Había un ambiente muy agitado entre ese vampiro (Roronoa Zoro) y el cazador (Trafagar Law), sus miradas desprendían odio e ira, mucho odio. Ambos solo se miraban y se quedaron así unos segundos.
-Ahh Roronoa-ya-el cazador rompió el silencio, el moreno solo suspiro-¿Por qué le hiciste eso a Kuroashi-ya?
-No sé de qué me hablas, no le echo nada a Sanji…-se alejó un poco de ese sujeto, lo encontraba odioso.
-Eso es lo que tú crees, pero él tiene un hechizo, un hechizo que nadie puede romper-lentamente se volvía acercar al peliverde. Zoro lo miro confundido ¿un hechizo?, no comprendía.
-Perdón, pero yo soy un vampiro-suspiro, más bien pareció una leve risita-no un brujo.
-Se perfectamente que eres-se seguía acercando al contrario-Pero el hechizo que tiene lo has causado tu…y se llama amor-esto último lo dijo con tono elevado y un claro enojo-pero claro, el me amara.
-¿Amarte?-subió un poco su tono de voz-él nunca te amara.
-Pues si no me ama, aprenderá hacerlo y no entiendo cómo pudo enamorarse de alguien como tú, pero estoy tranquilo-sonrió maliciosamente- desde que sabe lo que eres te teme y de eso estoy seguro.
Aquellas palabras resonaron en la cabeza del moreno ¿Sanji, te temía? Se quedó en trance, pensado aquellas palabras, no podía quitárselas de la cabeza. El tiempo pasó y se quedó aproximadamente un minuto así.
-No debes bajar tu guardia-el cazador se encontraba atrás del, le sostenía las manos con su mano izquierda y el la derecha tenía una estaca-Di tus últimas palabras, vampiro-solo había silencio como respuesta por parte del vampiro…
¿Cómo había terminado así? ¿Tanto amaba a ese humano? Pues sí, sin duda su primer y único amor de verdad.
-Sanji desde el principio me gusto-decía esto con una sonrisa en su cara-En ningún momento lo use y aunque quería beber su sangre, no soportaba la idea de que me odiara-el cazador se enfureció y puso la estaca en el pecho del peliverde, estaba listo para darle fin a su existencia-El tiempo que pase con el fueron los más felices para mí, Sanji es mi todo y desearía haberlo hecho feliz-cerro sus ojos, ya había dicho todo lo que tenía que decir y sin duda este sería su fin, le hubiese gustado haberse despedido de su rubio.
-Pero Roronoa-ya, tu hiciste que su vida fuera una mierda-dijo esto con completa seriedad.
-(¿Otra estupidez?)-pensó el vampiro.
-Tu mataste a su familia…Los cazadores Kuroashi ¿No recuerdas?-el vampiro abrió los ojos como plato ¿había escuchado bien?
Miles de recuerdo llegaron a su mente…
~Flash Back~
Era una noche de verano y había un calor sofocante, aunque fuera de noche. Aquel diablillo estaba junto a su amiga, Kuina, hoy sería la primera vez que bebería sangre humana ya que había cumplido 13 años, eso significaba mayoría de edad para los vampiros.
-Bien, Zoro debes entrar allí, primero tienes que dirigirte a la habitación matrimonial y asesinar al padre, él es un cazador muy fuerte, luego a la esposa y finalmente a la hija. Espero que lo hagas bien y te deseo suerte-el chico asintió con la cabeza de manera afirmativa, la azabache solo le regalo una sonrisa.
El moreno entro cuidadosamente por una ventana que se encontraba abierta, observo la casa, era demasiado fea para su gusto. Subió las escaleras sin hacer ruido, miro una habitación que se encontraba semiabierta, se dirigió a verla y se encontró con una niña rubia que dormía plácidamente.
-(Creo que me equivoque)-salió de la habitación sin hacer ruido y entrecerró la puerta, luego se dirigió a buscar la habitación matrimonial.
Paso de puerta en puerta y no encontraba la dicha habitación ¿Cómo podía perderse en una casa tan pequeña?, incluso entro 2 veces a la de la pequeña, ya estaba muy molesto.
Después de varias puertas más, por fin encontró la habitación, entro cuidadosamente y se quedó enfrente de las dos personas que estaban durmiendo una rubia y un azabache con raras cejas. Observo la habitación, tenía una cruz en la pared y se veían muy religiosos. Suspiro para luego acercarse al padre, tomo una almohada ya que estaba planeando ahogarlos y luego probar su exquisita sangre. “¿A qué sabrá?” se preguntó mientras proseguía con lo que estaba haciendo. Primero ahogo al padre, el no alcanzo a emitir ningún ruido y luego prosiguió con esposa, quien tampoco pudo siquiera gritar.
Y pues enfrente tenia a sus víctimas se sentía nervioso, era su primera vez ya que antes solo lo había practicado con animales. Suspiro, se posó al lado de los cadáveres y se quedó pensando unos segundos para luego enterrar sus filosas uñas en el cuello del sujeto, la sangre salpico al lado de su boca, el solo la saboreo. ¿Qué era esa extraña sensación?, quería más y más. Despellejo los dos cuerpos y saboreo la sangre, estaba empapado de ella, en especial sus manos.
Luego de haber terminado su deber se dirigió a la salida pero sin antes darse cuenta de que había una pequeña mirándolo con los ojos abiertos, pensó en matarla pero solo la miro fijamente, como queriéndole decirle algo.
-¿Por qué?-una voz muy tierna salió de la boca de la pequeña, se encontraba a punto de llorar.
-Simple, los vampiros somos malos-respondió orgulloso de ser uno, la dejaría vivir, pero solo para que contara la gran hazaña que había hecho con sus padres. La pequeña solo se puso a llorar como loca.
-¡Ayúdenme!-comenzó a gritar mientras gruesas lagrimas caían por su rostro.
-tks-el vampiro solo abrió la ventana y salió por allí. Corrió rápidamente a donde se encontraba su amiga, pero no la encontró, la busco un buen rato y ya comenzaba a salir el sol, Zoro se puso un poco nervioso, si no encontraba a su amiga su papá lo mataría-¿Dónde se metió?-pensó en voz alta mientras giraba la cabeza en todas direcciones. Pero simplemente nunca más la vio.
~Fin Flash Back~
Zoro tenía los ojos abiertos como platos, él fue el responsable de todo eso y nunca se dio cuenta, realmente se sentía fatal y nunca pensó que esa pequeñita enrealidad sería un pequeñito.
-Mi padre presencio todo eso, solo me dijo a mí, mi padre realmente estaba feliz de que ese cazador hubiera muerto, ya que él era mucho mejor que él-tenía la estaca aun en el pecho de este y le presionaba lentamente contra su pecho-realmente eres un vampiro conocido, incluso lo eras cuando eras tan solo un mocoso, pero bueno no lo serás más….
¿Cómo había pasado todo aquello?
Aquel vampiro se encontraba caminando, se veía alegre, esa alegría se debía a lo que recientemente había hecho pues mato a una mujer, se había vuelto un adicto a la sangre y claro, le encantaba. Siguió su camino, se dirigía a la taberna, como le encantaba beber sangre mesclada con sake, sin duda aterrador. Estaba a punto de entrar a la taberna, pero se fijó en un chico delgado, pálido, un hermoso cabello rubio y unos ojazos azules. Sin duda ese sujeto había llamado su atención.
Continuara…