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Matrimonio Concertado por Yami Red eyes

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Notas del fanfic:

 

No soy la gran escritora, solo escribo por hobbie por lo que acepto críticas constructivas, NO destructivas.

 

 

-Yami red eyes-

Notas del capitulo:

Naruto ni sus personajes me pertenecen, son originales del famosisimo Masashi Trol Kishimoto xD

Bueno pues, que más puedo decir... esta historia me vino en mente cuando leí otros fanfics que involucraban a Boruto y Sarada, dos Yaoi y uno Hetero. No se que tiene ese Boruto que realmente me llamó mucho la atención; no es porque sea una copia de mi personaje favorito en el fandom (Naruto Uzumaki) si no que tiene un no se que, que me encanta.Aunque sé que todavía no sale la peli, pero con los cortos que vi, mas o menos me di una idea de como eran todos.

Este fandom no es mi fuerte, así que espero no morir en el intento como la última vez xD....Creo que lo terminaré rápido, no me alargaré pues es la segunda vez que mi cabeza no tiene un final claro como en mis otros fics.

uf.... todavía recuerdo algunas secuelas feas de mi último intento en este fandom....a ver que tal....

 

-Yami Red eyes-

 

"He aprendido tanto de mis errores, que estoy pensando hacer unos pocos más"

 

Capítulo 1.- Pensando igual

 

Una armoniosa melodía asiática entre blues y jazz, acompañaba ligeramente la atmosfera del atardecer y el arrebol del cielo provocando una sensación de alegría y tranquilidad por toda la aldea de la Hoja. Parecía una tarde-noche especial, algo  mágica, suave, con aroma a romance esparcido por el aire, al menos así parecía para Sarada Uchiha; una chica de 13 años, cabello corto negro, de tez pálida y ojos azabaches. Ella era la primogénita de su siempre ausente y famoso padre Sasuke Uchiha y de la ninja médico rosa Haruno Sakura, era el orgullo de esta última, pues había dedicado todo su tiempo en amarla y complacerla desde que había tenido—por fin—el privilegio de convertirse en madre y esposa del Uchiha. Sakura había sacrificado mucho, le había costado demasiado trabajo, humillaciones y desprecios, lograr el obseso amor de Sasuke; pero ahora, todo había valido la pena y era inmensamente feliz, aunque Sasuke casi nunca la tocara, tenía todo el amor de su hija Sarada y con ese simple hecho podía vivir en su mundo de castillos en el cielo  

Sarada era una niña prodigio y una versión femenina de su padre con quién de vez en cuando podía convivir; ella era alegre, con la actitud positiva de su madre, pero reservada a la vez, culpa de sus genes Uchiha que no podía detener. Sus habilidades— eran sin duda—producto de la herencia ninja de su padre, sin el sharingan seguramente hubiera tenido más dificultades en aprender las técnicas destructivas de su madre, aunque necesitara lentes.

Aquella tarde había salido muy animada de su hogar al punto de encuentro con su equipo de misiones. El equipo Konohamaru, formado por Uzumaki Boruto, hijo del séptimo Hokage, rubio, poseedor de unos inefables ojos azules y carácter malcriado; después Mitsuki, hijo de Orochimaru , piel pálida exagerada, ojos rasgados dorados y cabello albino, de actitud despreocupada indiscreta; y por último—por supuesto— su maestro Sarutobi Konohamaru, nieto del tercer Hokage, de cabellos y ojos castaños, y actitud responsable; saldrían de misión, por primera vez, fuera  de la aldea; por lo que la idea de pasar la noche con su amado  Boruto la hacían cantar de ilusión.

Su sonrisa ancha casi podía brillar como estrella fugaz, llevaba un almuerzo especialmente hecho para su prospecto, y esperaba que con esos detalles, el Uzumaki comenzara a fijarse más en ella como mujer.

Se sentía sumamente motivada pues ya antes había confesado a su madre que estaba profundamente enamorada de Boruto Uzumaki y ella lo había aceptado y apoyado animadamente. Ahora sabía que Boruto era su objetivo a conquistar, tal vez era por el extraordinario parecido con su irresistible  amor platónico, quien es el líder de la aldea, Naruto Uzumaki, que había contribuido con su enamoramiento hacia el hijo. Sin exagerar, Sarada sufría de la misma forma, un amor obseso como el que tuvo su madre, pero esta vez por el Uzumaki primogénito; era  una de las maldiciones o desventajas de los genes Haruno que tenía que afrontar.

Llegó al punto de reunión. Todo el equipo había llegado temprano, por lo que no tuvieron que esperar a nadie. Saludó a todos presumiendo su bella sonrisa, dos la miraron raro, pero Mitsuki había contestado su saludo con una sonrisa igual de ancha, mientras que el rubio simplemente hizo una mueca de aburrimiento. Sarada escondió el almuerzo tras el gesto mientras un tic hizo brincar su labio. Bueno, realmente no esperaba que el rubio saltara a sus brazos a saludarla pero tampoco pensó que solo desviara su mirada.

Se acomodó varias veces sus lentes rojos y exhalando aire para recobrar su ánimo, después sugirió que comenzaran la misión y partieron.

 “Es todo un reto”, eso se decía internamente, pero no se iba a rendir.

 

Oficina del Hokage, Aldea de la Hoja.

 

El reloj apuntaba las 10:30pm, ya hace hora y media Shikamaru había dado las últimas revisiones administrativas a unos importantes documentos del día, eran sobre unos permisos de embarque para el comercio extranjero que el Hokage debía aprobar, solo faltaba su sello, por lo que había dejado la torre de documentación en el escritorio y se había retirado a su hogar.

Naruto todavía se encontraba sentado frente a su escritorio con los ojos cayéndose del sueño y cansancio, aprobando los documentos. Había trabajado duro, casi sin parar, pues la administración de todos los asuntos de la aldea debían pasar por él antes de poderse acatar o solucionar; y sin embargo cada día venían nuevas proposiciones, nuevos acuerdos internos y externos, nuevos problemas que debía resolver y nuevo papeleo interminable que adornaban su mini “ciudad” de papelería por toda su oficina.

Naruto se sentía desvanecer, pero eran documentos que debían aprobarse para el siguiente día o el embarque tendría retrasos y disgustos con aldeas amigas que tacharían a Konoha como ineficiente o poco confiable, temiendo volver a comerciar con la aldea y causando pérdidas económicas al pueblo.

Era el trabajo del Hokage aprobar cada convenio, por eso debía terminarlas para poder dormir. Lo malo era que debía verifica que lo que sellaba eran papeles que Shikamaru, su asistente confiable, le había puesto a firmar o podría estar aprobando algo infiltrado de algún ninja mal intencionado entre tanto papel.

Kakashi ya había archivado los documentos pasados y se había marchado dejando a Naruto con un anbu de élite para su protección.

Así es que Naruto Uzumaki estaba solo. Pero el cuerpo tiene sus límites, y pasado tres minutos después de las 10:30, su cabeza tocó el escritorio y se quedó profundamente dormido.

Una niebla espesa entro por las rendijas de la puerta, después algo inutilizó al anbu guardián y todo el edificio quedó en calma. Un hombre con gabardina, casi como capa negra, entró.

—Que poco aguante tienes, zorrito débil (usurantonkanchi)*.

Era Sasuke, quién había regresado a la aldea. Siempre que regresaba trataba de ser imperceptible para poder llegar íntima y principalmente a los aposentos del Hokage, antes que nada.

Llegó anulando toda seguridad, siempre se aseguraba que Naruto se encontrara dormido profundamente por su voluntad o por un lentísimo genjustu suyo, entonces se acercaba y era en ese momento que sonreía. Así es, la única ocasión que verdaderamente podía sacar su anhelado mohín, era estando con él, con el séptimo Hokage de Konoha, con su amigo-rival, Naruto.

Se acercó tranquilamente hasta encontrar su cuerpo. Naruto ya era todo un hombre de 35 años, un año menor que él, y seguía pareciéndole hermoso.

Delicadamente tomó aquel rostro recargando su cuerpo poco a poco con el respaldo de la acolchonada silla giratoria; le acarició  el rostro, su cabello, después delineo sus labios y aspiró su aroma, lo tocó hasta donde pudo. Su tierna sonrisa Uchiha no había desaparecido en ningún momento, así fue que lentamente lo besó hasta meterle la lengua, metió su mano debajo de sus ropas para acariciar todo su cuerpo y jugar con sus pezones o su miembro; a veces Naruto suspiraba, otras trataba de hablar entre sueños, o gemía, pero no despertaba, Sasuke era muy precavido con eso y no se permitía algún error. Ya era su costumbre desde hace mucho tiempo aprovecharse un poco del rubio desde que se decidió regresar a la aldea, desde que descubrió que realmente lo amaba.

Tristemente era su secreto, pues ni el mismo rubio estaba consciente de sus sentimientos. Sasuke no quería acabar con la felicidad por la que siempre luchó Naruto, ó con su amistad, por tal motivo no podía declarársele. Pero lo amaba, realmente lo amaba, y lo deseaba desde siempre, deseaba su cuerpo y su voz aclamando sensualmente su nombre, deseaba tanto que le correspondiera aunque tuviera que destaparse ante el mundo humillantemente, o perdiera el prestigio del nombre de su clan; no le importaría nada si tan solo estuviera seguro de que ese zorrito correspondiera a sus sinceros sentimientos. Sólo en sus fantasías, en sus masturbaciones y su sexo falso con su esposa  (a quién le era infiel con el pensamiento mientras lo hacía) era que podía escuchar a Naruto exclamar su nombre.

Aquel rubio era con la única persona con la que Sasuke deseaba pasar el resto de su vida, mas era simplemente inalcanzable. Así que prefería siempre tomar las misiones más largas para no tener que estar mucho tiempo con su esposa.

No tenía nada en contra de su hija, pero de hecho Sakura solo era la “fabrica” que resurgiría su clan mientras su alma, cuerpo y corazón siempre pertenecerían a Naruto Uzumaki.

Degustó el sabor de su boca, después de un delicado, profundo y largo beso, nuevamente susurró palabras de amor sobre su oído y volvió a acariciar el rostro en reposo. Lo masturbó un poco deleitándose con los gemidos apagados del Uzumaki, hizo correrse en su mano y volvió a besar su boca, cuello y hasta el pecho.

Naruto nunca lo sabría, nadie nunca se enteraría y si él podía continuar así para siempre, se daría por bien servido.

Miró todo el trabajo que le faltaba por hacer, sonrió nuevamente y se dispuso a terminar con el faltante. Siempre que podía, ayudaba con todo a Naruto mientras él descansaba merecidamente.

 

 Al día siguiente.

 

Hinata se había preocupado por la ausencia de su esposo, antes ya había pasado varias veces pero siempre se  inquietaba. Temprano fue a la Torre Hokage para saber si todo estaba bien y de paso llevarle el desayuno.

Se sorprendió de ver a Sasuke recargado en la pared de uno de los pisos mirando las lejanías ensimismado. Ligeramente pudo notar una sonrisa en su rostro entre sus recuerdos. Ella pensó que quizás estaba feliz de volver a ver a su familia. Pasó a un lado de él y le dio los buenos días sin detenerse. Sasuke no le respondió, parecía que le incomodaba la presencia de la princesa Hyuga.

Para la sorpresa de la oji perla, Naruto se encontraba trabajando junto a Shikamaru y Kakashi, dando instrucciones a otros ninjas. El Hokage se alegró de ver a su esposa y su desayuno. Después Sasuke entró para hacerse notar ante el rubio y le diera toda su atención a él y menos a Hinata.

 

Casa Uchiha

 

Ya todos se habían enterado del regreso del Uchiha a la aldea, por lo que Sakura estaba frente al espejo arreglándose fanáticamente lo mejor que se podía para recibir a su esposo.

Era tarde cuándo eso estaba pasando, las 5:00 pm para ser exactos desde que se corrió el rumor apenas llegado a sus oídos. Estaba muy contenta imaginando con esperanza las reacciones románticas que soñaba el Uchiha por fin hiciera realidad, cuando repentinamente se azotó la puerta principal dejando ver a su pequeña hija entrar hecha una furia.

El estruendo la hizo voltear—¡Sarada! ¿Está todo bien?

—¡Nada está bien! !Odio lo patética que soy! !Odio a Boruto!

—¡Boruto otra vez! Calma hija, ¿Que fue lo que pasó?

Sarada se hizo la fuerte, pero no le duró mucho tiempo; acomodó sus lentes y poco a poco  comenzó llorar en silencio.

—¿Sarada?

—Mamá, odio estar enamorada de él, odio tener que esconder mi amor por él. ¿Por qué no me hace caso? ¿Por qué no me toma en cuenta? Soy lista, bonita, admirable, tengo buena educación y vengo de una buena familia. Se cocinar por él, me esfuerzo por él…—sollozaba mientras se limpiaba las lágrimas con los guantes de sus brazos, pero no podía entender que era lo que le faltaba para que el pequeño rubio le correspondiera. —¡No quiso comer mi comida! !Se portó muy indiferente conmigo en toda la misión! Y creo que me dijo irritable, Sfn..

Sakura la abrazó y trató de consolarla. Le explicó que los hombres eran más lentos en desarrollar esa atracción por las mujeres hasta que sus cerebros maduraran. Boruto era un niño todavía que no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, que veía sólo lo que en ese momento a él le parecía su mundo. Entonces Sarada confesó algo que Sakura no pudo digerir.

—Sfn…es que se parece tanto a mi amado Naruto…Sfn…

Fue una reacción instantánea, ambas se miraron a los ojos sorprendidas. Sakura algo crispada y Sarada mordiéndose el labio inferior cayendo en cuenta que había metido la pata. Y la bomba explotó.

—!¡¿Cómo puedes decir semejante cosa Sarada?!! !Naruto es un hombre mayor que tú! ! Podría ser tu padre! ¿Como puedes pensar en eso si quiera?! !! Shanaroooooo!!! ¿Entonces la única razón por la que quieres a Boruto es porque se parece a Naruto?!

Sarada se alejó lo más que pudo de su madre, le dolía que después de haberla apoyado tanto ahora solo le recalcaba que era una niña caprichosa y fantasiosa, igual que ella.

—¡Sí, lo amo mamá, él ha sido más como un padre para mi, y lo amo! !Por eso quiero casarme con Boruto! !Quiero sentir que estoy con Naruto!  ¡Quiero casarme con él!

­La discusión paró de golpe en cuanto Sasuke entró a la casa. De inmediato la Haruno puso su mejor cara de cachorro zalamero y dio la bienvenida a su adorado marido.

—¡Ah, Sasuke, bienvenido cariño! —sonrió tiernamente.

El Uchiha miró a Sarada que estaba con la cabeza agachada y las lágrimas recorriendo su rostro mientras ocultaba la mirada con el reflejo de sus lentes. Sasuke internamente se había puesto furioso, pues era un padre sobreprotector con su descendencia, y no podía permitir el verla sufrir.

—Sakura. La hiciste llorar.

—¡Eh, eh, no cariño! Es solo que Sarada tenía una idea errónea y la estaba orientando. —sonrió nerviosa—Ya sabes cómo son los niños de fantasiosos.

Sasuke en ningún momento la miró a la cara, concentró toda su atención en su hija y a su esposa le dio la espalda.

—No quiero que la vuelvas a hacer llorar. ¡La próxima vez…!—está vez le dio un vistazo amenazante con su sharingan y después de la advertencia fue hasta Sarada.

—Sarada. ¿Qué fue lo que te pasó?

—Sfn…papá…yo….deseo casarme con Boruto.

—¿Boruto?

Ella asintió con la cabeza. —Es el hijo del séptimo.

Sasuke no conocía bien a la familia del rubio por lo que no recordaba cómo era él. Sin embargo, era hijo de su Naruto y eso estaba bien. Si se casaban, las familias se unirían y podría estar todavía más cerca de él.

—Es lo que le estaba explicando, cariño. Sarada tiene un amor infantil hacia Naruto; y su hijo, bueno, él tiene cierto parecido con él, por eso yo decía que eso no era am…—Sakura interrumpió pero no a completó sus ideas

—¿Se parece al tonto? — preguntó divertido Sasuke, luego algo inusual dejó petrificadas a las chicas, el Uchiha soltó una risotada casi diabólica y afiló la mirada. —Sarada,  ese chico será todo tuyo. De eso me encargo yo.

 

Notas finales:

Continuará.......

 

 


-Fin del Capi 1-

 

Este es otro fic de mi  para mi


Seguiré subiendo hasta que en las notas finales escriba que ya  por fin saqué esta idea de mi cabeza juar, juar

 

Por cierto; de acuerdo con el diccionario japonés
Usura 薄ら significa débil, difuso, ralo, de poco uso.
Tonkachi とんかち;es una de las manera de llamar al martillo.

En este caso se usa la combinación para decirle a la persona que es como un martillo débil y frágil, es decir algo inútil (pues un martillo que no es fuerte no sirve para nada)

 Usuratonkanchi lo cambié a zorrito débil.

 


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