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Un canto... Un tanto codiciado por RosevNagato

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Notas del capitulo:

Estos personajes, no me pertenecen para nada.

Los estoy pidiendo prestado por este fic ^^ 

Bueno nos vemos en la despedida.

"¡¡Abuelo!! ¡¡Abuelo!! ¿Ahora que más me contaras sobre las medusas?"

"¿Abuelo? ¿A donde vas? No... ABUELO... ¿Donde vas? No me... Dejes en esta soledad... Abuelo..."

.

.

.

Y así el ahora, desesperado y enloquecido albino, cayó de su vieja, pero especial cama en la cual se podía refugiar en aquella casa, del que estaba orgulloso de vivir, alejado... de todos, ni siquiera los basureros pasan por ahí; no obstante eso no era lo más importante en su agenda, el aún tenía que descubrir, quien era su gran "Master".

- Solo basta con escuchar una dulce voz - mencionó un poco frustrado, al no hallar una voz así - Abuelo... Esta misión es muy difícil - se mordió su labio rosa inferior y buscando con urgencia su escudo, que lo protege de ese mundo y que le vean su rostro, otra misión que le encomendó su querido abuelo.

No tenía ganas de comer, ni ganas de hacer nada, en otras y crudas palabras aquella pesadilla se volvía parte de su miserable vida, las únicas que le quedaba en este mundo, que lo hacían ponerse de pie, eran encontrar a su "Master" y su anhelada melodía en alabanza hacia las medusas y su amado abuelo. Estaba listo de salir de casa, a punto de partir en busca de su "Master" mas se olvido de traer consigo, su , medusa azul y su reluciente paraguas transparente, que siempre lo lleva en alto.

- Por favor, hagamos un esfuerzo y deja salir, tu melodiosa voz... ¡Master! - dio un gran grito a todo lo que los pulmones podían, bueno aunque el sabía que solo eran artificiales y le frustraba más que todo el esfuerzo empleado en esta misión.

No sabía cuando o donde se encontraba, solo lo que lo mantenía en alerta eran su oídos, lo demás le pertenecía a un mundo vacío, sin nada, inerte, como siempre lo fue y usaba aquellas emociones, si es que así se les podía llamar para que la gente lo vea alegre, tan vivo pero incapaz de sobrellevar su pasado y poder sonreír de verdad, como lo hacía con su abuelo pero al parecer ahora solo andaba con esa rota sonrisa que esperaba por ser... Reconstruida, sin embargo era tarea difícil, puesto que el nunca interactuaba con alguien o alguien le hablaba.
Tan sumido en aquel inerte mundo que eran sus pensamientos, sobre lo pobre que era vivir así, tan infeliz e hipócrita.
Poco a poco se adentraba más al centro de la cuidad, cada paso de inseguridad que daba era acompañado de la acompasada melodía que entonaba entre susurros y ejercía un poco de presión en la figura de flepa que yacía en una de sus brazos con una reluciente sonrisa, opacada por la sombría y demacrada figura del dueño.

- Reposando en la orilla del mar... - buscaba entre aquel saco de color humo suave, su transparente paraguas para cubrirse de lo que el llamaba "Lluvia de estrellas o nubes"

Nadie que lo oía decir eso lo entendía, eso era imposible si lo veías desde un punto de vista común, pero el lo veía distinto a las demás personas, esa era la razón que siempre tuvo en su mente.

"***** sabes... Tu tienes un rostro diferente a las demás personas, tu eres especial y por eso quiero que uses esta máscara" 
"Todo lo que mi abuelo diga..."

Esos recuerdos lo hacían sentir cálido y también devastado, mas el seguía con una sonrisa dibujada en el rostro sin importar que.

Mientras más avanzaba más oscuras y peligrosas se volvían los senderos, a la vez que en el cielo se formaba un tono azul noche con un oscuro naranja de atardecer a punto de ser asesinado por la misteriosa noche, acompañado de las estrellas y la gran luna. Al fin llego, llego al centro de la ciudad de Midorijima en busca de su "Master" aún así sea tan tarde, lo encontraría.

Pasaron horas y cierta cantidad de minutos, nada, ya iban a dar las diez en punto de la noche. Estaba decidido a tirar la toalla por ahora, mañana reanudaría su búsqueda para ver si hallaba a quien iba a servirle, hasta que este se durmiera igual que su abuelo.
Suspirando pesadamente, trepó hábilmente una de las casas de aquellas humildes calles, acomodándose en el tejado de esta residencia, dejando a su pequeño e inerte compañero a su costado, sin borrar su sonrisa.

- Hoy hay más estrellas que en todas las noches... - apreció aquel tremendo paisaje de aquella extensa isla, un poco impresionado de no haberlo notado nunca, bueno hasta ahora.

Se quedó maravillado con esa espectacular visión, tanto tiempo. Una vez reaccionó, tomó el paraguas y miro al cielo tan estrellado e ilumida por estas y su gran luna, ya sabía lo que iba a venir así que sin pensarlo más de un par de veces, desvío su vista hasta toparse con la pequeña figura de una medusa sonriente, iba a cantar su misma canción como lo hacía todos los días, por las noches.

- Linda forma de terminar tu rutina, Clear... - esbozó una dolida sonrisa y se preparó pera poder entonar aquella melodía que se la sabía desde los... Ni si quiera recordaba que edad tenía, era una máquina echa con sobras de órganos artificiales.

Lanzó su mirada hacia la imenza luna acompañada de las infinitas estrellas, así cerrando sus ojos, empezando con la dulce, suave y relajante sinfonía que brotaba de aquella rosa boca, que nadie la ha conocido. Los oyentes no dudaron en aparecer, gracias a su grandiosa voz angelical.

Lanzó a través de su máscara una rota e infeliz sonrisa, que también se hizo presente en su voz que poco a poco quería quebrarse en un estrepitoso llanto, sin embargo como su voluntad se hizo a ñicos, estalló en un llanto leve... Un llanto tan angelical, mas todos sus oyentes se fueron a excepción de cinco espectadores se quedaron embalsamados y un tanto destrozados por el problema que se hacia presente en su voz, al momento de cantar, dejando de lado a los oyentes el pequeño de ojos magenta, se repuso en un instante gracias al sistema instalado en su ser, reanudando el canto pero esta vez no con la misma potencia sino con un tono quebrado añadido gracias a la montaña de recuerdos retenidos en su memoria.

Los cinco oyentes, sin pensarlo se decidieron o se pusieron de meta, lo mismo.

- Te ayudaré... Y algún día si nos llegamos a conocer, espero ser la persona que te haga feliz.

Y así cayó el telón de aquel espectáculo. El portador de esa dulce voz se retiro con gruesas lágrimas sobre sus mejillas coloradas.
Sin más, los cinco espectadores se quedaron estupefactos y decidieron seguir al dueño de esa codiciada voz, a los cinco les cautivo aquella voz y se enamoraron de está, como sería enamorarse del portador de está, y lo malo de esta situación fue que los cinco oyentes que quedaron prendados de esa voz casi perfecta fue que entre los cinco tenían ya lazos fraternales bien puestos.

Sin embargo, por otra parte el pequeño portador de la medusa no se dio cuenta de que su voz era tan exuberante, como para que cinco personas se enamoran de ella con tan solo oírla una vez. El no lo sabía, había descartado todo rastro de aquel halago de parte de su abuelo... Dirigiéndose entre los barracones que conforme iban avanzando las horas se volvían más siniestros y peligrosos, siendo el alguien en ciertos ámbitos inocente... Estaba de paso entre los callejones, que venían a ser el Bajo mundo.

- No te desconcentres... Sigue el camino a casa - se repetía una y otra vez, en voz baja producto de esto hizo que se produjera un leve gas color blanco, saliendo de su máscara de gas, en esas zonas se sentía mucho frío, a pesar de ser primavera.

Unos confundidos, otros mirándolo interrogante, su objetivo siempre fue un pequeño hombre de cabellos albinos, con una máscara de gas... Aunque solo una persona de las cinco, lo vio con más interés...

Ahora si este espectáculo, no tan feliz que digamos. Término.

 

Notas finales:

Gracias es todo por este capitulo es pero me dejen sus Rewies (O como se ecriba uu)

Nos vemos en el siguiente capitulo 

Atte: Rose Nagato


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