Era el día en que todos los guerreros más fuertes se reunían en el palacio real del Planeta Vegita
Raditz, Nappa, Bardock, El rey Vegeta y su hijo del mismo nombre, Turles, además de un soldado llamado Kakarotto y otra cantidad más.
El príncipe volteo hacia el hijo menor de Bardock y pudo ver en sus mente los entrenamientos que de pequeño realizo con ese que a su parecer era insignificante °°° No entiendo porque tuve que entrenar con ese inútil, Soy un príncipe, fui una humillación de niño °°° Había una buena razón por la cual le toco entrenar con Kakarotto pero él no lo sabía.
-oye, papá ¿qué hace este imbécil aquí? – dijo señalándolo
- Lo siento mi lord, él es uno de los Saiyajin más poderosos, tal vez su poder sólo sea superado por el suyo. – Nappa era el jefe de la brigada a la cual Kakarotto pertenecía
Pudo sentir su furia en todo el cuerpo – arrodíllate ante mí – Le grito al de clase baja, el Saiyajin menor solo obedeció, viendo como el príncipe se le acercaba amenazante - Nadie está cerca de mi poder, si fuera rey te eliminaría sabandija – puso un pie en su cabeza y lo hizo chocar contra el piso
-¡pero no eres el rey!, y mientras yo viva, no provocare la ira de los Dioses una vez más, acaso no lo saben, nuestra raza estuvo a punto de ser extinguida, ahora déjalo en paz – el hombre con una corona en la cabeza habló con autoridad, todos quedaron perplejos, hasta el príncipe, que regreso al trono después de lo mal que lo hizo quedar su padre
Una asamblea militar se llevó a cabo, después todos se retiraron a sus hogares, menos el menor de cabellos alborotados, que por una extraña razón que no conocía no lo dejaron salir del palacio. Él tenía la intriga de saber de qué había hablado el rey, así que recorrió los pasillos en busca de alguien.
-General, espere un momento por favor
Aquel hombre se detuvo -¿qué quieres?
-¿de qué dioses hablaba el rey y qué extinción?
Ambos tomaron asiento el mayor empezó a explicar – Hace muchos años, un mal surgió, era una maldad corrosiva, los dioses de la creación y el dios de la destrucción unieron fuerzas para evitar el desequilibrio en el universo, los Saiyajin tomaron mal partido e iban a ser extinguidos, pero entre ellos habían dos guerreros con habilidades únicas, uno con la capacidad de tele transportarse y el otro con la habilidad de esconder el ki absolutamente, además ambos poseían una fuerza muy superior a cualquiera, con la ayuda de ellos los dioses triunfaron y perdonaron a nuestra raza con la condición de mantener vivos a aquellos poderes
-Pero yo soy uno de esos guerreros ¿verdad? – Interrumpió Kakarotto, el mayor asintió.- por eso debes recordar tu entrenamiento, dejar los poderes libre antes de morir, así nuestra raza perdurará
-sí señor, muchas gracias por contarme – satisfecho se fue a su cuarto a dormir.
En otra de las habitaciones de ese gran palacio, pero de mejor clase, el príncipe estaba enojado, no era posible que otro guerrero se acercara a su poder. Se levantó dispuesto a demostrar quien mandaba en la raza.
Llego al cuarto, puso su huella dactilar y la puerta se abrió, pudo ver como esa sabandija dormía, cerró la puerta y se acercó a él.
Sin compasión lo tiro de los pies sacándolo de la cama, con el golpe el de clase baja se despertó
-mi lord ¿Qué haces aquí?
- como te atreves a dirigirme la palabra, te demostrare quien es más fuerte – se posiciono encima del guerrero y tomo una de sus manos, la dirigió a su entrepierna – tócala, hazme excitar sino te mataré aquí mismo. - Era una amenaza seria °°° y si me asesina, por lo menos necesito dos minutos para dejar libres mis poderes, pero ¿si no me da el tiempo? °°° para él no había salida, tendría que distraerlo para escapar, así que accedió.
Sobaba el miembro del príncipe por encima de su ropa causándole una semi erección.
-Tendrás que esforzarte mejor - el príncipe perdía la paciencia. Kakarotto, dejo de acariciar por encima de la ropa para introducir su mano en el interior, sacándole un jadeo al príncipe, que no se contuvo más y dejo que la sangre circulara hinchando ese miembro que ahora apenas cabía en la mano del menor.
-Suficiente –se sacó toda la ropa y arranco la del de clase baja, se sentó en su pecho y le hizo seña para que acercara la boca a su miembro, una ola de placer llegó cuando esa boca se introducía el duro órgano casi por completo, empezó con un vaivén lento, pero era algo que resultaba incomodo
Kakarotto volteo al príncipe para que este quedara boca arriba y así pudiera moverse libremente °°° Debería salir corriendo, pero sólo esta vez lo hare °°° ya no podía retirarse, había caído esclavo del placer, acariciaba su miembro con una mano mientras con la boca aceleraba el ritmo, chupaba fuerte haciendo que el sonido retumbara en la habitación, Vegeta se retorcía y con sus manos trataba de hacer que el menor llegara a la base de su miembro, cuando esa boca caliente salía succionando era un escalofrío en todo su cuerpo y cuando volvía abajo era aún más. Sus muslos se tensaron y empujo la cabeza del menor hasta el fondo, liberándose al instante, éste lo trago todo.
El príncipe se paró de ahí-Recuerda algo antes de seguir, esta será la única vez que estarás cerca de mí, aléjate si no quieres morir cuando yo suba al trono – El menor no lo podía creer después de lo que había pasado y aun quería matarlo, asintió para luego sentarse, creyó que todo terminaría ahí
-Ponte boca abajo en la cama-ordenó el mayor
Kakarotto obedeció sabía lo que le esperaba, pero no tan antes. dejo salir un grito de dolor al sentir como el príncipe sin preparación alguna metió su enorme palo, que desconsiderado era, no sólo eso también empezó a moverse tan rápido como podía, el de cabellos alborotados sentía palpitar su entrada, que dolor tan grande apretaba sus dientes y sus lágrimas empezaban a salir, de seguro eso había rasgado su estrechez.
Era cierto, Vegeta pudo sentirlo, era caliente, se encontraba apoyando las manos en los hombros del menor mientras lo penetraba, saco su pene y vio como estaba lleno de sangre, así no era tan rico pues no resbalaba.
-si no quieres que te duela, alza tu trasero un poco – ayudó al menor a levantar su cadera un poco, se arrodilló, puso sus manos en las nalgas de éste para separarlas y volvió a introducirse, pero esta vez dejaba caer su saliva en aquella adolorida entrada para lubricarla y ya no iba tan rápido.
Al cabo de unos minutos podía sentirse mejor allí dentro, para el de cabellos alborotados era igual, ese miembro empezaba a causarle un agradable cosquilleo en su cavidad, el cual hizo que su erección regresara, la tomó con su mano izquierda y se empezó a masturbar, moviendo al tiempo sus caderas, buscando más.
El mayor gemía por lo bajo mientras aumentaba su fuerza en cada estocada ahora sujetaba al de clase baja de su ingle, sus pieles chocaban era como un ligero aplauso que los calentaba aun más y todos sus cuerpos se movían, ambos poco a poco perdían la razón, en especial el menor quien no había llegado desde que empezaron, su mano apretaba cada vez más su pene que ya estaba empapado de líquido pre seminal, pronto llegaría, para que esperar, más acariciaba su glande haciendo sacar sus caderas hacia atrás para que el príncipe llegara al fondo, al sentir un pulso de placer que subía desde sus pies a la cabeza , dejo caer unos cuatro chorros de semen en aquellas mantas blancas.
El príncipe demoraría un poco más, pero ya había perdido la razón, estaba abrazando y mordiendo la espalda del menor, acelero su velocidad entrando hasta donde podía, quería que llegara ya, hasta que sintió que pronto sería, era una sensación indescriptible, dio una duradera estocada liberándose dentro de esa cavidad que hacía unos veinte minutos era virgen, se dejó caer encima del menor sin salir de él, quien por su parte dejo flanquear su cuerpo exhausto y quedó profundamente dormido.
-¿Cuál es tu nombre? – pronuncio el príncipe después de unos minutos, observo mejor y vio que no había caso preguntar, salió de el de clase baja, volteo su rostro y junto sus labios con los de este, metió su mano debajo y acarició un poco el miembro medio erecto de su “esclavo” su erección aún seguía pero estaba sensible como para otra ronda, se retiró de aquella habitación y se dirigió con una enorme sonrisa pícara a darse un baño para luego dormir.
Eran tal vez las cinco de la mañana, el menor bostezo, se incorporó haciéndose el fuerte, esa entrada dolía peor que el infierno, mas no podía delatarse °°° Mejor salgo lo más pronto posible de este planeta antes de que este en la cárcel o peor, muerto °°° con estos pensamientos salió a la sala de operaciones.
-Necesito una misión lejos de este planeta, el príncipe me matara si me ve hoy por aquí –
-Es cierto, creo que tenemos algo para ti en un planeta llamado tierra a seis meses a velocidad Warp.- Nappa vio la reacción del hijo de rey el día anterior, no quería perder a uno de sus mejores hombres
Uno de los operarios habló – Es una misión importante, allí se encuentra un Namekusei, hay esferas de dragón en este planeta, son de vital importancia. El príncipe Tarble se encuentra allí, tráelo y vuelve allá, encontraras a una humana muy inteligente tiene una enorme casa de seguridad incluso contra dioses, y recuerda es de vital importancia que vivas.
-Te acompañare –Raditz tomo el hombro de su hermano.
Kakarotto obedeció, puso sus dedos en la frente y desapareció, trajo al Tarble y regresó a la tierra, ya tenía asegurada su vida lejos de Vegita, pues era una misión indefinida y si querían sería para el resto de su existencia.
………….
…………
-¿Dónde está el hijo menor de Bardock? – el príncipe irrumpió a las dos horas a la sala de control. Se había levantado y no sintió su presencia, pregunto por él a los altos mandos, pero ninguno lo había mandado en misión alguna
- Mi Lord, él se retiró aun planeta al extremo de la galaxia –informaron
-Necesito una nave que alcance a la suya
-Pero señor, eso no es posible
-¿Cómo que no es posible?
-Sí, señor él se tele transportó, y su viaje durara seis meses, pero tranquilo él no lo volverá a molestar. –Nappa decía casi en suplica esperando no escuchar lo que más temía
-¿Qué, él es uno de los dos guerreros legendarios?- vio como uno de los generales presentes asintió -No me importa el viaje, alisten una nave… PERO YAAAAAAAAAAAAA
Nappa palideció -¿Qué harás mi lord?
-¿no es obvio? Buscarlo- sin más despego hacia la tierra