SeungCheol corría bajo la llovizna que comenzaba a caer más rápido. Se resguardó bajo una parada de autobuses y comenzó a intentar detener algún taxi.
El tiempo pasaba lentamente y el frio de la noche ya estaba calándole, un cuarto de hora después, un taxi se paró frente a él. Al abrir la puerta una cabellera rosa, que no supo de donde apareció, se metió en la parte trasera del auto. SeungCheol frunció el ceño.
—Ey —asomó la cabeza mirando al chiquillo—, ¿Qué crees que haces?
—Nada —dijo el otro encogiéndose de hombros.
—Como que… —calló cuando el taxista carraspeó para atraer su atención—, como sea —murmuró subiendo junto al pequeño—, a la calle Jam.
— ¿Cobro junto o por separado? —cuestionó el taxista mirándolo por el espejo retrovisor.
—Como si fuéramos por separado —aclaró el menor.
—Bien —el hombre puso el coche en marcha. SeungCheol contemplaba el paisaje por la ventana cuando en el cristal se reflejó al mocoso roba taxis. Se giró a mirarlo. Era pequeño, cabello un poco largo y rosa; la piel parecía de porcelana; blanca y suave. Traía puestos unos vaqueros y un suéter gris algo holgado, lo que le daba un aspecto aun más tierno.
— ¿Qué miras? —gruñó el más bajo, frunciendo el ceño.
—Nada —desvió la mirada del otro. Podría parecer un dulce querubín mas al abrir la boca era una fiera.
Al llegar a su destino, ambos pagaron y se bajaron del auto. SeungCheol notó como el otro lo seguía.
— ¿Vas a ir detrás de mi todo el tiempo?
—No te sigo —contestó.
—Bien —siguió caminando.
El silencio estaba inquietando a SeungCheol, así que fue a hablarle, pero este ya no estaba. Miró por los alrededores para no encontrar más que soledad.
Siguió andando hasta entrar en su edificio. Cuando ingresó al departamento se encontró con uno de sus compañeros tirado en el sofá haciendo zapping.
—Hola, JunHui —saludó dejando la chaqueta húmeda sobre el mueble.
—Hey —contestó desganado.
— ¿JeongHan?
—Supongo que en la habitación —se encogió de hombros.
—Ok
SeungCheol ayudó a poner la mesa y JunHui sirvió lo que había preparado para la cena. Un chico de cabellos largos apareció en la sala sentándose en uno de los laterales de la mesa junto a los otros dos.
Al terminar de comer, el mayor recordó lo que le aconteció horas antes.
—No vais a creer lo que me paso de camino a casa —inició.
—Intentaron violarte —Jun, se sacudió el pelo castaño.
—No —rodó los ojos—, paré un taxi y un niño se metió así como así.
— ¿Qué hiciste? —JeongHan sonrió.
—Compartirlo.
—Bueno, no fue para tanto —sentenció JeongHan.
—No dio las gracias —reprochó.
—No moriste, ¿no? —JunHui rodo los ojos.
—No es que me moleste, solo que hay que tener educación.
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—Estoy en casa —anunció JiHoon entrando a su departamento.
—Hola —un sonriente Joshua saludó con un cucharon en la mano.
— ¿Ya está la cena? —preguntó quitándose los zapatos.
—Casi, ¿te mojaste mucho?
—Vine en taxi —fue hacia donde el mayor.
—Pensé que tomarías el bus —otro chico se acercó a la mesa.
—Vi a un tipo deteniendo uno, así que me colé
—JiHoon, no debes hacer eso —reprochó Joshua saliendo de la cocina con la intención de poner la mesa.
—Qué más da —Hansol sonrió sentándose.
—Sí, nunca lo volveré a ver
—Bueno, si te lo encuentras pide disculpas —declaró el mayor.
—Sí, si —ignoró al castaño y tomó asiento.
—Cambiando de tema, llamó WonWoo asunto del trabajo, tendrás que ir en el turno de la mañana —informó.
—Vale.
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SeungCheol acompañó a JeongHan al supermercado, pues ya les quedaba poco en la nevera. Con pereza empujaba el carro de la compra mientras el menor lo llenaba de cosas “necesarias” según él. Cuando iban hacia la caja, el de melena recordó algo más que sumar a la lista y le pidió que fuera el pasando el resto mientras volvía.
SeungCheol fue a situarse en la cola. Al llegar su turno contempló con ojos abiertos al cajero.
—Hola —dijo poniendo algunas cosas sobre la cinta.
—Hola —comentó de vuelta sin mirarlo.
— ¿No me recuerdas? —preguntó. No supo por qué pero tenía la sensación de que debía hacerlo.
—Veo muchos rostros a diario —explicó aun sin levantar la cabeza.
—Anoche te metiste en el taxi que detuve.
—Oh —ambas miradas se encontraron—. Ya recuerdo.
—Si —SeungCheol sabía lo tonto que resultaba mirando de forma fija al menor sin embargo lejos de apartarla siguió así.
— ¿Y qué quieres? —desvió la vista.
— ¿No vas a agradecer?
—No —declaró. Chasqueó la lengua ante tal respuesta.
—Ya, SeungCheol —JeongHan llegó con lo que quería en la mano—, te dejo un rato solo y peleas con el cajero —se giró al chico—, perdona —sonrió
—Nada —devolvió el gesto—“el parece un chico agradable, no como su amigo, porque solo son eso ¿no?” —sacudió la cabeza para sacar esa pregunta tonta.
Mientras JiHoon pasaba la compra los otros dos metían esta en bolsas. Después de que el chico de melena pagara comenzaron a irse. JiHoon, en un acto involuntario, salió corriendo de donde estaba y tomó a SeungCheol de la manga, deteniéndolo.
— ¿Qué pasa? —preguntó al ver al chico.
—Siento lo de anoche —murmuró mirando el suelo, avergonzado, y luego salió corriendo a su puesto.
Ya fuera del establecimiento JeongHan rio.
—Qué lindo, ¿no crees? —dio toques con su hombro al del otro.
—No —se adelantó aun sonrojado por la imagen del cajero.