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~ La Herencia ~ por Mirnest2

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Notas del fanfic:

Quise participar porque tenía la idea de este fic para agregarlo originalmente a ~Ámame~ pero no encontré ninguna canción que 'pegase' con la historia y, como quedó en stand-by, se presentó esta oportunidad y bueno, aquí está.

No quise hacerlo shot pero tampoco tendrá más promoción y atención de mi parte y eso, básicamente significa que subiré más de un capítulo a la vez. La tarea de ustedes es leerlo y darle amor <3

RECUERDEN 2 cosas:

1) Leer esto, dejar review y entrar en mi página donde una sorpresa les estará esperando.

2) SHINee viene a Chile! ¿Cómo lo sé? Bueno, porque mi intuición mariposita no me falla ^_^ 

Notas del capitulo:

Segundo 'shot' que escribo bajo este formato, el primero fue ´Don't you remember'. Bueno, lean y se darán cuenta ;) siempre es bueno probar cosas nuevas, ¿cierto? :3

-CAPÍTULO I – 

 

Me teletransporté, estoy seguro, de otro modo no veo cómo llegué del bar a la suavidad de mi cama King size con almohadas de pluma y sábanas blancas (para ocultar todo rastro de; bueno, ya saben de qué). Estoy desnudo, no tengo que estar tan despierto para darme cuenta de eso, los pijamas de hombres aburridos no son lo mío, como digo: piel con piel es siempre mejor.

Traté de girar y mi intensión quedó ahí cuando sentí algo peludo en el pecho. Miré hacia abajo y vi un intento de cabello rubio con raíces negras durmiendo sobre mí. Lo aparté y él gimoteó. Sí, dije él, ¿Y qué? Da igual, el punto es, que en algún momento, entre whisky y whisky perdí la razón pero eso activó mi mecanismo de sobrevivencia y de seguro volví en modo zombie. Ya me veo caminando con los pies arrastrados, los brazos extendidos, mis ojos desorbitados por las calles, asustando a las personas ‘Arg, te voy a comer…’; sí, también me fumé un pito y aspiré una línea ¡¿Y qué, joder?! Si quieres ir por el paquete completo hazlo de una vez y ya.

La cabeza me duele como la puta y me arde la nariz, ¿Qué mierda aspiré? Seguramente algo mezclado con harina y polvos de talco para el culo de un bebé, después de todo, era demasiado bueno que estuviera tan barata. Menudo imbécil el que me la ofreció.

Y ese es el imbécil que ahora se me acerca y hace el amago de abrazarme para seguir durmiendo. Se llama Ren, es unos cuantos años menor que yo. De hecho, dudo que sea mayor de edad, pero tiene buen culo y aguante, y eso es lo que importa. Lo conocí hace un año en el ‘Billi’s’ el bar que frecuento; se me acercó a la mesa una noche cualquiera, me coqueteó y me llevó al baño donde me la chupó hasta que me corrí en su boca. Después de eso cuando nos veíamos, teníamos sexo en las cabinas y luego yo me iba; no habían preguntas ni detalles personales, solo era besarnos y follar, ni siquiera recuerdo si en algún momento lo desnudé por completo. No, creo que no lo hice nunca, después de todo, siempre hay que ir al grano y el de mi pene, era su culo.

 Pero tampoco sé exactamente cuándo fue que empezamos a hacerlo en mi departamento.

Yo separo bien las cosas; el trabajo en la oficina, el sexo en cualquier parte y mi privacidad en casa. Sabía que, al primer chico que dejase entrar en casa, también dejaría entrar las preguntas personales, las visitas de fin de semana y toda esa mierda que hacen las parejas normales. No soy normal. En casa me gusta estar solo, beber tranquilo, fumar en la sala, masturbarme y pasearme desnudo cuando no quiero usar ropa; una segunda persona sería, molesto. De hecho, todo el mundo me molesta; a excepción de Jonghyun que es una molestia necesaria pero eso es porque somos amigos.

 

-          Uhm, vuelve a dormir amor… - ¿Amor, en serio? ¿Ahora comprenden por qué odio traer el sexo a casa? Lo moví brusco y Ren se quejó, despertándose para medio sentarse en la cama - ¡Pero qué bruto!

 

-          Sí, como sea, toma tu mierda y ándate

-          ¿Así será? ¿Me traes a tu casa, me follas y luego me hechas? ¿Qué será después, me pagarás?

 

-          ¿Tienes una cuenta para depositarte?

 

-          ¡Eres un bastardo!

 

Eso lo hizo enojar; si aquello significaba levantarse rápido y empezar a buscar su ropa, entonces sí, Ren estaba muy enojado porque hizo todo en una fracción de segundos que yo disfruté para mirarle el culo de nuevo. Je.

 

-          ¡Debí hacerles caso, me advirtieron de cómo eras!

 

-          Si lo hicieron, ¿Entonces para que me restregaste tu culo en la cara en primer lugar? Además, no me digas que después de un año de estar follando recién te has dado cuenta de cómo soy…

 

-          ¡Pensé que estaban equivocados! – gritó colocándose su chaqueta de cuero sintético - ¡Te veías, no sé…!

 

-          ¿Decente?

 

-          Educado – se corrigió.

 

-          Lo soy, fui a la universidad y tengo más estudios que tú bonito – le respondí suspicaz, cosa que lo hico enojar más – Cierra la puerta al salir…

 

-          Tú, Choi Minho – dijo apuntándome desde el umbral de la puerta de la habitación – Algún día te arrepentirás de cómo me has tratado ahora

 

-          ¿Dices que terminaré enamorándome de un puto como tú?

 

-          No. Digo, que un día estarás tan cagado por alguien, que desearás haber aprendido antes a cómo tratar a la gente cuando ese día llegue…

 

-          Mira, Ren – respondí incorporándome de la cama, disfrutando cómo desviaba sus ojos hacia mi entrepierna; sé que le gusta – Yo trato con gente todos los días; desde hombres de negocios hasta chiquillos como tú, sé diferenciar a un aprovechador de un iluso y te digo, yo no soy uno de ellos; ¿Enamorarme? Ya estoy enamorado de alguien…

 

-          ¿A-ah, sí?

 

-          Sí

-          ¿Y quién es el afortunado?

 

-          Pues, yo… – sonreí abriendo los brazos y dando un giro en 180°.

 

Ren bufó, tomó su bolso y fue hasta la puerta de la sala. Yo tras él. Contuve una arcada que me provocó una molestia ácida en la garganta cuando se me acercó y me besó como si fuera, no sé, mi jodida esposa, ¡Pero, ¿Qué mierda?! Lo aparté y él se despidió cerrando la puerta, mientras yo me apoyaba en el muro con todo dándome vueltas. Quizás me incorporé muy rápido de la cama pero de pronto, mi cuerpo me exigió un baño con urgencia; necesito un baño, ahora. ¡Baño! ¿Dónde está el baño…? demasiado tarde, acabo de vomitar en la alfombra de la sala. De nuevo. Es como si mi vómito tuviera una fijación por la muy desgraciada, ya perdí la cuenta de cuántas veces he cambiado la alfombra por el mismo motivo. Cuando Jonghyun venga de nuevo lo notará y comenzará otra vez la charla de ‘Minho, deja de comportarte así y bla, bla, bla…’ que sinceramente, no quiero escuchar.

¡Wou! Ahí va otra vez, la sala da vuelta y vueltas y ¡Mierda! Choqué con la pared ¿De dónde apareció? Ayer este muro no estaba aquí. ¿Por dónde queda la cocina? Estaba junto a la sala y frente al comedor, sí, justo aquí. Toallas de papel para Minho, vaso de agua para el mal aliento de Minho y una cerveza para la resaca de Minho. ¡Voilà! Soy un jodido genio, ya me siento mejor.

Mentira, pero me sentiré mejor estoy seguro.

Vestirme ahora era innecesario cuando lo que necesitaba era una ducha. Me devolví por el pasillo justo cuando el molesto sonido de mi celular rebotó en mi cabeza y ¡Mierda! Duele como la puta ¿Qué? ¿Teléfono, en serio? ¿Dónde está? Revolví la ropa en el piso de mi cuarto y lo encontré casi bajo la cama.

-          Diga…

 

-          ¿Minho? - este es Jonghyun haciendo la pregunta del millón de dólares - ¿Eres tú?

 

-          No, equivocado

 

-          Minho, sé que eres tú…

 

-          Si sabes que soy yo, ¿Para qué me lo preguntas? No es como si en este departamento viviesen dos Minhos, idiota – le respondí sentándome en el borde de la cama, masajeando mí frente con mi mano libre - ¿Qué quieres?

 

-          Minho, pasó algo…

 

¿Pasó algo?

 

-          ¿Gané la lotería? ¿Soy millonario? ¡No, espera, ya sé! Me venderás tu parte de las acciones del bufete, ¡Gracias Jonghyun, amigo, eres el mejor!

-          Yuri tuvo un accidente…

 

Yuri. Solo conozco una Yuri; Kwon Yuri aka la amiga con la que experimenté mi sexualidad e intento fallido de ser heterosexual. Sí, soy gay pero para estar convencido tenía que follarme a una mujer, ¿O no? ¡Cualquiera lo hubiera hecho en mi lugar!

Si es la misma Yuri, entonces es la amiga que tuve en la universidad, compañera de curso y a quien le copié en todos los exámenes que tuve porque estaba demasiado ocupado conquistando chicos bonitos que olvidaba estudiar, pero ella siempre me ayudó. Creo, que yo le gustaba, eso pienso, nunca le pregunté. Era la típica chica popular, bonita, excelente estudiante con varios tipos tras ella pero por algún motivo, siempre andaba conmigo; con el fracasado.

La vi hace poco, algo más de un año en una reunión de ex alumnos. Estaba igual, más linda y más exitosa; se veía bien. Charlamos, bebimos un poco (más bien mucho) y terminamos en un cuarto de hotel horas más tarde. Gran error. Ella tenía novio y a la semana me contactó para decirme que había terminado con él porque siempre estuvo enamorada de mí solo que, yo jamás la amé a ella; solo la vi como una amiga, la amiga intocable a la que terminé follándome dos veces. La misma noche que se me confesó, yo fui al ‘Billi’s’ y me follé por primera vez a Ren.

Después de esa llamada telefónica me odió, no lo dijo abiertamente, pero si yo estuviera en su lugar me habría odiado; dejar a tu novio porque el tipo que siempre te gustó te lleva a la cama por una noche por culpa del alcohol, es un motivo suficiente. Le pedí disculpas, las aceptó y no volví a saber más de ella. Hasta ahora.

 

-          Minho, ¿Sigues ahí?

 

-          S-sí, sí, lo siento, ¿Cómo está ella?

 

-          Murió Minho… lo siento

 

Yuri. Muerta. ¡Mierda! ¿Han tenido esta misma sensación que yo? Es algo que te pone en blanco la mente, se llama realidad. Fui amigo de Yuri durante cinco años, nos distanciamos brevemente a causa de nuestras carreras pero nos reencontramos y ahora, ella está muerta. Puta vida. Eso es lo que pienso ahora mismo, puta vida.

 

-          ¿Có-cómo pasó?

 

-          Un conductor ebrio la embistió, quedó atrapada en la carrocería del auto. Los rescatistas la sacaron pero no pudieron hacer mucho en el hospital; es, trágico…

 

-          Y una mierda que lo es – bufé ya más despierto; el dolor de cabeza desvanecido.

 

-          Minho

-          ¿Qué?

 

-          Creo, creo que deberías venir

 

-          ¿Ir? ¿A dónde?

 

-          Estoy en el hospital ahora mismo pero, tú también debes venir

 

-          ¡¿Yo?! ¡¿Por qué!? No tengo nada que ver con ella, mejor llama a sus padres

 

Les contaré de los padres de Yuri. Mi amiga, muy buena persona y lo demás, se crio en una familia ultra conservadora por lo que yo, no encajaba en el estereotipo de amigo que sus padres querían para su hermosa hija. No los culpo, yo era la corrupción en vida y si Yuri no cayó en mi infierno es porque en verdad sus padres hicieron un muy buen trabajo con ella.

Sucede que, Yuri les contó que había perdido la virginidad conmigo y ardió Troya; su padre la echó de casa y su madre no hizo nada para impedirlo. Eso la devastó. Lo bueno es que siguieron pagándole sus estudios y dándole dinero para su manutención pero que le dejaran de hablar o llamar por teléfono para preguntarle como estaba, fue siempre un dolor que no pudo superar.

Cuando me la encontré en la reunión de ex alumnos el año pasado, me contó que el verano después de su graduación, fue a la casa de sus padres a mostrarles su título y a agradecerles por seguir cuidando de ella a pesar de lo que había pasado. Sus padres se habían divorciado y formado familias nuevas. En tres años sin saber de ellos, muchas cosas sucedieron y de pronto Yuri se vio sola en el mundo; su padre se había casado de nuevo con una mujer más joven que tendría un bebé 23 años menor que mi amiga. Su madre, se había ido a Inglaterra, o Francia o a un país de esos.

Así que, si llamaban a los padres de Yuri para decirles que su hija había muerto, era poco probable que vinieran a por ella. O lo que quedaba de ella.

 

-          Los llamé pero su padre está ocupado con el trabajo y dejé un mensaje en la oficina de su madre que espero me responda… - sí amigo, yo también lo espero – Por eso te llamé a ti, ¿Puedes venir?

 

-          Jonghyun

 

-          ¡Minho era tu amiga! ¡No puedes no venir!

 

Bueno, tiene razón. Tal vez la marihuana tenía algo para ablandar corazones porque simplemente me paré de la cama y caminé al walking con el teléfono y Jonghyun dándome lecciones de vida y un recordatorio de mi amistad con Yuri, ¡Ya sé que fue mi mejor amiga, joder!

Le dije que iría y corté la llamada. Me cambié de ropa, me lavé la cara, cepillé los dientes y puse mi mejor cara de no alcoholizado ni drogadizado y salí del departamento hasta el ascensor.

En estos momentos, vivir en el piso 17 es de buen provecho, tengo 16, 15, 14, 13, 12 y contando, pisos para pensar qué demonios haré cuando llegue al hospital. De pronto el ascensor se detuvo y por el otro lado de las puertas metálicas escuché ruido, música tal vez, que sonó fuerte y clara cuando las puertas se abrieron y del otro lado entró una tropa de chicos con exceso a trago en la sangre; juventud.

Mis años siendo un excelente prospecto de mal ejemplo me hicieron un maestro en reconocer la marihuana de sus ropas, la cerveza barata, vodka, tequila y vómito. Idiotas, ni siquiera beben bien, después de unos años terminarán en la calle con botellas de vino de mala calidad escondidas en cambuchos de papel.

 

-          ¡Oh, señor Choi!

 

Ah, él. De entre los imbéciles, su cabellera castaña asomó, sosteniendo a un tipo del doble de su peso y tamaño por los hombros. Era el único sobrio y no me extraña. Mi vecino, bueno, vecino de edificio es un santurrón. Lo he visto un par de veces cuando llego por las tardes y siempre me saluda con una radiante y perfecta sonrisa. Una vez compartimos ascensor y me juré, nunca más volver a hacerlo, ¿Cómo alguien podía ser tan amable? ¡Es molesto!

Taemin tiene 23 años, cuatro menos que yo y es un niño lindo de mamá; 1,70 metros, cabello castaño, ojos oscuros, nariz perfilada, mejillas mordibles, boca para una mamada, cuerpo delgado de bailarín y culo perfecto para una polla.

Me pregunto si será virgen.

¡Lo siento, me distraje! ¿En qué iba? ¡Ah, sí! Mi vecino el santurrón. Taemin estudia su último año de enfermería y las veces que lo veo en el hall del edificio, usa esos trajes de dos piezas y sandalias tipo crocs. Se ve ridículo con estampados de animales, estrellas y corazones multicolores, pero se ve ridículamente adorable. La primera vez que lo vi así tuve una erección y una muy buena, después de todo, ¿Quién no ha soñado con follarse a alguien que trabaja en el área de la salud, usando un traje estampado o un delantal blanco con un estetoscopio en el cuello? Yo lo he hecho siempre que voy al hospital.

 

-          Lamento esto, mis amigos…

 

-          Da igual

 

-          Celebrábamos el cumpleaños de mi hermano y como vivo solo, sus amigos decidieron hacer la fiesta acá, espero la bulla no lo haya molestado

 

¡Vives 5 pisos más abajo que yo idiota! ¡Obvio que no sentí el ruido! Menudo enfermero.

 

-          Sí, bueno, me despertaron y no pude seguir durmiendo, ahora iré a un hotel pero, no te preocupes por mí, puedes seguir haciendo tu fiesta… - ¡Oh, no pude evitarlo! Si vieran la cara que puso ahora! Jajaja.

 

-          ¡¿En serio?! ¡Oh, Dios, Señor Choi! ¡Lo lamento muchísimo! ¡No pensé que éramos tan ruidosos, acabaré la fiesta ahora!

 

Las puertas del ascensor se abrieron y los borrachos más Taemin sosteniendo al otro tipo, salieron riéndose por el hall del pasillo, yo tras ellos. Caminaron haciendo curvas en el piso mientras Taemin les hacía callar. Detrás del mesón vi a Sr. Park el vigilante mirarlos con horror y salir a ayudar a mi vecino.

 

-          ¡Sr. Park, lo siento mucho por eso, no quería causar molestias a nadie!

 

-          Taemin, tú no causas molestias, son tus amigos, ¿Les llamo un taxi?

 

-          Por favor…

 

-          ¡Señor Choi, buenas noches!

 

-          Buenas…

 

-          ¿Va de salida? ¿Tan de madrugada?

 

-          Pregúntele al Señor Lee los motivos, nos vemos…

 

Eso entretendrá al Sr. Park por un rato. Todo lo que sé de Taemin, lo supe de su boca. Cuando el chico llegó fue toda una sensación; un mocoso hijito de mamá, adinerado y casi independiente, más que mal, en el edificio vive solo gente que puede pagar el alquiler de uno de los pisos, si entienden lo que quiero decir.

Salí del edificio y el frescor de la madrugada me ayudó a despertar otro poco. Subí las solapas del cuello de mi abrigo y caminé al estacionamiento, en donde Aston me espera. Sí, Aston mi auto, valorizado en lo que ganas vendiendo un riñón, un pulmón y una córnea en el mercado negro. Mi flamante Aston Martin One 77 color plateado es mi orgasmo de cada día; el rugir del motor, sus asientos de cuero bajo mi culo. No me malinterpreten, pero no he encontrado ningún chico más sexy que mi Aston. Y yo sí que me he follado varios chicos pero al único que le permito me meta la palanca de cambios por el culo, es a Aston.

Fijo el rumbo al hospital en el GPS y emprendo la marcha. La ciudad sigue despierta, es viernes y una perfecta excusa para salir a liberar las tensiones laborales de toda la semana. Yo todos los días libero tensiones pero eso es tema para otra historia.

Soy abogado, sí, no estoy delirando, abogado tributario o mercantil, como deseen llamarlo. Mi especialidad es joderme a empresas o bancos que se cagan unos con otros o bien, que buscan evadir impuestos y quitarle dinero a nuestro pobre gobierno succionador de vidas. Soy bueno, demasiado bueno, por ahí creo que gané el premio al ‘Mejor Abogado Tributario’ que entrega la Tesorería Nacional, cuatro años seguidos y este año estoy nominado de nuevo.

Sí, estoy presumiendo.

Para tener un Aston Martin del año como yo, debes ser como yo. En palabras simples, ser un puto cabrón interesado en el dinero que tendrás en tu cuenta bancaria al final de mes o cuando ganas un caso y recibes tu comisión, sin importar a quien debas pisar, todo lo que importa es el dinero. Trabajo en un bufete de abogados de varias especialidades. Ahí conocí a Jonghyun, es uno de los cuatro socios.

Jonghyun es abogado de familia, Jinki abogado laboral y SeHun abogado público. Todos nos conocimos cuando hicimos nuestras pasantías para el gobierno y luego fuimos contratados para trabajar en una empresa privada. La empresa quebró, pero nuestra juventud y ansias de independizarnos, bastó para que abriéramos nuestro propio bufete, que ahora es el mejor de toda la ciudad. ¡Já, apuesto a que no esperaban eso! Lo sé, somos demasiado buenos en lo que hacemos.

 

-          Centro Médico Asan, cero metros… - la voz de Aston señala que he llegado. Busco un lugar vacío y aparco.

Dios, odio los hospitales; el olor a desinfectante, las caras de la gente doliente, el aura a muerte, es demasiado deprimente para mí. Caminé directo al área de urgencias y sentado en la sala de espera, diviso a mi amigo, quien al verme va a mi encuentro y me abraza.

 

-          Lo siento Minho, lo siento mucho… - ¿Por qué lo siente? No tenía ningún tipo de relación con Yuri, no soy su viudo.

 

-          Ya, está bien, ¿Para qué querías que viniera?

 

Esa cara. Esa cara la conozco Kim Jonghyun, es tu cara de ‘debo decirte algo importante pero no sé cómo mierda hacerlo porque sé que te enojarás conmigo y no quiero que me odies’. Mi amigo es demasiado predecible. Suspiré y me senté en un lugar desocupado, cruzándome de brazos.

 

-          ¿Y bien…?

 

-          Hay un asunto con Yuri que te concierne… - titubeó – Es algo, importante y muy serio, y muy importante

 

-          Ya dijiste que era importante, dos veces, di de una vez de qué se trata

 

-          Yuri, es mamá, era…

 

-          ¿Qué? ¿Me estás diciendo, que Yuri tiene hijos?

 

-          Un hijo, un bebé a decir verdad…

 

¡Vaya! Esto sí es algo nuevo, ¿Será que Yuri volvió con su novio después de que yo la rechacé la semana siguiente a nuestro estúpido encuentro post reunión de ex alumnos? Debe ser así, de otra forma, no me explico el hecho de que tenga un hijo.

 

-          ¿Yuri estaba casada?

 

-          Me temo que no, ella era madre soltera

 

¡Mierda, eso cambia todo! Si Yuri era madre soltera, eso significa que su bebé quedó huérfano, ¡Oh, querida amiga, lo siento mucho!

 

-          ¿Qué hay de su bebé? ¿También estaba en el accidente? – pregunto, no puedo evitar preocuparme, no soy tan insensible tampoco.

 

-          No, estaba en casa de una vecina que lo cuida de vez en cuando…

 

-          ¡Gracias  Dios! – no soy creyente pero, en ese momento, lo sentí; sentí el alivio de saber que el bebé de mi amiga estuviese a salvo a pesar del desafortunado destino de su madre.

 

-          Minho, ese no es el asunto

 

-          ¿Qué, hay más…?

 

-          Sí, hay más – dijo sentándose a mi lado, ahora poniendo su cara de ‘cómo te explico esto de manera que entiendas’ – El asistente social del hospital me contactó porque hace un tiempo, Yuri dejó constancia de que si algo le pasaba, un evento trágico, fuera trasladada a este recinto en particular. Además, el asistente social era amigo personal de ella y, y un testigo de su testamento… ten – añadió entregándome una copia – es el testamento de Yuri…

 

-          Jonghyun, soy abogado financiero, ¿Me haces un resumen?

 

-          Bien, ahí dice que si Yuri muere, su hijo pasará al cuidado y protección de un tutor, quien deberá darle su apellido al niño y será automáticamente su padre legal…

 

-          Ya, ¿Y…?

-          Y bueno, ella te nombró a ti como el tutor de su hijo

 

¡¿QUÉ?!

 

-          Felicitaciones Minho, eres padre…

 

Mierda.

 Aire, aire, necesito aire. ¡Mierda, aire, aire, aire! Debieran verme ahora; Choi Minho, 27 años, soltero, buen aspecto, excelente economía, ropa de diseñador, auto de lujo, caminando en círculos por el estacionamiento con una bolsa de papel en la boca para poder respirar; patético.

Pero es, ¿No se sentirían igual que yo en este momento? Mi amiga muere, ¡Oh, qué triste! ¡¿Y la muy maldita me deja como tutor legal de su hijo?! ¡Eso no es algo que le haría un antiguo mejor amigo a otro! ¡Yo no lo haría! Si sé que algún día me voy a morir, no me pondría a tener bebés sin padre conocido para luego dejarlo huérfano y reglárselo al idiota de quien siempre estuve enamorado, ¡Es ridículo!

Yo con un bebé soy ridículo. Seamos honestos, no puedo ni siquiera cuidarme a mí mismo, ¡Menos voy a poder cuidar a una máquina de eructos y mierda! Sí, tengo una vida cara llena de lujos, pensando todo con mente fría, puedo mantener a una familia de veinte personas y me sobraría de mi sueldo pero, ¡No quiero hacerlo! ¡No quiero hacerme responsable de alguien más, menos de un bebé! ¡No quiero!

 

-          Minho, trata de calmarte, la gente nos está mirando…

 

-          ¡¿Crees que me importa que me estén mirando?! ¡Que se jodan, ellos no se hicieron padres sin haber follado como yo!

 

-          Debemos tratar esto con mente fría…

 

-          ¡¿Mente fría?! ¡Jódete Jonghyun, no es tu nombre el que está puesto en ese puto testamento! ¡Maldición!

 

Estoy muy enojado; enojado con Yuri, con la vida que llevó, con que tuviera un bebé, con que me pusiera en un testamento sin mi consentimiento, con que muriera, con todo lo que ella representa. ¡¿Por qué yo?! ¡¿Acaso no tenía a nadie más en la lista!? ¡¿Acaso su novio no podía hacerse cargo de su hijo?! ¡¿Por qué me endorsa a mí esa responsabilidad?!

 

-          ¡¿Por qué yo, eh?! ¡¿Por qué?!

 

-          Eso quiero saber, llamé a su abogado y me reuniré con él para hablar los términos del testamento de Yuri…

 

-          ¡BIEN! – exclamo caminando hacia él – Y cuando lo hagas, le dirás que no quiero ser el jodido tutor, ¡Me reúso! Le dirás que contacte a sus padres, a una amiga, a un hogar de niños, ¡Me vale mierda pero yo no cuidaré de su hijo! ¿Has entendido? ¡Tengo derechos, maldición!

 

-          ¿Dejarás que el bebé termine en un orfanato?

 

-          ¡NO ES MI PUTO HIJO!

 

Lo último que me faltaba es que mi amigo trate de salvar al mundo, no necesito eso ahora. Yuri, no es nada en contra de tu hijo, él no tiene la culpa de todo esto, la tienes tú; eres una pésima madre por haberte muerto y dejar a tu bebé solo en el mundo.

 

-          Jonghyun, entiéndeme, ¡Yo no quise estar en ese testamento, nadie me lo preguntó, ella usó mi nombre sin saber si yo quería! ¡Violó mis derechos y ahora ¿Esperas que me haga cargo de su hijo?!

 

-          Minho, te entiendo, yo estoy de tu parte. Yo no justifico lo que Yuri hizo, es una violación de derechos, sí, lo es, pero ahora eso no es lo importante…

 

-          ¡¿Ah no, entonces qué lo es?!

 

-          Su hijo está en la guardería del hospital, su vecina lo ha traído por orden del asistente social…

 

El hijo de Yuri está aquí, atravesando las puertas del hospital, en alguna parte.

 

-          Debes llevarlo contigo Minho…

 

-          ¡¿QUÉ?! ¡No, olvídalo, no lo haré! ¡No me lo llevaré! ¡Dijiste que primero tenías que hablar con el abogado de Yuri sobre los términos del testamento!

 

-          Lo hice pero, el abogado de Yuri está en una convención en Australia y, llega en dos semanas más…

 

¿Oyeron eso? Sí, ese es el sonido de una bala atravesando mi cráneo; si es que tuviera una pistola para haberme matado ahora mismo pero no la tengo. Por desgracia.

Mi amigo tiene una fascinación por lanzar las bombas justo al final; antes de yo cantar victoria, él abre la boca y lo caga todo; literalmente. Pasó la primera vez cuando estábamos viendo nuestra primera oficina para instalar ahí nuestro bufete. Éramos jóvenes y no teníamos tanto dinero, la idea era empezar de a poco e ir surgiendo con esfuerzo. Él hizo el contrato de compra, estábamos mudando los muebles y al mes nos dijo que el crédito que tomó en el banco lo hizo a un plazo de veinte años, ¡VEINTE JODIDOS AÑOS! ¡¿Quién en su sano juicio pagaba un crédito de US$80.000 en veinte años?! ¡Íbamos a pagar casi el triple por un piso de oficinas que teníamos contemplado usar en un cuarto del plazo del crédito! Nos mudamos en el tiempo establecido y obligamos a Jonghyun a pagar de su bolsillo el dinero restante.

La segunda vez fue cuando me organizó una cita a ciegas. Fui, movido por sexo casual, cuando llegué al restaurante con la consigna de ‘busca a un chico con una rosa roja en la mesa’ y vi al tipo, me encontré con un viejo asqueroso de cincuenta años y exceso de testosteronas. Era aficionado al gimnasio pero lo peor, ¡Era activo! Obviamente lo rechacé y llamé a Jonghyun pidiéndole explicaciones, ¿Su excusa? Que pensaba que yo era versátil; imbécil. No critico a nadie pero lo que es yo, prefiero meter mi polla en un culo virgen que tener un flácido y arrugado pito de cincuenta años en el culo. Sin ofender.

Y ahora me venía con esto, ¿Cuándo iba a decirme que tenía que llevarme al hijo de Yuri a mi casa? ¿Cuándo el chico me viera y me dijera ¡Papá, viniste por mí!? ¡Es totalmente absurdo! ¿Ya mencioné que apenas me cuido yo y pretende que cuide a una máquina de popó, llantos y pomada para las coceduras? ¡Está bien, tengo dinero, sí, tengo un buen departamento, un auto del año y muchas comodidades pero, mi vida no se ajusta cuando pones la palabra ‘bebé’ en medio! ¡Por algo también soy feliz de ser gay; no quiero hijos ni propios, ni adoptados, ni caídos del cielo, ni ninguno de esos! Todo ese embrollo de dar biberones, cambiar pañales y hacer ¡Agu gú, Aga gá! con cara de idiota, no es lo mío.

 

-          Olvídalo… - le dije, metí las manos en mi chaquetón y saqué las llaves de mi auto, desactivando la alarma de seguridad a la distancia; los pasos de mi amigo detrás – Me voy…

 

-          ¡Minho, no puedes irte! ¡¿Qué hay del hijo de Yuri?!

 

Me di el lujo de meterme dentro de Aston, cerrar la puerta, bajar la ventana y hablarle desde el interior; así sería yo quien lanzase la bomba para luego huir de la escena del crimen,  ¡Ajá Kim Jonghyun, quien ríe último, ríe mejor! Lero, lero.

 

-          Sinceramente… me importa una mierda

 

Si pudieran oír el sonido del motor de Aston rugir, sentiría el placer que yo siento ahora. Me alejé conduciendo, viendo por el espejo retrovisor a mi amigo en medio del parque de estacionamientos en las afueras del hospital.

El alivio se extendió por mi cuerpo, la tensión se alejó e incluso la borrachera. Ahora, lo único que importaba era volver a casa, darme una ducha, masturbarme y dormir hasta la mañana. Pero, lo que no esperé era esta sensación pesada que cayó sobre mis hombros, ¿Qué era? De pronto la imagen de Yuri en nuestros años de amistad en la Universidad, llenaron mi mente. Fue todo un resumen en un lapsus que duró breves segundos pero, lo que más perduró, fue el rostro de mi fallecida amiga cuando una noche llegó a mi habitación en el edificio de hombres del campus; toda mojada por la lluvia y llorando. Me miró, sonrió apenas y me dijo: ‘Les dije que ya no era virgen y me echaron de casa…’. La abracé, le di ropa seca, yacimos juntos; ella en mi pecho y yo abrazándola hasta que se durmió entre su llanto.

¿Qué clase de padres eran aquellos que renegaban a sus propios hijos porque éstos no hacían lo que ellos pretendían o planeaban para sus vidas? ¿Qué clase de padres se decepcionaban de las decisiones de sus hijos? ¿Qué clase de padres no permitían que sus hijos crecieran asumiendo las consecuencias de sus actos? Esa clase de preguntas me hice toda esa noche con Yuri en mis brazos. Al otro día, nadie comentó el tema.

A pesar de aquello, siempre tuve la lejana convicción de que Yuri sería todo, excepto la clase de madre que su madre fue con ella. Yo sabía que Yuri lograría grandes cosas con su vida, la última vez que la vi en la reunión de ex alumnos hace más de un año me lo confirmó; era exitosa, tenía un novio, una vida, era feliz y ahora, está muerta.

Y su hijo solo en el mundo.

Solo como ella, solo como yo; ¿Quién de los tres tiene más culpa? Yuri no la tenía, sus conservadores padres no pudieron lidiar con el hecho de que su hijita ya era una mujer independiente y, cuando les fue sincera y les comentó que no era virgen como ellos pretendían que fuera hasta su matrimonio, la desecharon. Yo tampoco tuve la culpa de que me apartaran del cuidado de mi madre alcohólica y mi padre traficante; pero eso es historia para otro libro.

No me pregunten por qué pero, simplemente di una vuelta en ‘U’ en medio de la autopista y me devolví. El hijo de Yuri tampoco tenía la culpa de nada; no tenía padre, no tenía abuelos y la única familia que tenía, había muerto por culpa de un tercero.

Como sea, en un par de minutos me estacioné de nuevo en el aparcamiento del hospital, el auto de Jonghyun seguía ahí y entré por el sector de emergencia. No lo vi. Me acerqué al mesón y pregunté a la enfermera de turno por él.

 

-          Fue a la guardería, segundo piso a mano derecha por el pasillo… - me indicó con una sonrisa de muchas horas de trabajo. Le agradecí y fui a los ascensores.

 

No quise pensar. No quise ni siquiera darle espacio a mi subconsciente de que me hablase porque de seguro todo empezaría con un ‘no podrás llevar chicos para tener sexo en tu departamento si te llevas al bebé contigo, piénsalo mejor, siempre puedes dejarlo en un hogar gubernamental’. Sí, de seguro no podría pero, tampoco podía dejar al bebé de Yuri en un hogar del estado, no cuando yo mismo sé lo mierda que es criarse ahí.

Cuando llegué al segundo piso, vi el pasillo y un gran cartel con dibujos: ‘Guardería’. Atravesé las puertas y me vi en un mundo nuevo; paredes de colores, dibujos, pinturas, el personal nocturno con ropas ridículas como las que usaba Taemin. Junto al mesón de informaciones, vi la espalda de mi amigo, me paré junto a él esperando a que me reconociera.

 

-          Firme aquí y aquí… - le decía la enfermera a cargo – y luego acá…

 

-          ¿Qué firmas?

 

 Jonghyun saltó cuando me oyó, ni se había dado cuenta que estaba a su lado, su cara era todo un poema.

 

-          ¿Minho? ¿Q-qué, qué haces…?

 

-          Preguntándote qué estás firmando… - insistí.

 

-          Son las formas para llevar a MinGuk a un hogar de infantes, no pueden tenerlo acá así que seré su ‘aval’ hasta que el abogado de Yuri regrese de Australia y arreglemos el asunto

 

-          ¿Aval? ¿Y quién mierda es MinGuk?

 

-          Necesitan que alguien se haga responsable por el niño, yo no puedo llevármelo porque no tengo derechos legales pero sí puedo velar por sus derechos infantiles al ser abogado de familia, y MinGuk es el hijo de Yuri

 

-          Ah… Espera, ¿Lo estás regalando?

 

-          Estoy velando por sus intereses; escucha Minho, es mucho tecnicismo que un abogado financiero como tú no entendería. Déjame firmar esto y podremos irnos… ¿Dónde más debo firmar? – preguntó ignorándome.

 

-          Aguarda, ¿Cómo que velas por sus intereses? ¿Qué jodidos significa eso?

 

Jonghyun bufó, la enfermera también.

 

-          Mira, ahora mismo MinGuk es huérfano, el testamento de Yuri no se hará válido hasta que su abogado regrese, el hospital no puede tenerlo aquí durante dos semanas y, con el asistente social decidimos que un hogar de niños puede cuidar de él…

 

-          ¿Asistente social?

-          Señor, lo siento pero, en serio, debe firmar

 

Jodida enfermera, ¿No se puede callar o tiene que meter sus tetas en conversaciones ajenas?

 

-          Sí, el asistente social, Kim Kibum, el amigo de Yuri que me dio la copia del testamento…

 

-          ¿Dónde está ese imbécil?

 

-          En su oficina por allá – me indicó vagamente, volviéndose a firmar sus papeles.

 

Le arrebaté los papeles a Jonghyun de las manos, ignorando el grito de la mujer y me fui con todo a buscar al asistentidiota social a su oficina. La abrí de golpe, disfrutando de su cara de póker tras unas gafas circulares y mechones rubios; mierda, en otra ocasión podría habérmelo follado.

 

-          ¡Hey, pero, ¿Qué, haces…?!

 

-          ¿Tú eres el asistente social? ¡¿Te crees muy competente?!

 

-          ¡Minho, cálmate! – sí, llegó Jonghyun, los gritos de él añadirán drama al asunto.

 

-          ¡¿Crees que lo mejor para un niño que acaba de quedar huérfano es tirarlo a un orfanato como si fuera un desecho?! ¡¿CREES QUE ES LO CORRECTO POR HACER?!

 

-          ¡MINHO!

 

-          ¡Cállate Jonghyun! – le grité sobre el hombro, arrojando los papeles en el escritorio para luego golpearlo con mis manos; ¡PAM! Ponte rudo Minho, pon tu cara de enfado.

 

-          ¡Señor, llamaré a seguridad, no puede entrar así! – chilló la gorda enfermera en el umbral de la puerta.

 

-          ¡CÁLLENSE TODOS DE UNA VEZ!

 

Vaya, el asistentisexy social tenía voz. Con mesura, se quitó las gafas y las dejó sobre el escritorio, suspiró y le hizo una seña a la enfermera para que se fuera. Nos invitó a tomar asiento y se cruzó de brazos, mirando a Jonghyun detrás de mí.

 

-          ¿Amigo suyo, abogado? – le habló ignorándome.

 

-          L-lo, lo siento, él, es algo arrebatado, entró de la nada, no pude impedírselo

-          ¿Y usted, es…?

 

-          Choi Minho, un placer – le saludé extendiendo mi mano, la cual miró enarcando una ceja y sin corresponderla; tenía carácter.

 

-          Bien, abogado, ¿Me puede explicar qué sucede aquí?

 

-          Verá, Jonghyun me llamó hoy por la noche, yo estaba en casa, venía del bar y de pronto…

 

-          No le hablaba a usted – dijo interrumpiéndome - ¿Abogado Kim?

 

Me volteé, Jonghyun se alzó de hombros y caminó para sentarse en la silla que estaba a mi lado. De repente me sentí como un niño que está a punto de ser suspendido; su padre a un lado y el director de la escuela del otro lado del escritorio. La única diferencia, es que Jonghyun no era mi padre y el director de mi antigua escuela no era tan jodidamente caliente como el asistente social.

 

-          Él es Choi Minho, la persona que Yuri delegó como tutor de su hijo en su testamento…

 

Bien, al menos mi amigo hizo un buen resumen. Puse mi mejor sonrisa, esa que llevó a jovencitos distintos cada noche a mi cama y de nuevo extendí mi mano. El asistente ahora la correspondió y luego de un cajón sacó toallitas húmedas y se las limpio, ¡Se las limpió!

 

-          Bien, así que usted es el tutor de MinGukie – añadió sonriendo placenteramente; creo, que le caí bien – El ver su gran entrada a mi oficina, solo confirmó que con el abogado Kim, tomamos una buena decisión en llevar a MinGuk a un hogar de niños hasta que regrese el abogado de Yuri y veamos el asunto del testamento… - bueno, qué puedo decir, no soy bueno con mis modales y ciertamente, no le caí bien -  No podría entregarle al hijo de mi fallecida amiga a un bruto como usted Señor Choi…

 

-          Si me disculpa, Yuri también era mi amiga…

 

-          Pero veo que prefirió evadir la petición de su difunta amiga y marcharse que cuidar de su hijo…

 

-          Nadie me preguntó si quería hacerme cargo de un niño, no es como que esté listo para hacerlo de la noche a la mañana, me asusté y me fui, ¡lo hice! Pero volví…

 

-          Pues con mayor razón Señor Choi, MinGuk estará en mejores manos en un hogar especializado que con alguien como usted…

 

-          Eso no es cierto, usted no puede estar seguro de eso

 

-          Minho…

 

Levanté la mano, haciendo callar a Jonghyun.

 

-          Escuche, señor Kim – sí, lo dije con sarcasmo y el rubiecito lo notó – Yo también soy abogado y por experiencia propia, puedo decirle que un hogar de niños, no es el mejor lugar para un niño que acaba de perder a su madre…

 

-          ¿Y usted le puede dar un mejor lugar?

 

-          Claro que puedo, tengo dinero

 

-          Señor Choi… - habló acercándose por sobre el escritorio – Esto no se trata de tener dinero o no, se trata de darle al niño un hogar que ahora no tiene y eso no lo puede comprar. Estamos hablando del bienestar de un infante y no de un experimento para un tipo egocéntrico y mal educado como usted…

 

-          ¿Me está juzgando? Usted no me conoce

 

-          Vi lo suficiente y puedo asegurar que no lo vi todo, y no quiero averiguar el resto…

 

Bueno en eso tenía razón.

 

-          Mire, disculpe por mi alboroto, quizás no fue la forma más apropiada de entrar en su pulcra y sacramentada oficina e interrumpir sus horas de trabajo, pero como dice, esto se trata del bienestar del niño y por eso estoy aquí…

 

-          ¿Cómo podría yo, darle a usted a un niño del que ni siquiera es capaz de llamar por su nombre? ¿Y así se dice amigo de Yuri…?

 

Él me miró, tenía un punto. Me eché atrás en la silla, meditando los pros y contras de la situación. Empecé cagándola, como siempre, pero el hecho que esté aquí, ¿No significa algo? Jonghyun se removió en su silla y se incorporó, tomó los papeles a medio firmar del escritorio y se sonrió con el asistentonto social, volteándose para marcharse.

 

-          Aprecio su intervención Señor Choi, ahora, si me disculpa, tengo trabajo por hacer…

 

Jonghyun se despidió y abrió la puerta de la oficina. Me incorporé y alcé la voz lo más fuerte y claro que pude.

 

-          Me llevaré al niño… - dije, sabiendo que cometía el mayor error de mi vida – me llevaré a MinGuk, lo tendré conmigo hasta que vuelva el abogado de Yuri y luego, veremos qué pasa…

 

-          Minho, no… - oí a Jonghyun hablar a mis espaldas.

 

-          Lo siento, no entra en discusión…

 

-          Insisto; como le dije, soy abogado y ahora mismo, usted está interfiriendo en asuntos legales que involucran la voluntad de una persona difunta – saqué a colación lo poco y nada que me acordaba de derecho familia y rogué por sonar convincente – El no respetar un documento legal, está cometiendo un crimen, puedo llevarlo a la corte y le aseguro, que ganaré el caso si no me entrega al niño

 

-          ¿Me está amenazando? ¿No se da cuenta que yo soy un empleado fiscal?

 

-          Tómelo como guste, Señor Asistente social pero en lo que a mí respecta, si no me da a MinGuk puedo hacer que lo remuevan de su cargo y nunca más podrá ejercer de defensor del universo

 

-          ¿Abogado Kim?

 

Miré a mi amigo, los papeles en sus manos.

 

-          Lo siento Kibum pero, Minho tiene razón; él tiene más derechos ahora y el testamento lo respalda…

 

-          ¡Pero hace unos instantes no los tenía! ¡No puede cambiar así como así de opinión!

 

-          Puedo hacerlo así como me debato en qué bóxer ponerme por las mañanas…

 

-          ¡No permitiré que MinGuk vaya con usted! - ¿Qué, no se iba a rendir nunca? - ¡Abogado Kim, usted iba a ser el aval de MinGuk!

 

-          Sí, pero ahora Minho volvió y exige cumplir su parte y eso, me inhabilita, si firmo contra la voluntad de él, cometeré un crimen y puedo incluso, ser culpado de secuestro…

 

¡Ajá, toma eso! Esta sensación de ganar es la que me llevó a decidirme por estudiar leyes; argumentar, debatir, defender derechos siempre había sido lo mío y, ver el rostro descompuesto del asistente, me confirmó que la victoria estaba cerca, muy cerca y eso era tan placentero como un orgasmo.

 

-          No permitiré que el hijo de mi amiga quede a sus cuidados

 

-          No permitiré que el hijo de mi amiga quede a los cuidados de un hogar de niños – contraataqué – Puedo darle un lugar mejor que ese…

 

-          ¡Usted no tiene idea, MinGuk irá al mejor hogar del estado, será bien cuidado, no le faltará nada!

 

-          Se equivoca, si hay alguien que sabe lo mierda que son esos sitios, ese soy yo…

 

-          ¿Un niño rico como usted? ¡No sabe nada!

 

-          Claro que lo sé, después de todo, yo salí de un orfanato y no permitiré que MinGuk termine en uno, no cuando puedo evitarlo…

 

Justamente esta es la cara que me juré nunca volver a ver cuando mencionara este tema. Yo no escapo de mi pasado, solo prefiero mantenerlo oculto. La gente juzga, en exceso y sin derecho a hacerlo. Al principio no lo entendía; ¿Por qué cuando decía que no tenía padres me miraban de esa manera? ¿Por qué cuando decía que vivía en una casa con otros niños comenzaban las lamentaciones? ¿Por qué?

Tuve padres, sí, el matrimonio Jung quienes administraban el hogar fueron los padres que tuve y una treintena de hermanos que se iban cuando sus familias venían por ellos y les adoptaban; unos se iban, otros volvían pero, ¿Por qué todos se iban y yo no? Dejé de preguntarme aquello cuando llegué a mi adolescencia y los niños con los que me crie fueron todos adoptados, excepto yo. Con quince años ya no me importó no tener una familia convencional, tenía otras cosas de las que preocuparme, como lo que haría cuando cumpliese dieciocho y tuviera que dejar el hogar por ser mayor de edad.

El plan más acorde era ser un alumno ejemplar; si tenía buenas calificaciones durante la secundaria, tendría una beca en una universidad de prestigio, si tenía la beca, no tendría que preocuparme por trabajar para tener dinero o pagar mis estudios y si era un alumno destacado en la universidad, tendría un futuro prometedor por delante.

Y así lo hice. Los cuatro años de secundaria fui el primero de mi clase; la escuela la pagaba el estado al igual que mis materiales escolares. Cuando estaba a punto de graduarme, recibí las becas que esperaba: estudios, alimentación, transporte y para gastos personales. Las tomé todas y en el otoño del año siguiente, estaba matriculado en la escuela de derecho de la Universidad de Seúl con un futuro brillante.

Nadie me ha regalado lo que he logrado; sé que no tengo una vida personal brillante ni digna de ser un ejemplo pero, si disfrutar mis ganancias es pecado, entonces llámenme un orgulloso pecador.

Caminé detrás del asistente con Jonghyun a mi lado por el pasillo de la guardería. La mayor parte estaba silente por la hora que era y lo agradecí, no quería tener la mirada de los trabajadores del hospital encima de mí en ese momento.

Kibum, el asistente social, se disculpó conmigo en su oficina; al menos, eso rescato como algo positivo después de darle un breve resumen de mi malograda vida sin familia y viviendo en un orfanato hasta cumplir los dieciocho sin lograr ser adoptado.

 

-          Es por aquí…

 

Atravesamos unas puertas con mamparas de vidrio hasta llegar a lo que parecía ser una sala de juegos con un escritorio en un rincón. Ahí, una enfermera salió a nuestro encuentro.

 

-          Joven Kim, buenas noches, pensé que se había ido a su casa – le dijo estrechando su mano - ¿Puedo hacer algo por usted?

 

-          MinAh, ellos son el abogado Kim Jonghyun y su amigo, Choi Minho

 

Ambos saludamos a la cuarentona mujer, nos sonrió y noté su sinceridad en aquel gesto.

 

-          Hemos venido a ver a MinGukie

 

-          Oh, ya veo. Él está durmiendo ahora, todos los niños lo están…

 

-          El Señor Choi es su tutor – intervino Kibum mirándome – Ha venido a llevarlo a su casa

 

-          Entiendo…

 

MinAh me vio de nuevo y caminó hacia mí, extendió sus brazos y me abrazó por el cuello. No pude corresponderle, se sentía incómodo ser abrazado por alguien extraño. Ella se apartó y me miró con tristeza.

 

-          Gracias a Dios ha venido, MinGukie lo necesita mucho ahora mismo… - dijo tomando una de mis manos – Lamento mucho su pérdida

 

-          G-gracias…

-          ¿Cómo ha estado él?

 

Me volteé hacia Kibum, quien obviamente sabía más sobre el estado de MinGuk que yo.

 

-          No ha sido fácil… - comentó la mujer – Lloró por horas, no quería comer y hemos tenido que suministrarle una intravenosa para alimentarlo. Creo, que debe sentir que su madre no volverá más

 

-          ¿Dónde está? – pregunté.

 

-          Lo hemos puesto en una habitación para él solo, los otros niños estaban un poco estresados y necesitaban descansar. Síganme por aquí…

 

Nos guio por el pasillo interno, puertas a cada lado con números en ellas. Algunas eran salones de juegos, otras habitaciones comunes y oficinas. Llegamos al final en donde había tres puertas contiguas con una pizarra en el exterior. Al parecer, MinGuk no era el único niño en ‘aislamiento’ por requerir atención médica. Avanzamos detrás de la enfermera y entramos en la puerta de en medio; la habitación estaba con iluminación tenue y el ‘pip’ constante de una máquina de registros vitales era el único ruido.

Estando casi oscuras, pude ver dibujos pintados en las paredes, cortinas de colores y un estante con juguetes y libros con títulos infantiles. En medio del cuarto, estaba la cama y un pequeño bulto bajo las sábanas blancas. Por un momento me quedé cerca de la puerta, viendo cómo Kibum, Jonghyun y la enfermera se paraban junto a la cama con las barreras metálicas arriba.

Era él. No podía verlo a la distancia pero, estaba ahí, la parte viva de mi fallecida amiga, dormía en esa cama de hospital. Di pasos torpes para acercarme y vi su cabello oscuro, luego las agujas saliendo de una de sus manitos y después su cara somnolienta. Era… tan pequeño.

 

-          ¿Es… MinGuk? – pregunté queriendo decir algo, mi mente daba vueltas y necesitaba mostrarme lúcido y no tan shockeado por todo.

 

-          Es él…

 

Me distraje con la voz melancólica de Kibum y su mano acariciando el puño gordo del niño, más bien, del bebé.

 

-          P-pensé, pensé que sería más, grande…

 

-          Tiene cuatro meses – habló MinAh – goza de buena salud solo que, hecha mucho de menos a su madre y eso lo estresa

-          ¿Ya habla?

 

-          ¿Qué parte de ‘tiene cuatro meses’ no entendiste? – me atacó Kibum en un molesto susurro para no despertar al niño, frunciéndome el ceño – No, no habla, solo gimotea. Tampoco camina por si querías saberlo…

 

-          Gracias, me ahorré de hacer otra pregunta

 

-          Señores…

 

Ambos bufamos con la intervención de MinAh. Sí, estábamos siendo unos idiotas peleando cuando no debíamos hacerlo.

 

-          ¿Y bien….? ¿Me lo puedo llevar?

 

-          Escucha – allá va de nuevo el rubiecito – Esto no es un supermercado para que lo digas de forma tan tosca, es un hospital y él un bebé, no una caja de condones, ¿No podrías ser más delicado con el asunto?

 

-          Escúchame tú – dije mirándolo desafiante – Son las jodidas cuatro y media de la mañana, tengo sueño, hambre y estoy tan hastiado de todo esto como lo estás tú, solo quiero llevarme al niño a casa y dormir para no despertar en dos semanas más cuando el abogado de Yuri regrese de su puta convención…

 

-          MinGuk, se llama MinGuk, ¡y deja de decir groserías, hay un niño presente!

 

-          ¡Bien! MinGuk

 

Sé que ambos queríamos llevar nuestra disputa más allá de lo que lo estábamos haciendo. En la oficina, Jonghyun tuvo que intervenir cuando Kibum se negó a aceptarme como el tutor de MinGuk. Finalmente, después de veinte minutos de argumentos legales, de consecuencias y beneficios por parte de Jonghyun, el tipo accedió a llevarnos a conocer al niño.

Pero ahora, fue un quejido adormilado el que nos hizo callar. Los tres miramos hacia la cama y vimos a MinGuk mover sus ojos hasta que los abrió perezosamente, llevando sus manitos empuñadas para restregar sus ojos torpemente mientras movía sus piernas bajo las sábanas.

¡Diablos! Lucía adorable, era innegable. MinGuk era un niño muy lindo, sin duda alguna Yuri hizo un buen trabajo ahí, tal vez fue por la falta de luminosidad en la habitación o qué se yo pero, no se parecía tanto a ella. Quiero decir, puedo estar divagando pero, MinGuk, no lucía muy parecido a Yuri; ella tenía los ojos demasiado rasgados y los de MinGuk eran dos orbes grandes y oscuras, con una gruesa capa de pestañas. Yuri tenía una nariz pequeña y la del niño era como un botón. Yuri tenía labios finos y delicados y los de MinGuk eran generosos.

-          ¿Ves? Le has despertado…

 

¿Cuándo iba a dejar de atacarme este tipo? Jonghyun me hizo una seña y me calmé, con el niño despierto, no era el momento para iniciar otra disputa. La enferma palmeó la pancita de MinGuk, susurrándole palabras tiernas y el pequeño se durmió de nuevo, ignorando que tenía ocho pares de ojos mirando cada movimiento que hacía.

 

-          No me lo puedo llevar si se duerme de nuevo, ¿No sería mejor despertarlo? – pregunté.

 

-          No podrá llevárselo por hoy Señor Choi, es mejor que pase la noche aquí y descanse a que tenga otra reacción nerviosa y llore por horas en su nueva casa y yo sé, que usted no quiere eso…

 

Me caía bien esta mujer, lograba de cierto modo, hablar por mí y bajar mi nerviosismo por ser un ‘padre momentáneo’ por las dos semanas siguientes.

 

-          Tiene razón… - admití – entonces, ¿Qué se supone que debo hacer?

 

-          Le recomiendo irse a casa, tome un baño, duerma lo que más pueda. Mañana vaya de compras; ropa, juguetes, utensilios necesarios, prepare una cuna y entonces vuelva por MinGuk le aseguro que él no se irá de aquí…

 

-          S-son, muchas cosas

 

-          Un bebé las necesita. Por suerte, MinGuk tiene sus cosas en la casa que compartía con su madre, tal vez, pueda ir a por ellas. Es bueno que el bebé esté familiarizados con cosas que solía usar para hacerlo sentir más cómodo…

 

-          Entiendo

 

-          Mi turno termina cerca de las dos de la tarde, tenga todo listo a esa hora y yo tendré listo a MinGuk para que vaya a su nueva casa, con su nuevo padre…

 

-          S-solo, solo será por un par de semanas

 

-          Incluso así Señor Choi, usted tiene a cargo a un bebé ahora y eso, lo convierten en su padre y en la única familia que tiene…

 

 Aparqué junto a la acera y apoyé las manos en el manubrio. Miré por la ventana y vi la casa del otro lado, completamente a oscuras. Abrí la puerta y bajé de Aston para comprobar que realmente estaba ahí; era un suburbio, con casas todas iguales, verjas de madera y césped corto, todo con un estilo muy americano que contrastaba con los poblados aledaños. Por un momento te hacía pensar que estabas en Orange County y no en Seúl.

Tenía sentido, Yuri era inusual; le gustaban cosas que a poca gente de su edad le gustaban, vestía ropa considerada pasada de moda y se comportaba todo lo contrario a las zorras que llenaban los pasillos de la Universidad cuando éramos jóvenes.

Crucé la calle y atravesé la entrada de la casa; usé la llave que Kibum me había pasado a regañadientes y básicamente porque de una forma u otra Jonghyun logró convencerlo (por segunda vez en la noche) de que cediera un poco para conmigo, y entré en la casa. Y dentro, todo estaba tan sombrío. Golpeé mi pie con la pata de un colgador de abrigos cuando quise buscar un enchufe.

Encendí la luz y me sentí tan fuera de lugar. No tengo nada en contra con el estilo ‘familiar’ pero, estar en casa de Yuri me convenció nuevamente de porqué a mi edad todavía prefería estar soltero y ser un gay orgulloso. Ya saben, por atrás no hay bebés (si entienden lo que quiero decir). Primero fue el papel mural aburrido y después el sofá floreado y la mesita de té en medio de la sala. Había un televisor pasado de moda, un estante con cientos de dvd’s y un reproductor musical también. Y cuadros, muchos cuadros con fotografías en una de las paredes; estaba ella de niña, alguna con sus padres, otras ya más joven y entonces, estaba yo.

Recordé el día que nos sacamos esa foto; fue en la reunión de ex alumnos un año atrás. Estábamos conversando y fue improvisada, al menos yo estaba demasiado ebrio como para haber impedido que el estúpido fotógrafo la sacase. Ella se veía maravillosa: sonreía, estaba feliz y me miraba. Yo también la estaba mirando porque quizás qué cosas le estaba diciendo. Tomé el cuadro y lo desarmé para quitar la foto y guardarla en el bolsillo de mi abrigo.

Avancé por el pasillo de la casa y en este habían más fotos, solo que no eran de ella sino de MinGuk. La única foto en la que pude ver a Yuri, fue una con una enorme panza redonda y una bata de hospital. Junto a ésta había una en donde se veía la mano del bebé con una pulsera de identificación y el resto fue una seguidilla de fotos que formaban una sincronización perfecta con el paso del tiempo y el crecimiento del bebé. Me sentí como un jodido ladrón entrando en la vida privada de mi mejor amiga, entrando en su casa a oscuras, hurgando sus cosas y ahora entrando en el cuarto del bebé.

 

-          Mierda, es real – me dije a mí mismo cuando vi las paredes azules con nubes blancas, la cuna en medio, un estante con juguetes y un mudador junto al mueble en donde supuse estaría la ropa del niño.

 

¿Qué hago? ¿Qué debería llevar? Estas cosas, las cosas de MinGuk, las pertenencias que con tanto esmero imagino que Yuri fue comprando. No puedo llevármelas. Sé que tengo que armarle un hogar al bebé durante las próximas dos semanas pero este cuarto, esta casa, todas estas cosas en el interior, pertenecen a la vida de MinGuk junto a su madre y ella, ya no estaba más.

No volvería y este sitio, se había convertido ahora en un santuario a su memoria.

Salí de ahí y tomé mi teléfono celular esperando a que el inútil de mi amigo no se hubiera dormido aún.

 

-          ¿Sí…?

 

-          Soy yo

 

-          Minho, ¿Estás bien? ¿Qué ocurre?

 

-          Y-yo, yo no puedo Jjong – le dije ya en la sala, dejándome caer en el sofá y echando atrás la cabeza contra el respaldo -  No puedo hacer esto…

 

-          No puedes, ¿Qué? ¿De qué hablas Minho? ¡No puedes dar pie atrás ahora, firmaste los papeles, eres el tutor de MinGuk! Si Kibum se entera que te estás arrepintiendo ahora, cortará tu cabeza hombre, es en serio, no es nada literal

 

Mi amigo, tiene un serio problema de hablar muchas cosas de una vez aunque odie admitirlo, todas o la gran mayoría son igual de ciertas.

 

-          Estoy en la casa de Yuri, vi el cuarto del niño, sus cosas, tantas fotos. Todo esto es… - suspiré – Todo es jodidamente complicado

 

-          Minho…

 

-          No puedo tomar sus cosas, estará acá, me siento como un maldito ladrón

 

-          ¿Qué harás entonces? Tienes que armar un cuarto para MinGuk

 

-          Bueno, supongo que para eso somos mejores amigos, ¿no?

 

-          ¿Qué quieres decir?

 

-          Digo, que mañana tú y yo iremos de compras

 

-          He-hey Minho, oye, espera, mañana no puedo, tengo una reunión

 

-          Y la suspenderás porque vendrás conmigo Jonghyun, no es una elección sino una imposición

 

-          P-pero, pero

 

-          ¿Te olvidas quién fue quien me llamó en primer lugar? – le dije – Estaba en mi casa disfrutando de una siesta post sexo y me llamas, dices que Yuri muere y que ahora yo soy el tutor de su hijo; ¿Crees que podré hacerme cargo de todo yo solo? ¡Claro que no! Y más te vale me ayudes en todo esto porque si yo tengo que ser un nuevo papá, tú serás la nueva mamá, ¿Me oyes?

 

Él no respondió; había captado mi mensaje. Si ya no tenía ninguna otra opción y por mí mismo había decidido acceder a cuidar del hijo de Yuri hasta que llegase su abogado de Australia, debía al menos responsabilizar a Jonghyun por… ¡Mierda, ni idea! ¿Cómo jodidos había él terminado envuelto en todo esto?

Después de horas entre el hospital, conociendo a MinGuk y ahora en la que fue casa de Yuri, recién pensé en eso. Acaso, ¿Él y Yuri se conocían? Fruncí el ceño, a estas horas de la madrugada no quería sacar ningún tipo de conclusión.

Me incorporé del sillón después de haber colgado la llamada y comprometido a Jonghyun a reunirse conmigo en el puto centro comercial y me fui de ahí. Manejé unos cuántos minutos de regreso a mi edificio y mi departamento. Me tomé una jodida botella de vino, me duché y masturbé en el intertanto, y me fui a la cama satisfecho con todo, excepto con una cosa: ¿Cómo mierda iba yo a vivir con un bebé?

 

Notas finales:

No encontré a nadie más pasivo que Ren, lo siento por la fans de Nu'Est presentes jajaja

PD: no, no lo siento :)

~Mirnest~


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