Sus manos temblaban y no le salía la voz, intentaba de todas las formas posibles poder moverse un poco y respirar aire limpio y no ese aire espeso y maloliente que desprendían las demás personas que lo apretaban y lo hacían hundirse cada vez más en esa masa inmensa de gente que esperaba lo mismo que el; poder ver lo más cerca posible a Min YoonGi, el más famoso rapero en toda Korea, quien por primera vez convocaba a un show masivo en la capital de su país.
Jimin había sido fan del rapero desde que escucho una canción de el un día lluvioso cuando volvía a su casa luego de que la persona a la cual el pequeño se le había declarado, sin ningún remordimiento lo rechazara.
La tarde entera se la había pasado dando vueltas bajo las enormes gotas que caían del cielo y cuando al fin sintió que había superado la lástima que el mismo se provocaba decidió volver a su casa.
Desanimado espero y tomó el bus que lo llevaría a su destino, aunque de eso no tuviera muchas ganas. Su desanimo y nostalgia lo llenaba y no había nada que lo distrajera de sólo mirar la lluvia golpear la ventanilla de su asiento, hasta que en la estación de radio que el chofer del bus escuchaba, comenzó a sonar una tonada más bien triste y una voz algo descolorida adornaba de la misma forma la melodía con un rap suave y diferente que poco a poco lo sumergió en sus pensamientos y lo traslado a lo más profundo de sus sentimientos, haciéndolo de alguna forma sentirse orgulloso de la pena que en ese momento se negaba a abandonarlo.
No podría decir con exactitud cuales eran las cosas que con paciencia comenzaron a encantare del cantante una vez se fue involucrando con su música y sus melodías, pero ahora que estaba aplastado por un mar de personas solo podía pensar en que ver a su ídolo le quitaría el aire sin ningún remedio.
-Espero siquiera poder verle la cara Jimin, porque o si no es así, te matare por traerme aquí a morir- TaeHyung no aguantaba el dolor en su hombro, provocado por el codo de quien sabe quien.
-Ya deja de quejarte y evita poner tu brazo en mi cara Taetae- Lo regaño tirando del brazo del menor lejos de su campo visual.
Cuando TaeHyung estuvo a punto de alegarle otra vez su incomodidad, las luces del recinto se apagaron dejando todo en un desesperante ambiente lleno de anticipación. Los gritos de los fans no haciendo más que alterar y hacer correr maratones el corazón de Jimin quien no podía más con su pobre altura, pues aunque estuviera alzado en las puntas de sus pies no alcanzaba a ver bien el escenario.
-!Tae vez algo? Esta ahí?!- Gritaba el pequeño desesperado.
-!No aún no.... AHHHHHHH!! YOOONGIIII!!!- eso fue más que una señal de que el artista ya estaba en el escenario pues no sólo el raro amigo de Jimin gritaba, si no que todos en el lugar.
Como pudo se alzó aún más y lo vio ahí, de pie alumbrado únicamente con una luz algo rojiza en medio de la oscuridad, tan elegante y espectacularmente real, simplemente no podía creer estar ahí a sólo unos pasos de la persona que más admiraba en el mundo.
Ahora si que su voz se negaba a cualquier cosa y sus manos alzadas de apoco comenzaron a caer, 'Es él...' Pensó embobado.
La música comenzó y una de las canciones del último álbum sonaba fuerte y contundente, azotando sus oídos y obligándolo a reaccionar.
-Jimin!!! Es el!! Es el!!!- gritaba TaeHyung junto a el, ya algo hiperventilado.
Un fuerte azote en su costado lo obligo a reaccionar y como pudo sacó su cámara y en un intento casi inútil de mantenerse en su lugar, fue empujado casi dos lugares más atrás del que estaba. Los malolientes seres humanos hacían de todo por lograr un lugar más favorable y poder disfrutar de mejor forma el show, pero eso tristemente significaba quitarle la oportunidad al par de amigos que con esfuerzo y sacrificio habían llegado casi a la orilla de la pasarela principal, obligándolos a aferrase lo más que podían al suelo o en realidad a lo que pudieran.
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-Esta todo listo, en dos minutos sales- La cara del manager era la misma siempre, nerviosa -Tus cordones, el micrófono...-
-Esta todo bien Hyung, no te preocupes estoy bien- Lo interrumpió YoonGi con calma.
-Ya sabes YoonGi nada de contacto visual con los fans- Advirtió nuevamente preocupado el encargado del cantante.
-Tranquilo manager-Hyung... No pasara nada- Con la misma calma que lo caracterizaba, se levantó de su asiento y camino a la plataforma que lo llevaría al escenario -no pasara nada- repitió lo antes dicho, pero esta vez para sí mismo.
Cuando la plataforma lo dejo en medio de la total oscuridad, no pudo evitar sentirse nervioso de repente; a fin de cuentas era su primer concierto y esperaba que todo saliera tal cual lo planeado.
Una luz roja lo ilumino desde lo alto y una gran ronda de gritos y aplausos lo recibió haciendo que las entrañas del rubio crujieran por las sensaciones que toda la situación le causaba. Con piernas temblorosas comenzó a caminar despacio mientras una de sus últimas canciones comenzaba a sonar, los bailarines aparecieron a sus espaldas y supo que la hora de la verdad había llegado.
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Si pensaba que su voz era cautivante antes, ahora simplemente moría de constantes ataques nerviosos por como sonaba su maldito y áspero tono de voz y lo que este provocaba en su cuerpo.
Ya había dejado su estado de shock de lado y por el contrario movía su cuerpo al ritmo de las canciones, saltando, cantando y gritando incluso algunas lágrimas escaparon de sus ojos de la emoción. Todo lo que pasaba para Jimin era fantástico y nuevo, pero a pesar de todo aún le faltaba la respiración y su cuerpo se cansaba el doble solo por tener que hacerse un espacio en medio de tanta gente incluso si quería doblar un poco su cabeza para buscar a su amigo a quien había perdido de vista después de la tercera canción.
Había visto el rostro de YoonGi más cerca de lo que había imaginado por lo que se consideró pagado y ya arto de toda la incomodidad, decidió salir del alboroto y mirar el espectáculo desde un poco más atrás. A decir verdad cuando logró zafarse y ubicarse bien, descubrió que veía incluso mejor que estando adelante por lo que decidió permanecer ahí el resto del concierto, bailando, saltando, cantando y gritando como hacia antes.
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Vivo; esa era la definición perfecta para lo que YoonGi sentía cada vez que su voz salía por los parlantes y todos sus fans cantaban junto con el, la adrenalina recorría su cuerpo y lo hacia actuar por inercia, saltando e instando a todos sus admiradores a que hicieran lo mismo.
Le cautivaba como acontecían las cosas logrando que cada detalle que se le agregaba al show lo hiciera aún más perfecto.
Los minutos se le pasaban tan rápido que no pudo lograr darse cuenta que sólo faltaban dos canciones para el término de su primer gran espectáculo y no pudo evitar sentir nostalgia.
Las luces iluminaban al público y a el envolviéndolos a todos en algo mágico e indescriptible que se juró así mismo jamás olvidaría, pero la hora de decir adiós llego y quedando al rededor de 20 minutos de rutina, el cronograma le exigía hablar por última vez con sus fans y darle las gracias.
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Escucharlo hablar con tanto cariño a sus admiradores a Jimin le partió el corazón, no se consideraba alguien sentimental o cosas por el estilo, pero el hombre que estaba parado en el escenario lo hacía bajar todas sus defensas e incluso podría decir que nunca había sentido algo similar a lo que YoonGi provocaba en el, aún sin haber cruzado una simple frase o mirada con el cantante.
Grito fuerte que no quería que el show acabara al igual que los demás, pero era consciente de que nada duraba para siempre y esta no era la excepción por que se resigno a seguir escuchando lo poco de espectáculo que quedaba.
Cuando el rapero hubo terminado de hablar, todas las luces volvieron a bajar y una tenue luz azulada ilumino frágil y delicada una silla justo en medio de la plataforma principal, directamente en frente de donde Jimin se encontraba. El cantante apareció no mucho después con una guitarra y se sentó en la silla dejando que la luz lo bañara, haciendo que la hermosa piel blanca de YoonGi brillara con singular resplandor y todo a su alrededor desapareció quedando sólo el y el micrófono en el escenario. Jimin no podía contener los latidos de su corazón cuando después de unos cuantos acordes reconociera la canción que el rubio tocaba. Su respiración se agitó y con una mano en su pecho cantó al mismo tiempo que su ídolo lo hacía, creando una burbuja a su alrededor en donde sólo se incluyó a el y a YoonGi. Cerró sus ojos recordando la profundidad de sus sentimientos, enterrándose en la misma sensación lastimera y dolorosa que alguna vez sintió y lloro. Pero no lloró por quién no lo quiso, si no que lloró porque tenía la oportunidad de sentir, de sentir fuerte e intensamente y todo gracias a la hermosa melodía de cuerdas y los códigos hechos versos de su canción favorita en todo el mundo.
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La penúltima canción la había elegido el mismo. Esa canción fue su primera creación dedicada a lo que no quería sentir y que de todas formas lo rompía por dentro y lo obligaba a demostrar sus debilidad frente a los demás; el desamor.
Quería que el ambiente fuese especial y romántico por lo que preparó todo de tal forma que demostrara exactamente lo que la canción causaba en el y esperaba causara en los demas.
Las reglas eran claras; nada de interactuar individualmente con los espectadores, no contacto físico y tampoco visual; su trabajo era simple, la atención era masiva y nadie salía lastimado, pero cuando sin querer su vista siguió los movimientos pausados de un chico a lo lejos, ya no pudo sacar sus ojos de el.
La forma delicada en la que seguía la letra con sus labios y las lágrimas que caían de sus ojos mientras una de sus manos descansaba en su pecho lo cautivo. Entro con gusto en la burbuja que ese pequeño de pelo anaranjado había creado para ellos dos, dedicándose gran parte de la canción solo a observarlo a el, hasta que en la última estrofa de la canción el pequeño abrió sus ojos y como si fuese magia sus orbes cayeron de lleno en la cautivante mirada del rubio, condenándolos inconscientemente.
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No quería pestañear, no podía simplemente darse el lujo de romper esa conexión y hacer como sí nada, menos cuando la persona que estaba la mayor parte del tiempo en su cabeza era quien le entregaba toda su atención sin ninguna exigencia.
Fueron segundos, sólo un par de ellos bastaron para robarle por completo el alma al pelinaranjo y esté por propia voluntad quisiera entregarla sin remordimiento alguno al contario.
Cuando la última cuerda volvió a su lugar y ya no hubo más sonido que proviniera de ella, todo acabo para ellos y así como se miraron intensamente sin quererlo, el contacto se perdió de un momento a otro y YoonGi tuvo que seguir.
La última canción pasó desapercibida para quien se había ganado la atención del rapero, Jimin ya no pudo moverse de su lugar y permaneció allí, con la misma expresión y la misma sensación que la profunda mirada del cantante le había provocado. No noto cuando la gente emocionada comenzaba a abandonar el recinto ni cuando las luces volvieron y los gritos cesaron y pasaron a ser meros murmullos colectivos, lo malo fue que tampoco notó la muda exigencia de YoonGi de que lo mirara por última vez antes de dejar el escenario. Jimin estaba tan perdido en lo que había sucedido que incluso no notó su propio sonrojo y la tímida sonrisa que adornaba sus labios.
-Aquí estas!!- Taehyung llegaba junto a su amigo, emocionado -Puedes creerlo Jimin?? Tengo todo grabado- alzaba sus cejas juguetón -Y no te daré ninguna copia- río ignorando el claro estado de shock de Jimin -YAH! Despierta-
-Me miro...- murmuró aún perdido el más bajo -Me miro solo a mi- dijo ahora saliendo abruptamente de su trance, comenzando a saltar como un loco -Taetae, me mirooo!!-
-De que hablas! Ya cálmate pareces desquiciado, me avergüenzas- el castaño lo tomo del brazo y comenzó a arrastrar al pelinaranjo a la salida.
-No, que haces... El puede volver- quiso luchar contra la fuerza de su amigo para permanecer en el lugar un poco más, pero estaba débil y TaeHyung era extrañamente fuerte.
-Ya cállate, terminó, el no volverá- se detuvieron en la primera puerta de acceso, observando por última vez el panorama completo -Fue fantástico no crees??-
'Fantástico?' Repitió en su mente y no le pareció. Para Jimin esa era poco, para el había sido malditamente genial, había sido la mejor jodida experiencia de su vida... Fantástico... No... Eso era poco para lo que ahora estaba guardado en su memoria y corazón.