayor unió los labios de ambos en un beso. Principalmente un roce, simplemente posó sus labios sobre los del menor, pero entonces supo que no tenía suficiente.

 

Lamió el labio inferior de Jimin con insistencia hasta que este abrió la boca, permitiéndole la entrada al húmedo músculo mientras su cuerpo comenzaba a temblar con insistencia, J-Hope siempre tenía ese efecto en él.

 

Las manos de Jimin subieron dubitativamente por el pecho del mayor hasta que ambas se entrelazaron detrás del cuello del mismo mientras que las manos de Hoseok vagaban por el vientre de Jiminnie hasta detenerse en sus caderas.

 

— Vamos a la habitación, por favor — rogó Jimin con un suave tono desesperado.

 

J-Hope, sin poder resistir a la petición, se separó del cálido cuerpo del menor solo para poder llevarlo de la mano hasta la habitación plagada de literas. Sin detenerse se acercó a la cama del menor y lo lanzó sobre ella con un movimiento rápido.

               

Jimin rebotó un par de veces en la cama y entonces cualquier rastro de movimiento desapareció al montarse el mayor sobre él, atacando su boca de nuevo, esta vez de una manera mucho más agresiva que antes, buscando saciar esa dependencia que ambos sentían por el otro y que últimamente había estado creciendo y acumulándose.

 

J-Hope metió las manos bajo la camiseta de Jimin, prenda que no tardó en volar a través de la habitación, quedando olvidada junto a la pata de una de las camas. Tras esa, una a una, toda la ropa que cubría la piel de ambos chicos desapareció de sus cuerpos. Dejando piel pálida y cremosa al descubierto.

 

Una vez que ambos se encontraron completamente desnudos J-Hope se tomó el derecho de observar con tranquilidad el cuerpo del menor. Siempre le había gustado observarlo, desde que empezaron a hacer el amor, e incluso antes, desde que lo veía quitarse aunque fuera la camiseta.

 

Recorrió toda la extensión de su cuerpo, desde el sonrojado rostro hasta los tobillos. Se podría decir que Jimin era enteramente una obra de arte y no solo su cuerpo, sino también su personalidad, ese chico tan feliz y vivaracho, tan animado e hiperactivo. Tan gracioso y, a la vez, tan cariñoso.

 

Finalmente J-Hope se cernió de nuevo sobre el cuerpo de su Dongsaeng y alargó el brazo para alcanzar la mesita de noche, dónde descansaba escondida una pequeña botella de lubricante. Hoseok salpicó un poco del líquido sobre sus dedos y lo frotó, calentándolo ligeramente antes de llevar su mano hacia abajo por el cuerpo de Jimin, hasta llegar a su rosada entrada. Los dedos del mayor rondaron burlonamente el fruncido agujero, provocando escalofríos en el cuerpo del menor y maldiciones provenientes de sus labios. La mano libre del Hyung se dirigió al erecto miembro de Jimin y comenzó a acariciarlo, con un movimiento suave pero constante, buscando el llevar al otro a la locura.

 

— Hyung… — gimoteó Jimin mientras se retorcía en busca de más fricción y contacto.

 

— Shhh… tranquilo, no seas impaciente — murmuró el mayor en tanto introducía el primer dedo en el cálido interior del otro.

 

El aire desapareció de los pulmones de Jimin durante unos segundos. La leve quemadura le recordó el hecho de que hacía bastante tiempo de la última vez que habían estado conectados de esa manera y su cuerpo se había desacostumbrado. A pesar de eso empujó su cuerpo hacia abajo, hacia los dedos de J-Hope, necesitaba que lo hiciera rápido. Necesitaba la conexión que provocaban sus miradas entrelazadas, sus alientos entremezclados y sus jadeos y gemidos escapando sin poderlos contener.

 

Un segundo dedo se unió al primero y J-Hope los abrió en tijera para poder dilatar algo más la apretada y cálida entrada del menor, procurando siempre tener cuidado para no hacerle daño al otro.

 

— Por favor… por favor no más… te necesito — lloriqueó Jimin.

 

El susodicho agarró a J-Hope por los hombros y tiró de él hacia abajo para un beso. Haciéndole caso al menor, puesto que él tampoco estaba por la labor de esperar, rebuscó de nuevo en el cajón, esta vez a tientas, hasta que dio con uno de los pequeños sobrecitos plateados que guardaban allí. Se separó de los labios de Jimin para poder rasgar la envoltura y colocar la funda de látex sobre su erección.

 

Salpicó un poco más de lubricante sobre su mano y lo frotó a lo largo de su miembro, facilitando de esa manera la penetración. J-Hope presionó a punta de su erección contra la entrada de Jimin y empujó lentamente hacia delante. La bulbosa cabeza atravesó el anillo de músculos y el resto del deslizamiento fue mucho más fácil. Gemidos y jadeos entrecortados escapaban de los labios de Jimin mientras su cabeza giraba de un lado a otro sobre la almohada.

 

— ¿Estás bien? — preguntó el mayor en un susurro ahogado.

 

Jimin asintió rápidamente con la cabeza ante la pregunta y un largo gemido salió de su garganta cuando J-Hope tocó fondo en su interior. El mayor se quedó quieto durante unos instantes, esperando a que el cuerpo de Jimin se acostumbrase a su longitud.

 

A duras penas logró no hacer ningún movimiento puesto que el estrecho y cálido canal del menor lo rodeaba, provocando en el escalofríos que hicieron temblar todo su cuerpo de necesidad hasta que, finalmente, Jimin movió las caderas indicando que quería más, que quería que J-Hope se moviera en su interior, que quería que lo hiciera suyo de nuevo.

 

— Muévete — susurró respaldando sus acciones.

 

Hoseok empezó con un lento movimiento, saliendo casi por completo, dejando tan solo la punta en el interior del menor antes de empujar profundamente de nuevo hasta quedar totalmente hundido. Jimin rodeó con los brazos el cuello del mayor y enredó sus dedos entre las hebras oscuras del pelo de J-Hope. El mayor no pudo hacer otra cosa más que dedicarle a Chim Chim una mirada de adoración y bajar sus labios hasta que estos encontraron los de Jimin y se fundieron en un profundo beso que hizo que saltaran las chispas entre ellos dos.

 

J-Hope bajó la mano derecha en una lenta caricia por el cuerpo de Jimin hasta que llegó a su muslo y entonces subió la pierna, dándole a entender al otro que rodease su cintura con sus piernas, cosa que Jimin hizo encantado puesto que esto facilitaba los empujes y los hacía más profundos a la vez.

 

Los movimientos de Hoseok se volvieron más rudos poco a poco, más rápidos y más desesperados. Necesitaba estar tan profundo en el interior de su Dongsaeng que sintiera que eran uno solo por lo que en un rápido movimiento colocó a Jimin en cuatro debajo de su cuerpo. Se inclinó hacia delante, descansando su pecho sobre la espalda del otro y agarró su cadera con la mano derecha y su hombro con la mano izquierda, buscando un apoyo para poder volver las estocadas más duras y profundas.

 

— Ah… ¡Aaah! — Jimin gimió fuertemente cuando notó como la erección de J-Hope frotaba su próstata repetidamente. Aquello se sentía tan bien… — Hyung, tócame — rogó el menor en la agonía de la pasión.

 

Una sonrisa se formó en los labios del mayor y alargó la mano que descansaba en la cadera de Jimin hasta su miembro, sacudiéndolo entre su mano repetidas veces.

 

— Córrete para mí, Jimin, dame tu placer — susurró sensualmente el mayor en el oído del otro.

 

Un rápido escalofrío recorrió la columna vertebral de Jimin y un último gemido antes de que su blanca y nacarada semilla manchase la mano de J-Hope. Ante la repentina estrechez del canal del menor J-Hope no pudo contener su propio orgasmo y se corrió con fuerza llenando el preservativo con su semen.

 

Se quedaron así, Jimin en cuatro y J-Hope justo detrás de él hasta que pudieron recuperar un poco el aliento. El mayor salió cuidadosamente del interior del otro, quien se dejó caer boca abajo en la cama, aun jadeando ligeramente, sonrojado y sudando, completamente saciado mientras Hoseok le hacía un nudo a la funda de látex y atinaba a tirarlo en la papelera antes de dejarse caer junto al cuerpo del menor.

 

— Deberíamos recoger antes de que lleguen V y Kookie y se traumaticen — murmuró J-Hope.

 

— Deberíamos — bostezó Jimin.

 

J-Hope rio y rodeó el cuerpo de Jimin con un brazo antes de taparlos a los dos con la sábana.

 

— Supongo que eso es un “Después” — murmuró pero Jimin ya se había quedado dormido — Bendita sea la gorra y tus berrinches, Park Jimin.


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