—Abre la puerta Kōki— ordenó el pelirrojo.
—Déjeme solo— dijo con una voz cortada por sollozar.
—Por favor, habla conmigo. Soy....tú esposo— dijo el pelirrojo con una mano apoyada en la manija de la puerta.
—Akashi-kun, por favor. Deme tiempo para asimilar esto— rogo escondiendo su cara entre las sabanas de su nueva habitación.
—Está bien— fue deslizándose por la pared más cercana a la puerta, apoyó su cabeza en la pared y cerró sus ojos.
——————
Kōki se cubrió por completo con la sabana de seda. Toda esa situación debía ser un juego del destino. Una parte de él estaba feliz, pues realmente estaba enamorado de Akashi Seijūrō, y otra con inseguridad y miedo. Después de todo ¿Por qué Akashi Seijūrō se enamoraría de él? Si él sólo era un estudiante promedió, mediocre en el básquet ball y de una familia de clase media... Él jamás sería suficiente para el gran Akashi Seijūrō, y más sabiendo a la perfección que estaba enamorado de Kuroko Tetsuya.
Todo lo que sabía era que por haber perdido un juego, ahora estaba legalmente casado y sin poder divorciarse. Eso forzaba a Akashi Seijūrō a estar a su lado.
—————— Un mes después de la Winter Cup——————— *algunas partes serán relatos y puntos de vista de ambos para llegar al inició de la historia un año y medio más tarde*
Furihata Kōki se encontraba nervioso, la generación de los milagros había pedido un juego de práctica a Seirin. Él había asistido para animar a los chicos, ya que como basé ni loco volvería a enfrentar a Akashi Seijūrō, a pesar de que había sido amable con el después de la final, y que ya no parecía el arrogante y malo que fue en su primer encuentro.
Llegó una hora antes a las canchas donde se había quedado de ver para el encuentro. Se le había hecho temprano debido a que su madre y padre lo corrieron para tener su tarde "romántica".
Vio la sombra de uno los árboles y se dirigió a él, se acostó sobre el césped, reprodujo la lista favorita de su música y cerro sus ojos.
Pv Seijūrō
Después de que había perdido en la Winter Cup discutió con su padre. Por primera vez lo había retado y había ganado. Al explicarle lo del otro Akashi Seijūrō su padre quedó estupefacto pero le creyó. Con eso fue suficiente para que su padre le aflojara las riendas y le diera más libertad.
Durante las primeras semanas seguía recordando lo sucedido en la final. Mejor dicho, su mente repetía una y otra vez el encuentro con el número 12 de Seirin, Furihata Kōki.
——— flashback ————
El castaño había comenzado a retroceder en cuanto lo vio en el pasillo, pero un aficionado que acababa salir de otro pasillo, chocó contra él y lo mando directo al piso.
Él se aproximó para ayudar a levantarse —¿Estas bien.
—Sii— respondió temblando y al borde de las lágrimas.
—No me tengas miedo, Furihata-kun. No te haré daño— le dijo con una hermosa sonrisa.
Las mejillas del castaño explotaron en un lindo sonrojó al ver aquella hermosa sonrisa. Sólo pudo asentir, y levantarse con ayuda del pelirrojo —G—Graciass.
Ambos se quedaron mirando fijamente, un extraño sentimiento les nació al estar tomados de la mano. Seijūrō sentía el leve temblor en el basé de Seirin y apreciaba el pequeño sonrojó que adornaba sus mejillas. Un mechón de cabello castaño cubría uno de sus ojos, Seijūrō en automático llevó su mano al mechó y lo deslizó detrás de la oreja del castaño.
—A-Akashii-saan— tartamudeo al sentir el rosé de los dedos en su oreja, sentía sus mejillas más calientes y el ritmo acelerado de su corazón.
—¿Estas en primero, Furihata-kun?— el castaño asintió —Entonces es 'kun'.
—E-eentiendo, Akashi-kun— no puedo evitar sonreír.
Ambos habían quedado en completo silencio y sin percatarse de que sus manos seguían aún unidas.
—¿Interrumpo algo?— preguntó un inexpresivo Kuroko Tetsuya.
—waaaa Kukoro-kun no aparezca de la nada— grito Kōki del susto que le dio, retiró su mano y la llevó así corazón tratando de calmarse.
—No cambias, Kuroko-kun— dijo mirando su mano, sentía un extraño vacío. Levanto la mirada y observó al castaño.
—Etto.... A-Adiós— dijo con una reverencia y salió corriendo. No aguantaría estar un segundo más, sentía un extraño vacío y su pobre corazón estaba por las nubes.
——— fin flashback ————
—Es algo temprano— dijo en un susurró, viendo que faltaba cerca de una hora para el encuentro contra Seirin. El cual solicitó con un sólo objetivo: ver a Furihata Kōki.
—Lo siento, Seijūrō-sama. Creí que abría un poco más de tráfico— se disculpó Nara Yosuke.
—No se preocupe, Nara-san. Llev....— algo hizo que guardara silencio. Reconocía esa cabellera castaña, por lo visto él también había llegado temprano —Me quedó. Puede ir adonde usted quiera, yo le llamo.
Bajo de la limusina con su pequeña maleta y el libro que venía leyendo. Se aproximó al árbol donde se encontraba la cabellera tan familiar —Bingo— pensó al ver que era Furihata Kōki, éste yacía dormido. Con sumo cuidado bajo su maleta y se acostó a su lado y giro un poco su cuerpo observando el rostro pacifico del castaño. Los minutos pasaban y él no dejaba de observarlo.
En algún momento Furihata se había girado hacia él, provocando que terminará a boca arriba en el césped a causa del pesó, y sobre su pecho el castaño que se había acomodado rodeando la cintura con su brazo. Se tensó al sentir el abrazó Furihata le mantenía y la leve respiración que le golpeaba el pecho. Así la pasó cerca de media hora, hasta que sintió que el castaño comenzó a removerse.
——————
Kōki sentía un golpeteo familiar, así como un leve aroma a manzanas —Manzana— murmuró. Seijūrō sonrió al escucharlo.
—¡Kuroko quita a esa maldita bestia de mí!— escuchó claramente y abrió los ojos rápidamente. Al hacerlo observó que algo blanco bajaba y subía donde tenía apoyada su cabeza y también, que su mano se encontraba en la cintura de alguien. Subió la mirada y se topó con los ojos rojos de la persona que últimamente invadía sus pensamientos —Akashi-kun— dijo retirando rápido su mano y sentándose en el césped.
—¿Dormiste bien, Furihata-kun?— preguntó riendo de la cara de pánico del castaño.
El rostro de Kōki estalló en llamas —L-lo siento— No podía ver lo a los ojos, se sentía avergonzado.
—No te disculpes, Furihata-kun— dijo estirando sus brazos.
—¿Có...cómo termine dormido sobre Akashi-kun?— preguntó sonrojado.
—Pues me acosté a tú lado, y en algún momento terminamos así— Su corazón comenzó a latir rápidamente al ver ese sonrojó en el rostro del castaño.
Kōki desvío su mirada, sentía que su corazón en algún momento explotaría.
—Akamin— grito la peli rosa desde el otro lado, corrió hacia a ellos y se lanzó a los brazos del pelirrojo.
—Me asfixias, Momoi-chan— dijo tratando de respirar.
Kōki de alguna manera sintió envidia de la peli rosa, así como celos. Profundizó su ceño ante esos sentimientos ¿Por qué tenía celos de que Akashi Seijūrō estuviera abrazado a Momoi Satsuki?
—Furi— gritó Fukuda llamando su atención desde la misma dirección donde había ha parecido momoi. Se levantó y fue en su dirección dejando sólo a Momoi y Akashi, el cual tenía el ceño fruncido al ver la sonrisa que Furihata le daba al otro castaño.
Para ese entonces Momoi ya se había separado de Akashi y pudo observar el ceño fruncido que este había puesto. —Tal vez...— pensó con una sonrisa discreta. Entonces llegó otro chico, y colocó un brazo sobre los hombres de Furihata. Volteó a ver discretamente a Seijūrō, quien ahora tenía los labios en una mueca y el aura de asesinar a alguien —Nee~ Akamin ¿Te gusta Furimin?— preguntó muy bajito que sólo escuchara el peli rojo.
—¿Qué? claro que no— respondió sonrojado.
—Kyaaaa Si, lo sabía— gritó llamando la atención de todos y volvió a abrazar a Akashi.
—¿Qué pasa, Satsuki?— preguntó Daiki.
—Nada, Dai-chan. Sólo que descubrí algo interesante— dijo con una sonrisa y un brillo en sus ojos que Aomine Daiki enseguida identificó. Miró a Akashi Seijūrō y notó el leve sonrojó en su rostro.
—Suerte, Akashi— dijo en una sonrisa cómplice con Satsuki.
Al ver el ligero puchero que hizo el gran emperador Akashi Seijūrō; Daiki y Satsuki estallaron de la risa.
Los demás observaban intrigados aquella escenas donde un Akashi Seijūrō se encontraba molestó y a los otros dos muriéndose de la risa. Excepto un castaño de ojos color chocolate, que se encontraba levemente irritado por aquella cercanía entre Akashi y Momoi.
Una vez que llegaron todos los involucrados, y uno que otro colado, el partido dio comienzo. El partido estuvo cardíaco, pues una cosa era jugar contra un milagro y otra contra 5 de ellos.
Kōki observó el partido desde la sombra del árbol junto con Momoi, Aida Riko. Takao Kazunari, Himuro Tatsuya, Kasamatsu Yukio y Sakurai Ryō estaban tanto de espectadores como suplentes de la generación de los milagros.
Satsuki observaba discretamente al basé de Seirin, el cual no se perdía ni un sólo movimiento del peli rojo y de vez en cuando apareciera un ligero sonrojó en sus mejillas. No podía evitar que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro al notar que tal vez Akashi sería correspondido.
El partido término 76—80 ganando la generación de los milagros. Los chicos reían por algunas cosas y otros se distraían platicando, en el momento de marcharse llegó la limusina para recoger al emperador.
—Bueno chicos, gracias por el partido. Nos vemos en otra ocasión— dijo con una sonrisa —.Vamos, Kuroko— Al llegar a la limusina ayudó al pelo celeste a subir, brindándole una sonrisa.
El castaño sintió que algo en él se partió al observar aquello. Sentía las intensas ganas de llorar sin saber la razón del porqué, se marchó sin despedirse de nadie.
Todo siendo observado por una peli rosa —Oh no…
——————
—Gracias por traer me, Akashi-kun— dijo despidiéndose.
—De nada. Saluda a tú abuela de mi parte, y que se recupere pronto—dijo mientras Kuroko bajaba de la limusina.
—Le diré, adiós— dijo despidiéndose de Akashi y entró al hospital.