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Morir en Vida. por Small Lady

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Notas del fanfic:

La herida que deja una traicion es dificil de sanar, pero siempre estara en la fuerza de uno mismo el poderlo superar. 

Notas del capitulo:

¡Nuevo fanfic! Espero que les guste, tambien espero contar con su apoyo recibiendo sus comentarios, pues son el motor de cualquier escritor para seguir adelante. 

 

Tambien quiero dejar claro que esta frase:

 

“Cuanto una historia termina, el dolor es proporcional a la belleza del amor vivido. Y entonces llegan puntuales, a traición, los recuerdos.”

 

Lo saque de una hermosa pagina llamada Hachedelsilencio, me parecio una frase muy bonita que iba demasiado acorde con mi fic, y por eso decidi agregarla, por lo tanto quiero dejar claro que no me pertenece, al igual que no me pertenecen los personajes de Naruto, pues estos son de Kishimoto sensei. 

 

 

 

Sin mas que decir, disfruten el capitulo. 

Su cuarto estaba hecho un completo caos, los objetos de su escritorio volaron a diferentes direcciones al momento que paso sus brazos con fuerza barriendo todo lo que estuviera a su paso, las fotos yacían en el suelo hecho pedazos, y su amada lámpara de rana no tuvo suerte de salvarse del caos al verse hecha añicos en una de las esquinas de la habitación.

 

No podía calmar el dolor que en esos momentos sentía en su pecho, dolía, algo dentro de él se había roto y ahora los pedazos le estaban haciendo agonizar en un remolino de amargura que poco a poco lo estaba consumiendo.

 

Lo estaba volviendo loco.

 

Al notar que no había nada más que destruir paso sus manos completamente exasperado por sus rubios cabellos, no sabía qué hacer, no sabía cómo detener las gruesas lagrimas que en esos momentos estaban inundando su rostro, cada gota era un poco de su agonía, en cada gota sentía que se le iba la vida.

 

¿Y es que como pudo ser tan imbécil? Le había otorgado a esa persona todo lo que componía su ser, le había dado su tiempo, su confianza, su alegría, lo hizo protagonista de todas las canciones que escuchaba, de sus pensamientos, de los dibujos que realizaba, le confeso sus temores, sus miedos, sus sueños, sus anhelos, hizo que soñara con una vida a su lado por toda la eternidad, le dio la llave de su vida.

 

Nunca imagino que le estaría dando la llave de su vida a un ser perverso, que no dudo en destruirlo, en lastimarlo como nunca antes alguien lo había hecho.

 

Sasuke había jugado con él, meses engañándolo con su mejor amigo, las dos personas que más quería le habían visto la cara de idiota, burlándose a sus espaldas, ¿Qué iba a hacer? No sabía cómo lidiar con esto, su cabeza lo estaba torturando

 

“¿Viste? Nadie te quiere, ni tus padres te quisieron al nacer, menos ellos te iban a querer…”

 

Y las dolorosas pulsaciones de su corazón no lo ayudaban mucho a razonar. Hubo un momento que, con los ojos hinchados de tanto llorar, y las ojeras terriblemente marcadas en su rostro, no se comparaban a sus ojos apagados, como si en ese momento Naruto Uzumaki no fuera más que un pobre muerto, su vista se paseó lentamente a la cocineta de su pequeño departamento, donde en la esquina yacía el enorme cuchillo afilado que utilizaba para cortar las verduras, con movimientos lentos se levantó para alcanzar el objeto, luego se dirigió para  esta vez sentarse en su incomoda cama, por varios minutos observo la parte afilada, y sin pensarlo mucho paso de forma lenta el afilado cuchillo por el contorno de sus muñecas, al instante el piso estaba siendo manchado por abundantes gotas de sangre.

 

“-Como lo imagine-“Pensó al no sentir dolor alguno, pues el que sentía en esos momentos en su corazón era más fuerte que el simple corte que se había hecho. El incesante dolor de su pecho no le permitía sentir algo más, y lo comprobó al pasar por diversas áreas de su brazo el cuchillo, una tras otra abriéndose la piel y bañando todo de su sangre, algunos cortes eran superficiales, pero otras se volvieron más profundas.

 

Pero a él no le importo, el nunca sintió, y su mueca inmutable jamás cambio.

 

El cuchillo resbalo de sus manos, y las lágrimas volvieron a agolparse en sus ojos, ¿Qué había hecho mal?, si estaba claro que todo había sido su culpa.

 

Su maldita culpa…

 

-Sasuke… -El susurró del nombre de la persona que le había hecho daño, dicho por sus propios labios, le inundaron la cabeza de todos los recuerdos que él deseaba con todo su ser olvidar.

 

Olvidarlo todo, absolutamente todo…

 

 

 

***************************** 12 MESES ANTES********************

 

-¡Gaara, por fin te encuentro ttebayo! – Naruto corría en dirección hacia su amigo, la universidad era enorme, y si no fuera porque su amigo tenía el cabello de un extravagante coló rojo jamás lo hubiera encontrado.

 

-Llegas tarde, como siempre Naruto.- Gaara le reprochaba con su típica voz monótona, conociendo bien a Naruto, sabía que este se había quedado dormido, otra vez.

 

-¡No fue mi culpa! –Naruto agitaba graciosamente las manos. –El turno de noche me tiene harto, ¡Ero sennin me explota en esa cafetería! –Dijo con falso enojo, realmente el viejo Jiraiya al que cariñosamente le apodo “ero sennin” lo trataba de forma muy amable, le tenía cariño, lo veía como el abuelo que jamás tuvo, y afortunadamente ero sennin también le tenía aprecio, siempre le estaría agradecido por haberle dado trabajo cuando nadie le quería dar una oportunidad. Vivir solo era difícil y las cuentas se tenían que pagar. –Bueno pero eso no importa, ¡Vamos a nuestro primer día de clases!- Tomando la mano de su amigo se encamino a los salones de clase, pero el ruido de su estómago lo detuvo, haciéndole sonrojar al instante.

 

-¿No desayunaste nada verdad? –Decía Gaara divertido.

 

-¡No te burles ttebayo! Aun no me han pagado y ya no tengo nada en la nevera.- Respondió un Naruto chibi con cascaditas en los ojos.

 

-Después de clases vamos a mi casa a comer, hoy cocina Temari.- Sabia que Naruto amaba la comida de su hermana, y lo comprobó una vez más cuando el rubio soltó un grito de alegría, y volviendo a tomarle de la mano lo arrastro de nueva cuenta a los salones de clase, no quería perderse por nada del mundo su primera clase de administración.

 

Después de un tiempo ambos se separaron, pues las ultimas clases las tenían en salones diferentes, Naruto que se había escapado de la última clase, ahora se encontraba merodeando por todas las áreas de la universidad, “Vaya que es enorme” Pensó, mientras se adentraba a lo que era un escenario escondido entre los árboles, estaba en una zona alejada de los edificios así que no se sorprendía que no hubiera nadie por esos rumbos, menos en horas de clase.

 

Estaba listo para regresar por donde llego cuando el suave sonido de las cuerdas de lo que parecía una guitarra le llamaron completamente la atención, con cautela y no queriendo hacer ruido rodeo la parte de atrás del escenario hasta que su mirada se topó con el cuerpo de un sujeto que vestía completamente de blanco.

 

“P-parece un ángel…” Su mirada se agrando y sin darse cuenta camino en dirección a aquel sujeto.

 

Pudo observar como los dedos largos y blancos se paseaban con maestría por las cuerdas de la cuidada guitarra, la persona tenía los ojos semi-cerrados, Pero Naruto podía apreciar que cada nota era una delicia para el contrario, su rostro de piel pálida estaba tan concentrado, se veía tan relajado, pudo contemplar por un momento sus largas pestañas, y su cabello de un color azabache se mecía al compás del viento, el movimiento de sus dedos eran hipnóticos para los ojos de Naruto, hasta que, el rubio torpemente piso una ramita, haciendo que esta se rompiera y por ende, explotara la burbuja de paz y tranquilidad que se había formado en torno a la música.

 

El chico de cabellera negra volteo a verlo con el ceño fruncido, al parecer molesto por la interrupción.

 

-¿Qué demonios quieres? –Pregunto rudamente, haciendo que Naruto formara una cara incrédula.

 

-Nada, solo estaba escuchando como tocabas, Teme.- Respondió igual de borde que el contrario.

 

-¿Cómo me has llamado? – El chico había dejado su guitarra a un costado para, en un par de pasos enfrentarse al rubio cara de idiota que había interrumpido su práctica de guitarra.

 

-Como lo has escuchado.- Naruto no  sabía porque el otro estaba tan irritado, “¿Sera bipolar?” Pensó mientras le sostenía la mirada al pelinegro.

 

-Tsk, no voy a perder mi tiempo con un dobe como tu.- Se dio la media vuelta y tomo su guitarra, listo para irse.

 

-¡Espera, no te vayas! – Naruto no sabía de donde había salido tal atrevimiento de su parte tomándole de la filipina al muchacho, que este al ver la acción del que acababa de denominar un completo dobe, le dio un certero manotazo haciendo que Naruto se quejara por el dolor.

 

-No me toques usuratonkachi.- Siseo amenazante, haciendo efecto nulo en el pelirrubio.

 

-¡No seas así teme! Solo quiero saber cómo se llama la canción que estabas tocando, ¿Cómo aprendiste? ¿Me enseñas? ¿Podrías… - Y las preguntas seguían y seguían, haciendo que el pelinegro se irritara.

 

-¡Ya cállate! Eres un fastidioso.- Dictamino.

 

-¡Oye pero si ni siquiera me conoces como afirmar eso ttebayo!-

 

-Y también eres extraño.- Dijo con una ceja arqueada al escuchar la muletilla del rubio.

 

-¡Y tú eres un completo teme! –Dijo mientras inflaba las mejillas, pues sentía que era injusto que dijera esas “mentiras” de él.

 

-Sasuke.- Dijo de repente el pelinegro.

 

-¿Ah?- Naruto se le quedo mirando con cara de idiota.

 

-Que mi nombre es Sasuke, Sasuke Uchiha, y ni se te ocurra volverme a decir teme porque si no te mato a golpes.- Se presentó ante el rubio escandaloso, pues algo le decía que no se lo iba a quitar de encima.

 

-¡Mucho gusto! Yo soy Naruto Uzumaki, ¡Seamos amigos ttebayo! –En Naruto afloro una hermosa sonrisa, misma que Sasuke contemplo, haciendo que sus facciones se relajaran.

 

-Primero me interrumpes, luego me insultas y después me sonríes, sí que eres idiota.- Dijo mientras volvía a ponerse en marcha hacia su salón, su hora libre había terminado.

 

-¡Pero que cretino eres teme! Solo estaba siendo amable, ¡No me ignores! ¿A dónde vas? –Naruto le seguía el paso.

 

-Ya deja de seguirme, voy a clase.-

 

-¿En serio? ¿Qué estudias? –Sasuke por poco y se da un manotazo en la cara.

 

-¿Qué acaso no es obvio? Estudio medicina, mi uniforme lo grita, dobe.- “Aaah con razón me parecía un ángel” Pensó Naruto.

 

-¿Un guitarrista medico?-

 

-Todos tenemos derecho a tener un pasatiempo.-

 

-¡Eso ya lo se teme! Oye, entonces ¿Si me vas a enseñar a tocar?-

 

-Aprende por ti mismo.- Sasuke no veía la hora de llegar a su salón.

 

-¡Yo quiero que tú me enseñes! Aunque no tendría mucho tiempo para practicar, pues la cafetería en donde trabajo se llena mucho, y ero sennin es un amargado, pero cuando llegan las colegialas de… -Sasuke no tenía ni la menor idea de todo lo que le estaba hablando el rubio, así que fingió escucharle, hasta que el grito del dobe le hizo voltear a ver, encontrándose a un chico pelirrojo jalando de la oreja a Naruto, acción que hizo que volviera a arquear una ceja.

 

-¡AY, AY GAARA ESO DUELE!-

 

-Llevo una hora buscándote, pase por tu salón, tu asiento estaba vacío y la clase ni había terminado, es el primer día y ya te saltaste una clase. –Gaara lo regañaba mientras ejercía más fuerza en la pobre orejita del rubio. Gaara esta vez hablo para el Uchiha.

 

-Lamento mucho las molestias Uchiha-san, Naruto se comporta a veces como un niño de cinco años. – Al fondo se escuchó un “¡No es cierto!” del rubio, que fue callado con un coscorrón marca Gaara. –Como decía, no se le puede quitar la vista de encima.

 

-No hay problema.- Se limitó a decir, extrañamente desde que conecto miradas con los ojos aguamarina del pelirrojo sintió algo extraño… algo ¿Agradable?

 

Lo último que diviso al salir de sus pensamientos fue como el pelirrojo arrastraba a Naruto hasta el estacionamiento, y sin más preámbulos siguió su camino hacia su salón.

 

-¿Cómo conoces a Sasuke? –Pregunto un curioso Naruto mientras se acomodaba en el asiento del copiloto y se ponía el cinturón de seguridad.

 

-¿Cómo no conocerlo? Todas mis compañeras y algunos compañeros de clase no paraban de hablar de él, incluso en la cafetería hablaban de el como si se tratara de un dios griego. –Gaara hizo la misma acción del rubio, y arranco su coche para dirigirse a su casa, donde los esperaba la comida de su hermana.-  es el primer día y creo que ya se me toda la biografía de ese chico, va en su tercer año de medicina y al parecer en uno de los alumnos más destacados e inteligentes de toda la universidad, aunque también es famoso por ser arisco.-

 

-¡Si, si! Eso lo puedo afirmar, es un amargado ttebayo. –

 

-¿Está bien que hables así de tu nuevo “amigo”?- Preguntó con interés.

 

-No importa, el teme no me bajaba de dobe, así que está bien.- Naruto jugueteaba con sus dedos.

 

-Solo… ten cuidado.- Dijo, mientras separaba una mano del volante y lo posaba en la mejilla del rubio,  sacándole una leve sonrisa a este último.

 

En la mente de Gaara volvieron los recuerdos de un Naruto lleno de moretones, llorando sin parar hecho un ovillo en las esquinas de los baños de la preparatoria Konoha Gakuen, mientras se escondía de aquel grupito de idiotas que no paraban de molestarlo.

 

“¡¿Dónde te metiste huérfano?!”

 

“¿A quién le vas a ir a llorar? ¿A tu mami? ¡Si ni tienes jajaja!”

 

“Ven aquí zorro, no te salvaras de la paliza”

 

Gaara recordaba esos días donde solo era un espectador más del sufrimiento del rubio, el grupito  de los chicos populares habían tomado a Naruto como su mascota, obligándolo a hacer los mandados de todos, pisándolo y golpeándolo solo porque los sujetos tenían ganas de incrustar sus puños en algo, humillándolo e hiriéndolo con palabras crueles, todo el mundo sabía que Naruto Uzumaki no tenía padres, que estaba al cuidado de un tutor que lo había dejado viviéndolo solo con una pensión miserable que le pasaba mes con mes, y este, absorto en sus desgracias, no decía ni pio a la hora de que los sujetos lo utilizaban para sus juego crueles. Era la primera vez que Gaara veía a Naruto escondiéndose de ellos.

 

“-¿Por qué te escondes?”- Gaara tenía curiosidad del porque esta vez Naruto huía de esos sujetos.

 

“-E-ellos intentaron, bajarme los pantalones y…” –Era la primera vez que escuchaba la voz de aquel niño, pero sus palabras lo horrorizaron, y decidido, le tendió una mano, mano que fue observada por un confundido Naruto.

 

“-No dejare que te hagan daño, desde hoy, yo te cuidare.-“ Nadie se atrevería a tocar a ese chico de nuevo, no con él a su lado, por algo era temido en el colegio, pues sabían que si se metían con él, no iban a salir bien parados, y no solo porque Gaara era capaz de darle una paliza a más de tres contrincantes al mismo tiempo, si no que también, su padre era un importante inversionista que le otorgaba a la preparatoria Konoha Gakuen una jugosa cantidad de dinero como beneficencia. Un chasquido de su parte y ese dinero dejaría de llegar a la borracha de la directora, y le sería fácil culpar a ese grupillo de niños malcriados.

 

Y así fue, el grupo que molestaba a Naruto tan pronto vieron a Gaara protegiéndolo, dejaron de maltratar al chico, aunque las palabras hirientes no cesaron. Gaara se dio cuenta que ante el tenia a un chico apagado, con miedo a las personas a su alrededor, si de por si en su naturaleza no estaba el de hablar mucho, hacia un esfuerzo para sacarle platica al rubio, lo ayudaba con su tarea, y lo llevaba a su casa, para que conviviera con sus hermanos y comiera un poco, pues igual noto que el chico estaba muy por debajo de su peso normal.

 

Poco a poco el chico fue mejorando, sus sonrisas se mostraban más sinceras, y el brillo de su mirada casi extinto volvió a renacer, Gaara ya no tenía que tomar de la mano al rubio para que lo siguiera, si no que este ya se encargaba de arrastrar al pelirrojo al parque, a los videojuegos, al cine, Gaara tardo mucho, pero por fin pudo escuchar la risa estridente de un Naruto feliz.

 

Llego un punto en donde Naruto ya hablaba hasta por los codos y su autoestima subió hasta por las nubes, jamás dejo que lo volviera a humillar o a golpear, y su sonrisa creció. Pero a pesar de que Naruto tenía la vitalidad de un sol, el jamás intento buscar a otro amigo aparte de Gaara.

 

Por eso a Gaara se le hacía curioso que Naruto le haya hablado de buenas a primeras al Uchiha, y que en menos de una hora ya lo tratara con tanta confianza.

 

¿Qué le veía Naruto al Uchiha? No supo porque, pero deseaba averiguarlo.

 

-Tendré cuidado Gaara, aunque algo en mi pecho me dice que Sasuke no es como los demás tipos.- La voz de Naruto saco a Gaara de sus pensamientos.- Sasuke podrá comportarse como los idiotas que me molestaban en la preparatoria, pero hay algo en el que me hace afirmar que es una buena persona ttebayo, a parte el toca tan bien la guitarra, lo hubieras escuchado, se veía tan concentrado y…-

 

La sonrisa que Naruto formaba al hablar del Uchiha era muy diferente a las que estaba acostumbrado a observar. Gaara comprobó que Sasuke iba a ser importante para Naruto, cuando, entre tanto parloteo sobre el Uchiha, las mejillas de su rubio amigo se habían coloreado de un suave carmín.

 

La pulsación de su pecho le indico, que quizás ese iba a ser el comienzo de una terrible tormenta.  

Notas finales:

¿Comentarios? ¿Opiniones? ¿Criticas? De las constructivas no de las destructivas por favor. xD

 

Nos vemos en la siguente actualizacion. 


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