—C-Cedric... por lo menos podrías hacer un esfuerzo por ayudarme-decía el castaño tratando de ayudar a su ebrio amigo a llegar a la puerta de su casa- pe-pesas...
—Como si tú fueras tan liviano... ¿Insinúas que estoy gordo?-reclamo este con voz de borracho acercando la cara a su amigo y mirándolo molesto, este volteo hacia otra parte fastidiado y algo asqueado por el olor a alcohol de Cedric, ya bastante tenía el castaño con tener que cargar a un ebrio que apenas se sostenía en pie.
—No tengo ganas de pelear con borrachos-respondió de manera cortante mientras sacaba las llaves del bolsillo de su amigo.
Abrió la puerta de la casa y como pudo hizo que el rubio entrara con él sin que se estrellase con la puerta. Cerró la entrada de una patada y camino hasta las escaleras con su amigo apoyado en el hombro. El subir las escaleras fue toda una odisea, prácticamente había tenido que arrastrarlo escalera arriba, Cedric apoyaba todo su peso en él y no hacia ningún esfuerzo para moverse. Era como cargar un cadáver (no es que él hubiese cargado uno antes, pero imaginaba que era igual).
Después de semejante tortura por fin llegaron al segundo piso, y gracias a Dios que la habitación de Cedric era la primera al subir pues de otro modo hubiese batallado aun más, abrió la puerta y lo arrasó hasta la cama, se detuvo junto a ella y lo lanzó al colchón dejándolo boca arriba y con una pierna en el suelo. El castaño suspiró aliviado y se recargó en la pared mirando a su amigo... ¿Cómo había terminado así?
*~Dos horas antes...~*
Sus compañeros de clase habían organizado una fiesta de navidad en casa de una de sus compañeras, intentó inventar excusas para no tener qué ir pero ninguna le había servido y al final Cedric lo había convencido de ir, no era qué se llevará mal con sus compañeros ni nada por el estilo, de hecho le caían bien y se llevaba de maravilla con todos, pero había veces qué no quería estar con ellos, estaba cansado por la temporada de exámenes y lo qué menos le interesaba era salir de fiesta. Pero en esa fiesta iba a estar una chica qué le interesaba a su amigo, era una amiga de Cris qué conocía desde la secundaria y qué curiosamente era conocida de la anfitriona de la fiesta.
—Cris... Hey Cris...-lo llamaba el rubio parado a su derecha.
— ¿Qué quieres Cedric?-respondió de mala gana el castaño mirándolo molesto.
—Sé qué no querías venir pero al menos podrías intentar no verte cómo si estuvieras en un funeral... Pero bueno, dejando tu amargura de lado, ¿Sabes a qué hora va a llegar Andrea?
—No, no se pregúntale a Viri...
—Dudo mucho qué me diga...-suspiró.- ¿Irías tu?
—Para nada…
—Porfavooooor, hazlo por mí ¿sí? Soy tu mejor amigo-insistió el rubio con una mirada de suplica.
—Bien, bien, yo iré...-dijo el castaño suspirando fastidiado.
—Gracias-respondió el otro sonriéndole.
Cris solo le dio la espalda y caminó por entre la gente, no solo estaban los de su grupo ahí si no qué estaba la mitad de la preparatoria, afortunadamente la casa de Viri era bastante amplia.
Aún no entendía por qué su amigo siempre pedía a los demás qué le presentarán chicas, no tenía necesidad alguna de ello… era de esos chicos guapos qué con solo estar presentes llamaban la atención de todas las chicas: era alto, rubio, de tez blanca, bien parecido, simpático (aún qué algo tonto a veces, pero sabía usar la cabeza) y tenía buenas calificaciones, era posiblemente lo más cercano a un chico perfecto según las expectativas de las chicas. En cambio Cris; era bajito, de cabello castaño, ojos cafés claros, tez blanca, delgado (por no decir escuálido, ya qué no tenía casi nada de músculo) y parecía niño de secundaria pese a estar ya en 3er semestre de preparatoria, era simpático pero las chicas lo consideraban muy inmaduro y sus calificaciones no eran malas pero no era precisamente sobresaliente. Cedric atraía a las chicas con facilidad, en cambio él tenía qué buscar la manera de conquistarlas, y, para empeorar todo, en lo qué llevaba de preparatoria no había conseguido novia, pese a haber intentado conseguirla varias veces, las únicas 7 veces qué se le habían declarado en casi un año y medio de escuela habían sido hombres, incluso comenzaba a creer qué había algo mal en él o qué estaba maldito…
Después de dar vueltas por toda la casa por fin dio con la anfitriona, Viri estaba en el jardín trasero de la casa con algunos chicos y chicas de otros grupos platicando muy divertida.
—Viri, te estaba buscando...-la llamó Cris entrando al jardín.
—Oh... Espera...-dijo la pelirroja volteando hacía él y luego con los otros- denme un minuto -les dijo a los demás y se acercó a Cris dejándolos platicar entre ellos- ¿Qué pasó?
—Nada malo no te asustes, aun no hemos incendiado nada, pero Cedric quiere saber a qué hora llegará Andrea...
—Oh ya llegó hace como diez minutos, dijo que estaría en el segundo piso
—Ok gracias, bueno te dejo, iré a buscar a Cedric para decirle
—Claro, suerte –dijo la chica y se giró para volver con sus amigos, Cris les dio la espalda y camino hacia la puerta de cristal de la casa y antes de entrar se topó con Cedric.
— ¡Cris! Te estaba buscando ¿Qué te dijo? ¿Si va a venir?-pregunto él rubio con una sonrisa.
—Dice que ya llegó, está en el segundo piso
— ¡Perfecto! iré a buscarla, gracias bro-dijo el rubio con una amplia sonrisa y dándole una palmada en el hombro a su amigo para después correr abriéndose paso entre la gente para llegar a las escaleras y subir.
Mientras el castaño se quedó en la primera planta, se sentó en uno de los elegantes sofás y se puso a jugar en su celular para matar el tiempo. No pasaron ni quince minutos cuando su amigo ya estaba de regreso, el rubio se paró junto a él con una sonrisa de medio lado y cara de desilusión.
— ¿Qué pasó? ¿No la encontraste?-se aventuró a preguntar el castaño.
—Sí, si la encontré pero...-guardó silencio unos segundos, desvió la mirada y se llevó la mano a la nuca, había algo de decepción en su voz y ya no había rastro de sonrisa alguna- bueno no importa -sonrió de nuevo y habló con un tono más animado- ¿Te quieres quedar? ¿O vamos a otra parte?
—Sabes qué ni de chiste me quedaré aquí, así qué ¿A dónde sugieres qué vayamos?
—A un bar, tengo ganas de tomar... ¿O prefieres ir a otro lado?
—Dudo qué nos dejen entrar... somos menores de edad Ced
—No te preocupes por eso -dijo abrazándolo del cuello con un brazo y parándose a su lado- se a donde ir, yo conduzco -dijo llevándolo consigo antes de qué pudiera responder, caminando entre él mar de gente en la sala hasta llegar a la puerta del frente y salir soltándolo del cuello para caminar al coche, Cris se quedo parado delante de la puerta mirándolo con una ceja levantada- sube...
— ¿No crees qué deberíamos avisarle a Viri?
—Nah dudo qué se dé cuenta de nuestra ausencia hasta qué todos se vayan-respondió subiendo al coche con una sonrisa, siempre estaba sonriendo, era tan raro verlo serio, triste o enojado, a veces se preguntaba qué era lo qué pasaba por la cabeza de Cedric. Resignado, se subió al coche con él, sentándose en el asiento del copiloto, lo miró de reojo, y se topó con que el rubio lo miraba divertido y con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?-preguntó.
—No, solo qué me sorprende qué me hayas hecho caso...
—Disfruta tu victoria, ahora larguémonos de aquí-él rubio rió a carcajadas encendiendo él coche y comenzando a conducir. Cris encendió la radio y se puso a cambiar de estación hasta encontrar una en qué pasarán una canción interesante, se detuvo en una estación de canciones en inglés, estaba sonando “Anthem of the lonely” de Nine lashes.
Ambos estuvieron en silencio todo el camino, disfrutando de la música y cada quien perdido en su nebulosa. No trataron mucho en llegar, se detuvieron delante de un bar elegante en el centro, no era muy grande y parecía estar cerrado, Cedric se bajo del auto y Cris igual, ambos se quedaron unos segundos ahí parados hasta qué Cedric habló.
—Este es el bar de un amigo... No abre hasta más tarde pero él está aquí desde temprano
—Y decidiste aprovechar qué no está abierto al público para qué pudiéramos entrar sin problemas ¿No?-interrumpió el castaño mirándolo de reojo cruzado de brazos.
—Exacto-respondió el rubio con una sonrisa divertida y entró al bar con su amigo siguiéndole-¡Mike! ¡He venido a divertirme!-gritó para llamar la atención del dueño del local mientras Cris entraba detrás suyo, el tal Mike estaba parado detrás de la barra limpiando vasos.
—Mejor ve al circo entonces-respondió Mike cómo broma mirándolo con una sonrisa, el hombre se veía qué estaba ya en la veintena a lo mucho tendría unos 25 años, era un tipo alto tirándole al metro noventa, delgado aun que no demasiado (se notaba que iba al gimnasio), bien parecido, de cabello negro azabache y ojos grises, éste dirigió su mirada hacia Cris mirando al chico con curiosidad, al parecer Cedric rara vez llevaba amigos al bar- ¿Y quién es tu amigo?
—Oh el es Cristopher -el rubio volteo hacia el chico a su lado, al mencionado no le agradaba que le llamaran por su nombre completo e hizo una mueca- Cris, él es mi amigo Miguel aún qué prefiere qué le digan Mike-rió.
—Un gustó Mike-dijo Cris sonriéndole de medio lado y saludándolo con un gesto de mano.
— ¿Y qué los trae para acá?
—Bueno solo vinimos a tomar algo y a entretenernos-dijo Cedric acercándose a la barra para sentarse y Cris se sentó a un lado- quise aprovechar qué no abres hasta tarde...
— ¿Piensas tomar? Hombre su tu no aguantas el alcohol... hombre a las 4 cervezas ya estás bien pedo
—Para eso está mi niñera-dijo riendo y volteando a ver al castaño- ¿Verdad Cris?
—Supongo, de todas formas no me gusta la cerveza-respondió este encogiéndose de hombros.
—Bien entonces para el Güero una cerveza y para ti un refresco ¿No?
—Sip
—Qué aburrido Cris
—Si nos para el alcoholímetro es mejor qué agarren a uno sobrio qué a dos ebrios-dijo él mirándolo de reojo mientras Mike les servía.
—Bueno, bueno, ok-respondió el rubio riendo y haciéndole un gesto infantil a su acompañante.
Durante la siguiente hora los tres estuvieron hablando de cosas triviales; las noticias, deporte (en especial fútbol), autos, en fin, cosas de hombres. Todo el rato Ced estuvo tomando una cerveza tras otra, las bebía como si fueran agua y aun que Cris le decía que se lo tomase con calma este lo ignoraba y decía “no pasa nada". A las 5 o 6 cervezas a Cedric ya se le notaba lo borracho, incluso había comenzado a quejarse sobre las mujeres y lo crueles que estas eran.
— ¡No las entiendo! Son más complicadas que ese jodido cubito de los colores que es imposible de resolver...-empezó a decir.
— ¿Hablas del cubo rubik?-dijo Cris tratando de no reírse.
— ¡esa madre! Ese pinche cubito me caga... ¡Nunca lo pude resolver! Pero apuesto a que es más fácil resolver esa mamada que entender a las malditas mujeres ¿o me equivoco?
—Yo que sé, según me dijeron el cubo tiene un truco para resolverlo
—¡Pero hay manera de resolverlo! En cambio a un mujer ni de chiste la vas a entender... se quejan de que las tratan mal, de que los hombres no las toman en serio, que solo piensan en sexo o de que no son detallistas y no conformes con decir todo eso también dicen que todos son iguales y que no tenemos sentimientos, ya ni la chingan... luego cuando llega un hombre que es bueno con ellas, hace de todo por ser un caballero, busca hacerlas felices ¿Que hacen?
— ¿Lo mandan a la fiendzone?
— ¡Ja! Ese es el mínimo de los problemas... las muy desalmadas les dan alas, se aprovechan de ellos ¿Y sabes para qué? ¡Solo para terminar con el primer pendejo que se les cruza! Así no se puede... ¡Así no se pinches puede! -y de un solo trago acabó con lo que quedaba de cerveza en su vaso y lo estrello con la mesa.- ¡Sírveme otra!... o ¿sabes qué? Mejor sírveme un jodido tequila y doble, esto ya no es para andarme con pinche cervecita ¡Necesito tomar algo mas fuerte!
—Wey está bien que estés dolido pero no mames- dijo Mike inseguro de si debía servirle otro trago.
— ¡Tu sírveme y ya! Que te valga madre el resto
—Ced, bájale de huevos cabrón -le reclamó Cris, y después volteó con Mike- Sírvele el tequila nada más para que se calle
—Bien -respondió Mike y abrió una botella de tequila y le sirvió a Cedric el tequila doble que quería.- Casi nunca tomas así ¿qué te hicieron o qué?
— ¿Que te dijo Andrea?-preguntó Cris.
Cedric miró fijamente el vaso de tequila por un par de segundos y después lo tomo todo de golpe, carraspeo un poco y echó la cabeza hacia atrás quedándose con la mirada fija en el techo.
—Cuando la subí a buscar en el segundo piso estaba con un tipo hablando, iba a acercarme pero lo vi acercarse y besarla, me quedé donde estaba y los vi entrar juntos a un cuarto... no es muy difícil imaginar para qué -se quedó callado un segundo y bajó la mirada a la mesa, ni Cris ni Mike hicieron comentario al respecto.- no se qué pasa con ellas... primero lo de Elena y ahora esto... estuve un mes esforzándome por acercarme a ella... hice de todo... ¿para qué? Para nada... luego ellas nos acusan de ser quienes les rompen el corazón...
—La vida es injusta bro...
—Amén...-dijo Cedric mientras le extendía el vaso a Mike para que le sirviera otro trago.
*~ Hora actual ~*
Y así fue como Cedric término cayéndose de borracho, justo después de esa plática siguió bebiendo tanto tequila como pudo (hasta que Mike le arrebató la botella), entonces Cris decidió sacarlo de ahí y condujo hasta la casa de Cedric. Sin duda era una fortuna que nadie estuviese en casa de Cedric, los padres de él habían ido de viaje a Nueva York y su hermana menor se había ido a quedar con su abuela porque “no iba a quedarse sola con su hermano, el irresponsable " o al menos eran esas las palabras que ella usó antes de irse con la abuela. Si hubiese estado la madre de Cedric en casa seguro se hubiese infartado al ver el estado en el que había llegado su hijo y a Cris lo hubiese colgado por dejarlo tomar tanto.
El castaño dejo escapar un suspiro y se acercó a su amigo que ahora estaba boca abajo en el colchón cantando una canción de banda que había escuchado en el radio (aun que no se entendía lo que decía al tener la cara hundida en la almohada), lo tomó del pie derecho y comenzó a desatarle el zapato para quitárselo y lanzarlo al suelo, después hizo lo mismo con el izquierdo y caminó a un lado de la horilla de la cama parándose junto a Cedric. Metió las manos debajo de su cuerpo por un costado y lo hizo rodar en la cama para que quedase boca arriba.
—COMO PALOMAS VOLARON TODAS MIS ILUSIONEEEES~ Y YA SE HAN MUERTO MIS ESPERANZAS SIN TU QUEREEEEER! NO FUE POSIBLE LO QUE SOÑARON DOS CORAZOOOONEEEES POR QUE ME ENGAÑAS COBARDEMENTE FALSA MUJEEEEEEEEEER. ~b34;b34;-cantaba el ebrio de Cedric totalmente desafinado pero con todo el sentimiento del mundo, Cris no supo como aguantarse la risa. Sin hacer ningún comentario comenzó a desabrocharle el cinturón para quitárselo y ponerlo en el cajón de la mesa de noche.
—Wey ya, deja de cantar-dijo abriéndole el cierre de la chaqueta.- me vas a hacer sangrar los oídos, anda siéntate para quitarte la chaqueta -Cedric lo obedeció, como si fuese un perrito bien entrenado y dejó que le quitara la chaqueta y este solo la tiró al suelo, inmediatamente el rubio se volvió a tirar de espaldas en la cama tarareando la canción y Cris solo le tomo del brazo para quitarle el reloj y dejarlo en la mesa de noche.
—Cris...-dijo el rubio morando al techo, el castaño inmediatamente volteo a verlo.
— ¿Qué?
—Acércate -el castaño se acercó sin entender mucho, al estar ahí Cedric lo jaló del brazo para tirarlo en la cama haciéndolo caer sobre él.
—Wey ¿qué pedo contigo por qué hiciste eso? -reclamó este acomodándose en la cama y mirando al rubio desconcertado, este por otro lado lo miraba pensativo, puso su mano en la mejilla de Cris y la acaricio suavemente con el pulgar, Cris solo se quedo rígido mirándolo a los ojos sin entender nada.
— ¿Por qué no fuiste una mujer Cris?... todo hubiese sido más fácil así... entonces yo me hubiese enamorado de ti y no tendría que estar así...
—B-bro estas ebrio, solo dices incoherencias -dijo este nervioso y tratando de levantarse, entonces Cedric para evitarlo lo tumbó nuevamente pero esta vez colocándose sobre él, Cris le miró con los ojos muy abiertos y nervioso por lo que su amigo haría.
—Hubiese deseado que fueras una chica -volvió a empezar a decir tomando con suavidad el rostro del castaño, mirándole con aquellos ojos azules que todas las mujeres adoraban, la situación no pintaba nada bien. Entonces, comenzó a acercarse lentamente, llegando a rozar sus labios con los de él pero se detuvo antes de siquiera atreverse a besarle, le miro de nuevo a los ojos cruzando su mirada color de cielo con la mirada color avellana de su amigo de toda la vida, con una mano le quito el cabello de la frente y le acaricio el rostro para después hundir el rostro en su hombro.- sin duda hubieras sido una mujer hermosa... y te habría amado mucho -dijo en un hilo de voz justo antes de caer dormido sobre él, dejando a un Cristopher rígido, ruborizado y con el corazón desbocado.
¿Que había sucedido justo hace unos segundos?