Misaki y Akihiko se encontraba en la casa de Takahiro por año nuevo, el de lentes alegaba que era una buena idea invitar a su hermanito y su mejor amigo a celebrar. Era el 31 y apenas eran las dos de la tarde. Los hermanos Takahashi estaban babeando por el postre que Manami había preparado para la ocasión. Para ser sinceros, más que el paste deseaban el glaseado de fresa que este tenía
El de cabellos negros se acerco con gran sigilo a su cocina. Sonrió al ver que no había nadie y abrió el refrigerador; ahí estaba un poco del glaseado que sobro. Misaki, el cual pasaba por ahí, observo como su hermano amenazaba con tomar un pedazo de ese delicioso manjar.
El sigilo del de ojos verdes se asemejaba al de un ninja. Con rapidez se acerco a un espacio libre entre el cuerpo de su hermano y el refrigerador, exclamo suavemente y con burla
—Con permiso— Agarro el plato e intento alejarse de su hermano mayor, este no se lo permitió y quiso agarrar el postre
— ¡No te atrevas! — Empezaron a forcejear de una manera muy cómica por el pedazo de glaseado de fresas, Misaki era el que estaba ganando por su tamaño pequeño y por ende agilidad. El de ojos azules agarro un poco del tazón y se lo embarro al de ojos verdes en la cara
— ¡Tu…!— El de cabellos castaños se enojo al ver que el objeto ya no estaba en sus manos, intento alcanzarlo pero el de lentes se burlo de su pequeñez y elevo su brazo. Riéndose por haber ganado. Se alejo de su hermano menor y agarro una cucharada del postre
Sin esperárselo siquiera, Misaki brinco y se abalanzo en la espalda de su hermano, agarrando la cuchara que este tenía y llevándosela a la boca. Takahiro intentaba librarse de la persona en su espalda mientras que peleaba por el dominio de la cuchara con todavía contenido
—Cariño ¿No te acuerdas donde están los hilos? A Usami-san se le rompió…— Tanto Akihiko como Manami miraron la escena sin comprender lo que sucedía; Misaki se encontraba aferrado a la espalda de su hermano con una cuchara en a mano y la cara llena de glaseado, el otro intentaba quitárselo de encima y al mismo tiempo agarrar el utensilio.
Hace mucho que los hermanos Takahashi no peleaban de esa forma tan infantil, años habían pasado desde algo parecido. Era una escena la cual podía ser perfectamente algo de lo que se hablaría en las reuniones familiares. Tanto Misaki como Takahiro se quedaron congelados al ver a sus parejas mirando la infantil pelea ¿Desde cuándo estaban viendo?
El de cabellos cafés se bajo de la espalda de su hermano y simplemente se quedo viendo esos ojos violetas, los cuales lo miraban con diversión y ternura al ver la cara de su amado llena de dulce
— ¡Glaseado de fresas! — El pequeño Mahiro se acerco hacia su padre, este suspiro con derrota y le entrego su preciado tesoro. Sucedió lo mismo con Misaki y la cuchara.
El hijo de Takahiro había ganado una pelea de titanes en tan solo unos segundos.