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Solo entiendo que te quiero. por TKarin

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Notas del fanfic:

Saludos a todos, este es mi segundo fanfic sobre estos dos personajes, el primero fue solamente un one shot’ llamado ''Yo también te quiero'' (por si les urge llegar a la parte del lemon, porque en este eso va a tomar su tiempo ;) ) pero en este puse todos mis sentimientos (especialmente de frustración) por esta pareja tan inusual y muchas cosas que me imaginaba de ellos desde que comenzaron a gustarme como pareja, culpo especialmente a Pixiv’ y Tumblr’ por mostrarme parejas tan lindas pero que después causan desesperación al ver lo non-canon’ (imposibles) que son... pero en fin, tengo que decir que esta es una historia principalmente romántica, sin mucho drama, aunque si traté de hacerla emocionante y entretenida en cada capitulo también resultó ser bastante más larga de lo planeado pero me siento orgullosa del resultado y espero que a ustedes también les guste. 

Muchas veces la vida continúa por caminos que ella misma crea y decide por donde llevarte, por eso a veces es inútil hacer planes esperando por una cosa que podría nunca volverse realidad, por esa idea era que Murasakibara Atsushi siempre parecía despreocupado, ausente, tal vez hasta aburrido, no esperaba conseguir nada y tampoco daba nada por hecho, solo seguía su vida a donde quiera que su destino lo llevara, por ahora no le iba mal, estaba en su segundo año de universidad, jugando para el equipo de basketball que por supuesto, gracias a él se había vuelto muy bueno y muy popular en los inter-escolares, era la estrella de su equipo, agilidad, velocidad, precisión, lo tenía todo para ser un gran jugador y por eso reclutadores de grandes equipos ya lo tenían en la mira, a él le gustaba jugar, amaba el basketball aunque no lo demostrara y hasta lo negara, ciertamente nunca fue bueno para demostrar emociones como los demás, pero en el fondo estaba feliz de seguir jugando y que pareciera que en su futuro podría seguir disfrutando de su deporte favorito, sonrió para si mismo mientras le quitaba el balón a uno de sus oponentes en ese partido de práctica, la mayoría de los días los terminaba con un juego amistoso contra sus senpais del equipo, era divertido.

 

-estoy bien mamá-  hablaba por teléfono desde su dormitorio una vez que terminó sus clases  -no, no me hace falta nada... ¡NO! no tienes que venir-  decía mientras levantaba ropa sucia del suelo  -en serio estoy bien, mañana tengo un juego de práctica así que no voy a estar, mejor yo iré a visitarlos cuando tenga tiempo... yo también te quiero, hasta luego-  en el tiempo que llevaba en la universidad había estado viviendo en el campus por si solo, tenía varios amigos, la mayoría de su equipo de basketball, hablaba con ellos durante los descansos y se veían en cada partido pero casi nunca salía con ellos fuera de la escuela, solía salir con Himuro cuando estaban juntos en Yosen pero él había regresado a América a terminar allá sus estudios cerca de su familia, aún hablaba con él pero no era lo mismo y lo extrañaba, echaba de menos tener un amigo como él a quien podía contarle todo, salir juntos y que le comprara golosinas, incluso ya sabía cuales eran sus favoritas, le fue difícil despedirse de su mejor amigo, no lo admitía pero incluso lloró un poco cuando lo despidió en el aeropuerto, ahora le costaba salir de la escuela y lo único que le interesaba era el basketball y sus estudios.

 

Esa mañana se levantó temprano a prepararse para su partido de práctica, se alistó en las duchas del campus donde ya estaban sus compañeros, antes de salir simplemente desayunó algo que compró en una máquina en los pasillos y llevó varias golosinas para comerlas después o durante el partido si es que le daba hambre, a veces eso era lo único que comía durante todo el día y era algo por lo que su madre lo regañaba cada vez que hablaban por teléfono, ella solía cocinar para él pero cuando dejó su casa para ir a la universidad tuvo que empezar a hacerse cargo de esos asuntos por si mismo. No le afectaba demasiado, de hecho toda esa azúcar le daba energías para aplastar a sus rivales, ese día eran chicos de una universidad cercana contra los que ya habían jugado antes en partidos amistosos, eran buenos pero no tenían a un jugador tan destacado como lo era Murasakibara, por lo que la mayoría de las veces que jugaban perdían contra su equipo, y parecía que este día se llevarían otra derrota, era el segundo cuarto y Murasakibara no había dejado al otro equipo anotar más de 2 puntos, su defensa seguía siendo implacable, después de perder contra Seirin había aprendido nuevos trucos para asegurarse de que eso no volviera a suceder. En la segunda mitad del partido estaba tan concentrado en sus propios movimientos que no notó cuando uno de los integrantes del equipo rival se detuvo detrás de él para bloquearlo y cuando otro corrió en su dirección intentando pasarlo para anotar, Murasakibara dio un paso hacia atrás dejando caer su peso sobre el pié de su rival quien intentó retroceder para liberarse pero solo logró desequilibrar a Murasakibara haciendo caer a ambos, apenas tocó el suelo Murasakibara dejó escuchar un alarido de dolor, el árbitro de inmediato detuvo el juego y ambos equipos corrieron preocupados a ver sus jugadores.

 

-¡Atsushi! ¿estas bien?-  preguntó uno de sus compañeros, el chico del equipo contrario que había caido con él se levantó quejándose del dolor en su pie pero después se fue caminando como si nada, no había sido grave.

 

-si que está pesado-  comentó, pero Murasakibara se quedó en el suelo unos segundos más, había dado un mal paso y sintió su rodilla hacer un movimiento que lo había lastimado además que al caer se había golpeado con mucha fuerza, claro que había dolido, lo suficiente para que se quejara en voz alta aun cuando lo hiciera inconscientemente y no lo hubiera notado, pero no sintió que fuera para tanto y poco a poco se levantó.

 

-estoy bien-  dijo antes de regresar a su posición en la cancha.

 

El incidente no pasó a mayores y pese a que por el golpe su rodilla lucía herida jugó normalmente el resto del partido e incluso ganaron, no tuvo más problemas ese día pero los mayores de su equipo le sugirieron que descansara unos días hasta que se sintiera mejor.

 

-pero estoy bien, de verdad, aún puedo jugar- claro que no era como si fuera a escucharlos, era bastante orgulloso.

 

El día siguiente tenía prácticas con el equipo, actividades del club y esas cosas, estaba practicando sus tiros que hasta el momento no eran su mejor arma, la defensa era su fuerte, en eso si podía brillar, pero nunca estaba de mas que también pudiera hacer un buen lanzamiento a distancia.

 

-oye Atsushi, a ver que tan veloz te haz vuelto, juguemos uno a uno-  lo llamó uno de los mayores y él no se negó  -creo que aun puedo ganarte en eso-

 

-eso lo veremos, senpai- tomó su posición para jugar, sus mayores rara vez podían pasarlo y siempre lo felicitaban por eso, estaba confiado, su compañero pasó el balón de una mano a otra y avanzó hacia él rápidamente, intentó hacer un dribleo’ y Murasakibara trató de seguirlo, eso ya no funcionaba con él pero esta vez logró pasarlo y anotar un punto.

 

-¡já! Te falta velocidad Atsushi-  vitoreó su senpai pero al voltear a mirarlo su expresión cambió y con una mueca seria regresó hacia Murasakibara que estaba de rodillas en el suelo  -¡¿Atsushi?!-

 

-estoy bien, solo... -  intentó levantarse pero un fuerte dolor en su rodilla lo hizo regresar al suelo, esta vez el dolor reflejado en su rostro era imposible de negar.

 

-te dije que debías descansar unos días-  otros de sus compañeros se aceraron y lo ayudaron a ponerse en pie  -deja la práctica y ve a casa, descansarás unos días-

 

-no es necesario-

 

-Atsushi, es por tu bien-

 

-pero ayer no tuve ningún problema para terminar el partido, el golpe no fue tan malo, ya se me pasará-

 

-tal vez el golpe no fue tan malo pero te esforzaste demasiado al seguir jugando después de lesionarte, descansa hasta que te recuperes completamente o podría ponerse peor-  Murasakibara aceptó de mala gana asintiendo con la cabeza  -además, esta temporada no tenemos ningún juego importante, no importa si te pierdes algunas prácticas, lo importante es que te recuperes-

 

-... entiendo-

 

-vamos Atsushi, nunca esta mal tomarse un descanso, no queremos perder al mejor del equipo porque descuidó una lesión-  comenzaron a comentar otros de sus compañeros de equipo.

 

-no seas tonto, ni que fuera tan malo como para que tuviera que dejar de jugar para siempre-  Murasakibara sabía que estaban bromeando pero ese último comentario lo hizo sentir un nudo en la garganta ¿podría ser que algo tan simple como eso empeorara y tuviera que renunciar al basketball para siempre?.

 

-descansaré- ahora estaba más convencido de que debía cuidar mejor de si mismo  -me duele un poco así que creo que debería ir al médico primero- 

 

-bien, nunca tomes una herida como esas a la ligera, ahora ve a casa-  Murasakibara obedeció y dejó la práctica de inmediato para regresar a su habitación en el campus y cuando fue a tomar una ducha notó que su rodilla comenzaba a enrojecerse, tal vez había hecho mal en seguir jugando después de lastimarse el día anterior, seguía pensando que su herida no era tan grave y que sanaría antes de darse cuenta pero en su interior se preocupaba de que las palabras de sus compañeros pudieran ser verdaderas y que por no haber tenido el cuidado necesario, su estado empeorara y le dificultara seguir jugando.

 

>>no, tranquilo todo estará bien<< pensaba tratando de convencerse a si mismo. Para entonces las clases ya habían terminado y no pudo acudir a la enfermería de la escuela, esperaría hasta mañana, mientras tanto tuvo especial cuidado en todo lo que hacía, desde al vestirse hasta su manera de caminar, en ese momento no sentía dolor pero no podía fiarse de eso, ya lo había comprobado antes cuando estaba con su equipo y a penas un simple movimiento lo había lastimado de nuevo, trató de no pensar demasiado en eso y fue a comprar algo de cenar antes de regresar a su habitación.

 

La mañana siguiente despertó algo alarmado al sentir un dolor mucho más fuerte que el día anterior, miró con atención y notó que su rodilla comenzaba a inflamarse, se asustó pensando que tal vez lo que le había pasado era más grave de lo que creyó, de inmediato pensó en buscar ayuda pero no sabía si confiar en la enfermera del campus, la cambiaban cada pocos meses ¿qué podría hacer ella? Tal vez solo le sugeriría aplicarse hielo para disminuir la inflamación pero no quería un diagnostico tan vago como ese así que buscó un médico fuera del edificio, por suerte no tuvo que caminar mucho antes de encontrarlo.

 

-no te preocupes muchacho-  le dijo el médico después de revisarlo  -luego de un golpe así es normal que tengas dolor por algunos días, pero solo tienes cuidarte de no sufrir otra caída o hacer movimientos muy bruscos que puedan lastimarte de nuevo, voy a darte un anti-inflamatorio y te recomiendo que descanses al menos tres semanas-  Murasakibara no estaba del todo satisfecho con esas recomendaciones tan simples, no quería juzgar al médico pero era un hombre ya bastante mayor que no podría practicar ningún deporte ¿de verdad podría saber de lo que hablaba? pero tras echar un mejor vistazo a su oficina notó algunas fotografías de él junto a un joven con uniforme de football soccer y algunas otras de un equipo con ese mismo uniforme.

 

-¿es su hijo?- preguntó señalando la fotografía de los dos.

 

-así es, es un buen jugador-  le mostró otra fotografía del mismo chico con él y su esposa  -bueno, como su padre siempre diré que es el mejor, estoy orgulloso de él, le gusta mucho jugar así que a veces se esfuerza de más y termina lastimándose, por eso sé de heridas como la tuya, las veo muy a menudo- 

 

-entiendo-  aquel joven parecía de la misma edad que Murasakibara, tal vez un poco mayor y en varias fotografías se lo veía recibiendo trofeos y conmemoraciones, pensó en las veces que él mismo había sido condecorado por su manera de jugar al basketball, y aunque no lo admitiera y casi nunca lo demostrara, se sentía orgulloso de eso y podía entender como era ser tan apasionado hasta el punto de sobrepasarse en sus entrenamientos, ahora estaba más tranquilo de confiar en lo que este médico le había dicho, era obvio que sabía de deportistas.

 

-yo juego basketball ¿podré seguir jugando cuando me recupere? ¿no volveré a lastimarme?-

 

-siempre que tengas cuidado estos días no creo que vuelvas a tener problemas, claro  a menos que vuelvas a tener un accidente como este-

 

-¿que pasa si vuelvo a caerme?-

 

-bueno, es un largo viaje hasta el suelo ¿no?-  el hombre rió un poco haciendo alusión a la estatura de Murasakibara quien solo sonrió a su broma pero algo molesto  -pero descuida, a menos que te disloques o rompas la rodilla no creo que tengas demasiados problemas, pero aun si eso pasara, un fisioterapeuta te ayudaría a quedar como nuevo, aunque claro, a su debido tiempo-  Murasakibara solo asentía a lo que le decía  -pero vamos a procurar que eso no suceda, sé que no puedo decir simplemente que ‘tengas cuidado’  porque muchas veces no depende de nosotros lo que pase a nuestro alrededor, y los accidentes son inevitables, por eso se llaman accidentes, pero sí puedes procurar cuidarte si sientes que algo anda mal, saber hasta donde están tus límites y no esforzarte de más hasta el punto de hacerte daño-

 

-bien, lo haré-

 

-también procura alimentarte bien, no llevar una buena dieta puede volvernos más frágiles y hacer la recuperación más lenta, dime ¿estas alimentándote bien?-  no tenía que preguntar eso, Murasakibara comenzó a sudar.

 

-...si, claro-  sonrió nervioso mientras recordaba todas las golosinas que lo esperaban como la ‘’cena’’ para esa noche.

 

-muy bien, entonces eso sería todo, ve a casa a descansar y cuídate mucho-

 

-tendré cuidado, gracias- 

 

Suspiró aliviado, estaba más tranquilo pero aun así iba a tener cuidado en lo que hacía, podía dejar de preocuparse esta vez pero algunos pensamientos negativos siguieron dando vueltas por su mente y preocupándolo ¿que sería de él si se lesionaba de nuevo pero esta vez más grave? Había oído de muchos jugadores que sufrían lesiones y no volvían a quedar ‘’como nuevos’’ como le dijo el médico, de repente recordó el rostro de alguien que lo hizo hacer una mueca de desagrado; pensó en Kiyoshi Teppei de Seirin, él sufrió una lesión que lo obligó a dejar de jugar por un buen tiempo y además, fue testigo de como eso le volvió a causar problemas en otros juegos.

 

-¡maldición!-  se dijo recordando como había sido malo con él durante el juego donde se enfrentaron y todo lo que le dijo, honestamente se sintió avergonzado de haberlo hecho, sabía que no fue correcto, tal vez ya había madurado un poco >>¿qué sería de él?... espero que esté bien... << pensó sorprendiéndose a si mismo y sacudió la cabeza deshaciéndose de esos pensamientos >>no me importa, yo estaré bien... no soy tan tonto y no me arriesgaré esforzándome tanto como ese presumido<< aun así algo seguía molestándolo, cuando estuvo de regreso en su habitación tomó su teléfono y llamó a su amigo en América para comentarle lo que sucedía.

 

-hola, Muro-chin ¿no estas ocupado verdad?-  aunque estaban lejos seguían en contacto y hablaban  constantemente, cuando estaban en el mismo equipo y Murasakibara se sentía desanimado, Himuro le compraba todas sus golosinas favoritas para hacerlo sentir mejor, ahora no podía hacer más que consolarlo con sus palabras pero también funcionaba.

 

--... pero tú te sientes bien ¿verdad?-  preguntó su amigo después de escuchar la historia.

 

-sí, esto ya no me preocupa tanto pero no dejo de pensar en lo que me pasaría si de verdad tuviera que dejar el baloncesto por alguna razón-

 

--tranquilo eso no sucederá-

 

-¿y si alguien me lastima durante un partido?-

 

--¿a ti? ¿de verdad crees que alguien buscaría problemas contigo Atsushi?- sonó divertido a través del teléfono.

 

-no de esa manera, pero... esta vez bastó con que el otro jugador me hiciera caer-

 

--yo me preocuparía más por que tú lastimaras a alguien cayendo sobre él jejeje-

 

-¡Muro-chin!

 

--de acuerdo perdona, era una broma, escúchame, no estoy seguro de lo que quieres que te diga pero ten esto en cuenta, esto fue un accidente que pasó porque te distrajiste ¿recuerdas que pasó casi lo mismo en nuestro partido contra Seirin en la Winter cup’? no viste que Kuroko estaba detrás de ti y lo empujaste y te marcaron una falta, no te concentres solo en ti mismo y pon atención a la cancha, así mejorarás tus jugadas y también podrías detectar si alguien esta jugando sucio y tener cuidado o alejarte de él...–

 

-o aplastarlo yo primero-

 

--¡claro! para que te saquen del equipo-

 

-já... esta bien, entonces solo ‘’tendré cuidado’’ aunque no me agrade como suena eso-

 

--estarás bien Atsushi, deja de preocuparte y solo pon más atención, y cuídate, eres un excelente jugador-

 

-gracias Muro-chin-

 

--aun así ¿alguna vez pensaste en hacer otra cosa además del basketball? ¿no hay otra cosa que te interese?-

 

-¿además del basketball? ¿como otra profesión?-

 

--sí, no es que espere que abandones el basketball para dedicarte a eso pero ¿nunca pensaste en otras opciones?-

 

-umh... no realmente, aunque me gustaría saber cocinar-

 

--¿te gustaría ser chef?-

 

-estaría bien, para preparar postres y comerlos cada vez que quiera-

 

--jajaja por supuesto, no sé por qué no lo imaginé-

 

-pero nunca lo pensé en serio, para empezar porque no sé cocinar muy bien, y además no tengo una cocina donde practicar-

 

--ya veo, es una pena, si estuviera allá podría enseñarte yo mismo-

 

-extraño lo que Muro-chin preparaba-

 

--cuando vaya de visita prepararé todo lo que te gusta, lo prometo... ¡o ya sé! Taiga se quedó en Japón y él también sabe cocinar, si de verdad quieres aprender podía pedirle que te enseñara-

 

-¿Taiga? ¿te refieres a Kagami de Seirin?-  Murasakibara de inmediato se sintió desanimado con esa idea  -sabes bien que esa persona no me agrada, además, si él se llega a enterar de que estoy herido podría decirle a Kuro-chin... no, no vayas a decirle a Kagami ¿esta bien?-

 

--¿pero por qué no quieres que Kuroko lo sepa?-

 

-solo no le digas-  para él era algo vergonzoso que sus antiguos compañeros supieran que se había lastimado de una manera tan estúpida, además de que muy a su manera no quería preocuparlos  -no quisiera que se enteraran de esto porque la verdad no es nada-

 

--si no es nada entonces ¿cuál es el problema con que sepan que te lastimaste? Hasta podrían ayudarte en algunas cosas ¿no crees?-

 

-por favor Muro-chin, solo dejémoslo así, creo que hay clases de cocina aquí mismo en el edificio así que tal vez me inscriba-

 

--de acuerdo, como quieras ¿entonces si quieres aprender? Me alegro por ti-

 

-si, como dijiste, sería bueno tener otras opciones... y nunca volvería a pasar hambre-

 

--pues que tengas suerte-

 

-por cierto ¿por qué Kagami no regresó contigo a América? Creí que querían jugar juntos otra vez-

 

--eso es verdad pero él dijo que aun tenía cosas que hacer, me parece que tenía más deseos de jugar con ese amigo tuyo, Kuroko-

 

-¿ehh? ¿se quedó por Kuro-chin?-

 

--ya jugaremos otra vez, en otro momento, por ahora cada quien esta tomando su propio camino, lo mismo tú Atsushi, has lo que creas conveniente-

 

-eso haré, gracias Muro-chin-

 

--no hay de que, sabes que puedes llamar cuando quieras-

 

-bien, hasta luego-

 

-‘’good bye’’ Atsushi- 

 

>>¿clases de cocina? No debe ser tan malo, en especial si puedo probar todo lo que preparan<< su estomago gruñó pidiendo comida en ese momento >>iré mañana mismo, pero primero... << sacó una gran bolsa de supermercado llena de comida chatarra que guardaba bajo su cama, todas esas calorías lo hacían sentir casi tan bien como los consejos de Himuro.

 

Y como lo había planeado, al día siguiente buscó las clases de cocina en su instituto, aunque no eran exactamente lo que esperaba.

 

‘’Gastronomía y Nutrición’’ era el cartel fuera del salón al que le indicaron que fuera.

 

>>bueno, de algo a de servir<<  Después de todo el médico le había dicho que debía cuidar su alimentación y qué mejor que una clase de nutrición para aprender de eso, tenía tres semanas para aprender todo lo que pudiera antes de volver a jugar basketball. Más personas llegaron mientras él seguía en la puerta, uno de ellos pasó a su lado demasiado cerca e hizo que su carpeta se le cayera de las manos  -¡oye cuidado!-  le dijo al chico que solo lo miró y luego siguió caminando sin decir nada  >>idiota<<

 

-¡muy bien chicos, comencemos la clase de hoy!-  la maestra era una mujer de unos 40 años, robusta, de cabello corto color castaño y con mucha energía, su voz se escuchaba alto por todo el salón  -casi lo olvido, desde hoy tenemos un nuevo compañero-  Murasakibara supo que hablaba de él y se encogió de hombros un tanto avergonzado, no quería llamar la atención, aunque eso era algo difícil para él  -Muar... Mur... Murasakibara es tu nombre ¿verdad?-  preguntó la mujer leyendo con algo de dificultad una lista que tenía en sus manos y provocando a los demás de la clase algunas risas  -llegas en buen momento, hoy vamos a repasar lo que hemos aprendido este mes, trabajamos por parejas pero como ahora ya no hay un numero par de estudiantes creo que tendrás que trabajar conmigo-  Murasakibara solo asintió.

 

>>no puede ser<<

 

-primero toma un delantal, no querrás ensuciar tu ropa- al menos si iban a cocinar, ya superaría el hecho de tener que trabajar junto a esa mujer tan ruidosa. Murasakibara buscó una de esas prendas que no le emocionaban en lo más mínimo, había algunos colgados en la pared pero todos eran demasiado pequeños y estaba claro que no iban a quedarle bien, dejando el hecho de que la mayoría tenían un diseño demasiado dulce y femenino, eligió uno color blanco con lazo color rojo y diseño de manzanas y cerezas que solo se ataba a la cintura.

 

>>que vergonzoso<<

 

-bueno comencemos recordando la frase de la clase, ‘’para estar saludable no hay que comer menos, solo comer bien’’-  el resto de la clase pasó sin incidentes y terminó pronto, hablaron de los grupos alimenticios y como combinarlos en una dieta saludable, a Murasakibara le pareció sencillo a pesar de que se sentía atacado cada vez que la profesora mencionara lo dañino que era comer demasiadas calorías y solo comida chatarra.

 

-oye chico nuevo ¿no olvidas algo?- comentó una de las chicas de la clase señalando el delantal que Murasakibara aun usaba mientras caminaba hacia la salida.

 

-HAHAHAHA! Déjame ayudarte a quitarlo-  rió en voz alta la profesora.

 

-no es necesario, yo puedo hacerlo-  para entonces ella ya estaba ahí dándole tirones a la prenda  -... gracias-

 

-¿los demás te quedaban pequeños no es así? Déjame ver si puedo conseguirte uno que te quede mejor, no como este, uno entero que también te cubra el pecho, aunque no es que este no se te vea lindo-  volvió a reír haciendo a Murasakibara sonrojarse  -uno de los otros chicos también es bastante alto, tal vez pueda prestarte uno ¿cuál era su nombre? Siempre lo olvido-

 

-se refiere a Rinnosuke-kun- dijo la chica que seguía ahí limpiando su lugar.

 

-ah es verdad, ese chico es tan callado que no lo notaría si no fuera porque está en la lista de alumnos, le enviaré un e-mail para pedirle que lo traiga mañana-

 

-se lo agradecería mucho-  no quería volver a usar el de ese día nunca más, se veía ridículo.

 

Esa noche llevó a casa ensaladas de frutas y demás refrigerios desde la clase, sería una buena cena, y ahora sabía como prepararlo el mismo, sin duda todos esos ingredientes costarían menos que las golosinas que solía comprar y le durarían más de un día, pero claro, no era como si fuera a dejar de comerlas, eran sus favoritas y no se sentía capaz de dejarlas.

 

Pasó otro día y la clase de nutrición era la última, por lo regular su club de basketball era lo último que hacía antes de irse a descansar a su dormitorio, pero ahora debía cuidar de su rodilla al menos tres semanas y mientras sanaba completamente iba a dedicarse a aprender a cocinar, ser chef no sonaba tan mal, en especial si cocinaba para si mismo.

 

-bienvenidos jóvenes ¿cómo va su día?-  saludó la profesora tan animada como siempre  -sé de alguien a quien no le va muy bien que digamos, parece que uno de nuestros compañeros se resfrió y estará ausente unos días, Mauri... Mark... Atsushi, mejor te llamaré Atsushi, hoy trabajarás con el compañero de este joven-  Murasakibara se sintió aliviado  -¿dónde estas Rinnosuke?-  preguntó ella y el joven a quien llamaba levantó la mano desde una de las mesas de atrás  -ve allá Atsushi, espero que se lleven bien-  Murasakibara caminó hasta la mesa donde estaba su nuevo compañero, era de los últimos en la parte trasera del salón pero no creyó tener problemas para escuchar la voz de la profesora aunque estuvieran tan lejos. Apenas llegó al lugar y su compañero le extendió la mano ofreciéndole una prenda, Murasakibara recordó que se suponía que era él quien iba a prestarle un mejor delantal para la clase.

 

-... gra... gracias-  ni siquiera miró a su nuevo compañero, el delantal que le había dado capturó toda su atención, era de un color mucho más llamativo que el que había usado el día anterior, era amarillo y con el dibujo de un pequeño pato en el pecho, era de su talla ¿pero por qué alguien diseñaría una prenda tan cursi para una persona tan grande?  >>debes estar bromeando<<  igual se lo puso, estaba al final del salón y no creyó que llamara tanto la atención  -¿dónde conseguiste algo como esto?-  por fin miró a la persona junto a él y pudo reconocerlo  -tú... -  el otro sonrió como si hubiera estado esperando que lo notara  -... tú me golpeaste ayer en la entrada y no te disculpaste-  el otro chico se quedó con una expresión de piedra por unos segundos  -¿tenías mucha prisa? Eso fue algo descortés-  el joven solo negó con la cabeza y luego hizo una pequeña reverencia disculpándose, Murasakibara pensó en las palabras de la profesora, se suponía que ese era el chico que era muy callado  -está bien, no importa-

 

-¡atención! Hoy vamos a aprender a hacer galletas y muffins libres de gluten y bajos en azúcar-  eso sonaba... ¿bien? habría que intentarlo, después de todo eran galletas. Hasta ahora todo iba bien, Murasakibara estaba familiarizado con la mayoría de los ingredientes ya que hace tiempo horneaba galletas con su madre, o al menos veía como se preparaban.

 

-yo puedo decorarlos al final, si quieres-  comentó sin saber muy bien como empezar y notando que su compañero iba muy adelantado, él solo sonrió a su comentario  -... ¿debería hacer algo?-  el otro negó con la cabeza, el que no le dijera nada comenzó a molestar a Murasakibara  -¿crees que lo echaré a perder?- pensó que era descortés.

 

-...!! -  por fin lo miró directamente pero de nuevo solo negó con la cabeza.

 

-bien no tienes que hablarme pero déjame ayudarte, me siento como un inútil solo estando aquí sin hacer nada-  su compañero por fin le dio una tarea, le alcanzó un recipiente con la mezcla para los muffins y la batidora eléctrica mientras él continuaba preparando la maza para galletas  -de acuerdo, esto es fácil-  apenas terminó de decirlo, apretó el botón de aquella máquina a la que le fueron suficientes tres segundos para lanzar la mezcla del recipiente hasta dos mesas adelante, ensuciándolos a los dos, a varios de sus compañeros que estaban adelante y hasta el muro y la alacena detrás de ellos.

 

-¡oh cielos!-  gritó la profesora al escuchar el bullicio que comenzó en el salón junto con la risa de los que se habían salvado del incidente  -muy bien calma todos, no pasó nada-

 

-...lo siento- su compañero rió casi inaudible pero Murasakibara lo notó.

 

-continuemos la clase y limpiaremos esto al final, no es tan grave ¿recuerdan cuando explotó la cacerola de conejo con vegetales? Eso si fue un desastre-  miró a los dos chicos responsables riendo y haciendo que Murasakibara le devolviera la sonrisa pero se le notaba fastidiado, parecía que esa mujer nunca perdía su sentido del humor.

 

-al menos mi ropa está limpia-  alcanzó a bromear refiriéndose a que por suerte tenía puesto el delantal, en ese momento su compañero le ofreció un cortador de galletas y cambió de lugar con él para continuar con lo que hacían, tomó la misma máquina y Murasakibara retrocedió un poco pensando que sucedería lo mismo que cuando él lo hizo pero ese aparato parecía mucho más dócil en sus manos, giraba despacio y lo que restaba de la mezcla quedó lista sin problemas.

 

-...?-  notó que lo miraba.

 

-¿qué es lo que hice mal?-  preguntó señalando la máquina, el otro chico pestañeó un par de veces y luego miró hacia arriba como tratando de encontrar la manera de explicarlo, después sujetó la batidora como si fuera un arma apuntandola hacia arriba y con la otra mano hizo varias señales en el aire que Murasakibara no pudo comprender  -... claro-  su compañero sonrió avergonzado porque sabía que no lo había entendido nada  -de verdad no hablas ¿verdad?-  comenzó a cortar la maza de galletas con el utensilio que le había dado  -pero aun así creo que prefiero trabajar contigo que con la profesora-  señaló discretamente a la mujer que comía la mezcla para muffins directamente del recipiente  -no es que me desagrade pero prefiero trabajar en silencio, más tranquilo-

 

-... –

 

-¡ya terminé!-  dijo después de cortar todas las galletas  -esto si lo pudo hacer-  de repente el otro chico volvió a levantar la máquina y le sujetó la mano de modo que sus dedos se entrelazaran  -¡¿qu... qué estas... ?!-  lo tomó por sorpresa, sintió como poco a poco apretaba su mano y a medida que hacía eso el sonido de la batidora era más fuerte, pero ¿por qué rayos hacia eso? entonces dejó de apretarlo y al mismo tiempo detuvo la máquina que sostenía con la otra mano  -... ¡ah ya entiendo! Usé demasiada fuerza-  al fin se dio cuenta de lo que quería decir, sujetar su mano y apretarla había sido un ejemplo, el otro chico asintió con una sonrisa  -así que fue solo por eso, lo haré bien la próxima vez-  Murasakibara miró sus manos que seguían en aquella posición y luego recordó el lugar donde estaban, la pareja en la mesa de adelante los miraban atentos al igual que los de al lado, entonces ambos se separaron al instante. La clase terminó antes de que se dieran cuenta, fuera del incidente con la batidora eléctrica todo resultó bien y ambos recibieron una buena nota  -... esto no saben tan bien como esperaba-  se quejó mientras dejaban la clase y comía las galletas que habían preparado  -pero tampoco están mal-  dijo comiendo dos galletas al mismo tiempo, su compañero tocó su hombro para hacerse notar y luego se despidió de él agitando su mano, Murasakibara hizo lo mismo.

 

Iba caminando por los pasillos directo a su dormitorio cuando pasó frente una máquina expendedora de dulces y se detuvo frente a ella, ya llevaba galletas y muffins de su clase pero le costaba romper la costumbre, tenía dulces pero no resistió la tentación de comprar algo más, buscó en su mochila algo de dinero pero lo que encontró fue el delantal que le habían prestado, debió guardarlo sin darse cuenta por la emoción de poder llevarse a casa todo lo que había preparado, pensó que debía devolverlo al salón, además a veces recibía visitas de sus compañeros del equipo de basketball y no quería que lo encontraran con una prenda tan vergonzosa, gruñó fastidiado y caminó de regreso al salón de cocina. En el camino pasó frente al gimnasio donde solía practicar, la puerta estaba cerrada pero se escuchaba que había alguien adentro jugando al basketball, lo sabía por el inconfundible sonido de rebote del balón y en chillido de los tenis en el suelo, pero su equipo no practicaba hoy, eso lo sabía ¿o habrían cambiado sus horarios? Aún así ya era algo tarde para las actividades del club, abrió la puerta sin hacer ruido y se encontró con que había una sola persona en toda la cancha, miró mejor y notó que era su compañero de la clase anterior, estaba de pie a mitad de la cancha mientras rebotaba el balón, lo lanzó hacia la canasta y comenzó a correr detrás de él, el balón chocó con el aro y rebotó pero aquel chico ya estaba esperándolo, lo tomó con la mano derecha y encestó de una manera peculiar, un tiro de gancho’, su técnica no era tan precisa pero estaba seguro de haberlo visto antes, entonces lo recordó de golpe, como cuando comprendió lo que intentaba decirle al sujetar su mano ¿un jugador sin voz cuya especialidad es el tiro de gancho? ¿quién más iba a ser?

 

-¡Mitobe!-  dijo en voz alta haciendo que el otro lo notara  -Rinnosuke Mitobe-

Notas finales:

Gracias por leer, me encantaría saber lo que piensan al respecto así que los reviews son agradecidos *-* adoro a Mitobe, de hecho es mi personaje favorito de KnB’ pero escribir sobre un personaje como él es un poco difícil x_x así que empecé la historia desde la perspectiva de Murasakibara. Subiré capítulos nuevos todos los lunes y jueves. Bye. 


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