Mi "alegre" vida empezó un 2 de agosto cuando nací en Japón, era un niño saludable y fuerte. Mis padres estaban lloraban de la felicidad de tenerme ya que era su primer hijo y heredero de la empresa que recién se había formado pero que tenía un brillante futuro por delante. Mis primeros años fueron los mejores, era feliz, tenía todo lo que quería y más. Con mi padre salíamos a jugar por las tardes y al regresar mi madre me bañaba y me leía un cuento antes de irme a dormir.
Tenía muchos amigos en Japón. En esos tiempos no tenía que preocuparme por nada solo era consentido y mimado por mis padres, realmente era el niño más feliz que pudiera haber.
Ya cuando tenía diez años nos mudamos a América ya que mi padre consiguió expandir su negocio y necesitaba estar viviendo allí para controlar de que todo esté bien. Aquí empezó mi vida de mierda, como era extranjero nadie se acercaba a mí, no tenía ningún amigo. Yo iba con los demás niños pero como aún no sabía hablar correctamente Inglés no podía comunicarme y se terminaban rindiendo conmigo. Ya dos años después conocí a Tatsuya, mi hermano, él también era Japonés y me alegré tanto de tener un amigo. Con Tatsuya desarrollamos una pasión por el Basketball y practicamos juntos hasta los 19 años.
Aquí empezaron mis problemas, noté como mi vista seguía de más a mi hermano y como prefería estar con él en vez de con cualquier otra persona. Chicas me invitaban a salir pero el rostro de Tatsuya se me cruzaba en la mente y las rechazaba.
Hasta que por desgracia me di cuenta de que lo que sentía era amor, me costó aceptarlo y llegar a la conclusión de que era...gay. Lo negué tantas veces tratando de encontrar otras respuestas como que solo era admiración, pero luego de analizarlo siempre llegaba al mismo punto.
Seguí con mi amor unilateral por un año más. Un día escuché a mis padres hablar sobre encontrarme una prometida para unir empresas yo inmediatamente interrumpí y decidí no callar mi orientación sexual. Terrible decisión.
-Yo no críe un hijo así.- Decía mi madre entre sollozos.
-¡¿Qué has dicho!? ¡No te crié para que me pagaras con esto!, me das asco. No te quiero volver a ver más yo ya no tengo hijo.- Mi padre estaba furioso, me pegó una cachetada que me dejó una marca roja al instante.
Mandaron a los empleados hacer mis maletas y me echaron de la casa. Ese día no tenía a donde ir y le pedí a Tatsuya que me ayudara. Él preguntó muchas veces por que me habían echado pero me negué a decírselo. Fue tan insistente que no pude aguantar y me decidí confesarme. Segunda terrible decisión.
-¿Amor? ¿Acaso eres un asqueroso gay?. Yo te admiraba Taiga, realmente lo hacía. No quiero volver a ver tu asquerosa cara en mi vida.- Su rostro reflejaba sorpresa y asco ante lo dicho y nuevamente me quedé en la calle.
Mis padres me mandaron a Japón para librarse de mí y me enviaban dinero solo para que no hablara de que yo era su hijo. Allí entre a estudiar a Seirin en la cual conocí a Kuroko, fue como una pequeña luz entre toda esa obscuridad.
Bueno quizá para mí la tercera era la vencida. Luego de un tiempo y de haberme enamorado de él decidí confesarme pensando esta vez que realmente sería mutuo. Oh, pero que estúpido era, si la vida no me sonrió en los primeros dos intentos ¿Por qué lo haría en el tercero?
-Kagami-kun yo ya estoy saliendo con alguien, realmente lo siento no puedo corresponder a tu sentimientos. Me gustaría solo conservar nuestra amistad.
Ese fue el puñal definitivo en mi vida. La vida se reía de mi, todos se reían de mí, yo también me reía de mi.
¿Cómo alguien como yo podría ser feliz? Jamás debí haber nacido, y ahora ya no me importaba nada, ni siquiera mi propia vida...